La historia de la madre de Marta. 2

Mamá me sigue narrando la espiral de sumisión a la que se vio sometida y su confusión entre el deseo y la venganza. Yo a la vez, me introduzco progresivamente en ese mismo círculo vicioso, nunca mejor dicho...

En el capítulo anterior, te conté cómo había encontrado mi madre vestida con un corsé de cuero y masturbándose frente a la pantalla de mi portátil. Y como mamá me empieza contar su historia, empezando por la razón por la que se convirtió en esclava sexual obligada de la mujer del jefe de mi padre, y la cena inicial en que se originó todo esto.

Pero lo que no te conté, fue que mientras mi madre me narraba su historia,  yo me excitaba muchísimo y tenía mi tanga totalmente empapada.

Pero continuamos con la historia, allí justo donde la interrumpimos:

*---------------*

Mira Marta, cuando tu padre se marchó, yo me quedé totalmente alterada: había bebido mucho vino; había aceptado convertirme en la esclava de Gloria; había tenido un orgasmo con una bola vibradora durante el postre; pero lo peor de todo, y es lo que más me alteraba, es que me encontraba muy excitada.

Cuando nos quedamos los tres solos, Gloria se hecho reír y me dijo:

parece que has disfrutado

, y me dio un beso en la boca que me puso a cien.

Después me dijo:

me encuentro muy salida, ponte de rodillas pero antes sácate la bola.

Yo me quité el huevo vibrador  se lo di a Gloria, ella lo metió dentro de la copa de champán, diciendo que mis fujos mejorarían el sabor.

Luego abrió sus piernas, y me dijo:

yo también quiero un orgasmo

, me agarró del pelo y puso mi cara en su pubis. Realmente aquello olía de una forma embriagadora, así que  puse mis labios en su clítoris, y  instintivamente  saqué la lengua y chupe rítmicamente su botoncito.

Ella  emitió un gruñido un gemido mientras me tiraba del pelo. y me dijo: masturbate mientras. La situación no podía ser más morbosa, ya que aunque un reservado, los camareros entraban a retirar la vajilla y a preguntarnos si queríamos tomar algo. César respondió riéndose:

si trae más champán parece que las hembras lo van a necesitar, jajaja.

Y lo decía mientras bebía de la copa con el vibrador dentro.

Era evidente que le gustaba mirar como su super atractiva mujer, me tenía de rodillas comiéndole el coño.

Perdona hija que lo diga con estas palabras, pero llevo sin contárselo a nadie tres meses, y pensando en ello todos los días, sino lo expreso como fue, creo que voy a reventar.

No te preocupas mamá, mayores salvajadas dicen mis amigos, no creo que me vaya a escandalizar por ello.

El caso es que a los pocos minutos, Gloria estalló en un orgasmo intenso mientras me tiraba del pelo, y a la vez yo también alcancé mi segundo orgasmo en esa noche, entonces no sabía que no sería ni de lejos el último.

Mamá tienes que parar que tengo clase en un rato, y tengo que entregar un trabajo. Quiero que me lo cuentes todo con calma, no quiero que dejes nada dentro, pero tendrá que ser por la tarde, ¿ vale?

De acuerdo hija, hoy nos vamos a comer a un restaurante y te lo cuento fuera de casa que me hace sentir una guarra viciosa.

Ok, mamá.

Lo primero que hice fue ir al cuarto de baño y masturbarme. Me hice un dedo suave, mientras me imaginaba la situación de mi madre en el reservado con los jefes de papá. Estaba acostumbrada a correrme en silencio, pero creo que se me escapó un pequeño grito.

Pasé la mañana en el instituto completamente alterada, recordando constantemente a mi madre de rodillas con el corsé ceñido negro, las medias de rejilla y la bola roja en la boca, y masturbandosé mientras Gloria tomaba café al otro lado de la pantalla de mi portátil. Tuve que ir dos veces más al servicio a correrme, y aprovechaba para cambiarme de tanga, ya que los empapaba totalmente. Menos mal que en la taquilla tenía un paquete desechable para cuando hacemos deporte.

Mis amigas se extrañaron mucho de mi comportamiento, pero les dije que estaba muy nerviosa por mi fiesta de cumple, ya que no sabía cuándo ni dónde la iba a celebrar. Entonces no sospechaba ni por asomo, que la haríamos el próximo sábado en el chalet de los jefes de mi padre.

Al volver a casa me encontré a mi madre muy guapa. muy arreglada y muy animada. Me dijo: cámbiate y ponte elegante que te invito a comer a un sitio fino por tu cumple, me ha dicho papá que lo celebremos las dos, que él tiene que irse fuera. Por cierto tienes un regalo especial en tu habitación

Al llegar me encontré encima de la cama, un vestido corto, muy holgado y escotado, de color oro y  que me quedaba  de maravilla, resaltaba mi pelo pelirrojo. Parecía una de las hadas del señor de los anillos, pero con un toque sexy por lo corto.

Nos fuimos a comer a un sitio elegante y nos sentamos en un sitio muy discreto, le pregunté a mamá si era el mismo restaurante de la  historia anterior y me dijo que no, que desde esa noche ha ido a muchos sitios en los que jamás podría ir con tu padre.

El tono fue ambiguo y no me entere de lo que realmente quiso decir. Además lo cierto, es desde que salimos de casa, hasta llegar a nuestro mesa, todo el mundo nos miraba con admiración y me consta que algunos con deseo, por lo que me sentía ya bastante despistada,

Cuando hubimos encargado los platos. mamá empezó a hablar de nuevo

Mira hija, he estado pensando toda la mañana como contarte lo que he pasado, pero sobre todo en que me he convertido, y creo que para que lo entiendas mejor, creo que debo contarte con detalle las situaciones crecientes en las que me he ido metiendo paulatinamente y  sin encontrar solución.

Te acordarás que estaba en el restaurante en la situación que te he contado. Al terminar ambas de corrernos. Entró el chofer de César y le dijo que el coche ya estaba en la puerta, que cuando quisiera don César. A mí el tratamiento de “don” me extraño, ya que César y Gloria, por lo que me había contado tu padre, son muy liberales, pero lo cierto es que el chofer estaba muy envarado.  César nos dijo que cuando quisiéramos nos íbamos a otro  local. Gloria me dijo que me quitara las bragas y cuando se las dí, se las tiró al chofert, quien las cogio al vuelo, y le dijo:

toma Leopoldo guardarlas de recuerdo, jajaja.

Después de asearnos algo, nos fuimos al coche. Gloria y yo, nos sentamos en el asiento de atrás, como es natural. Pero nada más arrancar Gloria metió su mano entre mis piernas para ver si seguía mojada, y al comprobar que lo estaba dijo: mira César se moja más que yo, y cogió mi mano y la metió entre sus piernas, diciendo compruebalo zorra.

Yo ya no sabía qué hacer, porque lo cierto q¡es que estaba empapada más que ella, pero lo peor de todo, es que empezó a masturbarme muy suavemente, mientra yo tenía mi mano rígida en su pubis. Ella me dijo cierra el puño y empezó a frotarse fuertemente contra él.

La situación iba creciendo irremediablemente hacía otro orgasmo, pero lo que me fascinó totalmente es que César le dijo al chofer: ¿

no se te pone dura al ver a esas lesbianorras?

Y el chofer contestó:

la tengo como una piedra señor, quiere comprobarlo.

César se inclinó hacía Leopoldo, le saco la polla, y sin rubor le empezó a hacer una mamada. ¡No me lo podía creer!, jamás había pensado que existiera tanto vicio reunido, Lo que no sabía hija, es que eso no era más que el principio.

Cuando llegamos al sitio, César le dijo a su mujer:

pásame el bote que voy  a ordeñar a este macho

. Gloria sacó de su bolso un botecito y se lo paso, y  al volver atrás, se puso a besarme en mi labios, mientras yo veía como César metió el bote en el pene de Leopoldo y le dijo:

correte ya

.

En ese mismo momento, como por especie de arte de magia efectuada por sus palabras, nos corrimos a la vez el chofer, Gloria y yo. Entonces Leopoldo dijo:

señores hemos llegado

. Nos echamos a reír todos, excepto Leopoldo, que se quedó totalmente inmóvil. Cuando el chofer salió a abrirnos la puerta, ya tenía la polla dentro de sus pantalones. No me imagino que maniobra haría para metersela. En ese instante Gloria me dijo:

Marta no te preocupes que si todo sale bien, ya tendrás ocasión de probarla.

Y termino la frase con una carcajada, como iba siendo habitual en ella. Parece ser que alterarme la daba la risa, es como si yo fuera una inocentona.

...

Yo no sé si mamá era consciente de lo que me excitaba escucharla, el caso es que  volví a estar mojada de nuevo y ya había tenido tres orgasmos ese día. No podía seguir así, cerré mis piernas todo lo que pude, pero fue peor. Mamá me lo noto y me dijo: mira hija, sé que esto te está excitando, eres ya una mujer y es normal lo que te pasa. Yo he aprendido a no avergonzarme de ello. No te dijo que esté orgullosa, pero la gente me mira con más respeto porque mi mirada es más directa y más limpia, les miro sin verguenza, directamente a los ojos. Sin embargo te pido que aguantes un rato sin correrte, ya que todavía no te he contado lo que realmente pasó esa noche...

continuará….

En el próximo capítulo, mamá me sigue narrando su progresión como esclava, y como desarrolla dos sentimientos diferentes en su interior: por una parte placer y deseo hacia la sumisión, y por otra una necesidad de venganza. Yo por mi parte, comienzo a elaborar mi propio plan, en el que me convierto en la dueña de César y Gloria y por consiguiente, y como circunstancia añadida, también disfruto de las caricias de mi madre.