La historia de la Dama & su Poeta 12

Dice: “Alexandra Medina, te amo...” - Le expliqué señalando uno a uno los caracteres que formaban la frase dentro del dibujo.

Capitulo 12

Y asi nos abandonamos a la carretera con rumbo a Ibiza nuevamente, iba cada 6 meses a ver a Gustavo para afirmar que mis pulmones estaban bien y que todo estaba normal.

–             Mami has vuelto a salir bien, verdad? -pregunto Sophia comiendo su helado-

–             Claro mi pequeña neumonologa justo como vos me lo habeis diagnosticado -sonrei al recordarla vestida de medico y decirme con tanta decicion -Mami estudiare medicina, sere una neumonologa para cuidar de ti y tus pulmones siempre- -Hija cuan hermosa eres. Te amo tanto-

–             Y yo a vos mami, y yo a vos. -dijo ella haciendo que un par de lagrimas salieran de mi- por qué lloras mami?

–             Porque ya estas creciendo mi amor y me haces inmensamente feliz.

Luego de unas horas de camino volvimos a Ibiza, nuestra rutina no era ni peculiar ni repetitiva cada dia era un nuevo dia. Cada dia era una nueva experiencia, el surf o el baile. Quizas algun deporte extremo o solo un buen libro a si compartia con Sophia lo maravilloso que era ser uno mismo y divertirse sin procedimiento. Enseñándole un arte bohemio. La tecnica de relajación Medina.

–             Mami, vamos apresurate! Mami! Vamos! Camina rapido!

–             Joder Sophia, llegaremos!

–             No mami, llegaremos y ya habran vendido el perro! Vamos!

–             Venid aca entonces -la tome en mis brazos y corriendo por la vereda llegamos mas rapido a como ibamos.

–             Oh servicio de mami Express me gusta -dijo ella arreglando sus ropas- Ahora bien, entremos, recuerda el san bernardo!

–             Si amor, el san bernado, id por el pues.

–             Pero no me vais a acompañar mami?

–             -Negue con la cabeza recostada de la puerta a las afuera de la purina de animales- Vos sos quien queres el animal asi que luchad por el.

–             Esta bien, todo en esta familia debo hacerlo yo, que castigo -y asi entro la pequeña aquel lugar dispuesta a adoptar a su mascota.

Pasaron varios minutos y solo jugaba con un yoyo esperando a Sophia en el auto. Sentí unos golpes en la puerta hasta que la misma se abrio.

–             Vamos a casa! -dijo ella con ese tono herido-

–             Que ha ocurrido Sophia?

–             Nada mama, nada! -dijo ella cruzandose de brazos y colocando un poco de rock en el estereo

–             Sophia Medina que ha ocurrido!

–             Que este es el peor cumpleaños de mi vida! Yo queria ese San Bernardo! Yo lo queria -su voz se escucho quebrada- Yo lo queria -por un segundo me senti mal al ver la lagrimita cristalizarce en su mejilla pero al otro me recompuse al pensar en mi locura-

–             Amor compraremos otro! -busque calmarla aunque sabia bien su respuesta-

–             Veamos mami, no quiero ofenderos ni algo similar -la escuche hablar como si tuviese años de vida, en definitiva la pequeña era una caja de sorpresas- Pero yo solo quiero a Tobby y Tobby fue vendido a otra persona -Su madurez me sorprendia y como se ocultaba tras su sonrisa me daba risa-

–             Ok Sophia, ya hemos entendido, pero bueno, ya que no hay mas que hacer y vos no queres nada mas, y yo quiero dormir. Vamos de nuevo al departamento.

–             Vale, vamos.

Volvimos de nuevo al departamento, ambas nos mostramos frias, y lejanas, subimos las escaleras en silencio hasta que llegamos a la puerta.

–             No quiero entrar...

–             Por que no?

–             Recordare que no tengo a Tobby apenas vea su cama.

–             Oh pequeña. Imagina que sea quien sea la persona que haya comprado a Tobby va a estar mejor.

–             No! El estaria mejor conmigo, yo lo cuidaria, le enseñaria a sentarse, a rodar por el piso, a buscar la pelota y a no comerce tus libros mami, Yo lo cuidaria mejor que nadie. -ella suspiro ondamente- Ya no hay nada que hacer, Tobby no esta pero yo seguire. Vamos quiero dormir y saber que hizo la poeta.

–             Vale hija. Vas primero -Abri la puerta y Sophia entro cabizbaja tan dramatica como solo ella podia ser-

–             SORPRESA!

–             MAMI! -se dio media vuelta y salio corriendo a mis brazos asustada-

–             Que paso pequeña?

–             (Que me asuste y tu me das seguridad) Que te amo mami! Ven entremos, pero agarrame de la mano fuerte.

–             Vale mi amor (Pequeña cada dia te pareces mas a mi hermana! Que hermosa)

Ambas entramos esta vez la sorpresa fue menos brusca, toda la familia y amigos cercanos estaban alli, en espacial Tobby, hacia dias la habia visto enamorada de un perro y decidi que lo tuviese como regalo de cumpleaños. Mi madre, mi padre y hasta mis dos hermanas habian venido de venezuela para el cumpleaños 7 de Sophia. La fiesta fue tan amena me sentí tan bien con la familia pero me fue imposible no notar que entre mi madre y yo seguia esa barra. Ella jamas se disculpo yo jamas acepte su error y solo me aleje.

–             Sophia si que esta grande, has sido buena madre despues de todo. -Tomando un sorbo de vino-

–             Ella merece lo mejor. Y no escatimare nada para que lo tenga.

–             Has crecido, ya eres toda una mujer, hecha y derecha! -senti ese dejo en su voz-

–             Que es lo que realmente quieres? -pregunte con vos fria-

–             Quisiera me perdonaras, hace mucho actue de una forma incorrecta y te hice daño

–             ya ha pasado mucho tiempo como para que vengas arrepentirte ahora. No lo crees?

–             Hija...

–             No me llames hija perdiste el derecho de llamarme así hace mucho.

–             Alexandra, hablemos como personas civilizadas, solo quiero pedirte perdon por cada herida que abri en tu vida.

–             Si lo que quieres es mi perdon para continuar con tu patetica vida, alli lo tienes. Te perdono -mi frialdad jamas habia sido tanta hacia mi madre- Todas tus cuentas han quedado saldadas puedes seguir con tu asquerosa vida en paz.

–             Alex no me hables así. Soy tu madre.

–             Dejaste de ser mi madre en el momento donde me entregaste a los brazos de esos malditos que abusaron de mi.

–             Fue por tu bien. -hablabamos entre susurros para no despertar a Sophia-

–             Puto bien de mierda que me quisiste dar! Joder me violaron! Me destruyeron fisica y psicologicamente! Eso te parece algun bien? Dime joder! Te parece algun para quien?

–             No podria aceptar a una hija lesbiana!

–             No puedo aceptar a una madre homofobica.

–             Soy tu madre y como tal merezco tu respeto.!

–             -restregue mis ojos mostrando mi frustracion y suspire retomando un corte presiso- Si quereis mi respeto estais buscando formas incorrectas de hallarlo, ahora solo os pido que os retireis de mi casa! Si os he invitado fue para que Sophia conociera a  su familia. Pero vos no sois familia sino una...

–             mami, que ocurre? -pregunto la pequeña acercandose a mi mientras restregaba sus ojos por el sueño-

–             Nada mi amor, venid aqui -la tome de nuevo entre mis brazos- Anais es hora de marchaos, no os quiero en mi vida ni en la de mi pequeña. Algun dia cuando calmes vuestra conciencia estareis feliz. Ahora os quiero fuera de mi vida.

A quien llame madre alguna vez en mi vida, solo se resigno callando y marchandose, ella sabia cuanto daño me habia hecho, cuanto dolor habia tenido que padecer pero aun asi mis gustos jamas cambiaron mi amor jamas se borro, desde que la vi, vivi en su mirar... Siempre fui de ti Estefania Del Castillo.

Nunca habia dolido amar tanto nunca me habia enamorado y vivido con una herida perpetrante como era esta que ahora habia en mi.

Habia dejado de fumar y de beber... Aunque en ocaciones ante las noches tristes donde lloraba, solia destapar la botella de Frangelico y servia un trago en las rocas... El sabor a chocolate me hacia feliz y asi solo bebia un trago que jamas culminaba, era solo un sorbo para no dejar de alimentar mi herida y dolor por esa mujer que mis ojos no volvieron a ver.

Sus besos, sus caricias, hasta su mas profundo te amo se gravo en mi mente en mi pecho en mi cuerpo justo detras de mi nuca justo en la parte baja de mi abdomen con Tu Luz Arrastro Mi Oscuridad con el maravilloso estilo de la pluma fuente con el idioma de Italiano, que a pesar de no ser mi idioma nato era mi mejor lenguaje despues de las letras.

Ya no habia mucho que hacer, desde siempre habia vivido sin esperanza sin fe y ahora encontrarme 7 años aqui en este hermoso lugar con esta soledad tan vacia, con los recuerdos de un pasado que no volvia, con la melodia de su risa que no habia vuelto a escuchar. Con su monotonia tan distante. -A donde te has ido Estefania?- Pregunte diez mil veces al viento recibiendo cien mil veces la misma respuesta -Silencio- Me encontraba en el Muelle sentada sobre la arena mientras el sol se iba y me mostraba la mas hermosa puesta de sol que nadie jamas hubiese visto.

-Te Amo- Repeti por lo bajo tallando en la arena su nombre, recordando el aroma de su pelo, y cada bonito momento que habiamos vivido... y que ahora solo era un recuerdo! Un triste y doloroso recuerdo!

-Debes avanzar- Me repetia kelly en cada ocacion, pero jamas la escuchaba porque mi mente se desviaba al recuerdo de su dulce mirada. Justo cuando mis ojos lloraban. Asi era mi ritual.

En dias como esos de lluvia salia a caminar a solas al muelle y terminaba llorando hasta que dejaba de llover, luego de que la copia de su fotografia se desdibujaba, le daba un ultimo beso y volvia a casa hecha polvo.

Al entrar a la tienda de tatuajes me senti un poco extraña. Nunca en la vida me habia hecho un tatuaje y de hecho tenia algo de miedo.

Ya me habian dicho que dolia un poco, literalmente las agujas atravezaban la primera capa de piel e inyectaban la tinta, dejando el grabado de modo permanente, y era precisamente aquello lo que me causaba un poco de estupor.

La tienda era bastante normal. Habia uno que otro cuadro, bonitas pinturas con esquemas posiblemente de tatuajes, y por que no decirlo, se veian bien.

  • Puedo ayudarle en algo? - Un chico mas bien de unos veintitantos se acercó al mostrador. Sus brazos estaban llenos de tatuajes hermosos, consideré aquello una buena pista.
  • Si, quisiera hacerme un tatuaje... - Dije un poco tensa. - Es mi primer tatuaje.
  • Vaya que ha tenido suerte, tenemos en este momento un espacio libre con uno de nuestros artistas. - Explicó con cierto entusiasmo, el chico tenia don para atender a las personas. - Habeis traído algun bosquejo? - Asentí buscando en mi maleta.
  • Es esto. - Puse el dibujo sobre el mostrador. El chico lo tomó y lo revisó unos segundos.
  • Esos caracteres son asiáticos, verdad? - Preguntó el chico ubicando la mejor perspectiva del dibujo para observarlo.
  • Asi es... - Respondi con cierto orgullo. Ese dibujo representaba cosas muy importantes para mi.
  • Y que dice? - Habia pasado mucho tiempo, y ese sentimiento dentro de mi seguia firme, los recuerdos quizá se desdibujaban a traves de los años, pero nada dentro de mi corazon habia cambiado.
  • Dice: “Alexandra Medina, te amo...” - Le expliqué señalando uno a uno los caracteres que formaban la frase dentro del dibujo.
  • Oh que romantico se ve, debeis amarla mucho . - Asenti guardandome el hecho de que ya habian pasado siete años sin verla.
  • Mucho... - Sonrei. Depronto un hombre de mas edad, y aun mas cubierto de tatuajes se acercó al mostrador. Su aspecto era un tanto hipster.
  • Que tenemos acá Marcos, otro cliente? - el chico le extendió al hombre el dibujo. - Pero si es que está de puta madre, que dice? - Nunca dejaban de hacerme sonreir esas jocosas expresiones de los españoles.
  • Dice “Alexandra Medina, te amo... “, mira. - El chico señalo los caracteres mientras yo soportaba aquel toque de divulgacion de mis sentimientos.
  • Os lo quereis tatuar? - Me preguntó el hombre.
  • Asi es... -
  • Lo quereis en blanco y negro o en colores? - Replicó el.
  • En colores... - Recordí cierto tatuaje y sus bellos colores.
  • Os saldrá un poco caro... - El hombre volvió a preguntar un tanto dudoso.
  • Eso no importa... - Dije sonriendo. Mi sonrisa se contagió al los dos al frente mio y me invitaron a seguir a un area de espera mientras el tatuador hacia el bosquejo de la imagen que yo habia traido.

Media hora despues, el tatuador vino hacia mi con cara de satisaccion y me mostro el bosquejo que aplicaria sobre mi piel. Se veia perfecto. Despues de resolver el lugar donde me haría el tatuaje, accedi a una de las camillas y me recosté en ella.

  • Este tatuaje tiene muchos detalles... - Comencé a sentir las punzadas de la maquina y no pude dejar de hacer una mueca de dolor.
  • Si... - Aguantaba como mejor podia. El tatuador se quedó en silencio unos segundos, parecia concentrado.

Justo a mi mente vino el recuerdo de la ultima vez que hice el amor junto a Alexandra. Sus tatuajes. Su piel...  cada palabra en mi mente permanecía a traves de la melancolía que aun sentia dentro de mi corazon.

Te estas robando todo de mí... me rescataste en una noche con un gesto tomándome en tus brazos y llenándome de afecto

  • Joder... os estoy lastimando? - Depronto desperté de mi ensoñacion y senti las lagrimas en mi cara. Por qué tenia que recordarla asi a cada momento? Cada vez que me perdía en cada uno de los maravillosos momentos que habia vivido a su lado, terminaba igual. Llorando.
  • No, no... perdona... - Me limpié rapidamente la cara.
  • Puedo parar si os está doliendo mucho. - Insistió el artista haciendo una pausa para mirarme a la cara. - Estais llorando...
  • No lloro por el tatuaje, hay otras cosas que cuando se vienen a la cabeza duelen. - El hombre sonrió entendiendo respetuosamente mi explicacion sin ahondar mas, desde luego, podria ser que esa no era la primera vez que a un cliente la afloraban los sentimientos mientras le tatuaban algo en la piel
  • Este lugar ha visto mucho clientes llorar... - Explicó el. - Estos tatuajes son muy importantes para las personas...
  • Si que lo son... - Respondí con un suspiro, aun asegurandome de haber limpiado todas las lagrimas de mi cara. Justo en ese momento sonó mi telefóno. - Me das una pausa por favor.
  • Claro, adelante. - Dejé de sentir los piquetes en mi piel y me reincorporé.

Gaby!! Que gusto saludarte.  - Gabriela no dejaba de llamarme a pesar de lo ingrata que habia sido en mis viajes por el mundo.

Que bueno que contestais!! Estaba preocupada por vuestra suerte desde que hablamos la ultima vez. - Sonreí. Ella era quizá mi mejor amiga.

Lo siento! Establecerme en Ibiza ha sido complicado, ya sabes, comprar una linea y todo eso.

No tenes que explicar, os he llevado la corriente no se cuanto tiempo. - Dijo ella con su risita al hablar.

Si, lo se, gracias por nunca abandonarme, eres casi la unica persona que me queda. - De nuevo me agarró la nostalgia. Este andar por el mundo me mantenia desconectada de todo y de todos. Ella se esforzaba en no perderme la pista.

Estef como va ese corazon...? - Suspiré de nuevo. Justo hacia un momento habia revivido la respuesta.

Igual... - Dije resignada.

Aun la recuerdas? - Hubo un silencio de varios segundos.

Si...

Han pasado ya seis años, teneis que olvidar... - Su voz se torno seria. Era lo mismo de siempre, ella me lo recordaba con frecuencia.

No es tan facil... - Y esa era mi clase de respuesta de siempre.

Entonces os vais a quedar toda la vida viviendo de vuestros recuerdos? Ya no sois una niña, el reloj os hace tic, tac... - Pero esta frase era nueva.

Es que no yo capaz!! Ya lo he intentado, lo juro... - Repliqué cambiando el movil para el otro oido.

Con quien?

Hum.... - Iba a inventar una mentira pero me demeré demasiado.

Os estais pasando mujer!! Teneis que salir de esa capazon Estefanía, teneis que volver a vivir, a sentir...Joder, minimo tenes un cita, hay muchos chicos y chicas buenos dispuestos a...

Ya hemos hablado de esto Gaby...

Y os lo repetiré hasta que os entre!! - Sonrei.

Lo siento...

Os tengo que dejar porque debo recoger a mi hija de la guardería. - Se le notaba apresurada. - Pero no os escaparais, hablaremos de este tema muy pronto.

Ok, esperaré la llamada.

Adios...

Volví a acercame hasta el tatuador y tomé posicion para que el continuara el trabajo de dibujo sobre mi piel.

  • Podemos continuar... - Le dije fingiendo una sonrisa. Desde hacia mucho tiempo que las sonrisas en mi cara no eran completas asi fueran autenticas.
  • Perfecto. - La maquina se encendio y nuevamente comenzó el ardor en mi piel.

Un par de horas despues y algunas pausas para que el tatuador pudiera fumar un cigarrillo, finalmente el ruido de la maquina terminó.

  • Estamos listos! - Dijo exhalando aire cansado. - Quereis verlo? - Dijo levantandose del asiento para ir a tomar un espejo, que despues me trajo. - Mirad. - El tatuaje era perfecto. Se veia muy bien alli justo sobre mi corazon.
  • Increible... - Esta vez mi sonrisa fué plena, hasta llena de lagrimas, las cuales volvi a limpiar. - No sabe cuanto agradezco que me lo haya hecho.
  • No hay de que. - Dijo sonriendo conmovido tambien con mi reaccion.

Despues de proteger el tatuaje en mi piel y cancelar el costo sali del local. Ya finalizaba la tarde y lo unico que se veia eran los autos de la gente que iba de fiesta. Ibiza era un lugar de fiesta las 24 horas y no era de extrañarse que la gente fuera y vieniera en lo autos buscando los mejores antros para ir de fiesta. Yo sin embargo, estaba muy aparte de esas cosas. Queria reencausar de nuevo mi profesion en España despues de la larga sancion que habia tenido mi carrera por causa de los Medina, y desde luego, en eso estaba enfocada.

Ibiza no era el lugar mas convencional para darle rumbo a una carrera, sin embargo, era un buen lugar. Tras el bullicio de la zona turistica habia una ciudad no como cualquiera, orientada al comercio, a los pequeños bares y pubs.

Al darle una mirada a lo lejos a la ciudad, aun oia el bullicio. Dí gracias a haber podido comprar un pequeño piso que gozaba de cierta tranquilidad. Ahi en el balcón, se veian luces que se movian, otras intermitentes, y una brisa costera que adormilaba los sentidos. Un tanto complacida por ese tipo de tranquilidad, dejé el balcón y busqué en mi cava improvisada una botella de brandy, luego fuí a la mesita de noche y localicé mi vaso de costumbre, el mismo que durante dias y dias había acumulado resquicios del brandy seco de otras noches. Como por instinto, tomé la carta, esa misma carta que habia sido la desdicha de todos mis años y quizá las ultimas palabras vivas de la persona que mas habia amado.

Volví al balcón mientras me servía un trago y abrí la carta. Mis ojos fueron al mismo texto de siempre, en donde las marcas de las lágrimas arrugaban el papel.

No quiero decir que te perdí, pero no puedo borrar todo lo viví. Siento ganas de llorar, me cuesta respirar el Brandy calma mi sed. Y este suspiro que se cuela entre el humo del cigarrillo y yo y tu mi amada chica chocolate.

Te espere en ti confié y en tus labios me quede. Pero tu apagaste mi luz!

  • Alexandra... - Suspiré acostumbrada a esa dualidad sostenida de vivir con tanto dolor y con tanto amor en el pecho. Aun asi, las lagrimas aun salian. No importaba cuanto quemara el brady por la garganta, no habia noche de pasion, no habia noche de licor, ni de aventuras que lograran borrarmela de la mente y del corazon. - NO!!!!!!! - Lancé al vaso contra el piso y este se quebró en pedazos pero no me importó.Volví al rincon que me habia visto llorar tantas veces y comencé a llorar, bebi de la botella varios tragos y luego la dejé a un lado.

Abri de nuevo la carta.

El sol ya no puede brillar sin tu amor ese que un dia sintió tu corazón, pero ya hoy no.

Quien te amara siempre... Tu Musa

Recosté la cabeza hacia atrás.

  • Yo tambien te amaré para siempre... mi musa. - Suspiré con todos los recuerdos en la mente y con el sentir dentro del corazon como si apenas hubiera acabado de vivirlo todo. Era inevitable. Seguía enamorada de Alexandra Medina aun cuando habia pasado tanto tiempo.

Di unos sorbos mas a la botella de brandy. Justo en ese momento recordé mi grandioso voluntariado para dar clases de primeros auxilios en el hospital. Tendria a un monton de chiquillos de un colegio privado a los que tendria que hablarles de temas de primeros auxilios. Por qué seguia haciendo estas cosas? Hasta cuando iba a salvar el mundo jodiendome a mi misma? Ni siquiera tomé la botella, la dejé alli y caminé hasta la cama y me dejé caer en ella.

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Felices dias,