La historia de la Dama & su Poeta 10

Teneis razon, creo que despues de todo, Estefania si me amo....- Y os ama, lastima que no puedo ayudaros con mas informacion sobre ella.

Capitulo 10

-                   Alexandra ya estais de alta. -me dijo Gustavo entregándome la carpeta llena de documentos-

-                   Ostias, en hora buena, no quiero seguir en estas cuatro paredes, no me malinterpreteis es solo que  muero por sentir el sol y correr. -Dije poniendome de pie con ayuda de Kelly-

-                   Hey! Debeis guardar reposo! -dijo el con autoridad-

-                   Gustavo! -reproche sosteniendome de mi mejor amiga

-                   Joder que no sois una cria tia! Debeis cuidaros porque si se os olvido, moristeis dos veces, teneis suerte de estar aquí hablando. Asi que debeis seguir el tratamiento y terapia para dentro de seis meses esteis bien. Kelly sereis responsable de ella!

-                   Ostias carajo! Seis meses? -pregunte incredula, el asintio- Alejandra en buena hora vinisteis a salvar mi vida -de pronto me llene de añoranza sintiendo un pequeño mareo en mi cuerpo-

-                   Estais bien? -pregunto Gustavo sosteniendome-

-                   Si -respondí inconciente de lo que pasaba-

-                   Tranquilo, yo me encargare de cuidarla.

-                   Eso me alegra, mejor que nadie sabes todo lo que pasamos junto con la doctora Del Castillo para lograr estabilizar a esta poeta.

-                   Estefania estuvo aqui? -pregunte buscando una esperanza de quizas volver a verla-

-                   Estefania? -Repitio Gustavo- De que hablais Alexandra (PIENSA RAPIDO GUSTAVO O SE DARA CUENTA!)

-                   Alex lo que quiso decir Gustavo fue que... -(Vamos Kelly una buena)- Todo el personal clinico se involucro en ti, esto parecia rescatar a una princesa de un castillo! Pero al fin te rescataron!

-                   Si, a eso me referia.

-                   Vosotros me estais ocultando algo! -Le dije viéndolos seria- Y tarde o temprano sabre que ocurre Aquí

-                   No ocurre nada, pero si no cuidais vuestra salud vaya que ocurrira algo!

-                   Si lo se! Pero... Duele! -Kelly me tomo de la mano haciendo que la viera-

-                   Alex por que lloras? -pregunto Kelly a mi lado-

-                   -Fue hasta entonces que me percate que mis mejillas estaban humedecidas y que de mis ojos parecian dos cataratas- No lo se -respondí con la voz quebrada-

-                   Venid vamos a sentaros

-                   No! -dije reaccionando- Me voy, estar aquí me hace daño. -me reincorpore un poco y con el pañuelo que Kelly me ofrecio seque las lagrimas en mi rostro- Gracias Gustavo, despideme de Iñaki -lo abraze fuerte recibiendo palabras que me confundieron-

-                   La verdad esta mas alla de lo que sabes. -culmino nuestro abrazo abriendo una pequeña brecha en mi mente buscando la respuesta a su comentario. QUE VERDAD? Y que se supone que se yo? - Hasta pronto Alexandra, y recordad que la vida no da segundas oportunidades asi que aprovechad de la mejor manera esta. -su mirada se desvio hacia Kelly abrazandola de igual forma-

-                   Cuidale! -Escuhe que le murmuro junto con otras palabras que no logre escuchar-

-                   Nos veremos pronto Gustavo. -ni si quiera pude sonreir-

Al salir de la clinica y tener el enorme sol de Madrid en mi cara me sentí mal, muy mal, pero no fisica, sino sentimentalmente.

Estaba allí, y ella no estaba, mi hermana ya no estaba, mi complemento y otra mitad ya se habia ido, y de mi gran amor no habian rastros ni huellas.

Dolia! Todo dolia desde el mismo momento que fui conciente en mi habitacion estando internada y escuche a Kelly decir.

-Se ha ido, pero no nos a abandonado-

Su expresion fue realmente dolorosa y mi dolor fue aun mas al saber que ella habia dejado su vida por mi. Nadie entiende lo que es despertar de la muerte y saber que a quien mas amaste de tu familia   murio por ti! Queriendo dejar su oxigeno para que fuese yo quien ahora respirase por las dos, ahora ya no estaba a medias, era una mujer completa mi hermana de cierta forma estaba conmigo aunque sus restos ahora fuesen polvo su vida estaba conmigo y la hija que habia dejado a mi merced.

A pesar de todos mis esfuerzos, no pude hacer nada para entrar al hospital. Los Medina habian puesto una estricta vigilancia en todas las entradas, incluyendo las mas locas, como la insolita puerta por donde sacaban los residuos orgánicos. Siempre en cada entrada habia un hombre alto, vestido de negro y con un pequeño audifono en el oido. Ese era el dispositivo de seguridad, los escoltas de la familia.

  • No puedo creer que os esté acompañando a esto de nuevo. - Gabi observo como me escabullia en el asiento para que no me vieran.
  • No pueden verme Gabriela, no entiendes? - Dije apenas asomandome mientras el auto seguia moviendose.

De pronto el auto dejo de moverse.

  • Que haces Gabriela? Van a darse cuenta! - Dije alarmada.
  • No, no os voy a patrocinar mas esta charada tia... - Aunque estaba concentrada en las entradas del hospital, la seriedad de Gabriela me hizo olvidar aquello por un segundo. - Que no os dais cuenta? - Ella apagó el auto. - Teneis que saber cuando dejar de luchar...!!!
  • No puedo rendirme... - Volvi a mirar hacia el hospital.
  • No vale la pena Estefania, se supone que el amor os debe mejorar, os debe dar alegria, pero desde que conozco de vuestra historia, lo unico que he sabido es que estais cuesta abajo... - De nuevo Gabi hizo que pusiera mi atencion en ella. De algun modo sus palabras parecian tener sentido.
  • No es asi... - Intente defenderme.
  • Por qué os dejasteis traer hasta España sin ninguna otra seguridad que los contactos que teníais? Por qué os dejasteis usar para una cirugia que cualquier otro hubiera podido hacer? Por qué vuestra carrera ya vale un rábano acá en España? - Ella se quedo un segundo mirandome. - Por amor a Dios tia!!!
  • Y qué si es asi, ah? Yo amo a Alexandra!! - Repliqué con seguridad.
  • Y de que os ha servido ese amor? - Dijo con seriedad. - Mirad esa pareja!! - Dijo señalando a una pareja que caminaba de la mano. - Veis como sonrien? Eso es amor!! - Luego giró el espejo retrovisor hacia mi. - Ahora mirad vuestra cara... Veis esa cara de tristeza? Veis esas sombras en tu cara? Ese amor que tanto decis no os da nada!! - Su frase me hizo enojar.
  • Entonces para que me acompañas??? - Repliqué enfadada.
  • Porque sois mi amiga y os tengo que apoyar, pero es que esto si me lleva de los cojones...!!! - Su expresion fue mas seria que nunca. - Os tengo que decir Estefania, vais cuesta abajo, y si no quereis que los Medina hagan hat trick con vuestro trabajo, vuestro amor y vuestra vida, entonces, vigilad esas decisiones que estais tomando!! - Sabia en el fondo de mi corazon que Gabriela tenia razon, pero no podia afrontarlo aun, me resistia a dejar de pelear por ver siquiera una vez mas a Alexandra.
  • Pero que hago Gabriela...? Como le digo a mi corazon que no sufra por ella, que no se preocupe, que no quiera verla...? - La fuerza de la verdad que ella me decia me hizo llorar.
  • Tiempo Estefania... - Replico. - Las cosas estan muy calientes, los Medina os quieren muerta, el estado de la Alexandra puede que esté complicando la cosa... - Hizo una pausa y me tomo la mano. - Sé que os duele, pero si pensais en el bienestar de Alexandra, teneis que pensar en dejar de controlar la situacion y dejar que su familia la cuide...
  • Tiempo? - Habian pasado semanas sin verla, pensar en mas tiempo me enloquecia.
  • Teneis que aceptar que cualquier cosa que hagais en este momento solo empeorará las cosas para vuestra situacion, y se la complicareis a Alexandra quizá. - Su cuestionamiento se hizo loable solo cuando menciono a Alexandra. Despues de haber visto la actitud de su madre, y con el estado vulnerable en el que Alexandra estaba, no imaginaba que podria pasarle. Suspiré.
  • Vamos a tu departamento... - Le dije resignada. La verdad dolia mucho. Gabriela encendio la marcha del auto nuevamente y tomamos de nuevo rumbo alejandonos del hospital. Ella habia logrado meter en mi corazon la semilla de la duda. Realmente iba a perder mi vida... todo, tan solo por amor? Alexandra Medina se habia convertido en mi vida, pero quiza por ese momento, ya no podria serlo... y quien sabe cuando lo seria de nuevo.

Desde esa tarde, Gabriela cambió conmigo. Comenzó a cuestionar mas y mas mi actitud hacia lo que llamaba “La cosa Medina” Hacia un trabajo mental prudente y meticuloso recordadome nuestros viejos sueños de estudiantes de Neumologia, y desde luego, sus palabras tenian efecto en mi. Mas dolorosos se volvian mis recuerdos con Alexandra, mas se quebraba mi alma, y desde luego, mas insistente me volvia tratando de entrar verla. Un buen dia por la tarde, decidi que haria lo que fuese para entrar a su habitacion. Sabia que según la cronologia del tratamiento, Alexandra deberia estar en un estado importante de recuperacion.

Y de nuevo tuve frente a mi al hospital, y de nuevo a los escoltas. Esta vez decidi tomar una actitud diferente.

  • Usted me conoce, verdad? - Dije acercandome a uno de ellos.
  • Atencion...  - Dijo el escolta como haciendo la advertencia de que yo estaba alli.
  • No se preocupe, no voy a hacer nada. - Le dije mirandolo a los anteojos oscuros que portaba de modo impasible. El hombre no me dijo nada. - Usted tiene familia? Una esposa, o alguien que quiere verdaderamente? - El hombre no respondió nada de nuevo. - Mire, sé que usted está haciendo su trabajo, y de hecho usted y todos sus compañeros lo han hecho bien, ni siquiera he podido ver a la persona que mas amo... - Sentia que le hablaba a una pared, pero aun asi continué. - No soy una persona peligrosa...
  • Alberto aun recuerda la patada que usted le ha dado en sus partes blandas - Respondió finalmente el escolta. - Usted es un individuo peligroso.
  • Alberto? - Patada.... partes blandas... Justo en ese momento recorde al escolta que habia golpeado.- Hubiera hecho lo que fuera por ver a Alexandra... - No podia borrar mi error, preferi aceptarlo. - Ojala Alberto me disculpe, ojala hubiera encontrado otro camino que lastimarlo... - El hombre se retiro los anteojos y me miró como si hubiera logrado captar su atencion.
  • Usted ha estado rondando por aca las ultimas semanas, le hemos vigilado. - Dijo con una sonrisa cinica. - Si que ha sido insistente.
  • Es porque amo a Alexandra... - Dije con seguridad. - Me niego a no poder verla, necesito verla...
  • No puedo darle ingreso... - Replicó mirandome con seriedad.
  • Ayudeme... - Contesté con angustia. - Quiero ver a Alexandra... Necesito verla... - El aspecto rigido de su cara comenzo a disminuir. Comencé a tratar de persuadirlo, y el hombre solo me escuchaba.
  • Mire... - Finalmente me interrumpió. - La señorita Alexandra ya no está aquí. - Su respuesta me congeló. - La señora Anais nos pidió que nos quedasemos solo para engañarle y hacerle pensar que la señorita Alexandra aun estaba en esta institución, pero la verdad es que no.
  • Que? - Senti la dificultad de mi corazon para palpitar. - Sabe usted para donde se la llevaron? - No podia creerlo.
  • No lo sé. - Respondió impasible.
  • Dios... no puede ser... - La lagrimas comenzaron a fluir de mis ojos.
  • Doctora, no conozco el fondo de la situacion, pero le digo que jamas habia visto a la señora Anais actuar de forma tan radical para proteger a su familia - Dijo mientras me esforzaba por no desfallecer ahi mismo. - Le recomiendo que se aleje, el poder y la influencia de esta familia estan por todo el mundo... - Y de nuevo alguien me amenazaba, asi fuera de modo indirecto.
  • Me esta amenazando? - Respondi con algun dejo de orgullo.
  • No... - El hombre hizo una pausa y miro para ambos lados. - Sé cuando una persona es peligrosa y usted no luce como tal... Parece una buena persona, solo le advierto para que sea mas cauta... - El hombre ajusto el pequeño audifono en su oido. - Ahora vayase... no necesita saber mas.

En ese momento entendi que habia perdido la oportunidad de ver a Alexandra de nuevo. Que finalmente su madre habia logrado alejarla de mi. No tuve mas alternativa que irme de ahi.

Los escoltas nos llevaron por orden de mi madre al departamento donde vivi el embarazo con Alejandra, al entrar alli sentí su fragancia embriagarme y de nuevo el mismo dolor en el pecho que me mareo, con un autoreflejo me sostuve de la manilla de la puerta, luego de un hondo respiro camine despacio a la cama y me tumbe, abrace fuerte a Solé apaciguando asi mis innumerables lagrimas. De tanto llorar dormí, quizas fueron dias o solo un par de minutos, solo se que el agudo llanto de una pequeña criatura me desperto, con la pesadez que abrigaba mi cuerpo camine arrastrando los pies por toda la alfombra del piso y me encontre en la sala con kelly y los abogados de Alejandra, que a su vez solian ser los mios. Una pequeña niña de piel clara y ojos ambar con una melena algo rojiza.

-                   Hola -dije para romper el hilo de su conversacion y reincorporarme.

-                   Alexandra Medina, con vosotros deseo hablar. -Hablo Lorenzo levantándose y acercandose hacia mi para saludarme-

-                   Lorenzo Loa, que cosas veros por aquí? -pregunte curiosa-

-                   Venid sentaros, os deseo hablar de algo de suma importancia, y es de esta criaturita -acaricio la manito de la bebe y sonrio- Ten leed asi sabreis a que me refiero.

Cogi los documentos que el me entregaba y con suma cautela empece a leerlos, mis ojos se humedecieron mientras mas leia, pase cada a una las paginas de ese escrito y la puñalada a mi corazon se intensificaba.

-                   Alejandra como fuisteis capaz? -pregunte en un susurro-

-                   Debeis presentar a la pequeña.

-                   Pero como puedo ser yo la madre legar de ella? Ale entonces tuvo que... -calle dandome la respuesta automatica- Ostias! No lo olvido -sonrei triste- ella hizo realidad lo que prometio -dije dejando caer  una lagrima llena de añoranza-

-                   Estos documentos que veis aquí dicen claramente que vos sois la unica madre de la pequeña. Y que teneis todo el derecho sobre ella, escrito y firmado por vuestra hermana antes de morir. -escuchar eso me hizo desatar el fuerte nudo que habia en mi garganta.

-Lorenzo, que bueno que pudieseis venir aquí hoy.

–                    se que no me llamariais, si el asunto no fuese de real importancia, contadme, en que os puedo ayudar.

–                    Lorenzo, has servido a mi familia durante muchos años, y mi padre confia ciegamente en vosotros, asi que he decidido hacerlo igual, no se cuando, ni se porque motivo morire, asi que deseo estar preparada.

–                    Alejandra, disculpadme que me entrometa en vuestros asuntos pero considero aun estais muy joven para pensar en la muerte.

–                    Puede que sea joven, pero el dia de mi muerte sere la persona mas vivida de todo el mundo. Asi que deseo redactar de forma precisa y concisa mi testamento.

–                    Teneis en mente a quien deseais dejar como heredero o heredera universal.

–                    Si, ya tengo y de hecho siempre he tenido en mente quien sera.

–                    Muy bien, tu solo dime, que deseas que quede a nombre de esta persona, y ya mismo me pongo en marcha, recuerda que trabajar un testamento no es nada facil

–                    quiero y deseo alguien responsable para hacerse responsable de mi hija y toda mi fortuna, mis casas, el orfanato y mas aun las fundaciones en los paises adyacentes a este.

–                    Bien lo tengo.

–                    Quiero que Alexandra Victoria Medina Do Santos sea la heredera universal de toda mi fortuna.

–                    Pero Alejandra, esta persona es vuestra hermana.

–                    Efectivamente, deseo que solo ella sea quien me herede. Y claro esta mi pequeña hija, para lo cual necesito redactes un documente un poco mas delicado. Quiero alexandra sea la madre legal mi futura hija.

En medio de mi sentimiento, me acerque a la pequeña y pedi cargarla con cuidado por mi pecho, sosteniendola en mis brazos pude detallar su mirada, era tan hermosa, su sonrisa irradiaba vida la vida que yo recien comenzaba a vivir y la cual dedicaria solo a ella. Tome la mano de la pequeña y la bese.

–                    Sophia Alejandra Medina, así os llamareis hermosa pequeña, os gusta ese nombre? -le pregunte sabiendo que ella no podria contestarme pero su magnifica sonrisa fue perfecta junto a su mueca que me enternecio el alma- Asi os llamaras. Que os parece? -le pregunte a Kelly que no dejaba de sonreir como tonta.

–                    Que seras una gran madre.

–                    Sin duda alguna, se ven hermosas -el abogado hizo una pausa y retomo su parlamento- debemos ir para que ese hermoso sol sea llamada por quien es, merece tener nombre. -todos sonreimos-

–                    Pues Que estais esperando tíos? La foto? Moveros, moveros! -al culminar mi frase senti un estrujón en mi corazon obligandome a tocar la parte posterior de mi nuca donde se encontraba el tatuaje, jamas olvidaria a Estefania Del Castillo, sus buenas obras, sus malos gestos su mas entregada y completa actitud. Recordaria cada cosa aunque mucho me doliese haberla perdido.

Luego de arreglarnos, salimos del departamento esa misma tarde la niña a quien siempre llame renacuajito y pequeña criatura empezo a ser Sophia Alejandra. De cierta forma llevaba algo de Estefania, su hija se llamo asi, y que mejor que la hija de mi cantante se llamase así.

Sonriendo Gabriela tomó mis manos.

  • Quien sabe cuando os vuelva a ver amiga... - Su sonrisa era honesta, pero sus ojos estaban humedecidos, igual que los mios.
  • No tengo idea. - Respondí con un nudo en la garganta.
  • Habeis tomado la decision correcta Estefania, teneis que volver a vuestra vida, a ser la doctora Estefania del Castillo. - Mi mente de nuevo estaba en ese juego, de reconocer que Gabriela decia la verdad mientras seguia pensando en salir corriendo de ahi a buscar por cielo y tierra a Alexandra. Pero ya no tenia caso. Alexandra habia literalmente desparecido.
  • Lo se.... -

PASAJEROS CON DESTINO A BOGOTÁ COLOMBIA, TOMAR LA PUERTA DE ABORDAJE NUMERO 5689.

  • Os debeis ir... - Asenti. Ella me abrazo con fuerza y ambas dejamos un par de lagrimas en la otra.
  • Nunca olvidaré lo que hiciste por mi. - Dije separandome de ella.
  • Estareis bien?
  • Eso creo. - No, no iba a estarlo durante mucho tiempo.

PASAJEROS CON DESTINO A BOGOTÁ COLOMBIA, TOMAR LA PUERTA DE ABORDAJE NUMERO 5689.

  • Adios Estefania.... - Dijo con una sonrisa nostalgica.
  • Adios Gabriela... - Respondi despidiendome hacia la puerta de abordaje.

El vuelo de vuelta hacia Colombia fué mas dificil. Las horas de ese vuelo no me dejaban dormir, los recuerdos, los sufrimientos, todo se confabulaba dentro de mi cabeza haciendo remolinos y no dejaban mi mente en paz. Quizá el cansancio logro vencerme, pero no la voluntad de algun reposo.

Esta vez no quise detenerme en casa. De inmediato tomé un vuelo a la frontera y de ahi a Ojeda. Despues de tantas horas cruzando el mundo, finalmente llegué a ese lugar que tantos recuerdos tenia para mi.

Ahi estaba el parque. La señora de los tamales aun no estaba. Miré el reloj, era muy temprano. Decidi que iria de nuevo al hotel que me habia albergado, con suerte, aun la habitacion que habia pagado estaria ahi para mi con todas mis cosas.

  • Doctora!!! - Me saludo la dueña con ese acento tan bello de la region. Fingi una sonrisa. - Ha vuelto!! Nosotros pensamos que algo le habia pasado y que no iba a volver!!
  • Acá me tiene... - Intente ser amable.
  • Le pasa algo? - Dijo observandome mientras tomaba mis maletas.
  • Es solo que he viajado mucho para llegar hasta aca... - Dije cansada.
  • Y va a quedarse mucho tiempo con nosotros? - Negue con la cabeza.
  • No, solo serán un par de dias. - Repliqué. - Vine a cuadrar un par de asuntos y volveré a viajar.
  • Se nos va a ir del todo, doctora? - Dijo con algo de tristeza.
  • Asi parece... - Finalmente llegamos a la habitacion.
  • Si no tiene las llaves acá yo tengo unas de repuesto. - Dijo la señora alistando sus llaves. Le mostré las mias, que bien habia reservado en el fondo de la vieja mochila que habia visto partir el dia que Kelly vino por mi.
  • La dejo para que descanse.
  • Muchas gracias. - Dije abriendo la habitacion. Que distintas eran las cosas aca en Ojeda. Aquella habitacion me traia muchisimos recuerdos. Entre a la habitacion y le di un vistazo a todo, mis cosas estaban tal como las habia dejado. Solo me recosté en la cama... - Alexandra... me extrañas?

Los dias fueron pasando, y en cada uno no escatime ni medí el dinero para darle lo mejor a la pequeña, Alejandra en su testamento dejo cada uno de sus bienes a mi nombre... Jamas comprendí como  buscabamos lo mejor para ambas aun sin importar que nos dañásemos nosotras. La casa en Ibiza, el apartamento en Madrid y Cordoba. Su cuenta personal, y la que conectaba al orfanato. Los autos, la ropa, los acentos y elegancia. Alejandra se fue y dejo todo en mis manos, nunca entendi como ella podia confiar tanto en mí y yo solo destruia la confianza que ella me daba.

Sophia crecia, y sonreia y para mi eso era mas que suficiente, aun abatiendome ella sabia como alegrarme, las terapias eran agobiantes pero a quien empece a considerar mi hija me hacia el trabajo mas facil, seguir tratamiento no era lo mio, pero al levantarme por las mañanas y verla a ella jugar con Solé me revivia las fuerzas para salir y dirigirme a la clinica, en la que alguna vez tuve esperanza de cruzar nuestros caminos. Consiguiendo siempre a los mismos doctores, y la misma rutina, desgastando mi recuerdo y aumentando mi herida solo por no tenerla, deseando fuese feliz con otro amor.

Ojeda solo me retuvo durante dos dias. Aproveche esos dias para poder finalizar todos esos asuntos que tuve que abandonar sin aviso debido a ese viaje subito a España. No fue nada facil. Medicos Sin Fronteras fué mi primer objetivo. George no estuvo para nada contento con mi ausencia y a pesar de que tuve que aguantar uno de esos sermones de responsabilidad, finalmente, terminó entendiendo los motivos por los cuales tuve que dejar Ojeda. Mi segundo objetivo fue Manuel, en el hospital. A el tuve que repetirle algunos de los elementos de la historia que me llevo a España y desde luego, con el si tuve algunas diferencias. El hospital contaba conmigo, y literalmente habia dejado abandonados a mis pacientes. Debido a que tenia un contrato con el hospital, el gerente me obligo a pagar una pequeña indemnizacion al hotel por lo que habia hecho. No tuve ningun problelma en hacerlo, siempre y cuando aquel asunto quedara cerrado.

De nuevo con mis maletas para partir de Ojeda y tomar otro viaje de nuevo fuera del pais, esta vez con rumbo a Africa Oriental, terminé esperando el trasporte en el parque del pueblo. La señora de los tamañes esta vez  estaba como siempre en su puesto.

  • Doctora que bonito que este por aquí... - Dijo con una sonrisa. Su expresion me causo nostalgia. Quizá esta era la ultima vez que la veia.
  • Tiene tamalitos? Deme uno... - Le dije sacando un billete que superaba ampliamente el precio del tamal y se lo di. - Mire... y dejelo asi. - La señora no reviso el billete, solo me entrego el tamal y luego si miro el billete. Ella palideció.
  • Doctora eso es mucha plata. - Dijo asustada.
  • Dejelo asi. - En ese momento llego el auto que me recogeria. - Gracias por todo, no la olvidaré nunca. - La señora pareció confundida. Yo solo intente sonreir y fui al auto.

Ya hacia dos meses que habia salido de la clinica y solo hasta hoy me habia enterado de todas y cada una de las atrosidades que habia hecho mi madre, agradecí a Gustavo el haberme creado la duda y a mi curiosidad haber buscado la manera de intensificar la informacion accediendo a videos de seguridad y permitiendome hablar con Iñaki el unico que jamas me habia negado la verdad mas dolorosa.

–                    Si ella estuvo aqui y fue quien te opero, estuvo pendiente de ti en cada momento hasta que Anais actuo y la hizo irse. Suspenderia su licencia. Anais acabo con la carrera de Estefania a medias! -Dijo el buscando cierta información en el computador- Echad un vistazo.

Cierto! Iñaki no me mentia... -Familia Medina, de luto en España arremete contra la clinica PIRC  alegando una serie de permisos y concesiones  no controladas- Dios! Que estaba pasando? Todo por culpa de Lawan! Ahora lo entendía todo! Lawan era la unica culpable. Mas abajo en las noticias... -Lawan Langley es llevada a tribunales, familia Medina exige justicia- La cara de Estefania me causo pesar pero solo por segundo insignificantes donde recorde que ella siempre salia a la defensa de la Alemana.

–                    Como es posible que mi madre haya hecho tanto? -Pregunte atonita-

–                    Ni si quiera yo mismo la reconocí pequeña, pero asi han sido las cosas. -Me dijo el recostandose de su silla-

–                    Duele Tio! Esto duele! -Le dije a quien siempre llame tio. Llena de un poco de dolor-

–                    Tranquila pequeña, solo debeis seguir, yo quisiera ayudaros a saber donde esta mi joven doctora pero ni yo mismo se donde esta.

–                    Eso ya no importa creo que como otras veces me volví a equivocar en el amor.

–                    Si fuera vosotros no estaria tan seguro de vuestras palabras.

–                    Que estais insinuando tio? -quise saber viendolo de frente-

–                    Solo sacad vuestras propias conclusiones en algo simple -hizo una pausa y luego se levanto caminando despacio enumerandome varias cosas-  Vuela desde un remoto lugar en Venezuela siendo tratada como una escorea desde la persona mas insignificante en vuestra vida hasta vuestra madre solo para venir a hacerse cargo de vuestra operacion, la cual la fuese podido realizar cualquiera de nuestros expertos, tomandose el atrevimiento de vigilar una cesarea y una remoción de organos. Luego ejecutar un procedimiento de trasplante, y como si fuera poco, vigilar luego al paciente. Para completar sin querer tener gratificacion alguna, acotando que sus palabras fueron “es algo que debia hacer”

–                    Debo asumir que hizo eso por remordimiento para querer llenar algun vacio? -pregunte sabiendo que era todo mentira-

–                    Solo debeis responderos esta pregunta, seriais capaz de hacer todo esto acotando que dejareis de ejercer vuestra amada profesion solo por una persona?

–                    Iñaki eso ha sido muy objetivo

–                    Os he enseñado a ser objetiva y metódica, pero libre y bohemia.

–                    Teneis razon, creo que despues de todo, Estefania si me amo.

–                    Y os ama, lastima que no puedo ayudaros con mas informacion sobre ella.

–                    El mismo destino que se encargo de separarnos nos volvera a juntar y cuando eso ocurra me encargare de hacerla muy feliz.

–                    Confio en vos poeta!

–                    Gracias tio por esto. No lo olvidare.