La historia de la Dama & su Poeta 11

Gustavo has sabido algo de ella?... -Lo ultimo que supe de ella fue atravez de un correo electronico

Capitulo 11

Asi abandone la clinica regresando al departamento que hacia ya 2 meses compartia con mis padres que “cuidaban de mi salud”. Quizas eran muchas emociones arremolinadas en mi ser, las pruebas estaban en mi mano, todo lo que habia ocurrido estaba en simples hojas de papel tan detallado. Me dolia, mis ojos no se contenian y me obligaban a llorar, que mas podria ser? Habia perdido a mi hermana, ahora era madre, estaba comenzando una nueva vida luego de haber muerto dos veces. Y por si fuese poco la unica mujer que habia amado despues de tanto, mi madre se encargo de destruirla y de alejarla de mi.

Quise recurrir al alcohol y cigarrillos pero recorde que ya no habria una nueva oportunidad. Así que con mi abatido ser me levante de la silla llevando en mi mano derecha todos los documentos en los cuales me mostraba la verdad que mi madre me callaba a gritos. El estado en el cual me encontraba no era el mejor, recien habia sido operada y estas pequeñas crisis depresivas no me hacian bien, quizas enfrentar a mi madre no me hacia bien, o no me hacia mal, pero ignore mis pensamientos y camine a la habitacion de mi madre, aprovechando que la bebe estaba con Kelly y mi padre de compras.

–                    Podemos hablar? -dije de pie frente a su habitacion, ella leia una revista la cual dejo a un lado solo para abrirme un espacio en la cama-

–                    Claro hija, ven sientate, de que quisieras hablar.

–                    Quisiera vos me hableis de lo que ocurrio cuando estuve hospitalizada, solo me han contado retazos.

–                    No hay mucho que decir hija. Ya todo lo sabes. -dijo ella con un tono de voz tan pacifico restandole toda la importancia al asunto.

–                    Cierto madre, teneis toda la razon, claro que lo se todo. Pero... no por vos.

–                    A que te refieres Alexandra?

–                    A esto madre -le entregue los documentos, ella comenzo a revisarlos y sin ningun remordimiento de su ser solo pudo salir esa frase que tanto dolio-

–                    Todo lo que hice lo hice por tu bien y el de mi nieta.

–                    No teniais derecho madre! La culpa no fue de ella y vos lo sabeis muy bien.

–                    Ya no hay tiempo para lamentaciones Alexandra, y todo esta hecho, ella ha desaparecido de tu vida y eso es lo mejor.

–                    Lo mejor para quien? -pregunte levantandome de la cama- Para quien es lo mejor madre?

–                    Para ti! Estefania solo creo heridas y asosiego a esta familia.

–                    Me importa un grandisimo carajo! Yo la amo! Y vos te habeis encargado de destruirla!

–                    Es lo minimo que merecia despues de haber matado a Alejandra!

–                    Joder! Que nadie mato a nadie! Alejandra quiso dar su vida por mi, pero claro vos jamas entendereis eso... Porque vos jamas me quisisteis.

–                    No digas estupideces Alexandra por favor a todas mis hijas las he querido por igual.

–                    Mentis, a Ale siempre la preferisteis, solo porque ella no resulto ser lesbiana! Si madre, aceptalo de una puta vez, teneis a una hija lesbiana. Escuchadlo muy bien LES BIA NA! -y mi mejilla termino colorada tras su bofetada- Siempre habeis recurrido a los golpes para callar lo que siento.

–                    No sabes las atrosidades que dices Alexandra.

–                    Vos no sabeis lo que decis madre! Pero sabeis que? No mas, no soportare otra humillacion mas de vuestra parte. Mucho daño me hicieron los malditos de vuestros hermanos, para seguir callando lo que siento. Amo a Estefania Del Castillo y no lo dejare de hacer solo porque vos no lo querais aceptar,

–                    Callate Alexandra! Callate! Aun sigues siendo una niña estupida!

–                    Al diablo vos y todas vuestras creencias ridiculas. Amor es amor y mi amor no morira por culpa de vos.

–                    -y de nuevo otra bofetada-

–                    -Conteniendo mis lagrimas hable seria y mirando por primera vez con odio e ira a mi madre- recordad algo muy bien Anais Do Santos' esto que me habeis hecho no se le hace a una hija. Y desde hoy, olvidad que soy vuestra hija. Yo seguire, continuare así como siempre me lo repitio Alejandra. A vosotros no os agradezco ni debo nada, sois muy poca cosa a pesar de ser mi madre. Me ire y Sophia vendra conmigo.

–                    No puedes hacer eso. No estas en capacidad de hacerte cargo de una bebe.

–                    Soy legalmente la madre de Sophia Alejandra y Asi seguira siendo! Estoy reaccionando muy bien a esto -dije refiriendome al trasplante- Y si teneis algun problema os pido que lo arregleis con mis abogados. -Ella quiso volver a tocar mi rostro, pero esta vez con mis fuerzas extintas reaccione y detuve su mano- No madre, ya no soy la misma niña de 4 años a la cual dejabas sin comida por decir que le gustaba su compañerita! No mas Anais. No mas!

–                    Ni se te ocurra volver a tocar a mi hija Anais! O sabras de lo que soy capaz.

–                    Tu callate Alfredo, que por eso Alexandra es como es.

–                    Ella es mi hija y un orgullo sin igual, -se acerco a mi y tomo mi mano viendome a los ojos- Hija quiero decirte que lamento no haber reaccionado antes, no haber detenido todos los errores de tu insensata madre. No haber pensado en todo lo que sufririas, te amo mi pequeña poeta -mis ojos se humedecieron con cada una de sus palabras- no dejare de hacerlo. No dire que perdi a una hija, porque se muy bien que Alejandra quiso morir por ti desde que supo lo que habia ocurrido. He sido el peor padre, tratando de darles lo mejor y olvidandome que el afecto y el amor es mas valioso e importante que todo. Otra cosa mi amor -dijo acariciando mi mejilla con ternura- No dejes de luchar por quien amas, deja que tus letras fluyan sin importar lo que tu madre o cualquier persona digan! Eres una gran mujer y sin duda alguna mereces ser feliz. Se que educaras de la mejor manera a Sophia. Que tus heridas no detengan tu caminar y las cicatrices te impidan sonreir. Estare en tu corazon siempre, y si es tu decision marcharte para poder continuar con tu vida hija mia, creeme que cuentas con mi apoyo total e incondicional. Te deje ir una vez y olvide lo pequeña y fragil que eras, te lastimaste y volviste herida me dolio tanto verte sufrir que no pude ser fuerte para ambos, recuerdo cuando solo eras una niña y corrias a mis brazos tras descubrir algo sorprendente, se que esos tiempos no volveran y que lo que diga ahora ya no es suficiente para curar tus daños pero quiero sepas que cuentas conmigo hija amada. -Y llore, llore abrazando a mi padre sintiendome protegida e invencible en sus brazos.

–                    Te amo papá. He de marcharme mañana en el primer vuelo.

–                    Se feliz hija mia, muy feliz.

–                    Siempre agradeci la sencillez de vuestras palabras, y el entregarme esto que aunque vos lo veais tan poco para mi es muchísimo

Abrace de nuevo a mi padre sintiendome feliz y completa por un segundo el beso mi frente y seco con sus pulgares mis lagrimas.

–                    No llores, lucha. Y sean felices.

–                    Os amo.

Con esa frase sali de la habitacion reincorporandome camine hacia donde se encontraba Kelly.

–                    Te llevare al aeropuerto.

–                    Gracias amiga.

–                    No debes agradecerme nada, debes superar muchas cosas y estar aquí no te hace bien.

–                    Y tú?

–                    Volvere a Venezuela. Debo vigilar tus intereses.

–                    Volvere, creeme que volvere apenas me sienta bien. Despues de todo tambien os pertenece a vos. Sos parte de esa impreta.

–                    No, solo cuido tus intereses -dijo ella quitandose importancia a su trabajo-

–                    Os callas. -me acerque despcacio a la mesita donde guardaba unos papeles y con una sonrisa los abrace y se los entregue.- aqui tenes, disfrutad eso.

–                    Ella abrio la carpeta llevandose una sorpresa- Alex no puedes hacer esto.

–                    Ya lo hice, es vuestro regalo. Habeis cuidado de ella muy bien teneis derecho, aun quizas mucho mas del que yo pueda tener.

–                    No podria aceptarla y vos?

–                    Yo vivire con mi pequeña Sophi.

–                    Esto es mucho y...

–                    Y bla bla bla... No importa que mas da. Aceptad el obsequio. Ese es mi regalo. Y quiero lo acepteis.

–                    -Ella se levanto conteniendo la euforia y me abrazo- Gracias amiga, no se cuentas cosas mas te debere.

–                    Consideremoslos a pares despues de haberte tenido un año sin tu pequeño con el corazon en la mano y sufriendo cada emocion teneis derecho de ser un poco feliz.

–                    Sabes que la imprenta siempre seguira siendo tuya tambien no?

–                    Solo os ayudare en lo que necesitareis. No mas.

–                    Alex pero.

–                    Pero Alex nada, es mi obsequio para vos, ahora solo sonrie, y dejemos tanta platica quiero ver a mi pequeña morza.

–                    No le digas morza!

–                    Es que lo unico que hace es comer y dormir. -replique juguetona-

–                    Pero es tu hija.

–                    -Sonrei embobada repitiendo despacio la frase- Es mi hija.

–                    Tonta.

Ambas fuimos a ver a Sophi quien dormia en su cuna. Las horas siguieron pasando mientras mi mejor amiga y yo arreglabamos las maletas.

El aeropuerto.

–                    A donde iras?

–                    A un lugar donde pueda vivir sin ella.

–                    -Ella solo me abrazo fuerte aprisionando mi dolor-

–                    Estare en Ibiza, siempre me a gustado el mar. -respondi con un suspiro-

–                    Le enseñaras a nadar a esta hermosa criaturita -dijo ella acariciando la mejilla de Sophia-

–                    No lo dudes, sera toda una experta al igual que yo. - Si se nadar!! No fastidies!! Es que... la verdad hace mucho no lo hago. Sonrei ampliamente al recordar su cara-

–                    Tierra llamando a Alexandra. Que tanto piensas? -Kelly me conocia bien-

–                    nada que no vaya a olvidar luego.

–                    Estar en el mar te hara bien. Te deseo lo mejor, no perderemos contacto.

–                    Claro que no. -la abrace aun mas fuerte, con ella bastaban las palabras. Se escucho la voz en el megafono y la fuerza de nuestro abrazo se termino- Ese es nuestro vuelo -seque mis lagrimas inconsientes y elevando la mirada al cielo-

–                    Tienes el asiento grande, procure pedir la comodidad para ustedes dos.

No te mereces este asiento!!- Rei ante eso- Por favor, siempre mereci el asiento.

–                    Disculpa?

–                    Merezco ese asiento, al igual que mi pequeña. -sonrei, mientras cargue a sophia desarmando el coche y dejando todo el equipaje-

–                    Cada día te creo mas loca. -dijo Kelly haciendo la pausa en la entrada al avion.

–                    Mi locura es natural -sonrei escuchando de nuevo la voz del megafono avisando que pronto despegaria el avion-

–                    Las cosas llegaran a Ibiza entre esta y la proxima semana.

–                    Os deseo suerte, mucha mucha suerte -ella me abrazo fuerte llenandome de afecto.

–                    No sera necesario, tu me estaras ayudando en cada paso!

–                    No lo dudes, es hora de partir, y recuerda no es un adios sino un hasta pronto.

–                    Hasta pronto mi uno.

–                    Hasta pronto mi cero, os amo como a nadie -nos separamos del abrazo, mis lentes estaban empañados por las lagrimas-

–                    NO LLORES, sonrie, ve que tenes por quien hacerlo.

Me fui alejando luego de pasar por seguridad subí al avion. Sophi durmio todo el viaje y yo solo pude observar y proteger su sueño, al aterrizar, me sentí bien aunque mal. Estaria nuevamente sola, solo con Sophi de quien debia cuidar ahora.

–                    Muy bien mi amor aquí estamos. Sophi y Alex contra el mundo. -La pequeña sonrio contenta.

Empece a desatar las maletas, aunque estar en Ibiza quizas no era la mejor idea, para mi era el mejor paso, no queria estar con mi familia, solo queria seguir y caminar como siempre lo habia hecho. Sophi no tardo mucho rato en comer y volver a dormir, mientras yo recorria todo el departamento recordando cada parte, cada lugar, recordando a mi hermana a quien jamas podria olvidar.

Los días fueron pasando, no me costo mucho volver a conseguir trabajo en una imprenta cerca del puerto. En definitiva Ibiza nunca descanzaba y yo tampoco, cada dia era un día de fiesta y para mi pequeña cada día era un nuevo día para sonreir. Despues de tanto intentar, mejore un poco mi voz y pude cantarle cada noche Luchare.

Su sonrisa me hacia feliz, pronto los meses fueron pasando y mi pequeña fue creciendo su cumpleaños aunque dolia me hacia feliz, Ale se habia sacrificado solo para que yo tuviera un poco de felicidad. Sophia era una niña inteligente y muy intrepida, no dejaba pasar ningun detalle su sentido de la observacion estaba desarrollado gracias a ese sentido me mantuve soltera por mucho tiempo.

Oh llegare tarde! Diantres llegare tarde. -Pise aun mas el acelerador y llegue al porton gris.-

Estaba solo, ciertamente solo, me sorprendi tanto que le pregunte al vigilante... Mi suerte era asquerosamente mala, mi reloj se habia adelantado una hora, ya decia yo que la tarde se me habia pasado rapido. Ahora que mas podria hacer? Solo me sente sobre el capo del auto y espere.

Paso un tanto rato despues y aparecio una rubia alta, su piel bronceada y con tetas operadas, su culo todo un agravio nada que la naturaleza no le hubiese dado, el perfilado de su nariz y la perfeccion de sus caderas los tacones altos y la falda -Que mas yo quisiera- esa camisa que mostraba la puerta al paraiso, Dios sabe lo que hizo incito a mi mirada no era cualquier guarra era la señora mujer que estaba provocando mis mas delirantes deseos de sexo.

–                    Disculpa me podrias decir la hora por favor? -pregunto ella acercandose a donde yo me encontraba-

–                    Son las 4:55 Pm -respondi tragando grueso

–                    Gracias... -dijo ella.- Podria sentarme aqui contigo? -ese acento que mezclaba el catalan con un extraño muy extraño español con acento madrileño me hizo reir-

–                    Claro, tomad asiento -me movi un poco sediendole paso en el capo- Esperas a vuestro pequeño?

–                    En realidad es el hijo de mi hermana, ella no lo puede venir a buscar y aquí estoy

–                    Oh vale! Ya os entiendo. -de pronto sentí su mirada clavarse en mi-

–                    Eres Alexandra Medina? -solo asenti con la cabeza- Me encanto vuestro libro, como se llamaba -Chasqueo un par de veces su dedos y luego hablo entuciasta- De una doctora, a luz de una luciernaga- Ese habia sido el libro que hacia años le habia dedicado a Estefania, reviví la sensacion de su rostro al recordar la luciernaga en su mano y el flash en su rostro... Gracias por el cumplido, la mitad de la escena es este bello animalito. Hey, les gusto!! - Me gusto mucho.

–                    Eso es lo que espero, que mis libros les agraden a mis lectores. -ella se acerco a mi peligrosamente-

–                    Pero a mi no me agrada solo el libro sino tambien la escritora -ese tono insinuante lo conocia bien, aunque hacia años que no sabia lo que era-

–                    Este... Si a mi igual me agrada la escritora -dije un poco nerviosa ella se acerco mas tomando atrevimiento para rosar mi mejilla-

–                    Ire al grano, tu me gustas -quede paralizada en seco- Eres realmente hermosa.

–                    Si lo se -dije retirando su mano de mi mejilla y colocandola sobre su regazo... Rechazo sublime- Al igual que mi amor tambien lo sabe.

–                    Jamas mencionaste que tuvieses novia. -dijo ella un tanto cortada-

–                    No soy su novia! Pero cuando querais os pongo en vuestro lugar para que aprendaiz que con mi mami nadie se mete, guarra! -Escuche una voz minuciosa y seria de una pequeña no mayor de 5 años-

–                    Y tu quien eres mocosa entrometida? -preguno la rubia bajandose del capo y colocandose a la altura de la pequeña, por un instante quise intevenir pero la niña hablo mas rapido-

–                    Pues esta mocosa entrometida sera quien os pondra en su sitio. -Dijo Sophia con ese mini Ego-

–                    No me hagas reir enana, si pareces una pulga de circo.

–                    Mierda -dije en un susurro mientras negaba con la cabeza como si estuviese leyendo el futuro.

–                    Ya valiteis madre -Sophis desvio la mirada hacia mi como pidiendo permiso para hacer lo que pensaba yo con una sonrisa le di la autorizacion que ella clamaba-

La rubia termino tirada en el piso cayendo sobre una pila de excremento a raiz de la bofetada muy practica que le dio Sophia.

–                    Para la proxima busca mejor a quien decidis mostrarle el plastico ese que llevais en el pecho, pues mi mami es mia! Guarra!

–                    Eres una... -Ella quiso hablar pero decidi intervenir-

–                    Hey rubia, mejor es que os calleis, ya mi pequeña os a avergonzado bastante, el hecho de que estes sentada sobre los desechos de un perro con la silicona a medio ver ya es suficiente humillacion, no te hagas ver mal parada mañana ante un reportaje. “Famosa ex-miss agrede a una pequeña colegiala por querer ligar a su madre”

–                    no serias capaz? -dijo ella incredula-

–                    No os metais con mi pequeña y vuestra poco dignidad quedara a salvo. -le lance una mirada asesina con una sutil sonrisa, cargue a Sophia quien le saco la lengua a la joven tirada en el piso-

–                    Mi mami me quiere a mi no a regaladas como tu!

Y asi volvia a rechazar a otra mujer. 5 años y ya habia olvidado lo que era una cita, o ser una mujer grande en la conquista. Despues del flechazo de Estefania en mi corazon no volvi a sentir amor por nadie mas que no fuese ella y ahora que solo vivia enamorada de mi pequeña hija.

En el departamento.

–                    Sophi sabes que no me gusta que estes haciendo esos espectaculos.

–                    Mami pero ella queria aprovecharse de ti, no os dejare sola, no quiero nadie os lastime! -su vocesita me enternecio el alma completa-

–                    Mi amor, no es justo que te aproveches de mi asi, yo tambien necesito un poco de atencion. Yo tambien quiero un poco de amor.

–                    Pues yo te lo dare! No esas mujerzuelas que solo quieren un acoston con vos.

–                    Hija mia como has aprendido!

–                    Claro mami, no es algo tan dificil, saber cosas como esas. Sos hermosa es normal que esas sin cerebro os busquen.

–                    Sophi me has herido -fingi dolor en mi alma-

–                    Mami, lo siento, yo te cuidare y te amere siempre. -Ella se acerco a mi, y me abrazo fuerte, besando mis mejillas- Ahora no esteis triste y mejor cuentame un poco mas de la historia de la poeta.

–                    Ve a ducharte, despues de hacer vuestros deberes nos sentaremos en el sofa y te contare el encuentro de dos corazones. La poeta se enamora -dije con ese toque de misterio al hablar-

–                    Se enamora? -pregunto ella emocionada, asenti- Dadme 30 minutos y habre terminado eso debo escucharlo.

Asi Sophia se perdio de mi vista y fue a su habitación, al cabo de un rato volvio y nos sentamos en el sofa como se lo habia dicho asi le conte un poco mas de aquella maravillosa histora que la volvio a dormir de cansancio.

De igual forma dormi yo abrazada a ella sintiendo como la presencia de Alejandra nos cuidaba allí vigilando de cerca de nuestro sueño.

Los dias siguieron pasando, Sophia seguia creciendo y con ella su amor por la medicina, de hecho habia tenido que construirle un pequeño consultorio al lado de su habitacion donde se encerraba durante horas para hacerle cirugia a sus muñecos viejos en las cuales algunos salian bien librados pero otros paraban en la basura.

Despues de Africa, viajé por medio Oriente, mas especificamente a la franja de Gaza, desafortunadamente, en aquel lugar no pude permanecer mucho tiempo, todo el equipo de Medicos sin Fronteras tuvo que abandonar el pais y por mas que protesté no se me permitió siquiera trabajar en uno de los hospitales.

Durante todos esos años trabajé sin descanso, incluso enfermé por el propio rigor de trabajo que me autoinflingí. A veces pasaba dias sin dormir, o sin comer, y con frecuencia terminaba las jornada de trabajo llorando durmiendo donde duermiera. A veces me topaba con el brandy y terminaba en un coqueteo que ni yo misma me creia. Compraba las botellas y dudaba si beberlas o no, usualmente, la bebida afectaba mi pulso al momento de sostener un bisturi y preferia no hacerlo.

Luego de muchas discusiones con la casa matriz encontré que tenia algunas diferencias de opinion y preferi dejar el programa. En ese momento de mi vida me encontré en una encrucijada. Habia dedicado varios años a MSF, en un tipo de medicina salvaje, improvisada, que salvaba vidas con el minimo de recursos para pensar ahora en una medicina de oficina, dentro de cuatro paredes.

Dia con dia me volvia mas feliz aunque estuviese triste sin Estefania, y lloraba en algunos momentos sentada en el balcon, acompañada del silencio. Sus huellas no se borraban de mi vida y su recuerdo se mantenia flameante en mi ser, en ocaciones dolia, en otras me hacia feliz. Pero siempre estaba asi en un estado neutro de sentimientos cuando se hablaba de amor o cuando me hablaban del corazon.

–                    Muy bien Alexandra, ya te puedes vestir. -me dijo Gustavo apagando la maquina de Rayos X

Al cabo de un rato entre al consultorio el ya terminaba mi informe medico.

–                    Estás bien. Muy bien, excelente diria yo. Todo esta en perfectas condiciones.

–                    Me he cuidado lo suficiente. Morire pero no ahora, ni loca dejare a Sophi sola. -el sonrio- Entonces? -queria llegar al tema de todas mis noches pero no sabia como-

–                    Nada, todo esta en orden, aquí tienes tus placas, solo procura no excederte tanto con los ejercicios -en ocaciones me recordaba a mi madre y su protección constante-

–                    Esta bien mama, no hare tanto ejercicio y me descuidare mas a menudo para que crezca una lipa en mi panza.

–                    Alex es tu salud no empecemos de nuevo.

–                    Si Gustavo tienes razon ya estoy bien grandecita para esos berrinches.

–                    Aqui tenes vuestro informe.

–                    Gracias... -Ya iba a salir del consultorio pero me detuve justo cuando tome la manilla- Gustavo has sabido algo de ella?

–                    Lo ultimo que supe de ella fue atravez de un correo electronico que estaba comenzado a ejercer de nuevo su profesion.

–                    No sabeis donde? -pregunte con mas curiosidad

–                    Es mejor que dejeis las cosas asi Alex.

–                    No puedo Gus, no puedo!

–                    Ya han pasado muchos años- dijo el con ese tono de derrota-

–                    Muchos años y todo lo que vivi a su lado sigue igual de latente.

–                    Quisiera ayudaros, pero no se mas. Lo que me dijo es que comenzara a dictar clases acerca de su mencion en un colegio privado en el lugar donde esta.

–                    Mami ya te dijeron que estas bien, nos podemos ir? -dijo Sophia entrando al consultorio

–                    Claro mi amor, por supuesto que ya nos iremos... -Vi a Gustavo dejandole mis esperanzas- Ya me marcho Doc, sera hasta una proxima visita.

–                    Nos veremos en la proxima consulta. Chao pequeña

–                    hasta luego señor, cuidese.

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