La hija de un asesino 2

Los días pasaron lentos para Layevska, no era tanto el estar prisionera, sino que “el” no la había tocado de nuevo...

Los días pasaron lentos para Layevska, no era tanto el estar prisionera, sino que "El" no la había tocado de nuevo, le habían quitado por fin las telas que la tenían prisionera, los días anteriores Igor solo entraba a dejarle agua y comida, ella tenia instrucciones de voltearse cuando escuchara que alguien entraba en la habitación, pero tenia la curiosidad de mirar la cara de aquel hombre que alteraba su cuerpo con su sola presencia; que hacia palpitar su sexo con el peso de su mirada, no sabia porque no se le acercaba, pero cada vez que sentía su cuerpo cerca, su piel se erizaba, quizás se había vuelto loca, pero le comenzaba a gustar el juego en que estaba metida y le excitaba aún más el no poder ver su rostro.

Estaba obscureciendo afuera y había luna llena; Layevska escuchó el cerrojo de la puerta y se lanzo hacia la esquina de rodillas y con su cuerpo encorvado hacia delante; Igor la miro y sintió un deseo enorme de tocarla, deseaba su cuerpo de sobremanera, pero se odiaba por los "otros" sentimientos que ella estaba despertando en él; ella sintió la mirada desnudante y sonrió para si, cuando sintió que se alejaba se atrevió, - ¡permítame darme un baño, han pasado varios días y bueno...-, obtuvo por respuesta el golpe de la puerta, le dolió su indiferencia más que su silencio, se incorporó a comer, la comida había mejorado y la disfrutaba, estaba por terminar su plato cuando escucho de nuevo el cerrojo, se volteó de inmediato; - Estas son las condiciones, aquí tienes ropa y jabón, camina hacia atrás de la cabaña y sigue el camino, ahí está el lago, tienes diez minutos, y nada de trucos o ¡te mueres perra!-, - te estaré observando de cerca-, le excitó la forma en que la llamó perra, podía sentir el deseo en su voz.

Cuando cruzó la puerta se sintió excitada, sabia que el la observaba desde algún lugar y la hacia temblar el no saber desde donde, descendió el camino sin prisa y llegó al lago, el lugar era hermoso y la luna se reflejaba majestuosa en las temblorosas aguas, ella sentía su mirada, no tan cerca como otras veces pero podía sentirlo, su cuerpo se estremeció al pensar que estaría desnuda ante él, miraba por debajo de su hombro buscándolo, se inclinó hacia delante y colocó sus manos en sus muslos, las deslizo despacio hacia arriba, acariciándose suavemente, subiendo su falda junto con ellas, metió sus pulgares entre su cadera y la tanga y comenzó el camino hacia abajo, la prenda cayó en sus tobillos; se incorporó de nuevo, bajó suavemente el cierre de su vestido, su espalda desnuda apareció, la tela se deslizó por sus hombros, bajó los brazos y el vestido quedó tendido en la hierba; sus pezones despertaron en ese instante y todo su cuerpo se erizó. Igor sintió un golpe en todo el cuerpo cuando vió aquella imágen; la perfección se duplicaba en el agua; sus pechos redondos, sus nalgas suaves, su cintura pronunciada y su frágil espalda; ella levantó con sus brazos su cabello y ladeo su cabeza dejando ver su pequeño cuello por unos segundos y después caprichosa lo escondió de nuevo.

Su pene había despertado y él lo acariciaba pensando que era ella quien lo hacia, trataba de saciar la bestia que Layevska acababa de despertar, jadeaba con fuerza mientras seguía yendo y viniendo con su mano temblorosa por toda su enorme verga; se recostó en el árbol y cerró los ojos dejándose hundir en su propio placer, los abrió un poco para verla de nuevo y no estaba ahí, sintió terror, de pronto su cuerpo surgió de entre las aguas, su piel mojada resplandecía con la luz de la luna, ella sonreía y exprimía su cabello de lado, mientras caminaba hacia afuera del agua, Igor la seguía de cerca, el agua comenzó a bajar de su cintura y dejo ir apareciendo un pequeño mechón de cabellos rojizos en su entrepierna que le cortó la respiración. Layevska estaba disfrutando mucho el evento, sin importarle el tiempo impuesto por su captor, se dejó caer sobre la hierba, esperaba que él saliera a su encuentro y se recostara sobre su cuerpo, sabia que él estaba deseándola tanto como ella a el, cerró los ojos y comenzó a imaginar que el se acercaba y la miraba desde arriba, que ella abría sus ojos y se encontraba con los de "El" llenos de lujuria, deseándola enardecidamente, imaginaba que colocaba su cuerpo desnudo sobre el de ella y la besaba llenando sus labios con su saliva dulce, sintió como su vagina despertaba suavemente y se llenaba de savia, no pudo resistir mas y comenzó a acariciarse despacio, sin prisa, imaginando que era el falo de Igor quien se deslizaba por los labios de su vagina, que eran ellos dos quienes se encontraban por fin y se besaban; que iban y venían en una danza enervante que llegaría a su clímax cuando su verga entrara por fin en sus carnes, cegándolo todo, invadiéndola por fin, saciando su sed… seguía acariciándose retorciendo su cintura lentamente y apretando sus dedos entre sus piernas, imaginando; gemía en silencio, sentía como cada vez sus dedos se mojaban más, sentía algo inexplicable, y apretaba mas sus ojos, deseando que al abrirlos todo se volviera realidad. Igor la seguía de cerca apresando también su falo con su mano, lleno de lujuria y placer, agitando su verga con fervor; cuando la ninfa que yacía en la hierba arqueo su espalda y dejo salir un grito ahogado, Igor sintió como su cuerpo se electrizaba y su semen corría inundado su mano, se dejo caer al mismo tiempo que ella lo hizo, estaban tan lejos y habían estado más juntos que nunca.

Ella abrió los ojos y no lo encontró, se incorporó despacio y se sintió entupida, se había dispuesto a ese maldito infeliz que ni siquiera se había dignado en dar la cara, que se estaría burlando de su acto de debilidad, fue hacia donde había dejado sus ropas, las tomó y corrió hasta la cabaña. Igor se sentía extasiado, pleno, feliz, como hace mucho no se sentía, quiso correr hacia ella y tomarla de verdad, pero la idea de mostrarse ante ella… él sabia que lo rechazaría, la vió correr y la dejó, sabia que no iría a ningún otro lugar, se tendió mirando hacia el cielo, odiando su propia existencia.

Layevska entro en la cabaña, con los ojos llenos de lágrimas y sus ropas apretadas entre las manos, no adivinó lo que ahí le esperaba, cuando cruzó la puerta un hombre la cerró detrás de ella, había otros cuatro, ella se quedó helada en medio de la habitación, uno de ellos se paró frente a ella y la tomo por el cabello, era Konstantin - vaya vaya, así que mi hermano por fin se hizo vengar-, -por fin, eres una puta cualquiera, ja ja ja-, -este es un gran día muchachos, destapen las botellas, es su turno ja ja ja-, lanzó a Layevska hacia el suelo sin piedad, -ahora si perra, vas a gozar como nunca-, todos rieron, estaban ansiosos por que les llegara el turno de fornicar con Layevska, nunca habían visto mujer como esa.

Konstantin se levantó, le dio un trago largo a la botella, la alzó – por la venganza de los Petrov-, se dirigió a uno de sus hombres, -es toda suya, cuando terminen dale una golpiza y se la mandas a Aleksei-, - Me voy, dile a Igor que lo espero en casa mañana-, Layevska gritó – ¡no por favor, no me hagan daño!-, les pareció más excitante aún que ella se resistiera, estaba en una esquina echa nada, apretando sus ropas, intentando cubrir su cuerpo, se lanzaron sobre ella, le quitaron de las manos la ropa y su perfecto cuerpo quedó al descubierto, trataba de cubrirse en vano, los tipos la jalaban de los brazos y las piernas, la llevaron hasta la mesa y la recostaron ahí; trataba de zafarse lanzando mordidas y retorcía todo su cuerpo intentando escapar, dos de ellos le sostenían los brazos mientras los otros intentaban abrir sus piernas para ver sus labios, -esto es por rango, así que voy primero-, todos sonrieron, se acercó a sus pezones y los olio despacio, como queriéndose llenar de ellos, -hueles delicioso-, los comenzó a lamer y después los metió entre sus dientes y los mordió, Layevska sintió un asco enorme y un terror indescriptible, siempre había pensado que su primera vez seria con alguien a quien ella amara, lanzó un grito desgarrador, del otro lado, en el lago Igor alcanzó a escuchar algo y se encaminó hacia la cabaña, los tipos lamían su cuerpo, apretaban sus tetas y mordían sus pezones mientras el líder intentaba entrar con su lenga en su vagina, ella seguía retorciéndose, de pronto sintió algo tibio y húmedo acechando en su entrada, que a pesar de su terror se había humedecido con el toqueteo, luego sintió como aquella lengua comenzaba a jugar con sus labios vaginales, subía y bajaba saboreando sus jugos, rodeaba su clítoris duro y lo apretaba con sus labios, colocó toda su boca sobre su vagina mientras forcejeaba para abrirle mas las piernas, la bebió y su verga que ya no aguantaba mas el entrar en ella, salió de su pantalón ayudada por su mano, se levanto de prisa y contempló con deleite el cuerpo que estaba por penetrar, coloco su verga dura en la entada de Layevska, estaba por embestirla cuando la puerta se abrió de golpe, - ¡que demonios hacen!, ¿quien les permitió usar mi juguete imbéciles?-, -¡largo de aquí perros!-, el tipo se incorporó desafiante, -mira monstruo, Konstantin dijo que era nuestro turno, ya que el tuyo había pasado, así que te largas o te quedas a mirar, igual la vamos a coger todos- los demás rieron alegres; Layevska se había quedado sin respiración cuando miro por fin el rostro de aquel hombre, una parte de sus labios eran rojos y jugosos, la mitad de su rostro era terso y hermoso, pero la otra… era un monstruo, lo miró horrorizada, sus ojos y sus labios temblaban; el tipo se volvió hacia ella sin importarle lo que Igor le había advertido, se colocó en posición de nuevo, Layevska sintió que su sangre se helaba, sus ojos se llenaron de lágrimas, miró de nuevo al monstruo pero, esta vez miró en sus ojos, eran hermosos y profundos como un mar, reconoció en ellos la mirada perturbadora que la hacia estremecer, sintió un golpe en el corazón; Igor le devolvió la mirada, sintió su temor y se llenó de rabia, se lanzó sobre el tipo, lo arrojó al piso, se colocó sobre de él y lo comenzó a golpear, su ira lo cegó, la sangre saltaba por doquier, los demás se fueron sobre de él liberando a Layevska que corrió hacia el cuartucho en donde había estado; encerrándose en él. Siguió escuchando golpes y gritos, estaba aterrada, de pronto se oyó un disparo, su cuerpo saltó. – ¡Lo mataste idiota! -,- ¡vámonos! Konstantin nos va a liquidar si nos encuentra-; escuchó el golpe de la puerta y los autos alejándose, temía salir, su cuerpo no dejaba de temblar y lloraba, abrió despacio la puerta y lo vio, había sangre sobre su pecho pero no veía de donde salía, no sabia porqué pero su pecho estaba oprimido, sentía horror con solo pensar que estuviera muerto, le rasgó la camisa, palpo su pecho en busca del orificio, lo encontró cerca de su hombro, se incorporó y buscó algo para contener la sangre, se lo puso encima de la herida y lo amarró con fuerza, miró su cuerpo quemado por la mitad, sintió repulsión al pensar que su padre hubiera sido el culpable de aquello. Lo llamó despacio, -Igor, despierta por favor, Igor-, se acostó a un lado de El, lo tomó de la mano y lloró hasta que se quedo dormida.

Igor abrió los ojos, estaba desorientado, miró a Layevska en la cocineta, intentó incorporarse y el mareo lo obligó a recostarse de nuevo, ella volteó, -no te levantes, perdiste mucha sangre, creí que estabas muerto-, se acercó a el, Igor temblaba, puso un beso en su mejilla deforme junto con un "gracias".

Despertó y ella lo miraba, distinguió lástima en sus ojos y se llenó de rabia, era todo lo que podía despertar en ella, se incorporó y ella se acercó a el tocándole el hombro, él se volvió y la abofeteo, te dije que no te estaba permitido mirar perra, eres una estúpida, la tomó por el cabello y la arrastró hasta el cuartucho, -¿que haces?, ¿porque me tratas así?, me ayudaste y te ayudé-, -Eres una idiota, no te ayudé, eres mía y sólo yo te voy a usar, ¡ENTENDISTE!-, cerró la puerta.

Estaba anocheciendo y el dolor era cada vez más insoportable, tenía fiebre, sabía que no le quedaba mucho tiempo sin atención medica, se arrastró hasta la puerta del cuartucho y la abrió, Layevska estaba al fondo mirando hacia la pared, -te necesito- alcanzó a balbucear casi en susurro, ella se volvió y lo miró, todo su cuerpo temblaba y estaba encendido por la fiebre, le ayudó a incorporarse y lo llevó a la habitación contigua, era grande y lujosa, lo puso en la cama, entró en el baño había una tina y la llenó de agua, regresó al lado de Igor y lo llevó hasta la tina, -esto te va a ayudar, entra ahí-, -no te vayas por favor, quédate aquí, no quiero morir solo-. Igor se recostó y cerro los ojos, estaba temblando, Layevska entró en el agua y puso su cuerpo sobre el de él para darle un poco de calor, Igor no podía creer lo que estaba pasando, abrió sus ojos azules y se encontró con los de ella, Layevska acerco sus labios temerosa, los abrió un poco y los acercó a los de él, no se explicaba porque ese hombre extraño la excitaba tanto, jamás se había sentido así, Igor la tomo del cabello suavemente y la apretó contra sus labios, exprimiéndolos uno contra el otro, bajó sus manos por su espalda y se detuvo en su cintura, la abrazó con fuerza mientras sus lenguas iban y venían por sus bocas, ella sintió como su vagina se despertaba, como su clítoris florecía, sus labios estaban tibios y su entrada dispuesta, Igor estaba extasiado, nunca soñó siquiera con que una mujer lo mirara, mucho menos que lo deseara como lo estaba sintiendo. Layevska levantó su vestido por encima de su cabeza y su cabello cayó sobre su espalda desnuda, -eres perfecta- dijo Igor casi para sí, -te deseo-, -aquí me tienes- fue la respuesta de ella, Igor no supo de donde cobró fuerzas pero se incorporó sentándose con ella entre sus piernas, la besó con más fuerza, bajó su mano temblorosa por su espalda y la deslizó hasta sus pechos suaves, coronados por unos pezones rosados y duros que él puso entre sus labios, metió sus manos por detrás de su espalda, tomándola por los hombros y la atrajo hacia sí, siguió lamiendo y mordiendo con suavidad sus pechos redondos, Layevska comenzaba a gemir dulcemente, estaba ebria de pasión, Igor bajó sus manos hasta sus caderas, las colocó en sus nalgas aterciopeladas y fue y vino por ellas a su antojo, las apretó mientras seguía bebiendo de sus pechos, ella sintió como había crecido la entrepierna de Igor, estaba temblando por el deseo, quería tenerlo dentro de ella, deslizó sus manos hacia ahí, lo liberó y lo contempló por un segundo, con los ojos llenos de lujuria, Igor no pudo mas con esa imagen, se despojó por completo de sus ropas, se puso de pie con ella pegada a su cintura, la tomó por las nalgas y la apresó contra la pared, le besó con furia el rostro y el cuello, mientras forcejeaba con su verga la entrada de Layevska que estaba empapada de lujuria, por fin sus cuerpos se encontraron sincronizados, su verga besó sus labios mojados, el sentir la humedad de ella lo hizo enloquecer, la embistió con fuerza y sintió una descarga con cada milímetro que clavó en su cuero, ella gimió con fuerza, clavó sus pies en la espalda de él y apretó con sus brazos su cabeza, mordiendo su cabello, no sintió dolor, se dejo llevar por el placer que invadía todo su cuerpo, las descargas los invadían una y otra vez, el la penetraba con vigor, pensó que nunca sería suficiente de aquello, ella lo besó con violencia, sentía que su cuerpo ardía y flotaba entre espuma, se dejó caer en el mar de placer, su alma se desprendió de su cuerpo por un instante y su vagina cobró vida propia, dejando salir un torrente de éxtasis que corrió por las piernas de Igor, el sintió cada espasmo del cuerpo de ella y cuando por fin sintió que de ella salía un mar, cerró los ojos con fuerza y se hundió en su propio placer, sintió las descargas acercándose a su clímax, se apretó contra ella y liberó su semilla dentro de su tibia y aún palpitante vagina.