La historia de la cantante, una dama y su poeta 23

Ahí suspendidas en el vació y nuevamente con la fuerza de ese abrazo que me daba volví a dejarme otra a sus labios. Era la situación mas increíble y loca que hubiera vivido, BESAR AL ALGUIEN EN EL AIRE!

Capitulo 23

- Pero...

El atrevimiento me hizo tomar por mi propia cuenta su mano y levantarla con autoridad de la silla abrazándola con sensualidad dejando en su cuello el suspiro de mi aliento.

-       La mano derecha se alza, de esta forma -levante su mano izquierda haciendo un triangulo con nuestras uniones- y se crea una geometría como la que te acompaña siempre -ella sonrió y eso me alegro- Mi brazo derecho pasara por aquí -rodee su espalda por debajo de sus omóplatos descarada y sensualmente como si estuviese a punto de seducirla- y tu mano izquierda se quedara justo en el centro de mi espalda -lleve su mano izquierda al centro de mi espalda- Ahora una de las cosas mas esenciales debes estar recta -ella arreglo su postura mostrando firmeza- confianza en mi es el siguiente paso porque hablaremos el idioma del deseo, guiare tus pasos.

Sonreí tras retirarme las gafas y dejarlas sobre la mesa, mi mirada sublime se clavo hacia ella.

-       Solo recuerda Retrocede con el pie derecho luego con el pie izquierdo. Retrocede con el pie derecho, muévete hacia la izquierda con el pie izquierdo y Pies juntos, moviendo el derecho para juntarlo con el izquierdo.. Y lento, lento, rápido, rápido, lento. Eso es todo.

El tango sonó, y resonó ante una señal. Guie los pasos de Estefania bailando por todo el lugar como si hiciéramos el amor de pie, transitando por el salón, ella dejándose llevar.

Las luces se fueron apagando lentamente acompañando nuestra soledad dejándonos una llama tenue y flameante que ondeaba fuertemente ante nuestro contacto.

Justo en la vuelta de 360 grados fue como si levitáramos, en momentos de debilidad bese su cuello y ante excusa del baile y la pasión de mi ser acaricie desde su pantorrilla hasta la parte interna de su muslo.

Acompañábamos el acompasado ritmo con la agresividad y la química que teníamos. El tono del bandoleón nos mantenía conectada y el contonear de caderas a Estefania le quedaba de infarto.

Fue hasta entonces que entendí que usar tacones me venia excelente al momento de dar la vuelta, Estef al girar se veía hermosa y logro encender una llama en mi haciendo me suspirar en sus labios y buscar un beso. Estábamos bailando la una con la otra, mezclándonos como dos sombras o dos gotas de agua que caían a una cascada y se perdían tras el transitar acelerado de la corriente.

Incontables minutos bailamos seduciéndonos, induciéndonos rosando nuestras pieles. En ese momento su tobillo no pareció doler y su mano mantenía el mejor cuidado, ante cualquier movimiento media mi transitar para no lastimarle.

Creo tanto ella como yo hizo uso del descaro que requería el baile, cai en cuenta de eso en cuanto su tacto acaricio mi espalda, arqueando mi cuerpo casi haciendo soltar un gemido que de no haber sido por lo propio de la agresividad que me obligo a tomarla con fuerza por la cadera y apegarla a mi, me hubiese dejado muy mal parada.

Cuando llegamos al final de la repetida canción paramos en medio de la pista justo donde habíamos comenzado, sonreí con agrado era buena sin saberlo o eramos la combinación perfecta entre amor y sufrimiento. El tango era así, progresivo y reflexivo mostrando siempre un poco de sufrimiento y dolor ante un amor.

-       Sabeis bailar después de todo.-sonreí Como se encuentra vuestro tobillo?

- Tu me llevaste todo el tiempo... - dije perdiéndome en su mirada segura mientras sentía en la brisa la suavidad de su aliento. Solo porque ella lo mencionó recordé mi tobillo, que de hecho, se resentía un poco, pero no sobresalía de entre todas las cosas que yo estaba sintiendo en ese momento. - El tobillo duele, pero no lo suficiente. - Sonreí  No puedo describir la percepción de ausencia que tuve en mi cuerpo cuando se separó de mi, quizá fue... solo frio – quise pensar que así fue. - quizá su cuerpo contra el mio había generado la cantidad exacta de calor. - Donde aprendiste a bailar tango? - Tenia que disimular lo que estaba pasando por mi cabeza ESTEFANIA TE VAS A CONTROLAR? -

-       El tango no se aprende, el tango solo se siente. Así como vos lo habeis sentido teniendo vuestro cuerpo junto al mio. -Acaricie de nuevo su espalda como un reflejo que se despertó y me hizo seducirla, clavando mi mirar en sus labios.

- Me quede viendo sus ojos que querían como buscar cosas dentro de mi conciencia. - Yo solo seguí tu consejo, me deje llevar un poco. - Sonreí y con calma me acerqué a su mejilla dándole un beso.

-       Quise controlar el impulso en mi, pero en mi vida jamas había desaprovechado las oportunidades, no comenzaría ahora. Quería besarla y no pediría permiso para ello, así que pasando mi mano tras sus cabellos, acerque sus labios a los míos teniendo su aliento en mi boca y apoderándome de su lengua, la bese, entregándole mi suspiro silencioso.

- Me fue imposible no responderle ese beso con la misma intensidad que ella me lo reclamaba. Cerré los ojos y me deje abrazar hacia su cuerpo y la abrace del modo en que mis brazos se inventaron para rodearla. Sentí su lengua jugar con la mía y me olvide a la sensación de falta de aire. Alexandra Medina me estas gustando mucho.

-       - Mis pulmones se encogieron reclamando oxigeno y separándome suavemente de ella acaricie su rostro con la punta de mi nariz y deposite nuevamente otro beso en sus labios, pero esta vez mas corto. Tome su mano sana y la bese con el gesto de cariño que no solía demostrar Alexandra algo te esta pasando con ella - Quieres postre? -pregunte queriendo romper nuestro silencio-

- Me gustan los postres... - aun estaba en shock por ese beso y tuve que disimular la falta de aire. SUS OJOS, DE NUEVO SUS OJOS. - Cual propones.... - Experimentaba pequeños calambres en mi boca, esa sensación de beso intenso aun en mis labios.

-       Amo comer dulces -sonreí- Ven toma asiento -le abrí un espacio en la silla y ella tomo asiento, imite su ejemplo y tome la carta- Pues veras, a mi me va bien el Bienmesabe de coco. Lo has comido? -pregunte con cierta emoción, me gustaba darle clases de cultura sobre mi país.

-       S e le veía cierta emoción en el rostro, me gustaba ver su sonrisa mientras me explicaba. - Me gusta el coco. - Miré la carta viendo las opciones y localicé el fondue de chocolate con frutas. El postre perfecto para compartir. - Mira este, también tiene coco.

-       Es algo realmente irónico pero odio el coco. -sonreí al dejar la carta sobre la mesa- Pues amo el chocolate, y si el fondue tuviese solo frutas cítricas, se logra un balance exquisito, entre el chocolate dulce y estas frutas. Te va bien eso? -pregunte entusiasta-

- --TONTA!! NO HABLES DEL COCO. - Podemos olvidarnos del coco, no lo probaremos. - Dije sin poder evitar una sonrisa traviesa. La brisa me alborotó el cabello y la vi fijarse en mi. ME MIRA! No le negué mi sonrisa. - Vamos a pedirlo.... -

-       La observe, el aire que entraba a la azotea era realmente bueno y agradable, aun mas si hacia bailar su cabello suelto, el cual llamo mi atención, sonriente me miro eso causo cierto cosquilleo en mi, pero jamas me mostré débil ante su mirada. Al cabo de unos minutos después de hablar con el valet llego el postre! Sonreí embobada al ver el chocolate, esa era mi mas grande debilidad. -Que os aproveche. Nada como el chocolate de Venezuela -acote, llenándome los labios de choco, causando esa risita encantadora en Estef- Hey de que os reis? Acaso os parezco graciosa?

- Negué con la cabeza. - Te llenaste la cara de chocolate. - Me acerque a ella y tomé una servilleta para limpiarle un poco el rostro. - Cuando comes chocolate pareces una niña chiquita. Ahora si esta limpia... Ten mas cuidado o terminaras hecha un desastre. -

-       No! Así no se limpia el chocolate! -dije un poco alterada- Es que lo ofendeis tía! -Tome directamente del Bol un poco de chocolate con mi dedo indice y pinte sus labios- Así se limpia el chocolate -me acerque a su boca y lamí una parte de su labio y la comisura de estos, hice lo mismo en el otro lado luego dejándome llevar la bese con intensidad. -Así se limpia el chocolate.- Sonreí nuevamente al ver como se sonrojaba

- Me puse roja como un tomate después de ese beso. - Debí preveerlo... - Vi su cara y de nuevo tenia algo de chocolate en sus labios después de haberme hecho aquella travesura. - Así debo hacer? - Me le acerqué lentamente, dejando que me mirara. Luego le di un beso muy muy suave asegurando de chupar los restos de chocolate de sus labios.

-       -Sentí las mariposas de esas que todos hablan en mi panza y sus labios comerse a los míos -Si! -asentí moviendo la cabeza, mientras tomaba un sorbo de la copa de vino -Aprendes rápido -mi mano roso la suya- Saben bien vuestros besos. Permitidme –

Volví de nuevo a repetir el procedimiento, procurando alterar todos sus sentidos tras el beso. Así pasamos horas, comiendo y besándonos con la perfecta excusa de no ofender y borrar el rastro de chocolate del rostro. Después de ver el reloj ya eran las 4:50 PM

-         Tenes algo que hacer ahora? -pregunte mientras la ayudaba a subir al auto-

- Mientras me subía al auto miré el reloj con la sensación de tener algo importante que hacer pero no lo recordaba bien. - No…sabes que no? Realmente no tengo nada importante que hacer…- Subí al auto y espere a que ella tomara el asiento del conductor. - Tu tienes algo mas que hacer hoy? –le pregunte colocándome el cinturón de seguridad-

-       - Deja reviso mi agenda -tome mi celular de la chamarra y lo revise- No! Dice que debo divertirme.

Sonreí poniendo en marcha el auto, sujetando fuerte el volante, colocando un poco de esa música continental que solía escuchar cuando me sentía realmente bien así como ahora. Luego de un rato conduciendo estacione a las orillas, en el puente de Maracaibo, la puesta de sol que se prestaba era hermosa, pero mi mirada se desvio fue a los hombres y mujeres que ataban sus pies a una banda elástica y se aventaban desde el puente al lago

-          Has practicado salto Bungee jumping alguna vez. -le pregunte a Estef desabrochando el cinturón de seguridad.

-       - Bongie....?? - Me congele - Alexandra que estas pensando justo en este momento? - Mire hacia el puente y vi la gente saltando atada a la banda elástica. - No... tu..... estas pensando que yo... es decir... - Alexandra sonreía traviesa. - Hay no!

-       Vamos, he practicado deportes extremos desde hace unos 15 años, es divertido, confía en mi -extendí mi mano con una sonrisa sincera para darle confianza a que bajara del auto- Estaré contigo en todo momento. Solo debes divertirte.

- Tome su mano... - No puedo creer porque estoy haciendo esto Alexandra... ODIO LAS ALTURAS - Casi temblando por lo que venia para mi en ese momento.

-       Vale... -camine junto con ella hasta donde estaba el supervisor- Buenas tardes -salude cortes- Soy Alex, ella es Estef y quisiéramos -hice la mueca de salto al vació la cual el supervisor capto bien- Soy profesional en el asunto -dije extendiéndole mi credencial, ese tipo de permiso que te pedían en Europa para hacer este tipo de cosas, y que aquí en Venezuela era prácticamente inútil, ya que solo necesitabas tener pantalones para soportar el salto al vacio. El instructor la tomo y leyó la información

-       Te conozco. Y he visto los grandes saltos que has hecho, en ocasiones pienso que no valoras tu vida -el supervisor rio- Tienes mucho guáramo -esas palabras me hicieron desviar la mirada hacia Estefania, quien me observaba temerosa aun. -Las ayudare. - Quiso intervenir el-

-       No te preocupes, Me haré cargo. -dije tomando el arnés y acercándome a Estef- Debemos colocarte esto. –Le señale con el equipo en mis manos- será solo un momento.

-       - Yo miraba toda lo que pasaba semi-congelada, casi no me daba cuenta de la cosas. Solo desperté cuando Alexandra me puso el arnés. - Alexandra asegurate de amarrar bien eso, si? - Le dije viendo como me aseguraba. - No, sabes? Mejor no lo voy hacer... - Le dije con inseguridad.

-       Estamos listas! -Ella observo el vació y luego quiso llorar- Hey, sino lo quieres hacer esta bien. Solo te pido que si sentis un poco de seguridad en vuestro ser la deposites en mi, justo ahora. No os ocurrirá nada malo, Lo prometo. -deje un suave beso en sus labios y la puesta de sol hizo el momento.-

- - La sensación de absoluto terror fue desplazada por confianza. Estaba aterrorizada pero confiaba en ella, en su mirada, en su intención. - Hay Dios.... Alexandra... si salgo de esta.... Pfffff... - Cerré los ojos y me deje guiar por ella. Que me llevo de la mano hasta la punta de la baranda de donde se suponía saltaríamos.

-       Si sales de esta me invitaras una copa de vino -sonreí tomando su mano- No cierres los ojos estas viendo esas montañas -ella asintió- El sol nos regala su mejor momento, disfrútalo

Amarre el cable elástico a la estructura asegurándome de que todo estuviese bien. Los expertos estaban acostumbrados hacer esto, pero se olvidaban de revisarlo varias veces, luego de checar los Bumper acolchado los cuales se encargaban de impedir entrelazamientos al momento de dejarse caer, sumado a ello un conjunto de fijaciones para que la caída fuese controlada y el frenado progresivo y no de un solo golpe, ocacionando lesiones. Revise el arnes especial de ella, guiñándole un ojo.

  • 3,2,1 bungee -Grito la gente que estaba ahi,  para crear una especie de adrenalita alternativa que hiciera una especie de Clik en nuestro cerebro para saltar.

Y adiós terror! Con un impulso sobre natural saltamos al vació su mano aprisiono aun mas la mía, la cual nunca la soltó! - Estefaniaalgo extraño me ocurre contigo.- Pensé justo cuando sentí mi cuerpo levitar y sus ojos ser iluminados por el sol.

- Solo me deje llevar por el vacío y tome sus manos con fuerza. - Mamaaaaaaaaaaa. - la fuerza de la caída me hizo casi marear y busque su cuerpo para abrazarla. - Hay Nooo…..- sentí el viento contra mi cara y yo me aferraba mas y mas a ella. - No me dejes por favor…tengo miedo…- Susurré mientras esperaba aterrorizaba a que dejáramos de movernos.

-       -Estaré contigo siempre! -Le dije mientras clave mis labios a los suyos en el mas tierno abrazo y beso que nadie jamas le hubiese dado! –solo busque la manera de transmitirle la misma seguridad que sentía al lado de ella-

- Ahí suspendidas en el vació y nuevamente con la fuerza de ese abrazo que me daba volví a dejarme otra a sus labios. Era la situación mas increíble y loca que hubiera vivido, BESAR AL ALGUIEN EN EL AIRE! ESTEFANIA HASTA DONDE HAS LLEGADO. Luego de separarme de sus labios la mire a los ojos. - Esto ha sido por mucho la experiencia mas loca de mi vida... - Ella soltó una pequeña carcajada. - Será que tienes alguna otra locura en mente?

-       -Tengo mil locuras en mente, os sorprendería. Siempre hay espacio para una locura mas -Justo en ese momento quise soltar el arnés pero la observe a ella como pidiéndole una clase de permiso para dejarnos caer.- Y si caemos?

- - No es posible! Debe estar helada! - Dije mirando hacia abajo. Luego la mire de nuevo. - Estas segura Medina? - Sus ojos brillaron de emoción. - Que sea rápido..... Si? - murmure.

-       -Me levante un poco y solté la banda de seguridad que nos juntaba, dejándonos caer a las cálidas y saladas aguas del lago.- Junto a ti cada locura vale la pena. -Dije saliendo de la superficie y sintiendo como ella me abrazaba- Tranquila estoy contigo. Calma todo esta bien. Como te encuentras? -pregunte mientras arreglaba un poco sus cabellos.

-       - Aun un tanto afectada por la adrenalina y escupiendo el agua, la busqué por instinto. - Dios!!! Cof...!! Cof!!! ... - Terminé de tragar el agua que me habia entrado por la boca y la miré. - Alexandra Medina!!!! - Le dije en tono serio. Su expresión se contrajo un poco pero luego le sonreí. - Estas loca..... - Miré su expresión satisfecha, a ella le gustaba asustarme, ejercer ese tipo de dominio sobre mi, y lo lograba por momentos.

-       - Ha sido realmente divertido, quisiera repetirlo, siento el bajón de adrenalina recorrer mis venas -me zambullí nuevamente para refrescarme y volví a la superficie- ven nademos allí esta el barco -SONREÍ ella me estaba haciendo realmente feliz- Con cuidado –me preocupe por su manera de nadar-

-       - Nadar.... o...k.... nademos... - Mi memoria muscular no estaba en cierto modo preparada para comenzar a nadar, pero Alexandra con su espontaneidad me forzó naturalmente a comenzar junto a ella. Desde luego mi estilo era menos eficiente que el suyo. - Espérame!! Pareces nadadora profesional! - Desde luego ella llego primero al barco y subió. - Que te costaba esperarme Medina, era muy difícil? - Soltando una pequeña carcajada me extendió la mano y me ayudo a subir.

-       Por Dios, te espere, pero ostias sois lenta, bueno que mas se puede esperar de una cobarde a las alturas -la mofe- Mamá, mamá- sonreí rozando su mejilla mientras le entregaba una toalla. - abrigate hace frio. Adentro hay ropa seca para que os podais cambiar-

- Hice un puchero por sus burlas. - No es gracioso Alexandra!! - Dije secándome con la toalla, luego mire para todos lados. - Donde se supone que hay ropa? - Estaba ya comenzando a temblar. Ella seguía burlándose. - En serio!! Tiemblo!!!

-       Te daré calor entonces... -Me acerque despacio a ella tomándola por las caderas- En mis brazos esta tu seguridad -le dije antes de aventurarme a su boca aprisionándola contra mi cuerpo dándole el calor que me habia producido solo su leve contacto

- La toalla se cayo de mis manos y fue dar al piso. Allí estaba otra vez rendida ante otro beso que a ella se le ocurría darme, y ya comenzaba a acostumbrarme a ello. De nuevo respondía con ansias, con necesidad de sentir la mayor expresión de contacto suyo. Al separarnos sonrei de nuevo con ese pequeño hormigueo en la boca. - Creo que si se ha puesto un poquito mas tibio... pero nada mas que un poco. - Mi sonrisa se volvió juguetona.

-       En la habitación del barco hay ropa. Id a cambiaros, os caerá bien un poco de calidez, yo os espero en el recinto -el barco estaba literalmente solo, nuevamente volvia hacer de las mias para tenerla ahí, solo para mi. A excepción del capitán que seguía mis instrucciones y los chicos de proa- Seguid al fondo y bajad las escaleras te encontraras una pequeña puerta alli es la habitación-

- - Muy bien... - Me separé de ella y segui sus instrucciones para llegar ala habitacion. - A ver... veamos... armario... Clóset... perfecto!! - Luego de localizar el clóset busqué algo de ropa. - Humm... Medina... este estilo tuyo... Y ahora que me pongo!! - Opté por quitarme la ropa mojada y localizar un pantalón bastante bonito junto con una de esas blusas que parecía de alta costura. Me miré al espejo y me vi bastante bien. - Tienes bueno gusto Alexandra... - Murmuré para mi.

-       Serví un poco de vino tinto, mientras en el equipo una canción de esas tan cursis pero tan propias del momento, ya me habia cambiado, la falda corta junto a mis tacones y la camisa transparente de seda blanca me iban bien. me senté cerca del recibidor, con la mirada perdida en la puesta de sol que se desaparecía en la poniente- Que esta pasando? -musite en una pregunta recostando mis codos sobre la baranda del barco

- - En cuanto salí, vi a Alexandra concentrada en la puesta de sol. Por un momento puse la vista en el horizonte pero después la puse en ella. Hubiera querido tener una cámara para tomarle una fotografía, la luz tenuemente la iluminaba con su atuendo nuevo. En silencio me acerqué hacia ella y en cuanto estuve suficientemente cerca, le susurré al oído. - Muy pensativa.... -

RcAdriiTorres -Facebook-

Se reserva el derecho de autor!

Me siento sumamente feliz con este capitulo, se que surgiran varias interrogantes, les pido no desesperen, todas seran respondidas a su debido tiempo en los proximos capitulos. Solo pido paciencia!

Exitos, Muchas gracias! Hermoso lunes! Saludos desde mi amada Venezuela-Caracas!