La hija del sargento (4 y FINAL)

Anabel ha despertado en Sara emociones y sensaciones nunca antes vividas, después de dominarla y no contenta con esto pretende preparar un encuentro con su novio Pedro al que también domina.

Este relato es la continuación y fanal de los anteriores relatos:

LA HIJA DEL SARGENTO (1)

http://www.todorelatos.com/relato/65211/

LA HIJA DEL SARGENTO (2)

http://www.todorelatos.com/relato/66095/

LA HIJA DEL SARGENTO (3)

http://www.todorelatos.com/relato/66158/

Dedicado a todos/as los que han seguido el relato y espero que disculpen mi tardanza al escribir esta última entrega.

Espero que les guste puntúen y comenten  ;P.

LA HIJA DEL SARGENTO (IV Final)

Había pasado ya una semana desde el encuentro entre Anabel y Sara y esta última no dejaba de pensar en las últimas palabras de su captora. Se sentía excitada y asustada al mismo tiempo, quería complacer a Anabel en todo, pero lo de su novio le daba miedo.

Fue en el rellano de su piso donde volvieron a coincidir las dos chicas. Sara volvía de sacar la basura cuando por casualidad, o quizá no, salía Anabel de su piso.

.-Sara! que bien que te encuentro. Hemos estado hablando Pedro y yo y como hace una semana que estás en tu nueva casa hemos pensado en darte una cena de bienvenida..

Sara se queda sin palabras ante la invitación de Anabel a lo que esta aprovecha para plantarle un beso en sus labios entreabiertos por la sorpresa y giñando un ojo se cuela en el ascensor.

.-Nos vemos esta noche. Dice Anabel al tiempo que la puerta del ascensor se cierra.

Sara se queda unos segundos atónita en el rellano asimilando lo ocurrido, en pocos segundos un fulgor ha aparecido en su estomago y subido hasta sus mejillas y un dulce escalofrío ha recorrido su cuerpo.

Parece increíble el efecto que tiene sobre ella Anabel, piensa mientras sofocada entra en su casa. Esta tremendamente nerviosa y sin pensarlo va a su habitación y en su mente afloran los recuerdos de su último encuentro allí mismo.

Es increíble los detalles que puede almacenar su mente y su cuerpo reacciona reviviendo los momentos. Cierra los ojos y se tumba en la cama dejando que sus manos exploren su cuerpo caliente, y poco a poco estas se dirigen a su sexo, Anabel le hizo recortarse la mata de pelo que allí había y ahora lo encuentra muy húmedo por encima de sus bragas.

Despacio y con suaves caricias va frotando su sexo mientras su respiración se agita por momentos, en su mente imagina que son las manos de Anabel y no las suyas las que están acariciándola. Al poco rato uno de sus dedos se ha colado dentro de su palpitante sexo y sus movimientos se vuelven convulsivos y frenéticos al igual que su respiración.

Con la otra mano empieza a masajear uno de sus pechos y cuando pellizca su pezón un segundo dedo se clava en su interior acelerando el ritmo de su mano.

Se siente poseída por la calidez de sus sensaciones y su cuerpo se mueve rítmicamente en un vaivén llenando la habitación del aroma de su propio sexo hasta que un prolongado gemido surge del interior de su garganta en el preciso momento en el que alcanza un orgasmo.

Pasadas unas horas Anabel y Pedro se encuentran en su casa preparando la cena, o mejor dicho Pedro prepara la cena mientras Anabel pone la mesa, enciende unas cuantas velas y algo de incienso y pone algo de música suave. Está claro que en su mente ya tiene un plan y quiere que todo salga según sus deseos.

Es la hora. El timbre de la puerta suena y es Anabel la que abre encontrando ante si a una Sara radiante. Va vestida con una blusa semitransparente que ella misma le había dado y una minifalda a juego. Su pelo rubio recogido en una trenza destaca la belleza de su rostro y su mirada se desvía al suelo tímidamente.

.-Hola! Estas preciosa, me encanta que te hayas puesto la ropa que te di.- Dice Anabel con una sonrisa picara. -Adelante! Pasa guapa, no te quedes ahí parada. –y nada más entrar la toma por el brazo y la conduce a la cocina.

.-Mira, este es Pedro, creo que ya lo habrás visto algún día. Nos está preparando unos bogavantes en salsa que están para chuparse los dedos.- Comenta Anabel al tiempo que le suelta una palmada en el culo a su chico.

Pedro que está cerca de los fogones con el devantal puesto saluda  a Sara dándole dos besos en las mejillas. -Mucho gusto. –

.-Vamos al comedor, cuando estés nos traes la cena.- Dice Anabel al tiempo que le da un leve pico a su novio.

.- ¿Quieres tomar algo mientras esperamos? -Pregunta Anabel dirigiéndose al pequeño mueble bar con nevera que tienen en el comedor.

.-.. m m No sé.. Nunca he bebido alcohol.- Comenta Sara.

Anabel entonces saca una botella de vino blanco de la neverita, es un “viña esmeralda”, comenta a su invitada al tiempo que abre la botella sirve dos copas y da una de ellas a Sara.

Sara se acerca la copa a la boca y da un pequeño sorbo.

.-Esta rico! -Exclama en una sonrisa sincera que hace que Anabel suelte una carcajada.

.-Pobrecita niña, tienes tanto por descubrir.- Le susurra Anabel al tiempo que acaricia suavemente una de sus mejillas levantando un poco su rostro hasta que sus miradas se encuentran.

En ese instante aparece Pedro con una cazuela humeante que pone encima de la mesa.

.-Esto ya está listo señoritas. –Anuncia en tono caballeroso, a lo que los tres se sientan en la mesa.

Durante la cena Anabel habla animadamente explicando su primer tropiezo con Sara y  su incidente con el taxista, claro está sin contar más allá. Pero Sara se pone colorada como un tomate a lo que los tres ríen con ganas.

El vino va fluyendo entre las copas de los comensales y su efecto poco a poco va surgiendo haciendo que se sientan cómodos relajados y desinhibidos, sobretodo Anabel que descalzándose uno de sus zapatos de tacón pone el pie en la entrepierna de Pedro por debajo de la mesa, a lo que este da un pequeño respingo de sorpresa que intenta disimular llenando las copas de nuevo.

Poco a poco el sutil masaje que le está dando Anabel a su entrepierna va surgiendo efecto y su miembro crece a ritmo acelerado hasta que justo está en su cumbre cuando Anabel retira su pie.

.-Pedro cariño... ¿Vas a buscar el postre?- Pregunta en tono meloso Anabel. – Pedro hace un mus de chocolate exquisito espero que te guste.

Pedro algo acalorado se levanta intentando disimular el bulto de su polla dentro de los pantalones y se dirige hacia la cocina como quien busca un refugio.

Anabel sabe que es el momento para calentar a su amiga así que sin pensarlo pone una de sus manos en el muslo de esta mientras se acerca para susurrarle al oído.

.- ¿Has obedecido todo lo que te ordene?- Pregunta al tiempo que sube lentamente su mano.

Sara algo sofocada por el vino y pillada por sorpresa no acierta a contestar por lo que Anabel sigue subiendo su mano por el muslo de esta hasta alcanzar su entrepierna.

.-Abre. – Es lo único que tiene que decir Anabel en ese momento para que Sara obedezca y deje paso libre a su mano.

Anabel aprovecha para colar su mano dentro de las braguitas de Sara que involuntariamente suspira, acerca su boca a la oreja de esta y atrapa su lóbulo exhalando la calidez de su aliento.

.-Mmm… muy bien perrita. Veo que has hecho tus deberes. - Le susurra al oído. -Espero que no lleves sujetador como te dije- Y diciendo esto sigue acariciándole el sexo cruelmente con sus dedos.

Sara no sabe qué hacer, nota como se humedece su sexo a causa de las caricias de Anabel  y los besos de esta que bajan de su oreja a su cuello.

Cuando Sara empieza a cerrar los ojos claramente excitada y entregada Anabel retira su mano.

.-Dame tus bragas, quítatelas.- Ordena Anabel mirándola fijamente.

Sara mira hacia la cocina y Anabel adivinando sus pensamientos le repite:

.-Quítate las bragas, no importa que Pedro venga o no. Dámelas.

Sara se levanta de la mesa y clavando su mirada al suelo para no encontrarse con la penetrante mirada de Anabel se sube la falda y baja sus manos de nuevo con sus bragas en ellas para dárselas a Anabel.

.-Las has empapado ya!- Exclama Anabel al cogerlas.- Eres una perra muy caliente, quizá tengas calor así que siéntate y desabróchate la blusa.

Al pronunciar estas palabras Sara no puede más que ponerse roja, pero obediente se sienta de nuevo y desabrocha un botón de su blusa.

.-No me gusta repetir las cosas Sarita, desabróchate la blusa o te hare quitarte toda la ropa. Al fin y al cabo yo te la di.-Dice seriamente Anabel.

Esta vez Sara desabrocha su blusa botón por botón y en ese momento regresa Pedro de la cocina quedándose Sara paralizada. Basta una fulminante mirada de Anabel para que sus manos reaccionen y siga desabrochando su blusa mientras Pedro deja la bandeja con los muses en la mesa quedándose boquiabierto.

Es evidente que Pedro se ha percatado de sus movimientos, piensa en ese instante Sara,  ya que nota su mirada en ella. Se siente avergonzada y excitada a partes iguales.

Anabel que divertida ve la reacción de incredulidad de Pedro decide intervenir.

.-Siéntate y sirve los postres.-Dice calmadamente Anabel mientras lo mira fijamente.

Tragando saliva Pedro toma asiento frente a las dos féminas y coloca una terrina de mus en frente de cada una de ellas haciendo un esfuerzo por no mirar excesivamente a Sara y su blusa totalmente abierta que muestra sus pechos al descubierto.

Anabel como si no ocurriera nada empieza a comer de su mus sin dejar de mirar alternadamente a Sara y Pedro que se han quedado paralizados y sin saber qué hacer.

Es obvio que necesitan quien les guie, piensa Anabel.

.-Sara, ¿cariño, no pruebas el mus?- Pregunta Anabel en tono inocente.-Toma, abre la boca.- Dice al tiempo que ofrece una cucharada de mus a Sara como si fuera una niña pequeña.

Sara como un autómata abre la boca y come de la cuchara de Anabel.

.-Muy bien pequeña, ¿te gusta el mus?-Pregunta Anabel divertida.

.-Si, es muy suave. –Consigue responder Sara.

.-Si que lo es, pero esto se puede mejorar.-Anuncia Anabel y colocando una de sus manos en la blusa abierta de Sara acaricia uno de sus pechos al tiempo que con la otra mano esparce el contenido de una cucharada de mus por el otro pecho.

Sara no se atreve a moverse pero su respiración se vuelve más profunda como si le faltara aire. Pedro que está observando la escena no sale de su estupor quedándose inmóvil y conteniendo la respiración.

Entonces lentamente Anabel mirando fijamente a Pedro acerca su rostro al pecho de Sara y con una sonrisa picara empieza a lamer el mus, recogiéndolo despacio con su lengua, rodeando el pezón en todo momento pero sin llegar a tocarlo a lo que este responde creciendo como pidiendo guerra.

.-Mmm… realmente delicioso. – Anuncia Anabel. -Quítate esa blusa, no la vallamos a manchar de chocolate.

Sara claramente excitada por los lametones de Anabel mira turbada a Pedro a lo que este aparta su mirada intentando disimular.

Entonces Anabel decide imponerse y acelerar los acontecimientos. Con los dedos índice y pulgar pellizca firmemente el pezón de Sara a lo que esta da un pequeño gemido provocando que Pedro de un impulso para levantarse pero Anabel lo detiene con una de sus miradas fulminantes.

.-Pedro siéntate! – Ordena Anabel. -Y tu Sarita ya te he advertido que no me gusta repetir las cosas. –Pronuncia severamente al tiempo que suelta su presa.

Es el momento decisivo, piensa Anabel, o aceptan su posición y se someten o se va al traste todo. Nota como la adrenalina la invade y su respiración casi se detiene, se lo ha jugado todo a una carta pero ella siempre a sido decidida así que asume su decisión.

En  ese instante Sara rompe el hilo de los pensamientos de Anabel y levantándose despacio de la silla se quita la blusa que cae al suelo dejando su torso  completamente desnudo y su mirada baja.

Anabel sonríe triunfante mira a Pedro que se ha quedado inmóvil en su sitio y descalzando de nuevo uno de sus zapatos pone el pie en la entrepierna de este al tiempo que se va desabrochando su camisa.

La polla de Pedro va creciendo en sus pantalones, no puede dar crédito a lo que ven sus ojos, el cuerpo semidesnudo de Sara y el pie de Anabel en su entrepierna lo están volviendo loco aunque no se atreve a moverse ni un ápice.

Anabel que ya tiene su camisa desabrochada pone algo de mus en uno de sus pechos.

.-Ven perrita, te has ganado el postre.-

Sara arrodillándose frente a Anabel acerca su boca al pecho que esta le ofrece y empieza a lamer detenidamente intentando limpiar todo el chocolate y cuando el pezón de esta se estimula lo atrapa con los labios succionando.

.-mm muy bien zorrita mía. Me estas poniendo cachonda. –Anuncia Anabel y pone más mus en el otro pecho.

.-Pedro acércate, ¿o acaso no quieres mus?- Pregunta Anabel.

Pedro se levanta y se acerca a Anabel, arrodillándose ante ella empieza a lamer el mus recorriendo su lengua por la aureola del pezón hasta atraparlo también en su boca.

.-Eso es perritos, devorar mis pechos.-Jadea Anabel en un suspiro y su mano se dirige a su entrepierna por encima de su ropa. Se siente poderosa al tener a Pedro y Sara arrodillados ante sí y esa sensación la excita sobremanera.

Pedro entonces pone una mano en el muslo de Anabel quizá solo para apoyarse pero esta aprovecha para recuperar su dominio.

PLAS!

Un sonoro bofetón de Anabel deja atónito a Pedro.

.- ¿Quién te ha dado permiso para tocarme? Ahora te vas a quedar sin más postre, desnúdate y arrodíllate. - Y al decir esto se levanta cogiendo a Sara por la mano y se dirige al sofá.

Pedro se despoja de su ropa y se arrodilla de nuevo en el suelo mientras Anabel tumbándose en el sofá desabrocha su falda y la aparta a un lado, quedándose solo con su camisa abierta y el diminuto tanga negro.

.-Ven perrita, comete tu postre...- Ordena a Sara al tiempo que se abre de piernas.

Sara se arrodilla en el suelo metiendo su cabeza entre las piernas de Anabel y empieza a lamer por encima de su tanga.

Anabel desde su posición puede ver la cara de angustia de Pedro que sigue arrodillado a un metro de donde están ellas, tiene su polla totalmente erecta debido al espectáculo que le están dando pero no contenta con esto Anabel decide dar algo más de leña al asunto.

.-Sara, levanta tu falda, quiero que mi perrito vea bien lo que se está perdiendo.

Obediente Sara levanta su falda hasta su cintura dejando su culo al descubierto frente a Pedro que está detrás de ella.

Los gemidos de Anabel son cada vez más perceptibles y la lengua de Sara trabaja sin descanso hundiendo su cabeza entre las piernas de Anabel. Sara esta excitada y se esmera en dar placer a Anabel a la vez que se siente observada por Pedro.

.-Mmm que bien que lo comes perrita, me estoy derritiendo. Seguro que a Pedrito le encantaría comer de ti pero es una lástima que se haya quedado sin postres.- Y al decir esto Anabel le lanza a Pedro las bragas que había requisado de Sara.-Toma perro, huele este perfume.

Pedro coge al vuelo las bragas que ha lanzado Anabel como si realmente fuera un perro y empieza a olfatearlas mientras una mano se dirige a su polla que empieza a masturbar convulsivamente.

Los jadeos de Anabel y Pedro se hacen cada vez más perceptibles haciendo que Sara se excite sobremanera. Nota como la humedad de su sexo resbala ya hacia sus pantorrillas y en su excitación sorbe y bebe del coño de Anabel como si le fuera la vida limpiando con su lengua desde la base del ano hasta el clítoris de esta.

Anabel sujeta con las dos manos la cara de Sara contra su sexo, empezando a mover su pelvis sin dejar que esta respire. El ritmo se acelera al igual que la presión de sus manos hasta que explota en un orgasmo feroz.

.-Joder Sarita eres una cerda, mira momo tienes la cara.- Dice Anabel al tiempo que aparta de su sexo a Sara tirándole de su trenza hacia atrás.

La cara de Sara es un poema, llena de los jugos de Anabel y roja por la falta de respiración y la excitación.

En ese instante Pedro intenta ahogar un gemido prolongado sin mucho éxito al tiempo que se corre en las bragas de Sara que están en su mano.

Entonces Anabel se levanta de golpe echando a Sara a un lado y al llegar donde está Pedro descarga otro bofetón sobre este.

.-Cerdo! Pero que te has creído! ¿Quién te ha dado permiso para correrte?.- Pregunta Anabel furiosa.

.-Quería que desvirgaras a Sara ya que nunca ha estado con un hombre, pero ya veo que solo eres un perro. Ahora va a ser ella la que te desvirgue a ti.- Y diciendo esto Anabel coge la camiseta de Pedro que está en el suelo y la usa para atarle las manos a la espalda. Pedro después del bofetón y correrse se ha quedado en un estado de sumisión total, como avergonzado de haber hecho algo mal.

.-Sara, abre el segundo armario y ponte lo que hay en la caja de cartón. – Le ordena Anabel.

Sara se dirige al armario y al abrir dicha caja se gira con cara de sorpresa.

Se trata de un arnés tipo strapon con un pequeño pene de látex a un lado y una esfera en el otro, Sara no tiene ni idea de cómo debe ponerse a lo que mira a Anabel suplicante.

Anabel al tener atado a Pedro se dirige a Sara y mirando de reojo a Pedro arrodillado en el suelo la empieza a besar y acariciar. Luego lentamente va colocando el strapon en la cintura de Sara quedando la esfera a la altura del sexo de esta y el pene de látex en posición erecta.

Ante el espectáculo la polla de Pedro está volviendo a crecer y dándose cuenta de ello Anabel se planta delante de él con Sara.

.-Chúpasela.-Ordena Anabel a Pedro.-Y mas te vale lubricarla bien.

Pedro con las manos atadas en la espalda empieza a meterse el pene de látex en la boca y ante su sorpresa Sara empieza a gemir. Nota como una vibración se ha activado.

Anabel sonriendo divertida les muestra un mando en su mano.

.-Ja ja ja ¿os gusta mi sorpresa? La pequeña esfera que tiene Sara aplastando su coño vibra con la intensidad que yo elija. No es genial?.-Pregunta al tiempo que acciona de nuevo la vibración esta vez más fuerte lo que hace que Sara mueva sus caderas adelante y atrás como si se estuviera follando la boca da Pedro.

A los pocos minutos al ver que Sara está al borde del orgasmo Anabel para la vibración.

.-Ya está bien, ahora vas a lamer mis pies perro. –Ordena a Pedro agarrándolo del pelo y empujándolo hacia abajo haciendo que este se agache y empiece a lamer y besar sus pies en absoluta adoración.

.-Sara ponte detrás de él y clávasela, será el mejor modo de que le pierdas el miedo a los hombres.-

Sara algo indecisa pero obediente se coloca detrás de Pedro que en su postura queda con el culo completamente expuesto.

Con cuidado empieza a introducir su polla de látex en el culo de Pedro que intenta quejarse pero Anabel aplasta la cara de este contra sus pies.

Cuando ha metido todo el capullo Anabel activa la vibración en un modo suave y le indica a Sara que pare. Quedándose en esa posición un par de minutos. La suave vibración de la esfera hace que Sara se estremezca de placer y que el culo de Pedro se valla adaptando al diámetro del strapon.

.-Que putita, veo que te gusta que te follen el culo.- Dice Anabel al ver que Pedro ha recuperado la erección completamente. –Sara empuja fuerte! –Y al decir esto activa la vibración de la esfera al máximo.

Sara al notar la vibración en su coño no puede resistir mucho y empuja su cuerpo contra el de Pedro clavando todo el pene de látex en el culo de este que suelta un quejido prolongado.

Al no detenerse la vibración Sara empieza a mover sus caderas en busca de su propio placer fallándose de esta manera a Pedro que ha dejado de quejarse y en su rostro hay una mueca de placer.

Anabel mientras mira su espectáculo empieza a acariciarse notándose de nuevo muy excitada así que decide tumbarse en el suelo y dirige la boca babeante de Pedro hacia su coño.

.-Vamos maricón, cómeme el coño.-Ordena sin falta a Pedro que hunde su cabeza  en su entrepierna lamiendo y sorbiendo apasionadamente.

Los gemidos de los tres van inundando el comedor y creciendo en ritmo, Sara agarrada a las caderas de Pedro empuja convulsivamente el pequeño pene de látex y gime como una loca por las vibraciones que se transmiten a su coño que a estas alturas esta chorreando.

Anabel sintiéndose poderosa debido a la situación de Pedro y Sara se está excitando muy deprisa y sus jadeos animan a Pedro a lamer con más fuerza hasta que esta exclama:

.-Me corro! Arrgg Sara córrete conmigo!... – Y los gemidos de las dos chicas al correrse se mezclan al unísono.

Anabel entonces para la vibración y levantándose se dirige hacia Sara que sigue temblando agarrada a las caderas de Pedro.

Con mimo quita las correas a Sara pero las empieza a atar a la cintura de Pedro dejándole el pene insertado en el culo y su erección a tope ya que esta vez el no se ha corrido.

Una vez asegurado las correas a la inversa en las caderas de Pedro desata las manos de este.

.-Muy bien perrito, veo que te has contenido esta vez.-Susurra Anabel y le da un beso en los labios a este..-Ven siéntate en el sofá.

Una vez sentado Anabel se pone de espaldas a él y despacio se va sentando apuntando la polla de este en su coño hasta clavársela completamente en un prolongado suspiro.

Al quedarse en esta posición Anabel activa de nuevo el mando con una vibración muy débil pero que percibe a través de Pedro. De este modo empieza a cabalgarlo muy despacio.

.-mm que polla tienes cabrón. Ven quiero que me comas. – Ordena a Sara que se ha quedado mirando el espectáculo. Sara metiéndose entre las piernas de Pedro y Anabel empieza a lamer el clítoris ya inflamado de esta que tumbándose hacia atrás abre mas su sexo.

Sera recuperándose del anterior orgasmo va lamiendo delicadamente el coño de Anabel pero esta apoya las manos en su cabeza empujándola hacia abajo donde está la polla de Pedro a la que empieza a lamer su base con devoción.

Anabel levantándose despacio apoyada en la cabeza de Sara se retira a un lado y deja que esta siga chupando polla de Pedro que incrédulo no atreve a moverse.

Con una mano Anabel guía la polla de este hasta la boca de Sara que despacio va engullendo mientras que con la otra mano empieza a masturbarla. Sara esta tremendamente excitada, la mano de Anabel en su coño y la polla de Pedro en su boca son demasiado. Nunca había chupado una polla y se da cuenta de lo mucho que le gusta hacerlo, nota los resoplidos de placer de Pedro y eso la pone aun más cachonda.

Cuando la respiración de Pedro empieza a agitarse Anabel tira de la trenza de Sara hacia atrás y la besa apasionadamente. Luego levantándose reclina el cuerpo de Pedro tumbándolo en el sofá y sentándose en su cara llama a Sara.

.-Ven Sarita, súbete en el.-

En este punto Sara esta tan excitada que ha perdido todo el miedo, más aun con la humillación que ha sometido a Pedro anteriormente, así que subiendo encima de Pedro apunta la polla de este en su coño y poco a poca va dejándose caer mientras Anabel la sujeta abrazada a ella y la besa.

Sara entonces experimenta un cumulo de nuevas sensaciones al sentirse llena de la polla de Pedro y un escalofrió  de placer recorre toda su espalda cuando Anabel pone la vibración del strapon a tope haciendo que esta empiece a cabalgar rítmicamente.

Anabel que está disfrutando de lo lindo con la lengua de Pedro en su culo empieza a pellizcar los pezones de Sara y ambas se besan moviendo sus cuerpos en busca del placer.

Los  gemidos de Sara son los más sonoros y los primeros en llegar al alcanzar un tremendo orgasmo que hace que todo su cuerpo se tense para luego caer rendida hacia delante. Anabel abrazando a Sara la levanta y la deja reposar en el sofá. Entonces ella acelera el ritmo de sus caderas sobre la cara de Pedro.

.-Córrete cabrón.- Al tiempo que se mete la polla de este en la boca mientras Sara sentada en el sofá empieza a lamer los huevos de este.

En ese instante un potente chorro de esperma es disparado y atrapado entre las bocas de Anabel y Sara que succionan y tragan todo el preciado liquido hasta que Anabel levantando y arqueando su cuerpo suelta unos sonoros gemidos indicando su orgasmo haciendo que su cuerpo se tumbe hacia el sofá y quedándose los tres relajados.

.-Hoy vas a dormir con nosotras Pedrito perrito, pero no te vas a sacar eso de tu culo.- Dice Anabel satisfecha.-Creo que Sarita va a ser una vecina excelente.

FIN.