La historia de la cantante, una dama y su poeta 30
Me gustaba tentarla, que supiera lo que siento cuando su descaro también me tienta. - No lo se Alexandra... - "a un lugar donde sólo podamos estar tu y yo" NO DE NINGUNA MANERA! Así no! - Intenta sorprenderme... - Me acomode un poco mejor, el vestido dejo ver un tantito...
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A todas esas seguidoras de esta historia les tengo una mala noticia... Hare un viaje por motivos laborales de un tiempo no muy definiido, por tal motivo no aseguro publicar proximamente.
MAS SIN EMBARGO!!! Las primeras 10 chicas que me contacten por cualquier medio -Ya sea facebook o correo electronico- en cuanto se publique este relato les enviare el siguiente capitulo tras responder 3 preguntas de la historia, no quiero se sientan ofendidas, es solo para fortalecer mi crecimiento como escritora. ACLARO! No busco hacerme de interes al decirles que puedan escribirme, es solo una trivia para romper los esquemas de nuestra cotidianidad...
Si nosotras mismas no cambiamos el ritmo de nuestras historias, nadie mas lo hara... Todo lo que hagan en la vida sera insignificante, pero es importante que lo hagan porque nadie mas lo hara por ustedes! No pierdan la fe en su andar, ni la esperanza en su camino, con cariño... Rc Adrii Torres.
Capitulo 30
Me sentía tan vulnerable, pero al parecer no era la única, cerca de la piscina a un lado del árbol de mango. Con sus codos sobre el muro que se lo permitía. Su mirada estaba perdida observando a la nada, pero la mía ahora enfocada en su despampanante figura, quise romper mis paradigmas. Mis codigos secretos y asi fue como pude tomar una rosa del arreglo florar que le había traído a la cumpleañera
- Una rosa azul, tranquilidad y naturalidad esa que demuestras tu -Vi una lagrima correr por su mejilla y a ella limpiarla velozmente- Al parecer no soy la única que ha escapado ante el recuerdo
- Hola…. - La pequeña sonrisa que nació desde ese momento de melancolía al momento de escucharla se amplió al ver la rosa. - Parece que no…. - Tomé la rosa y casi como por reflejo lallevé a mi nariz. El suave aroma se desprendió. - Es preciosa, hace tiempo no veía una rosa de este color. - Volví a limpiar mi rostro, no quería que Alexandra me viera así.
- Tranquila es fácil llorar. Aquí entre nosotras no le diré a nadie... -Le sonreí de una forma sincera- hace mucho tiempo no veía a una mujer tan hermosa -Genial un comentario espectacular, ahora creerá que le he tomado el pelo.
- Había aprendido a leerla. Esta Alexandra era honesta y sensible. Esa sensatez implacable era tan difícil de disimular en ella, que se le salia sin que ella lo controlara. - Gracias por el halago… - Sonreí. - Si lo dices tu, debo confiar entonces… -
- La verdad no se agradece, te vez hermosa. Y esta mañana leí en el periódico que se ha creado una ley la cual prohíbe a las mujeres hermosas. Yo creo que vos os llevas muy bien con la justicia así que no le diré a nadie que os he visto llorar. - Le guiñe un ojo volviendo a sonreír de la manera mas tonta
- Que mala eres construyendo halagos Alexandra Medina!!, pero igual valoraba que estuviera acá conmigo. No se lo iba a decir, pero su compañía me alegraba el momento. - Muchas gracias por conservar el secreto por mi. - Sonreí dándole una mirada disimulada. - Es muy dulce de tu parte haber aceptado tomar las fotografías de la fiesta, se que tu fuerte quizás es otro, pero igual… es dulce. - Me sentí un tanto nerviosa. - Por cierto, te ves bien… -
- Sonríe siempre esa curva endereza tu vida. -Acaricie su mejilla con el dorso de mi mano derecha- Y por lo de las fotos... -Suspire- La madre de la cumpleañera fue a la primaria con mi padre, la conozco hace años, me era imposible re-usarme a no participar -Nuestras manos se rosaron y en segundos sentí un escalofrió apoderarse de mi cuerpo -Por favor hasta ahora lo notas? Siempre me veo bien, solo que hoy me pase -Sonreí complacida que mi esmoquin le hubiese gustado
- No se en que momento ese super-ego comenzó a agradarme tanto. Me gustaba su seguridad porque quizá era lo que a mi me faltaba, esa certeza de ser capaz de manejarlo todo y de reaccionar. - Hay Alexandra, tu y tu ego… - Solté una pequeña risa, había sentido su mano rozarme. - Creo que a veces tu ego habla por ti… -
- No es ego es solo realidad o me vas a negar que de esmoquin no me veo hermosa, si la perfección existe la estas viendo justo ahora -Sonreí nuevamente triunfante - Oh Estef tienes frio? -Quizás no necesite su respuesta al ver su piel erizarse basto para que un impulso en mí me hiciera quitarme el blazer y colocarlo sobre sus hombros -mejor -susurre en su oído
- Y ahí estaban de nuevo las sensaciones que ella me causaba. - De nuevo, gracias. - le dije dándole una mirada al conjunto de su apariencia ahora sin el blazer. Se veía increíble, como sólo ella podía verse con un atuendo como ese. - Si... Se siente mucho mejor. -Sonreí sintiendo todo el aroma que desprendía su ropa en mi. Mi corazón comenzó a latir con fuerza. CÁLMATE ESTEFANIA!
- Estef son ideas mías o me estas comiendo con la mirada? -pregunte pícaramente- Oh si que lo estais haciendo tía, -Sonreí- pero os ayudo, os ayudo -coloque mis manos en el dobles del frente de la camisa que dejaban ver el comienzo de mi busto- deleita vuestro mirar con confianza, te doy permiso. Es que Afrodita no baja todos los días para hablar con los mortales -Di una vuelta lenta sexy y elegante se que su mirada recorrió todo mi cuerpo, la pude sentir y aun mas cuando subí un par de centímetros mi camisa y su mirada se poso sobre aquel tatuaje que estaba en la parte baja izquierda de mi abdomen el que hacia semanas atrás había comido a besos.
- No se por cuantos niveles de la escala tonal del rojo experimentó mi cara cuando se dio la vuelta y giró sólo para mí en ese momento. Tenía que aceptarlo, si, me la comía literalmente con la mirada. - Ese tatuaje... - Me le acerque un poco con algo de timidez. Ella sabía perfectamente como abochornarme. Ese tatuaje había sido de mi boca y me lo mostraba como recordándome aquella noche. - Es precioso... Es una de las cosas que quisiera hacer, pero no me he atrevido.
- Te luciria muy bien justo por aquí -Le señale la parte alta de su espalda, cerca de su hombro derecho. La flor de loto en el agua cristalina se le veria grandiosa- Se que te gusta, bueno la realidad es que yo te gusto y tu pues... -Acepte su cercanía aspirando el olor de su perfume delineando con mis dedos su cuello -Ya termine mi trabajo por esta noche... -Esboce una sonrisa a medio perfil y acaricie su mejilla acercándome a su oído -que te parece si voy por mis cosas y nos vemos en el estacionamiento en 15 minutos?
- Allí estaré - Respondí instintivamente y me quede ahí como una tonta, idiotizada viéndola caminar con esa confianza suya. - Aishhhh... Estefania! Pudiste negarte! - Me dije en voz alta, pero ni siquiera yo podía ponerme atención. Seguía viéndola caminar. Tras despedirme de los anfitriones de la fiesta y asegurarme de dar las gracias, salí hasta al estacionamiento. Ni cuenta me había dado del tiempo, Alexandra me esperaba. Al verla hice la mejor pasarela de mi vida, sus ojos se clavaron en mi hasta que estuve cerca. - Estoy lista... - le sonreí con picardía.
- Te veo en 15 no demores...
Camine con aquellos tacones que me hacían mi parte posterior todo un delirio que no paso desapercibido ante su mirada. Fui directo al cuarto que me fue asignado para ponerme cómoda, saque mi maleta buscando la manera de despedirme la hermosa cumpleañera me obsequio algo que no pude rechazar
- Oh que divino, gracias... Diviértete –
Bese ambas mejillas y partí mientras no dejaba de ver el envase de copa de chocolate adornado con una pequeña bailarina, me encantaba el chocolate y con esa copa si que me sabría dar gusto. La guarde en el bolsillo de mi pantalón y llegue al estacionamiento y ella aun no estaba tiempo de sobra tuve para guardar las cosas en el auto
- Alex calma, STOP a los nervios, actúa natural-
Me repetía con voz baja. La espere recostada junto al coche para ver como ella llegaba contoneando sus caderas de la forma más descaradamente excitante que podría existir.
- Esta sera una larga noche -dije haciendo un ademan con las manos ayudándola a subir al auto, corriendo al otro lado subí, encendí el motor y ya estábamos saliendo a cualquier lugar - Y a donde os gustaría ir? -pregunte sonriendo viendo sin pudor como cruzaba sus piernas y colocaba las manos sobre su regazo-
- Lo hice a propósito y sus ojos cayeron. Me gustaba tentarla, que supiera lo que siento cuando su descaro también me tienta. - No lo se Alexandra... - "a un lugar donde sólo podamos estar tu y yo" NO DE NINGUNA MANERA! Así no! - Intenta sorprenderme... - Me acomode un poco mejor, el vestido dejo ver un tantito, sólo un poquito más de mi pierna. Sólo levanté la vista y mire hacia el frente haciéndome la inocente. Me quede un segundo pensándolo. Y continúe. - Sólo llévame contigo... -
- Muy bien -Sonreí frenando el auto en seco y me acerque a ella tentadora mente, cerro sus ojos por inercia pero lo único que sintió cerca de sus labios fue una cachetada de mi cabello. No me quedaría tranquila ante el gesto tan provocador que me terminaba de hacer, sin darle un poco de sufrimiento, un poco de lujuria y anhelo le caerían bien a la noche. Saque del blazer mi celular he hice una llamada -Bueno, es Alexandra Medina, si ella misma -Estefania no entendía nada, esta vez su brillante lectura no le serviría. -Estoy un poco cerca del lugar, me parece perfecto en treinta minutos llegamos -tranque la llamada y de la misma manera que antes volvi a guardar el celular en el blazer -A partir de ahora vas conmigo -Le guiñe el ojo -El cinturón -coloque el mio igual que ella - Vámonos
- En serio que no entendía nada, primero aquel inesperado rechazó de hace un segundo, que por cierto me había ardido por dentro. ERES UNA IDIOTA! QUE HACES AHÍ HACIENDO LO QUE TE DICE! Mi mente estaba formando mil conjeturas, hasta que arranco el auto. "Vas conmigo" me repetí mentalmente una y otra vez. - comienzo a pensar que tienes un tornillo suelto Medina... - sonreí sintiendo la adrenalina en mi cuerpo.
- Uno, quizas varios -Las calles estaban solas, sorprendente mente solas, maneje hasta llegar al hacendado -Gracias José, que haría yo sin ti. Hablare con mi padre sobre esto -José me entrego unas llaves "Llaves que desatarían la caja de una lujuria inmensa" -Hemos llegado – Le hable estacionando el auto frente la casa, la ayude a bajar nuevamente no porque ella no pudiese sino porque me gustaba darle las mejores atenciones. La lleve a la entrada de la casa desde la cual se podía observar gran parte de la hacienda me posicione tras de ella y besando su cuello hable muy despacio a su oído- Hemos llegado a lo que se podría decir nuestro escondite -Susurre abrazándola de espalda
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MIL GRACIAS! Ya basta de modestias, solo he de agradecer su apoyo, su fidelidad y constacia para conmigo y mis letras, no hay nada mas que aliente a alguien que el saber que tiene a si sea una diminuta parte del mundo brindandole una mano amiga, o enemiga -quizas adelante- pero solo que siga ahi! Eso para mi es lo mas importante y motivador! Gracias mis queridas lectoras, bendiciones desde mi lugar!