La historia de la cantante, una dama y su poeta 20

Sabia que si moría, iba a morir haciendo algo importante y que en realidad quería hacer.

Capitulo 20

De pronto vi una luciérnaga, abrí la ventana y saque la cabeza para confirmar y si era una LUCIÉRNAGA -Oh que hermosa, cámara, cámara -empecé a buscar como loca la cámara en mi maletín- BINGO- deje el teléfono sobre el asiento, quite el seguro de la puerta y salí corriendo tras la luciérnaga, tenia el tatuaje de una de ellas en mi espalda que mejor que tener una foto, En ese momento olvide mis miedos así mismo ignorando el grito de Estefania llamándome

- Alexandra!!! Qué haces!!! - Me levanté apresurada del asiento y quité el seguro para ir tras de ella - Que se supone que haces!! - Es decir, primero me decía que guardara la cordura, y ahora salía como una loca detrás de quien sabe que cosa. Sin recordar mi lesión, me lancé del asiento y el primer pié que asenté fue precisamente el que no debía. - Ouch!!! Mi pie!! - Levanté la vista y Alexandra aun seguía detrás de su asunto - Espera!! Para donde vas!! - El pié comenzó a dolerme pero comencé a caminar tras de ella como pude.

-       Luciérnaga condenada! Ven aquí! No sigas volando, bueno vuela pero no tan rápido. -Seguía como loca desesperada a la luciérnaga siempre que las veía sentía que era la pequeña Camila hablándome o sonriéndome, llegue a un lugar al cual no supe donde estaba pero escuche un rio, -Luciérnaga? Esto no es posible -Dije al ver muchas luciérnagas iluminando mi noche oscura mis piernas temblaron y mi cordura dejo de existir, tome con cuidado mi cámara y empecé a tomar fotos -Camila te extraño -Dije en un susurro

- Casi no podía verla. La noche estaba muy fría, y el barro en el pié me costaba mas el caminar. Después de varios pasos me di cuenta de que no había traído la muleta. - Ahhh!!!! Genial!!! - Protesté molesta. El pié me dolía un tanto. Levanté la vista y ya casi alcanzaba a Alexandra, que estaba de pié mirando algo en la oscuridad. - Que rayos haces ahí, estas loca? - Al llegar me dí cuenta de lo que pasaba. Ella le tomaba fotografías a las luciérnagas. Sonreí por su cuota de sensibilidad, quizá hasta un tanto infantil. Solo guardé silencio unos segundos. - Eso es realmente precioso. - Murmuré.

-       Me arrodille en la tierra fría. Y sin evitarlo de mi escaparon las lagrimas, Camila hija ya. Tu recuerdo duele -Que hermosa sorpresa. -me levante sin medir conciencia que alguien mas estaba acompañando mi débil momento. Empecé a caminar el lugar y vi un gran árbol -Perfecto!- Camine hacia el sin pensarlo y me subí

- Escuché sus palabras y sentí curiosidad. ¿Camila? ¿Hija? nada tenia sentido y no tenia ganas de preguntarle, ella estaba muy ensimismada en lo que hacia. De pronto me asombré, subía a un árbol. Esto era cada vez mas abstracto, loco, ni idea. - Hay no, otra locura? Ahora que haces!!- De pronto una pequeña luciérnaga se posó en mi mano. Su cuerpecito brillaba. - Hey.... Hola pequeña... - Me quedé mirándola, le pequeño insecto parecía confiado.

-       Estefania sabes que es perder a quien nunca has tenido pero que has amado con todas tus fuerzas? -le pregunte capturándola con mi cámara junto con algunas luciérnagas a su alrededor -Te vez hermosa! Sonríe -dije volviendo a fotografiarla con una pequeña luciérnaga posada en su mano, Me encontraba de cabeza me sentía una niña perdida en un mágico mundo donde solo estábamos Camila. por alguna extraña razón que no entendía sentía a Estef parte de mi mundo en ese momento y yo

- Por alguna razón sonreía, el insectito parecía mágico ahí en la oscuridad. De la nada sentí el flash que me encegueció. Luego sus palabras.  - Gracias por el cumplido, la mitad de la escena es este bello animalito. Perder a alguien? Sin duda... sé lo que eso es... - Le respondí dejando volar al pequeño insecto, pero otro vino sobre mi. - Hey, les gusto!!

-       Ja se lo decía a la luciérnaga, pero si tenes razón también vos te ves hermosa, quizás si sonrieras mas te verías bien -Espera quiero capturar bien tu rostro -Le dije caminando sobre una rama sosteniéndome de la buena suerte que solía tener -Estef si me caigo no me salvaras verdad? dime que no!-Le pedí con una amplia sonrisa -Tienes esencia, por eso les gustas tanto. Oh! O sea que en este preciso instante no tienes miedo.

- Alexandra, eres tu la misma de siempre? - Le dije sonriendo por sus locuras. - Comienzas a asustarme, desde luego que no voy a recibirte! Debes pesar mas que yo! - Me reí a carcajadas dejando caminar la luciernaguita en mis manos.

-       Ja peso menos que tu! Por si lo olvidaste comiste casi 2 veces mas que yo en la cena de hoy. -Le dije entre risas- Apuesto has de pesar como 67 peso regular. -Sonreí y sentí como brillaron mis ojos- Es que hay alguien que me ha regalado la oportunidad de ver estos seres tan hermosos. Te quiere dar un beso! Hey no ella vino conmigo, respeta! -dije graciosa, intentando sostenerme de la rama.

- Miré hacia arriba y la vi en una pirueta haciendo equilibrio. Comencé a preocuparme. - Deja de hacer equilibrio, quieres? Vas a caerte, Baja ya mismo!! Mira que empieza a torcerse la rama, por favor, no quiero que te lastimes!! - Le dije con ansiedad.

-       No te preocupes Estef, si me lastimo así te ahorras la molestia de esta engreída. Tranquila no me pasara nada -La rama se empezó a doblar -Oh puta madre -Dije en una carcajada intentando sujetarme aunque sabia que si me caía ya ni la contaba estaba realmente alto quizás unos 4 metros. Es sorprendente lo que mis locuras me llevaban hacer, había escalado tanto solo para fotografiar a una luciérnaga, eso era para muchos detalles insignificantes pero para mi esos pequeños detalles hacían cada momento inolvidable... Sabia que si moría, iba a morir haciendo algo importante y que en realidad quería hacer. -Estef ataja mis zapatos y la cámara por favor -en segundos estaba ideando un plan y recordé el rio, la observe a ella y le sonreí -Si caigo ahora que harías?

- Ya deja de decir tonterías, quieres!!! - Mi corazón empezó a latir muy fuerte, imaginaba de todo, una fractura de tobillo, una fractura abierta, muchas cosas que en un segundo como médico pensé que le pasarían si caía. - No quiero ser heroína en este momento...!! Baja del maldito árbol, por favor, te lo pido...!! - Intenté moverme pero me dolió el tobillo. - No bromees con estas cosas si!!!?? -

-       Oh niña grosera! Jamás te enseñaron que decir esas palabrotas era malo? -me hice la ofendida- Tranquila ya bajare, solo sujeta mis cosas. Por favor -como pude me quite la camisa deje caer todo en sus manos, y ahora ya solo me sujetaban mis manos y la rama cada vez se doblaba mas -Oh mierda. Estef creo que te haré la competencia, Deséame suerte o que quizás me rompa una pierna -Sonreí nuevamente y en dos segundos me volví matemática, física y científica loca, medí el tiempo de caída y la velocidad, la dirección, la masa de mi cuerpo cada aspecto -Con suerte quedo viva -Susurre sintiendo como la rama no soportaría mas mi peso y me deje caer mi risa era el mejor grito hasta que fue callada con el agua del rio que para mi sorpresa no estaba fría!

- Nunca fui la mejor malabarista con las cosas, se me derramaba un banano. No se como recibí su cámara, quizá porque supe que era lo mas prioritario, lo demás cayó al barro. - Alexandra!!!! - Grité con todas mis fuerzas solo para verla cayendo muerta de risa en el rio. - Hay no... Esto es demasiado para un día. - Sin importar que tan sucio estuviera el suelo, me dejé sentar y dí un hondo respiro. - Vas a acabar conmigo Alexandra Medina, en serio.. - Justo en ese momento ella salía a la superficie del agua, parecía disfrutarlo, se veía radiante. De nuevo sin que pudiera evitarlo, me quedé admirándola y sonreí. - Si... vas a acabar con mi corazón...

-       Tranquila me enseñaron técnicas de resucitación. Aunque no me fuesen servido de mucho. -Sonreí de la mejor manera- Oh vaya eso fue increíble -Volví a zambullirme al agua para solo disfrutar con libertad la humedad en mi rostro, nade hacia ella y la vi suspirar- te vez tan diferente sonriendo tranquila. Ven date un chapuzón, esta divina -Su mirada por poco me atraviesa- ya en serio ven toma mi mano yo te ayudo. Y deja de ser doctora por un instante solo se You Be Mine

- Me miré la ropa. Dudé un poco, el rio podría tener miles de bichos, muchísimas bacterias, cualquier clase de desecho. - Oh por favor, no puedo creer que esté haciendo esto. - Me reincorporé tratando de no lastimarme el pié y tomé su mano. -Aquí voy!! - Me adentré al agua con suavidad. - Que fría!!!! - Comencé a temblar. - Como te aguantas esto Medina!! -

-       Hey aguarda quítate la camisa -le dije seria ella me observo atónita -Para cuando salgas por lo menos tengas algo seco. -ella se quito la camisa observándome un poco apenada- Sos una exagerada, ya pasara el frio, el agua esta en su mejor punto... Ven nademos!- Ella se quedo parada firme en la orilla casi estática -Estefania Del Castillo no sabes nadar? -pregunte sorprendida! -esto a de ser una broma. -Me fue imposible no reír-

- Me avergoncé un poco, hacia años que no sabia lo que quera una piscina. - Si se nadar!! No fastidies!! Es que... la verdad hace mucho no lo hago. - Comenté luchando por mantener alguna clase de flotación sobre el agua, me costaba, ademas el pié dolía un poco. - Recuerda que tengo un pié lesionado, antes me pides mucho!!

-       Ja que excusas Del Castillo pero tranquila, os enseño -dije nadando hacia ella- Lo estais haciendo bien solo que os tenes que quitad los zapatos eso crea mas peso en ti, permitidme, yo  os ayudo -retirándole los zapatos- ahora si, ESTEFANIA -Dije un poco seria- Quieres relajarte?

- Su seriedad siempre me aplastaba un poco. - Ya, ya... lo intento... - Murmuré mirándola. - No tienes que regañarme, no soy una niña, si? - De alguna manera sentí que la confrontaba, cosa que me hizo sentir cierto orgullito interior. Si Medina! No siempre es como tu dices! - Voy a relajarme... - Respire.- 1.........2..........3...... Ya. - Sonreí.

-       Vez todo es mas fácil con un poco de confianza -Por fin una sonrisa sincera y nada de lastima! SII! -ahora vosotros -la solté y vi como se iba al fondo en un principio pero luego guardo la compostura y floto, me acerque a ella y le susurre despacio a su oído- Si siempre soltarais un poco de tención así como en este momento cada cosa que harías seria perfecta como la hermosa voluntad que habita en vos - La vi hundirse y así mismo lo hice yo no quería ver su rostro después de ese estúpido momento de amabilidad

- Nooo!!! Su aliento caliente me dio en el oído, y solo por un segundo, nada mas por un segundo me descuidé y comencé a hundirme. - Hey!!! - Mi primer impulso fue el de tomar algo para poder flotar, mande mis manos y lo primero que tomé fue su hombro y me sostuve de ella. - Bien!!! Lo acepto!! Soy pésima nadadora!! - Repliqué asustada tratando de sostenerme de ella. - Eres pésima profesora de natación Medina!! Casi matas a la alumna!!

-       Sos vos la pésima alumna! Acaso no os han dicho que el exceso de ropa impide la destreza y todo eso. - sabia que algo en ella le decía que yo tenia la razón, y por favor es física mientras mas peso tengas mas denso serás y eso te hundirá! -la idea es no superar la densidad del agua para poder flotar y tu con todo eso créeme que vas al fondo -Hice un gesto con mi mano y le sonreí de forma victoriosa-

- Hice un puchero. - Siempre tienes que ganar no? - Protesté. - Como en cuanto disminuye mi densidad si me quito la ropa, sabionda? - La reté.

-       Te ves tan mona haciendo eso -Evita contacto- La cuestión no es tanto la densidad, haber lo que pasa es que si no sabeis nadar os cuesta aun mucho mas con toda la ropa puesta -le explique con un dulce tono de voz- No veais el agua como vuestra enemiga, haber me coloque detrás de ella y empecé hablarle cerca de su oído -Imagina que vereis un nuevo paciente, y este necesita saber que su doctora confía en lo que hace, que se siente segura de lo que hace. Imagina que si logras despejar tu mente ya estarás salvando la vida de ese el o ella que confía en ti

- El frio del agua me hizo temblar un poco justo en el momento en que ella se hizo tras de mi. Apreté los puños con fuerza y me contuve. - Entiendo... ver al agua como mi paciente...- Su tono de voz era distinto, me inquietaba, era como un golpe de adrenalina latiendo desde mi oído. Intente contenerme. - Entiendo... - Susurré. - Y que seguiría justo en este momento? - La miré de soslayo.

-       Vuestro paciente esperara que estéis segura de lo que le dirás y que confiara su vida en ti y en un excelente diagnostico extiende tus brazos Estef... respira profundo, ahora ten esa empatía espectacular con tu paciente. Déjalo ser tu amigo así como lo quieres ser, algo mucho mas alla que una una simple doctora poco humana. El paciente esta abierto a ti y tu al paciente -la fui acostando literalmente sobre el agua y la solté sonreí ampliamente al verla allí parecía desprendida de todas sus caretas-

- Brazos extendidos... bien. Ser una con el agua... bien. Abrirme a lo que sea que tenga que abrir la mente... bien. De... dejarme acostar en el agua... Bien!! Solo respiré e hice cuanto me dijo. Se sentía muy bien como levitando con la suave presión del agua por toda mi humanidad. - Eso se siente muy bien... - Sonreí. - Demasiado bien... - Me sentía en verdad muy liviana allí, en verdad me sentía tranquila, confiada. - Vas mejorando profesora Medina ...

-       El alumno hace al maestro y si sos capaz de escuchar con atención y luego poner las cosas en practica seras una excelente alumna -Sonreí y empece a nadar alejándome un poco de ella -ven llegad hasta aquí -en seguida negó con la cabeza- deja de bloquearte a las experiencias que aun no te has atrevido a vivir, recuerda soltarte, ahora solo debes extender tus brazos -ella hizo un puchero dándome a entender que no se movería del lugar- Estef tengo un calambre, me duele, Estefania Me duele! -poco a poco me empece a hundir un calambre me estaba dando el mi pierna derecha

- Pensé que era una broma, o cualquiera de los retos de esta nueva habilidad de enseñar que me mostraba. - Alexandra... es en serio? - Solo tardé un segundo mas en darme cuenta cuando noté que se hundía. - Calambre? Ahh calambre!!! - Sin saber como empecé a nadar hacia ella con todas mis fuerzas. El pié me dolió, la mano me dolió pero me impulsé con todas mis fuerzas y la alcancé antes de que perdiera de vista sus brazos. - Alexandra, agarrate de mi!! No te vas a hundir!! - Mi malograda técnica de salvamento casi termina por hundirnos a las dos, sin embargo, de algún modo logré sostenernos. - Duele? Donde? Estira!! Estira el pie, o la mano, lo que te duela!!

-       - Solté una hermosa carcajada y ella me vio con ira! y alivio a la vez -Soy una experta profesora y vos sos una experta alumna vez ya aprendisteis a nadar. -Le sonreí- Aliviate, ahora se que os importo gracias por preocuparos -Me sentí un poco mal por ver su cara, pero no se lo demostré-

- La empujé con indignación. - Te juro que es la ultima vez que me preocupo. - Con la descubierta habilidad para nadar, me impulse hasta la orilla. - No puedes jugar así con la gente, sabias? - Tenia rabia, en verdad pensé que le había pasado algo.

-       Me sentía miserable por haberle hecho eso, pero no entendí por qué su comportamiento-  Estefania, sabeis algo? Os agradezco me hayais ayudado aunque nada era real. -Me acerque nadando hacia ella con los ojos brillosos lagrimas gritaban por salir, lo que estaba por salir de mi boca no era fácil para mí -Nadie después de mi mejor amiga hubiera hecho por mi lo que vos habeis hecho, joder lamento haceros pasar el mal rato, quizás después de todo si soy una basura de persona -me adentre de nuevo en el agua para ocultar mis lagrimas, no podía doblegar mas ante ella. Ya no podía, me habia quebrado. Nade hasta la otra orilla, me senté para ese momento las lagrimas se mostraban en mis mejillas -Cada cosa llena de un fracaso, Bravo Alexandra cada dia decepcionas mas a esas personas que se preocupan por ti! -decía con la frente recostada a un árbol sintiendo como mis mejillas se llenaban cada vez mas de lagrimas.

- Estefania, esta no eres tú, tú no reaccionas así. Pero es que ya ha jugado mucho tiempo así conmigo!! Ya esta bien... Vete al demonio Alexandra Medina...!! ... Solo un segundo. Sus palabras... "Una basura de persona"? No... quizás esta vez, quien se había propasado era yo. Y si ella estaba jugando conmigo? Respira diez segundos. La gente cuando tiene rabia no dice nada importante. - Alexandra... - susurre levantando la mirada. La vi en la otra orilla, era en serio? Ella estaba... Me dolió verla así. Pero no importaba fuera lo que fuera, si llegaba y se reía de mi, pues que lo hiciera. No quería verla así. De nuevo volví al agua y me le acerqué. - No eres una basura... - Le levanté el rostro, tenia lagrimas en la cara. - Eres sencillamente la persona mas increíble que he conocido. - Le sonreí con ternura. Como no hacerlo? Veía su sensibilidad... ella era... ella era... no había como definirla. Ella misma era su propia definición.

Lloraba, lloraba de rabia, de impotencia, de dolor porque jamas habia aprendido amar, y no es que sea algo que se aprenda, sino que creo que entre las cosas que Dios me habia otorgado Amor por mi prójimo no era precisamente una de las que mas me sobrase. Tenía conocimiento en hacer daño, era experta en hacer sufrir a los fieles y fallarle a los demás, pero en amar? Había reprobado mucha veces esa materia. Y justo ahora que ella habia echo ese acto de amor por mi, lo volvía hacer, volvía a jugar con la humanidad de las personas, me encontraba ahí, lloraría hasta secarme para volver a la otra orilla fingir demencia, llevando a la doctora nuevamente a casa sin decir ni una sola palabra.

No sentia nada mas que solo ira por mi misma, pero hubo algo que si sentí y fue aquel dulce tacto, mi mirada estaba empañada tan empañada que veía borroso, era ella? Se veía tan bella. Sus palabras fueron como la clave secreta que me desarmo, pero por unos cuantos segundos.

-       Estefania  no es necesario que me vengais con lastima, por favor quiero guardar intacto un poco del orgullo que me queda y si sos tan amable quiero estar sola gracias -sece las pocas lagrimas que habían en mi justo sentí un golpe fuerte bombardear mi corazón, ella me detuvo la mano como si sosteniendo mi tacto sostuviese mi humanidad -Estefania por favor suéltame, suéltame -Cai de rodillas en el piso mientras sentía la rabia esa que me estaba carcomiendo por volver a dañar a los que se preocupaban por mi.

- Pero que dije? Yo solo trato de que te sientas bien!! - Aun sostenía su mano. - No tienes necesidad de usar el orgullo...!! - Le dije mirándola a los ojos. - Soy yo!! Estefania Del Castillo, no quiero nada, no pretendo nada, es eso tan malo? querer que estés bien? Se perfectamente de que no necesitas a nadie, pero yo quiero que estés bien... Es solo eso, me entiendes? Y si no lo quieres, bien... Yo solo estaré cuando me necesites aun cuando no lo pidas... - Desafié su mirada firmemente, como nunca lo había hecho.

-       Se sincera conmigo -hice una pausa tratando de buscar la firmeza y en una mirada triste le pregunte- Por qué quieres ayudarme? Por qué te importo tanto? -Su mirada me golpeaba pero a la vez me acobijaba en sus brazos diciéndome TODO ESTA BIEN!

- Necesitas una explicación para todo? - ella se encogió de hombros, Esto comenzaba a agobiarme. - Me enojas, me importas, me gustas, me desesperas... ya!!! - Yo misma me aterré de lo que había acabado de decir, había explotado todo esto de mi cabeza y ni siquiera lo había podio controlar. Pero ya... lo había dicho. - Es... realmente tan malo Alexandra...? - Susurré controlándome. - Es tan malo que yo quiera que estés bien?-

-       -Sentada en el suelo casi sin poder respirar por un segundo creí que era una de mis tantas crisis pero no era nada de eso sino que sus palabras me habían sorprendido -Eres una persona tan hermosa -dije levantado su mirada- Quisiera no ser tan fría y no pedir tantas cosas, ni querer explicaciones para todo pero me es imposible, tantas heridas te llenan de vendas y esas vendas a su vez van ocultando cada sentimiento que habita en ti, eso me ha ocurrido a mi, por eso soy así. Quisiera verte a los ojos siempre, poder corresponder esa dulce mirada que me ahoga, que me deja sin aliento

- Solo mirame.... - Le dije sintiendo como la ternura fluía de mi corazón. - Es lo que eres, por como le respondes al mundo, por cuanto te han herido que eres la persona que conozco. - Estaba hablando de corazón, sin miedos, solo era yo tan expuesta como ella se había expuesto hace un momento. - Esta eres tu... hecha de todas esas cosas, y aunque te hayan dolido... hacen parte de ti, y está bien. - Tomé su mano y la puse sobre su corazón. - Eres maravillosa.... -

-       Su tacto estaba frio y no era el agua- Tienes un encanto sin igual. Se que guardas heridas aquí -señale su corazón el cual latía desbocado, fue hasta ese momento en el cual señale su corazón que me percate que Estefania no tenia camisa, me puse un tanto nerviosa pero sonreí -Gracias -fue lo único que pude decir

- Su mirada bajo un momento y... Camisa!! Camisa!! Mi mente gritó y ese grito se hubiera podido escuchar hasta en Tailandia... Estoy tan muerta!!! Pero de nuevo me refugié en sus ojos, confiaba por primera vez en mis palabras. - De nada... - Solo me acerqué a su mejilla y le di un beso muy lentamente... Pero al separarme unos milímetros, una tentación, un pensamiento, una travesura surgió en mi cabeza. "Hazlo" Solo volví a acercarme y esta vez, busqué sus labios. Fue suave.. delicado, solo quería comunicarle como era un beso de verdad, limpio, tranquilo... -

Sentí sus cálidos labios sobre mi mejilla, ella se alejo un poco de mi, para de nuevo su tacto, esta vez haciéndome tocar las nubes, hacia tanto no sentía como eran los besos puros, limpios de corazon. Besar sus labios fue como tomar agua en el desierto, su calidez y ternura, la sutilidad de tocar mi piel solo con sus labios, ese beso revelo en mi que nadie me había tocado con tanto amor hasta como lo estaba haciendo ella, nos separamos por unos segundos sin alejar nuestras frentes unidas la una de la otra una bocanada de aire que se disipo cuando pose mi mano en su mejilla buscando nuevamente sus labios

Que era esto? su boca me atraía muchísimo... esa sensación de hormigueo en mi boca me hizo responder su beso sin afán, quería besarla así, lenta y cruelmente, así como era ella, quizá arriesgando mas de lo que yo misma debía. Y la intensidad cobro su precio en su boca y en la mía, no tenia aire, solo hacíamos pausas y el beso continuaba. Estas loca? Era Alexandra Medina, la engreída, la del españolete!! Ya la estaba besando como si no hubiera ser mas maravilloso para mi... -

Estefania que pasa con este beso? por qué quiero terminarlo y todo sigue? -Mi mente me bombardeaba con tantas preguntas pero yo solo deseaba seguirla besando y que ella lo hiciera, me sentía tan correspondida aunque nada es tan perfecto en la vida sus besos si lo eran. Me fuese encantado seguirla besando si la brisa fría no me hubiera hecho temblar mientras la besaba -Puta naturaleza que arruinas el momento -pensé-

- Quise que el ego no me traicionara, no le creía mucho... Pero había percibido un ligero temblor. No... Ni lo pienses. Es solo la brisa. Hace frio. Me separé de sus labios y le acaricié el rostro. - Hace frio Alexandra... tiemblas... - Miré sus labios y un impulso, otra vez travieso me hizo morder el labio, quizá para contenerme y no volver arrojar a su boca como tonta. Sentí que me ruboricé. Mi Dignidad.... tu dueña es Alexandra Medina - Esto es bochornoso... -Sonreí bajando la vista. -

-       Prometo que si volvemos al auto el cual esta calentito no diré nada- Alex controla tus nervios, ella se levanto, ahora con un cielo claro, despejado lleno de estrellas y luna llena sentí morir al ver ese hermoso astro, Estefania me extendió su mano sana, así volvimos al agua, nadamos, la ayude un poco por las lesiones que tenia, cuando llegamos a la otra orilla la vi sonreír y tomarme la mano -Esto se siente bien -susurre observándola de reojo escondiendo mi rostro para que no se notaran mis mejillas teñidas de rojo

- Por algún motivo no sentí ningún requemo por andar descubierta. Su contacto me causaba confianza, no tenía miedo, sólo quería seguir así a su lado. Un segundo... Su rostro se enrojeció un poco. Que linda! Me apoye en ella para comenzar a caminar de nuevo cuidando mi pie y volvimos pausadamente, sin prisa, casi disfrutando del silencio. - esto se siente mucho mejor. - Dije cerrando la puerta del auto.. -

-       Oh esto esta calentito! -dije cerrando la puerta del auto. -Oh dame un segundo- Baje del todo terreno y fui hasta su parte trasera -Lo sabia- Solía ser descuidada, eso era bueno en ocasiones, recordé la pequeña valija que tenia algo de ropa y sábanas. Saque lo necesario dándome cuenta que solo tenia un cambio de ropa -Estef -dije golpeando con mis nudillos el vidrio de la ventana ella se levanto y me sonrió -Ten cambiate -me observo fijamente como tratando de preguntarme algo.

- Humm. Cambiarme.... Frente a ella? Ahí? - Alexandra... Podrías cerrar los ojos? - dije sonrojada. Una cosa era una cosa... Pero otra cosa... Es otra! - podrías cerrar los ojos para cambiarme? - dije con algo de timidez. Ella sonrió con picardía. - No me digas nada! Es sólo pudor sano! - ella sólo se quedo mirándome. - Vamos Alex, sólo cierra los ojos!! O no podré cambiarme...

-       Debes cambiarte. -reaccione- Ostias vale cierro los ojos con una condición -Sus ojos se pusieron blancos esperando mi respuesta -Que me des alojo allí -señalando el triple puesto donde ella dormiría muy cómoda -Vamos Estef debeís admitir que es un trato justo. Aparte que yo no tengo ropa y no puedo dormir con la ropa mojada me podría dar pulmonía! Claro aunque estando con una doctora tan sexy, pero ok no es el punto... Solo se que tengo ese cambio de ropa -se los señales- y este juego de sabanas. Entonces que dices? -pregunte con una sonrisa de victoria, sin si quiera haber escuchado su respuesta.

- Aquello de los tratos convenientes se le daba muy bien y yo era pésima negociando. - Bien, cierra los ojos! - Ella sonrió satisfecha y cerro los ojos. Rápidamente me cambie y puse la ropa mojada lo mejor que pude para que se secara. - Excelente... Abre los ojos.

-       SERVILLETAS ALEX SE ESTA BABEANDO! -Conciencia CALLATE! - Ya los tenia abiertos -Por poco me mata con la mirada- No tranquila, me porte bien y cerré los ojos. os queda muy bien la ropa tía -dije con una mirada que me descubría completa, empece a quitarme las medias al igual que los short cortos que tenia, ella aclaro su garganta tratando de decirme algo, me di cuenta de que se refería... Me fue imposible no reír -olvídalo Del Castillo este hermoso cuerpo no lo conocerás desnudo. Me pondré la camisa y la chaqueta, agradezco haberme colocado una camiseta grande -dije viendo que aquella camisa gris parecía mas un vestido que una camisa -Hey Estef, tengo algún insecto o que pedo? mi rostro esta aquí. -la descubrí observando mis piernas

- Una pequeña risita cómplice y el calor en mi cara mi hizo por fin desviar la mirada - Es tu culpa! Nunca dijiste que cerrara los ojos! Ya ves lo que pasa! - Comente sintiendo escalofrío en mi espalda. Las cosas siempre tenían que ser tan intensas con ella!!!! - además yo nunca dije que quería verte desnuda!! Si... Si! Ponte esa cosa tápate de una ves por todas a ver si dejas de molestarme!! - tome la camisa y se la lance en las piernas, de algún modo debía dejar de mirárselas!!

-       Me quite la ropa interior y tendí toda la ropa en el asiento delantero -Admite que me viste mas de la cuenta -Dije de manera sensual - estoy lista -termine de vestirme solo con la camisa Ops la camisa era semi transparente! -ESTEFANIA! Mira mis ojos! Se que tengo un cuerpo escultural pero disimula, queres?

- Su atrevimiento era tan descarado que me hizo reír, desde cuando la gente se quedaba tal como vino al mundo sin el más mínimo pudor? - Pfffff... No abuses de mi Alexandra, tengo instintos básicos!! - me justifique buscando la comodidad del asiento triple - No te mereces este asiento!! - dije recostándome cuán larga era.

-       Por favor se que os moris por dormir conmigo, no muerdo vale, aparte que estar aquí ya me esta dando frío. si me da pulmonía sera vuestra culpa -chantaje en acción ella me hizo un espacio en lo que seria nuestra cama -Gracias -cerré las puertas y ventanas colocando de nuevo un poco de música esta vez algo suave

- Que quede claro Medina, no quiero dormir contigo. - susurré en su oído – Presumida... Además estas helada!! - Tome la sábana extra que había por ahí y nos cubrí con ella. Sentí que temblaba levemente y trate de trasmitirle algo de calor frotando sus brazos. - Mejor? - susurre de nuevo sintiendo que su brazo comenzaba tornarse más tibio.

-       Sabia que no perderiais ni una pequeña oportunidad para meter mano a penas me descuidara -entrelace mis dedos con los suyos buscando cálido en el interior de su pecho -Estoy mejor -Un impulso repentino me hizo querer ver su rostro sintiendo cerca de la comisura de mis labios los sus suyos. Quizás si fuese estado de pie me hubiera caído porque mis piernas no reaccionaban.

- Sabía que no aguantaría sin verme!! Y yo sin animarme a besarla y con mi dedo índice dibuje la forma de su boca y de sus ojos, me esmere en acariciar su mejilla derecha dejando que mi dedo bajara hasta su cuello. Sentí que casi sostenía la respiración. Sonreí traviesa. Este juego me estaba gustando...-

-       Estef no esteis con jugueteos y menos con fuego que os podeis quemar - bese de nuevo sus labios esta vez no hubo ni pero ni pretextos nuestras lenguas se conocieron y bailaban el vals de la música mas precisa para la ocasión -Estef por que estas tan caliente? -pregunte mientras simulaba unas piernas con mis dedos que subían por su abdomen

- No lo llamaría de modo tan.... - pensé un segundo sólo para generar ese tipo de suspenso sexy propio para el momento. - Grotesco... - Seguí con la dinámica de mis dedos acariciando su frente, luego seguí la caricia por su cuello la parte donde sus pechos se inclinaban suavemente hacia mi. - No le tengo miedo al fuego... Sólo se que entré más intenso, más rápido se agota el oxígeno que lo alimenta... - Destrabe sólo un botón de la camisa y rocé su piel de nuevo siguiendo un camino inverso.- Prefiero la llama lenta...pero constante... - ni yo misma entendía de donde me había salido eso... ESTEFANIA... ARDES!!-

-       Estef tranquila -dije reteniendo su caricia con un beso- hace cuanto no recibes una caricia? -delinee su cuello al verla sonrojar no pude evitar sonreír- Os estoy diciendo que no jugueis con fuego. Esta es una llama que flamea y parece extinguirse pero se aviva con cada caricia y cada suspiro esos que se transforman en... -susurre cerca de su oído- Gemidos

- Tuve que tragar muy fuerte para que mi pecho fuera capaz de dar el siguiente respiro. - Eso es.... - Dije acomodándome más cerca a ella. - Un reto? Una amenaza...?- Me acerque a su cuello dejando que mi respiración rozara su piel, luego susurre en su oído. - No me asustas... -

-       Sos una mujer de mundo, no se que pueda tener yo que no pueda tener otra mujer -Ja por favor tenes lo mejor de dos mundos, así que humildad para otro día- Oh ya se, yo tengo el poder de hacer que vuestro cuerpo este temblando aun estando tan calentito en medio de un lugar tan frio -Mi piel se erizo me dispuse a creer que era frio y no su respiración en mi, quise tomar el control de la situación, me coloque a su altura dejando ver claramente el escote de mi camisa, mordí mi labio inferior de la manera mas seductora que alguien podría hacerlo sobre la faz de la tierra y con mis dedos comencé a marcar cada parte de su cuerpo -No necesito amenazaros, sos bien grandecita para entender que significa jugar con objetos o en este caso personas peligrosas. No planeo asustaros sino excitarte justo como lo estoy haciendo ahora -su respiración se sintió entre cortada

- Quería aguantar, tenía que aguantar, acá estaba en juego mi resistencia, pero era increíble, todo su gesto era demasiado atractivo, insoportable-mente sexy... - Hablas mucho... - Ok, ese sería mi fin, lo sabía, si esto era jugar con fuego, ya me estaba quemando. Me reincorpore y la hice recostar contra el asiento dejando que mi cuerpo la cubriera parcialmente. - Puede cambiar el balance de las cosas... - Puse mis labios en los suyos hasta sentir que los entreabrió levemente. Su respiración se agitó un tanto. - Puede...

-       Mis manos empezaron a cobrar vida propia al sentir parte de su piel desnuda sobre mi. -Estas... -Beso- En... -Beso- una...-beso- Mala...-beso- Posición -mis labios se aventuraron a su cuello mientras con la punta de mis dedos subía lentamente delineando su columna vertebral, amaba lo ágiles de mis manos logre introducirlas bajo su camisa sintiendo directamente como temblaba ante cada caricia

Yo misma me canse de jugar a no besarla y desesperé de no tener su boca, así que me abandone a ella y deje que mi lengua rozara la suya en un intenso vaivén. Sus caricias sólo me incitaron a buscar más de su piel, y lleve mi mano hacia su pierna desnuda, acariciándole el vientre por debajo de la camisa y volviendo a bajar por ella. ESTEFANIA... ESTAS CARICIAS... QUE HACES? De dónde... Tu?... Mi conciencia me advertía del pudor, pero yo sólo estaba dejándome llevar de la sola intención, del instinto.

Alex cuidado porque ...Que decías conciencia? Nada tu prosigue en lo tuyo. Eso imagine -Su lengua me estaba enloqueciendo y mas aun cuando la sentí en mi cuello. Esta mujer me estaba haciendo tener un orgasmo con solo caricias. Me repuse un poco y me atreví a retirarle entre besos la camisa que cubría su torso con anterioridad. Por poco me corro al ver sus senos, firmes solo con rozar mis dedos sobre ellos.

Hacia mucho tiempo que no le mostraba a nadie mi cuerpo y no pude evitar apenarme justo en el momento en que menos lo necesitaba. NO... NO AHORA. Aguante mi propio pudor, y de seguro con el rostro enrojecido le permití acariciarme mientras le retiraba la enorme y ridícula camisa que se había puesto. Ahora tenía dispuesta su piel, su cuerpo, la silueta que se dibujaba entre las luces disimuladas del entorno y el auto. Recorrí todo su cuerpo con caricias, a veces rozando, a veces presionando delicadamente. Gemí.... esto era más fuerte que yo.

RcAdriiTorres

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Gracias a todos por leer mis fieles letras, por su gran apoyo y los comentarios que dia con dia me ayudan a mejorar como escritora.

Tengas un excelente inicio de semana, les mando un fuerte abrazo, besos, se les quiere desde mi amada Venezuela.

No dejes que la brisa de polos opuestos desvie el sentir de tu brujula, recuerda que cada quien es capaz de cambiar el rumbo de su historia, el poder esta en ti, que nada te limite, que la adversidad no te detenga!

Exitos! Cuidense. Pronto nos leeremos.