La Hija espía (II)

El cariño entre madre e hijas y el sexo vivido sin complejos hacen que todas disfruten de una sesión lésbica el día del cumpleaños de la pequeña.

Después de aquel encuentro en que ayudé a satisfacer los apetitos sexuales de mi mami, pasaron muchos días en que no volvimos a tocar el tema. Obviamente y de vez en cuando yo seguía espiando furtivamente las sesiones de masturbación de ella. Quizás tanto ella como yo no llegamos a asumir lo que había pasado, porque el hecho de ser madre e hija significaba de acuerdo a la "moral social" una distancia que impedía compartir juntas experiencias sexuales. Por otro lado, la mente me martillaba constantemente en el gusto y la satisfacción que había sentido con aquella experiencia, a pesar que yo sólo la ayudé pero no hubo reciprocidad, porque mi calentura la alivié en mi soledad y en mi propia cama.

Sin embargo, estaba claro que a partir de ese día no volví a ver a mi mami con los mismos ojos, no dejaba de imaginar aquel cuerpo desnudo y aquella conchita jugosa que se acomodaba a cada ingreso y salida del consolador. Y yo tenía que seguir haciéndome el "dedito" siguiendo los consejos de mi mami, porque mi virginidad tenía que reservarla para cuando se de la oportunidad con un hombre.

Cambió mi vida y mi forma de pensar. A pesar que la formación católica que me dio el colegio de monjas, quienes siempre buscaban como ideal lograr egresar a señoritas de bien con una excelente formación moral y con una escala de valores acorde con una sociedad hipócritamente conservadora, donde las personas son unas para los demás y son otras para su privacidad, comencé a cuestionar la doble moral que existe en todos los ámbitos de la sociedad. Quizás en Europa sea distinto, pero en países como el mío que es Colombia y en otros de Latinoamérica, vivimos en una sociedad reprimida, con reglas sociales que aparentemente todos lo que se llaman "decentes" tienen que cumplir.

¿Por qué el incesto es malo? creo que por el sentimiento de culpa y porque la "moral social" no lo permite. Pero ¿qué es la moral social sino una cumbia que todos cantamos pero que no practicamos? ¿qué respuesta hay de la iglesia cuando nos habla de Adán y Eva como primeros seres humanos de la creación? ¿cómo se reprodujo el mundo después de ellos? Porque si de ellos venimos todos entonces el mundo se reprodujo en base al incesto. Y si todos somos hermanos como dice la religión, entonces el mundo esta lleno de practicas sexuales incestuosas.

Toda esta mezcla de reflexión social y filosofía, produjo en mí un cambio de pensamiento. Casi nadie tiene autoridad moral y menos la iglesia donde cada cura tiene su monja o a otro cura.

Pero volvamos a mi historia. Después que pasó algo más de un mes de ese primer encuentro con mi mami, llegó el día de mi cumpleaños, fue exactamente el 20 de enero. Habíamos quedado con mi mami y mi hermana en ir a celebrar fuera de casa en una cena para las tres como fue mi petición. Mi hermana como siempre, se demoró en la ducha y en maquillarse, cosa que obligo a mi mami y a mí a entrar juntas a la ducha. Cuando lo hicimos, mi mami se quitó la bata y debajo de ella sólo llevaba unos diminutos calzoncitos, yo ya estaba desnuda cuando vi que ella se los sacó agachándose y dejándome ver su hermoso culito y su conchita. Hizo que se me estremeciera el cuerpo. Le dije que se quedara así agachada por un momento y me hizo caso. Le dije que en esa posición se veía muy bien.

  • Mami, ¿puedo decirte qué quiero de regalo para mi cumpleaños? - Claro que sí Sarita.
  • Pues apóyate en el inodoro para que no te canses.

    • Y así lo hizo. Me acerqué le abrí las nalgas y le metí un dedito en el culo. Ella quiso pararse pero por algún motivo no lo hizo.
      • Hace tiempo que quise hacer esto mamita. - Y ¿qué más quieres hacer?
    • Esa pregunta me animó, saqué mi dedito, le abrí la conchita y empecé a pasar mi lengua por ahí. Ella empezó a segregar jugos que me dieron gusto y mayor excitación.
      • Eres una chiquita muy golosa, pero aprovecha tu regalo, me dijo mientras una de sus manos alcanzó a acariciarme los cabellos.
    • Después de un buen rato, ella se paró, volteó hacia mí y me dio un gran beso en la boca, pero éste fue algo prolongado, mientras bajaba su mano hacia mi conchita que en ese momento también ya esta jugosa. Luego me dijo que no era justo dejarme así, y me puso en la posición que ella tenía antes. Me abrió las nalgas y me dijo: - -
  • Tienes un culito hermoso y una conchita apetitosa.

    • Me pasó la lengua no sólo por la conchita, sino también por toda la raja de mi culito. Era una sensación inimaginable antes de esa experiencia. Me metía la lengua en el agujero de mi culito y de ahí bajaba hasta la conchita. Cuando quedé satisfecha, nos metimos a la ducha y mientras nos bañábamos seguíamos dándonos besos y acariciándonos. Luego nos fuimos a la cena con mi hermana, que nos reclamó por qué nos habíamos demorado tanto y se me ocurrió una respuesta que nos salvo de lo que pudo pensar mi hermana, aunque ni se lo imaginaba.
      • Ahora sabes querida hermanita, cómo nos impacientamos nosotras cuando tú te demoras en la ducha. Te hicimos lo mismo para estar a mano. La cena transcurrió sin mayores rarezas, sólo que fue la primera vez que mi mami nos permitió tomarnos con ella una botella de vino. Aunque algunas veces habíamos tomado una copita después de la cena, esta vez fueron varias copitas y esto hizo que mi hermana Maria José se pusiera muy habladora y reilete. Al volver a casa, nos habíamos contagiado de las risas de Marijo y nos quedamos en la sala a escuchar algunos chistes que ella se puso a contar. Fue en uno de esos chistes "rojos" que mi hermana bromeó con que yo me tapara los oídos que el chiste era para mayores. Me defendí arguyendo que yo en cuestiones de sexo sabía más que ella, replicó diciendo que ella tenía más experiencia, con lo que mi mami se sorprendió y le dijo:
      • ¿Acaso ya no eres virgen?
    • Pero como la pregunta no fue en un tono serio Marijo le respondió:
      • Ay mami, por favor, ya no estamos en tus tiempos. - Y ¿cómo sabes tú cómo fueron mis tiempos?, replicó mamá.
    • Mi hermana comenzó entonces a construir sus argumentos y en un momento le dijo: - - - Incluso ustedes usaban calzones hasta las rodillas. Este argumento hizo que yo la acompañara en su carcajada, por lo que mamá se quiso molestar. Sin más tiempo que perder se levantó la falda hasta dejar ver cómo llevaba las bragas. Aunque yo ya la había visto así antes, no dejé de sorprenderme por su actitud. - - - ¿Esto crees que es hasta las rodillas? Decía mientras se daba una vuelta y veíamos cómo sus nalgas estaban realmente libres de su diminuta tanga que se perdía en medio de tan grandes y apetitosos cachetes.
    • "Uy mami, sí que pareces de mis tiempos", le dijo mi hermana contemplándola, "pero insisto en que la que yo uso es mucho mejor". Su tonito burlón hizo que mi mami la retara a comparar y astutamente me puso a mí de juez.
    • "Veamos si estas en lo cierto y que Sarita sea la que determine". - - Como mi hermana estaba con blue jean, se lo tuvo que bajar hasta las rodillas para poder hacer la comparación. Las dos estaban frente a mí, una levantando su falda y sujetándola con sus manos debajo de sus senos y la otra con los pantalones hasta las rodillas y coquetamente con las manos en la cintura ya que estaba con una blusita ceñida al cuerpo que dejaba ver su ombligo. Empecé a tratar de dar mi veredicto:
    • "Bueno, la parte de adelante me parece que esta igual, ahora voltéense".
    • Las dos lo hicieron de inmediato. Como yo estaba en el sofá, les dije que retrocedieran un poco para verlas de más cerca. La verdad que la tanga de mi hermana era muy parecida a la de mamá, pero ella astutamente mientras retrocedía, se ayudó con su mano e hizo que toda la parte de atrás se perdiera entre sus nalgas. La vista que tenía era espectacular, el culito de mi mami ya lo había contemplado, pero el de mi hermana recién lo veía y era realmente hermoso, carnosito y voluminoso. Cuando mi mami vio el culito de mi hermana, volteó a guiñarme el ojo y entonces yo dije:
    • "Bueno, para ser imparcial no puedo permitir las trampas" y diciendo esto metí mi mano para sacar de entre las nalgas de mi hermana su tanguita; claro que aprovechando esto pasé mis dedos por esa bella raja hasta que llegué a su agujerito que estaba calientito, bajé un poco más y noté que su conchita estaba un poco mojada. Marijo no lo tomó a mal y me dijo que mi mami había hecho la misma trampa. Entonces hice lo mismo con mama y dije que aparentemente ambas prendas eran iguales. Mi mami dijo: "esto no se queda así" y se quitó la tanguita y también la falda quedándose desnuda de la cintura para abajo. Yo me acerqué a mi hermana y sin decirle nada también le bajé el calzoncito, con su jean que sólo se había bajado hasta las rodillas, impedían que la prenda salga totalmente, entonces le quité los pantalones y la tanguita. Ella la verdad que no impidió nada cuando tuve su calzón en mis manos vi que la parte que daba a la conchita estaba mojada, cuando lo comenté mi hermana se ruborizó, pero mi mami dijo:
    • "Sarita no hagas sentir mal a tu hermana, lo que pasa es que está excitada. Verdad hijita" le dijo y Marijo respondió casi dudando... "es que con todo este jueguito...". Mi mami se le acercó y así paradas empezó a acariciarle su conchita, mi hermana cerró los ojos y se dejó llevar, mi mami la sentó en el sofá con las piernas abiertas y empezó a lamerle su conchita y mi hermana empezó a gemir levemente. Como mi mami se puso de rodillas para hacer esto y estaba en una posición casi de perrito, entonces yo también me desvestí rápidamente y empecé a lamerle la conchita por atrás, mi hermana le acariciaba los cabellos a mi mami y sus frases eran de placer: "ay mamita qué rico me haces sentir, sigue por favor que estoy excitadísima...". En eso mi mami se paró y me dijo: "Sarita reemplázame aquí un momento que ya vuelvo" y se fue a su cuarto cuando yo empecé a lamer la conchita de mi hermana, estaba rica jugosita, mi hermana no salía de su asombro pero el placer podía más: "Sarita, dónde aprendiste esto bandidita, sigue hermanita, imagina que mi conchita es tu regalo de cumpleaños" comenzó a moverse con mayor rapidez y se vino en un orgasmo fabuloso.
    • Mi mami volvió con un consolador y dijo:
    • "Ya sé que la lengüita no es suficiente, así que necesitaremos esto, porque veo que ya probaste uno de verdad, así que no te hará daño". Mi hermana la miraba con sorpresa pero con algo de lujuria. Mi mami continuó... "Pero como es cumpleaños de Sarita y ella no puede usar esto, la haremos participar de alguna manera para que no se masturbe solita como lo hace siempre". - - Entonces mi mami hizo que Marijo se echara en el sofá y a mí me colocó encima haciendo un 69, para que mi hermana me comiera la conchita. Cuando yo estaba por volver a hacer gozar con la lengua a mi hermana, mi mami me dijo: - - "Espérate mi amor, quiero que veas cómo es que entra esto en la conchita de tu hermana". Y empezó con el trabajo, me pidió que abriera los labios de esa deliciosa conchita de 20 años y la rozó por un momento por el clítoris, mi hermana empezó a temblar de gozo y reprimía su gemidos lamiéndome y mordiendo suavemente mi conchita, yo estaba mirando lo que hacía mi mami pero sentía que la lengua de mi hermana empezaba a darme un placer jamás experimentado. Cuando metió el consolador mi hermana empezó a moverse como una gata, pero no dejaba de darme placer con la lengua.
    • Ese día, me parecieron raras muchas cosas. Primero que mi mami nos hizo gozar a las dos, pero ella no dejó que le hagamos nada. Quizás después se haya masturbado sola en su cuarto. Otra de las interrogantes que me quedó es que si mi hermana sabía que lo que pasó con mi mami y conmigo semanas atrás... no sé, pero me da la impresión que ahora somos una familia despojada de prejuicios y que puede compartir todo sin reparos y sin hipocresías. Es por lo menos una aproximación a la post modernidad. Pensar que hace poco más de un mes, egresé de un colegio de monjas. Quién diría.
    • Escríbanme madres e hijas que hayan pasado por algo similar a mi e-mail: sary37@hotmail.com