La historia de Adela II

Derramé una lágrima y cerré lentamente los ojos mientras mi respiración se agitaba. Poco a poco empiezo a perder los sentidos, pero mi corazón se resiste a detenerse.

Hoy quiero quedarme solo, sin prender la luz, sentir el dolor tan hondo que me causas tú,

hoy quiero quedarme solo, para lamentar, que un día lo tuve todo y lo deje escapar.

¿En qué momento pasó? ¿Cómo fue? No quise alejarte, la noche me sorprendió,

te busqué, ya era muy tarde...♫”

Murmullos tras la pared

Sólo con venganza se curan las heridas y así, lo que resta del alma se va sanando con el paso del tiempo, o mejor dicho, con la evolución del proceso vengativo, como suelo llamarlo.

Ahora, justo ahora que me encuentro ultrajada y humillada en este lugar oscuro y olvidado, me doy cuenta de que nadie es nada. Un día eres completamente común pero sin previo aviso la vida te da una bofetada para hacerte caer en cuenta de que eres aun más insignificante que un insecto.

Sólo he podido gritar lo más fuerte que mi cuerpo me permitió, y a cambio de lo que creí que era el más lastimoso aullido, apenas logré murmurar:

  • ¿Por qué a mí?

Derramé una lágrima y cerré lentamente los ojos mientras mi respiración se agitaba. Poco a poco empiezo a perder los sentidos, pero mi corazón se resiste a detenerse.

Mi dolor es inmenso, tanto mi alma como mi cuerpo simplemente están terminados, pero mi furia… mi furia es grande. Esto no puede quedarse así. Mis miembros sólo quieren descansar pero el corazón late con tal fuerza que puedo escucharlo retumbar dentro de mí, como si quisiera desprenderse de mi pecho arrancando las arterías que lo atan como cadenas de acero inherentes a él, pues así como lo mantienen con vida también lo reprimen sin dejarlo ir a ningún lado. Así me siento, atada a las limitaciones de mi cuerpo pero con la fuerza de mi espíritu que simplemente se aferra a la idea de vengar el dolor de quien me hizo esto.

Toda mi forma esta tendida y sin vida en algún lugar de la maldita ciudad, tal vez en los suburbios o en algún recóndito agujero enorme y olvidado. Levanto mis parpados y miro atentamente el cielo nocturno y a las estrellas que inalcanzables nunca han hecho nada por mí.

No hay nada más en mi corazón, no le he dado oportunidad a mi cerebro de sentir compasión de mí.

Zillah

2

— Cuéntame ¿Ahora qué te traes entre manos?

— Pues sólo vivo para el trabajo, ya sabes, no ha habido nada nuevo en mi vida desde mi ascenso.

— Creía que tu vida sería más interesante después de eso, no sé, que tal vez ya te habrías conseguido por fin una novia.

— ¿Una novia? Oh por favor Karen, no seas ridícula. Te lo he dicho mil veces, tengo mejores cosas que hacer que perder el tiempo con otra persona.

— ¿Mejores cosas que hacer? ¿Cómo cual? No haces más que trabajar y no entiendo para quien trabajas tanto, nunca te vas de vacaciones, nunca te compras algo bonito, sólo vives para el trabajo y al único que haces rico es a tu jefe.

— No me vengas con tus tonterías de nuevo, sabes bien que amo mi vida tal como es además mi trabajo no me permite una relación estable prefiero seguir conociendo chicas y pasar bien el rato.

— No sé si ese tipo de vida sea sano para alguien, creo que es perturbador para tus pobres victimas, por cierto ¿quien ha sido la última?

— Jaja, claro que es sano para ellas, los científicos descubrieron que el sexo es muy benéfico para el organismo ¿Sabes?. Emm la última, fue la chica del bar ¿Recuerdas?

— Ahh cierto, y ¿Cómo fue? Quiero detalles ¡eh!

— La verdad es que yo también los quiero, ni si quiera recuerdo su nombre, creo que debería de tomar menos y meterme a tomar clases en la escuela que queda frente a la agencia.

— Ya estás muy vieja como para cursar de nuevo la prepa, ¿no crees?

— Obviamente pero mis intenciones no son los conocimientos, es que desde mi nueva oficina el edificio me queda justo enfrente y a veces me paso el tiempo contemplando a una hermosa profesora que imparte ahí.

— Vaya vaya, Adela está al acecho.

— Es que es guapísima, tiene un rostro que me hace soñar, ella es como la típica profesora sexy de las películas de adolescentes, y claro desde mi despacho no es posible ver su rostro pero no me he podido conformar con verla así nada más y me llevé unos binoculares a la oficina.

— ¡Estás demente! Pero de ti no me sorprende. Que se prepare tu maestra porque seguro que al final serás tú quien termine dándole lecciones, jaja si sabes a lo que me refiero.

Es un poco vergonzoso reconocer que he estado observando a la profesora del colegio, puede incluso sonar hasta enfermizo, como si yo realmente fuera un depredador acechando a su presa, esperando el momento justo para atacar, como me dijo Karen hace unos días. Es extraño que alguien a quien observo a distancia ejerza tanta atracción en mí. Estos días he estado muy ocupada poniéndome al tanto de lo que mi nuevo cargo significa ya que el antiguo director creativo fue despedido por su bajo rendimiento y justo como pensé todas las cosas que él hizo están mal o incompletas, aunque claro para ser justa diré que hay unas que son muy buenas y espero poder dar la talla como en su momento lo hizo él. Siguiendo con mi profesora me he decidido a cruzar la calle que nos separa y hablar con ella, no soy una persona insegura pues estoy consciente de que mi belleza y mi inteligencia son un arma de doble filo. Pero para que entiendan porque me siento tan atraída por ella tengo que contarles lo poco que he averiguado de ella, sé que es maestra de filosofía, hasta ahora he podido observar algunos libros de los que nunca se despega. Sé que le encantan los bolsos porque desde que la observo le he visto muchos, sé que sus alumnos la quieren, algunos más que otros pero la quieren de todas formas. Sé que le gusta leer o al menos sé que lee porque últimamente la he visto con una novela que ha comenzado a devorar en su tiempo libre y sé que algunas veces a la hora del almuerzo sale a comer en el restaurante que se ubica al lado de mi agencia. Y también sé que mañana será un buen día.

Estoy como loca caminando de un lado a otro por mi oficina ideando un plan para acercarme a ella, perdí mi oportunidad de hablarle mientras todos bajábamos a comer porque tuve que quedarme a terminar un asunto de la próxima campaña pero pensándolo bien hubiera sido demasiado inoportuno acercarme mientras ella comía. No sé que voy a decirle pero sé que no le diré, no le diré que la he estado observando y tampoco podré decirle que tiene un buen gusto en cuanto a bolsos, ni que creo que es una buena maestra porque he notado el cariño con el que sus alumnos la tratan pues podría darse cuenta que llevo tiempo viéndola. Ya es la hora de salida, será mejor que baje.

La vi caminando sola, con una carpeta debajo del brazo y con aire de tener prisa. No miraba a nadie y cruzó la calle con pasos tan seguros, largos y medidos como si ese fuera su camino habitual, se encontraba tan cerca de mí que no tendría más que caminar como si estuviera distraída y chocar “accidentalmente” con ella, ese era mi plan, el único que se me había ocurrido pero que seguro funcionaría. Ella seguía avanzando rápidamente, de manera segura, meneando deliciosamente sus caderas y su cabello rubio se ondeaba con cada movimiento de su decidido cuerpo y justo cuando estaba por estrellarme contra ella alguien la detuvo.

— ¡Miss Zillah! — La saludaba una chica de unos dieciséis años.

— Hola Alex, ¿qué pasa? — Preguntaba ella quien seguía caminando, obligando a la chica a alcanzar su paso.

Yo me quedé ahí, observando la escena, con mis planes frustrados y viendo a “Alex” irse con mi profesora, yéndose con Zillah. Que nombre tan curioso pero sin duda digno de tan exótica belleza.

gradezco a todos ustedes por seguir leyendome, esta es una aventura totalmente nueva para mí y me da gusto saber que no atravieso por ella sola. Gracias por sus valoraciones y por sus palabras, un especial gracias a LABRYS28, por ser mi primer comentario y darme ánimos para continuar; a HOMBREFX por tu valoración; a BLUEWINE espero que aun te siga pareciendo que mi historia promete :); a SIGRUN me da gusto que Adela te haya parecido segura, realmente era lo que quería proyectar; a ADELAI por tus bellas palabras y porque espero seguir cautivandote jeje; a BRAGUITAS agradezco tu critica, realmente quiero intentar algo diferente a los relatos que ya se publican siempre, espero lograrlo y espero que pueda cautivarte, gracias por tus sugerencias prometo que la tercera parte será más detallada en cuanto a las relaciones de Adela; AURORALADIOSA por tus palabras y por ser mi paisana jeje.

En fin gracias a todos, a los que comentan y a los que no, a los que valoran y a los que no lo hacen, a quienes les ha gustado y a quienes no también, ójala esta parte les haya gustado y sino haganmelo saber y si alguien tiene alguna sugerencia para esta historia diganmela que las tendré muy encuenta. Un beso a tosos

Misha

http://www.facebook.com/JesseKoy

Hoy quiero quedarme solo, sin prender la luz, sentir el dolor tan hondo que me causas tú,

hoy quiero quedarme solo, para lamentar, que un día lo tuve todo y lo deje escapar.

¿En qué momento pasó? ¿Cómo fue? No quise alejarte, la noche me sorprendió,

te busqué, ya era muy tarde...♫”

Murmullos tras la pared

Sólo con venganza se curan las heridas y así, lo que resta del alma se va sanando con el paso del tiempo, o mejor dicho, con la evolución del proceso vengativo, como suelo llamarlo.

Ahora, justo ahora que me encuentro ultrajada y humillada en este lugar oscuro y olvidado, me doy cuenta de que nadie es nada. Un día eres completamente común pero sin previo aviso la vida te da una bofetada para hacerte caer en cuenta de que eres aun más insignificante que un insecto.

Sólo he podido gritar lo más fuerte que mi cuerpo me permitió, y a cambio de lo que creí que era el más lastimoso aullido, apenas logré murmurar:

  • ¿Por qué a mí?

Derramé una lágrima y cerré lentamente los ojos mientras mi respiración se agitaba. Poco a poco empiezo a perder los sentidos, pero mi corazón se resiste a detenerse.

Mi dolor es inmenso, tanto mi alma como mi cuerpo simplemente están terminados, pero mi furia… mi furia es grande. Esto no puede quedarse así. Mis miembros sólo quieren descansar pero el corazón late con tal fuerza que puedo escucharlo retumbar dentro de mí, como si quisiera desprenderse de mi pecho arrancando las arterías que lo atan como cadenas de acero inherentes a él, pues así como lo mantienen con vida también lo reprimen sin dejarlo ir a ningún lado. Así me siento, atada a las limitaciones de mi cuerpo pero con la fuerza de mi espíritu que simplemente se aferra a la idea de vengar el dolor de quien me hizo esto.

Toda mi forma esta tendida y sin vida en algún lugar de la maldita ciudad, tal vez en los suburbios o en algún recóndito agujero enorme y olvidado. Levanto mis parpados y miro atentamente el cielo nocturno y a las estrellas que inalcanzables nunca han hecho nada por mí.

No hay nada más en mi corazón, no le he dado oportunidad a mi cerebro de sentir compasión de mí.

Zillah

2

— Cuéntame ¿Ahora qué te traes entre manos?

— Pues sólo vivo para el trabajo, ya sabes, no ha habido nada nuevo en mi vida desde mi ascenso.

— Creía que tu vida sería más interesante después de eso, no sé, que tal vez ya te habrías conseguido por fin una novia.

— ¿Una novia? Oh por favor Karen, no seas ridícula. Te lo he dicho mil veces, tengo mejores cosas que hacer que perder el tiempo con otra persona.

— ¿Mejores cosas que hacer? ¿Cómo cual? No haces más que trabajar y no entiendo para quien trabajas tanto, nunca te vas de vacaciones, nunca te compras algo bonito, sólo vives para el trabajo y al único que haces rico es a tu jefe.

— No me vengas con tus tonterías de nuevo, sabes bien que amo mi vida tal como es además mi trabajo no me permite una relación estable prefiero seguir conociendo chicas y pasar bien el rato.

— No sé si ese tipo de vida sea sano para alguien, creo que es perturbador para tus pobres victimas, por cierto ¿quien ha sido la última?

— Jaja, claro que es sano para ellas, los científicos descubrieron que el sexo es muy benéfico para el organismo ¿Sabes?. Emm la última, fue la chica del bar ¿Recuerdas?

— Ahh cierto, y ¿Cómo fue? Quiero detalles ¡eh!

— La verdad es que yo también los quiero, ni si quiera recuerdo su nombre, creo que debería de tomar menos y meterme a tomar clases en la escuela que queda frente a la agencia.

— Ya estás muy vieja como para cursar de nuevo la prepa, ¿no crees?

— Obviamente pero mis intenciones no son los conocimientos, es que desde mi nueva oficina el edificio me queda justo enfrente y a veces me paso el tiempo contemplando a una hermosa profesora que imparte ahí.

— Vaya vaya, Adela está al acecho.

— Es que es guapísima, tiene un rostro que me hace soñar, ella es como la típica profesora sexy de las películas de adolescentes, y claro desde mi despacho no es posible ver su rostro pero no me he podido conformar con verla así nada más y me llevé unos binoculares a la oficina.

— ¡Estás demente! Pero de ti no me sorprende. Que se prepare tu maestra porque seguro que al final serás tú quien termine dándole lecciones, jaja si sabes a lo que me refiero.

Es un poco vergonzoso reconocer que he estado observando a la profesora del colegio, puede incluso sonar hasta enfermizo, como si yo realmente fuera un depredador acechando a su presa, esperando el momento justo para atacar, como me dijo Karen hace unos días. Es extraño que alguien a quien observo a distancia ejerza tanta atracción en mí. Estos días he estado muy ocupada poniéndome al tanto de lo que mi nuevo cargo significa ya que el antiguo director creativo fue despedido por su bajo rendimiento y justo como pensé todas las cosas que él hizo están mal o incompletas, aunque claro para ser justa diré que hay unas que son muy buenas y espero poder dar la talla como en su momento lo hizo él. Siguiendo con mi profesora me he decidido a cruzar la calle que nos separa y hablar con ella, no soy una persona insegura pues estoy consciente de que mi belleza y mi inteligencia son un arma de doble filo. Pero para que entiendan porque me siento tan atraída por ella tengo que contarles lo poco que he averiguado de ella, sé que es maestra de filosofía, hasta ahora he podido observar algunos libros de los que nunca se despega. Sé que le encantan los bolsos porque desde que la observo le he visto muchos, sé que sus alumnos la quieren, algunos más que otros pero la quieren de todas formas. Sé que le gusta leer o al menos sé que lee porque últimamente la he visto con una novela que ha comenzado a devorar en su tiempo libre y sé que algunas veces a la hora del almuerzo sale a comer en el restaurante que se ubica al lado de mi agencia. Y también sé que mañana será un buen día.

Estoy como loca caminando de un lado a otro por mi oficina ideando un plan para acercarme a ella, perdí mi oportunidad de hablarle mientras todos bajábamos a comer porque tuve que quedarme a terminar un asunto de la próxima campaña pero pensándolo bien hubiera sido demasiado inoportuno acercarme mientras ella comía. No sé que voy a decirle pero sé que no le diré, no le diré que la he estado observando y tampoco podré decirle que tiene un buen gusto en cuanto a bolsos, ni que creo que es una buena maestra porque he notado el cariño con el que sus alumnos la tratan pues podría darse cuenta que llevo tiempo viéndola. Ya es la hora de salida, será mejor que baje.

La vi caminando sola, con una carpeta debajo del brazo y con aire de tener prisa. No miraba a nadie y cruzó la calle con pasos tan seguros, largos y medidos como si ese fuera su camino habitual, se encontraba tan cerca de mí que no tendría más que caminar como si estuviera distraída y chocar “accidentalmente” con ella, ese era mi plan, el único que se me había ocurrido pero que seguro funcionaría. Ella seguía avanzando rápidamente, de manera segura, meneando deliciosamente sus caderas y su cabello rubio se ondeaba con cada movimiento de su decidido cuerpo y justo cuando estaba por estrellarme contra ella alguien la detuvo.

— ¡Miss Zillah! — La saludaba una chica de unos dieciséis años.

— Hola Alex, ¿qué pasa? — Preguntaba ella quien seguía caminando, obligando a la chica a alcanzar su paso.

Yo me quedé ahí, observando la escena, con mis planes frustrados y viendo a “Alex” irse con mi profesora, yéndose con Zillah. Que nombre tan curioso pero sin duda digno de tan exótica belleza.