La historia de la madre de Marta, una sumisión obl

La madre de Marta es obligada a convertirse en esclava de la mujer del jefe de su marido, sino quiere que le despidan. Poco a poco la sumisión se convierte en un vicio por ambas partes que no tiene fin. Marta y su hija idean un plan de venganza que las lleva a tener las riendas de la situación.

La historia de la madre de Marta, una sumisión obligada por los jefes de su padre.

Todo comenzó hace cuatro años, y yo lo descubrí por casualidad, precisamente el día de mi cumpleaños, cumplía 16 años ese día, y me había pasado toda la noche anterior pensando en  mi fiesta, así que al día siguiente cuando fui instituto se me había olvidado el trabajo literatura en casa. Aprovechando que el profesor de historia no fue a clase a primera hora y que nos dejaron libre ese tiempo, me fui a casa recogerlo.

Entre en completo silencio, por si mi madre seguía todavía en la cama, pero la sorpresa que me llevé fue enorme.

Al entrar en mi habitación, vi que mi madre estaba de rodillas, con un corsé negro y unas medias de rejilla con liguero. Tenía puesta en la boca una enorme bola roja, de esas que se ven en las pelis de sado, y se estaba masturbando frente a la pantalla de mi portátil. Al otro lado de la pantalla, se mostraba una mujer muy atractiva, tomando un café y riéndose.

Al principio, mamá no se dío cuenta de mi presencia, pero al ver la sorpresa de su “ama”, giró la cabeza justo en el momento que alcanzaba un fuerte orgasmo.

Dio un grito, y cerró la pantalla de golpe con la mano. Después se puso a llorar, y al cabo de un rato me contó su historia.

Pero antes de continuar con la historia de mi madre, quiero describirme y describirla a ella para que te hagas una idea aproximada de cómo somos. Yo, como te dicho, tenía 16 años y era lo que se dice vulgarmente un bellezón, alta, pelirroja, ojos verdes, y con todas mis formas desarrolladas, pechos pequeños pero preciosos y piernas infinitas. Tenía el pelo muy corto como mi madre, lo que produce siempre cierta sorpresa cuando vamos juntas, ya que somos super parecidas, pero ella está teñida en un moreno muy oscuro.

Mi madre, que se llama Marta como yo, tenía 40 años ese momento, y era espectacular. Está a todas luces buenísima, con unas tetas perfectas, y el resto de sus curvas también. Todos mis amigas me lo dicen constantemente, y me consta que alguno de mis amigos tiene presente su imagen en sus pensamientos eróticos morbosos y masturbatorios.

Pero volvamos a la escena anterior. Mi madre se sacó la bola de la boca, y se puso un albornoz por encima de su provocadora indumentaria. Después, me pidió que lo escuchara sin interrumpirle hasta el final.  Yo perpleja, no abrí la boca, aunque he de reconocer que estaba bastante excitada por escena que había presenciado.

Yo ya sabía que mi madre usaba mi ordenador, en realidad era compartido aunque estuviera en mi habitación, y me parecía algo raro que estuviera siempre el historial limpio. Me había imaginando cosas siempre relacionadas con el control de mis padres sobre mis actividades, pero nunca había pensado nada parecido.

Pero disculpa, que me he perdido con mis reflexiones, voy ya a la historia de mi madre.

Cuando mamá recuperó la calma, me contó su historia y me dijo:

Mira Marta lo que te voy a contar me está corroyendo  por dentro y nadie más lo sabe, y así debe de ser, hasta que no encuentre una salida para ello.

Todo comenzó hace tres meses, el día en que los jefes de papá nos invitaron a cenar.

Tu padre me pidió que me pusiera lo más atractiva posible, ya que su jefe y su mujer tenían muy buena presencia y nosotros no íbamos a desentonar.

Incluso me indicó, que Gloria, la mujer de su jefe, era un poco “provocativa”, y siempre que iba la oficina levantaba la mirada de deseo de todos, por su forma de vestir y por su buen tipazo.

Me dijo, que yo no debía de ser menos. Así que me puse la minifalda negra con la chaqueta entallada y la blusa roja que marca todas mis curvas. Debía estar muy atractiva, ya que al salir de la habitación, tu padre dió fuerte silbido y todas las personas que nos encontramos ya fuera hombres y mujeres volvía en la cabeza al mirarme. No puedes imaginar la cara que puso el vecino del sexto, cuando nos encontramos con él en el ascensor.

La cena fue un sitio muy elegante y en un reservado discreto. Nada más llegar me quedé sorprendida al ver a Gloria, ya que iba con un vestido elástico muy corto y totalmente ceñido y unos zapatos rojos con un tacón enorme. Pero lo más lo que más me sorprendió, fue lo que dijo nada más verme.

César me había dicha que la mujer de Juan era muy atractiva, pero creo que se ha quedado muy corto…eres una diosa

Yo pense exactamente lo mismo de ella. Tu padre me había dicho que la mujer de César era era un poco provocadora, pero no que era absolutamente divina.

César incluso reforzó la idea de Gloria y dijo:.

Yo no conocía a la mujer de Juan, pero todos en la oficina me habían dicho que era espectacular, creo que también se quedaron muy cortos, habrá que bajarles el sueldo, jajaja

Tu padre y yo nos quedamos un poco colorados, pero sonreímos y aguantamos el tipo. La cena transcurrió con normalidad, hablando de nuestros hijos y de cosas cotidianas.

Pero al acabar el primer plato, el teléfono de tu padre sonó, y dijo que era una llamada de la oficina, y César le dijo que saliera al vestíbulo hablar.

Cuando nos quedamos los tres solos, César me dijo lo siguiente.

Mira Marta, seré muy claro y muy rápido, ya que no tenemos mucho tiempo antes de que vuelva Juan. El asunto es que tengo que despedir a una de dos personas de la empresa, a Juan, tu marido, o Jaime, a mi me da igual, porque los dos son estupendos, pero Gloria se ha encaprichado de ti por las fotos que ha visto en Facebook, así que te voy a hacer una oferta muy clarita,

o te conviertes en la esclava sexual de mi mujer, o esta noche a los postres despido a tu marido

.

Piénsatelo durante segundo plato, y si estás de acuerdo en ello, al finalizar el plato te vas al baño y allí Gloria y ya te explicará lo que tienes que hacer.

Ese momento llegó Juan algo alterado, diciendo que la oficina habían contado que no sabía si tenía que estar él mañana en Milán, o tenía que ir Jaime, que luego se diría César. La cosa le sonaba muy extraña.

Pero César dijo:

Vamos a disfrutar del pescado tranquilos y después del postre lo hablamos.

Mira hija, nunca he sufrido tanto comiendo un lenguado, miles de ideas acudieron a mi mente. Pero pensar que tu padre podía está en el paro con 46 años y una hipoteca, me dio escalofrío. Así que sin saber muy bien lo que metía, al finalizar el segundo plato, le dije a Gloria que si me acompañaba al baño.

Ellos se quedaron haciendo risas sobre lo de ir dos mujeres al aseo a la vez.

…....

Cuando llegamos nos metimos en una cabina, y  Gloria me dijo: levántate la falda y bájate las bragas.

Sacó de su bolso un huevo vibrador, con mando a distancia, y me ordenó: m

étete esto que ya me encargaré yo de ponerlo funcionamiento,

y se río.

Pero espera, que vamos a suavizarlo primero

y se lo metió en su boca para empaparlo con su saliva.

Cuando estuvo metido, Gloria me dio un beso en los labios y me toco los pezones, y me dijo:

ya verás lo bien que me lo voy a pasar contigo.

Cuando volvemos a la sala, los postres estaban ya a la mesa. Nunca jamás he sufrido y he gozado tanto comiendo un sorbete helado. Gloria puso en marcha el vibrador al principio de una forma lenta, pero gradualmente fue incrementando la intensidad, yo no sabía cómo disimular, pero César  me sacó de la apuro, le dijo mi marido:

Juan vete al coche a por un sobre que está encima de asiento del copiloto.

Al marcharse mi marido, César me dijo:

puedes correrte ahora tranquila pero como mucho tienes tres minutos.

Empecé gemir como una perra y tuve un orgasmo delante de ellos dos,  No me dio tiempo de descanso, para recuperarme antes de que volviera tu padre.

Cuando Juan entró con un sobre, César le dijo:

Aquí que tienes todos los detalles del viaje de mañana a Milán, tienes que realizar una presentación a las 12, sale un vuelo esta noche dentro de dos horas, y tienes reservado ya hotel para que descanses unas horas pausa antes del comienzo de la feria. así que tienes que marcharte ahora mismo.

No te preocupes por Marta, que nosotros vamos a tomar una copa a un lugar muy tranquilo y luego te la dejamos en el salón casa.

Tu padre no sabía decir, pero tampoco tenía alternativa, tenía que ir a casa a prepararse una maleta para cuatro días.

Así que me dejó con ellos dos…

continuará...

Si este capítulo os ha gustado no dudes en decirmelo, y en el próximo capítulo, os contaré como la sumisión fue creciendo, hasta que encontramos mi madre y yo la manera de vengarnos.