La historia de David Dumore, marqués del sexo.

Una historia de lujuriosos secretos, sexo a raudales...

I

Les contaré la historia de un noble del siglo XVIII, en Inglaterra, al que llamaré sir Dumore.

Tal personaje existió en pleno romanticismo. El tipo había nacido en Oxford, y su familia era de dignatarios de la nobleza.

Sir Dumore se habría de iniciar en el sexo a muy temprana edad, a los 12 años, con su hermana Antonieta, que, cuando eso sucedió, tendría unos 16 años, como el sir dejaría escrito para la posteridad.

Antonieta era una jovencita tímida para los ajenos a la familia, pero muy desordenada de sus sentimientos y rebelde con respecto a su propia familia.

Al que más quiso dentro de su casa fue a Sir Dave Dumore, de quien hablo.

El sir se encariñó tanto con su hermanita que ,mientras su familia acudía a la iglesia, ellos se escondían en algún lugar de allí y su hermana le entregaba su bello cuerpo de piel blanca, dándole raudales de sexo, hasta alcanzar uno que otro descomunal orgasmo.

En aquellos tiempos, la iglesia aún poseía poderíos. La familia de Dumore era tan acomodada que tenía como amistades a los dirigentes de la iglesia en Europa.

Uno de ellos, el cardenal Emile Dugard , quien era un corrupto hombre que hacía de las suyas con las niñas de la familia Dumore y de la familia Winslow(otros amigos de sir Dumore).

El tal Dugard no era nada feo de acuerdo con Sir. Más bien ,era alto ,rubio y de ojos azules, irresistible apariencia para una mujer.

Las niñas de la familia Dugard, Martha , de unos 13 años ,y Valerie, de 14, eran los tesoros de este hombre, quien se consolidaría como enemigo del sir cuando sorprendió a su preciada y divina Valerie en pleno éxtasis anal, derrumbándose ante el sir, quien la enloquecía dándole voluptuosas caricias mientras la penetraba por el ano.

El sir escribió sobre la primera vez que se ocultó en la iglesia con su hermana Antonieta. Aquella tarde, la familia la señora Arlene Dumore, Humphry Dumore, David Dumore, Antonieta Dumore y Martha, Valeria, quienes debían tener unos nueve años, habían ido a la iglesia.

Justo al comenzar la misa ,Antonieta tomó de la mano a David, y se encerró con el en un cuartucho donde un chico de trece años llamado Collin dormía.

Collin estaba dentro del cuarto, pero ante Antonieta ,de noble linaje, se apresuró a salir del cuarto. Antonieta lo tomó del brazo y lo empujó para afuera.

-Oye!-replicó Collin. Pero Antonieta no se inmutó, y se quedó mirándole con ojos enojados.

Entonces Antonieta le dijo con tono furioso.

-Escúchame, niño, y dime si quieres salirte o quieres problemas...

-Está bien, está bien...-contestó el chico.

Y Collin abandonó su pequeño cuarto.

Cuando estuvo fuera, Antonieta no tardó en quitarse el enorme vestido de encaje al suelo, entre las mantas del chico.

Antonieta quedó desnuda completamente, y David tomó sus dos pezones con sus dedos juveniles y blancos.

Se los llevó a sus labios, donde con su lengua recorrió deliciosamente la areola.

Tal vez a la jovencita eso le gustó mucho, lo cierto es que gimió y eso tal vez se escuchó hasta donde la gente estaba. Tal vez no.

Antonieta abrió sus piernas y aprisionó al joven David ya desnudo y con el pene ,aunque no muy grande, nada desdeñable, ya erecto.

David se volvió totalmente loco, sintiendo los pezones de su hermana endurecerse en sus propios labios.

Entonces tomó a la muchacha de las nalgas y la apretó contra sí mismo.

La penetración fue placentera.

-Ay, hermanito, la tienes bonita.

-La tuya también ,Antonieta. Está muy lindaaaaaaaaaa....

El chico no aguantó mucho. Con los pezones durísimos rozando sus labios y la piel suave de su hermana tocando su pene, se volvió loco, y gritó...

-AAAAHHH!!!!!! Hermanaaa!!!!! Siiiiii!!!!!!!!!!!

-Shhhh...shhh... ..no gri...tes... Nos van a o...ir..-decía la ruborizada Antonieta a su hermano con voz entrecortada por el placer inmenso que se desbordaba dentro de su vagina.

Entonces Antonieta se echó hacia atrás, enloquecida por el placer, mientras se acariciaba su hermoso cabello rubio que caía sobre el rostro de David.

-Ayyyyy!!! David!!!!

Cuando se dio cuenta, David ya estaba eyaculando, pero fuera de la vagina de Antonieta.

Los chorros de semen brotaron mientras el rostro de el futuro sir David Dumore yacía sobre los senos de su hermana, con los ojos en blanco, descubriendo su futuro vicio, las liviandades del sexo.

Antonieta vio los chorros de semen salpicarle los senos por debajo, el vientre y las piernas.

Ahí se sumió en un orgasmo indecible, pero no gritó, soportó aquello tan solo exhalando con la cara completamente enrojecida y los ojos entrecerrados y en blanco.

Se dejó ir hacia atrás y cayó enajenada en las sábanas de Collin.

Cuando salió del placentero estupor, Antonieta encontró que la misa estaba a punto de acabar, y rápidamente , los dos hermanos incestuosos se levantaron y vistieron para salir corriendo a donde estaba su familia.

Llegaron casi normales, excepto por un poco de semen en la mejilla aún roja de Antonieta.

Así fue el inicio de la historia de Sir Dumore.

Ese mismo día, cuando todos se hubieron ido de la iglesia, el cardenal Dugard llegó al cuartucho de Collin, quien estaba desnudo puesto que se acababa de bañar.

Pero el cardenal vio del desorden que Antonieta y David habían hecho en el cuarto.

Descubrió un poco de semen entre las sábanas, y pensó que todo era obra de Collin.

-Con que te has estado masturbando ,jovencito.

-No, señor Emile, no lo he hecho en varias semanas. En verdad.

-Y qué significa esto?

Entonces ,Dugard miró con ojos lascivos al cuerpo de Collin. Un chico güerito, delgado ,rubio y nalgón, y muy lindo.

Entonces salió del cuartucho y se lo llevó a su alcoba.

Ahí untó su pene y el ano del chiquitín con manteca.

Lo hizo suyo, y Collin fue otro de los chicos pervertidos por Dugard., que en ese entonces debía tener unos 30 años.

El chicuelo no hizo mas que aguantar el dolor inicial, y empezar sensuales movimientos que lo volverían loco de un placer voluptuoso.

-Se..señor Emile...no, pare, por favor...

-Cuando me lo pides ,Collin? Esto es para que te evangelices!

-Ayyy, nooo!!

Dugard empezó a nalguear de manera vehemente al chamaco, quien movía sus nalgas de un modo tan lascivo que a Dugard se le nublaba la vista.

Los palpitaditos del ano del chaval enloquecían a Dugard, hasta que este ya no pudo más y eyaculó gritando en el ano del chico. Sentía en el glande la sedosa piel del ano y se volvía frenético...

Al chico le había dado una tremenda erección. Las venas del pene se le saltaron. Los pezones durísimos. El clérigo le besaba el cuello con libídine y a veces le coqueteaba el pene erecto.

-No, señor, no me lo toque... no quiero eyacular...

-aaahhh. Hhhhh

-Noo! ohhh, nnnsssiiiiii.....

El chico estaba con los ojos en blanco bufando , mientras las manos de Dugard estaban sobre sus hombros, jalándolo hacia atrás y a ratos pellizcando sus pezones.

Entonces Dugard pellizcó con las uñas un tetilla, casi y le saca sangre.

-AYYYYY!!!!!!!!!!

El chico se volvió loco. Gritó y al sentir la eyaculación del clérigo, el también eyaculó, entre lúbricas salpicadas de semen en su cara y pecho ,lisonjeándose el glande, sudando con la cara ruborizada y gritando su precioso éxtasis anal.

-AYYY, AYYY!!! ME CORRO, CURAAA!!!!!!!!!! AY AY ARRGGGHHH!!!!!

-siii! SIII!! SIIIIIIIII!!!!!! EYACULA!!! EYACULA!!!!!!!!!

Todo esto se supo debido a un monaguillo que vio con excitación el rostro sudado y ruborizado de Collin sumiéndose entre el precioso orgasmo, y la cara del cardenal tras de él, besándole el cuello enrojecido ,con los ojos en blanco, pellizcando los pezoncitos y con los chorros de semen y los gritos de morboso placer...

El chaval terminaba gritando, sudado y mareado por el orgasmo...

David y Antonieta siguieron yendo a la iglesia, y vieron a Collin más sonriente que antes.

Con varias de las jovencitas de la nobleza ,David hizo de las suyas, cada vez con más pero cada vez más ladino, malicioso y pervertido...