La hija de mi vecina 2
Disfruto como lo hacia con la madre, ella me la limpio. Este sábado nos veremos a ver que pasa.
Después de leer lo que me puso sonreí, quería perder la virginidad conmigo. Tenía 20 años y no la habían desvirgado, me entraron ganas de hacerlo, pero a la vez pensé que eso debería de ocurrir con quien ella realmente amase, yo solo era un amante mucho mayor que ella, Que intentaré enseñarle lo que pueda y sobre todo hacerla disfrutar.
Pasarón los días y los mensajes que me llegaban de ella eran picante y con fotos de ella en ropa interior, a veces me pajeaba viéndola y el terminar le mandaba la foto con mi semen en mi barriga. Yo seguía teniendo mis encuentros esporádicos con la madre, está era mi musa. Una noche que había quedado con la madre, le dije que si quería vernos, a lo que rápidamente me contestó: “Siiii”. Le dije que no hiciese ruido y que yo la avisaría, pero tenía que venir con el pijama de tirantas y acariciarse y poder verla como lo hacía. Recibí un mensaje de ella diciéndome: “Es muy arriesgado, me podría ver mi madre y entonces que”
A lo cual le respondí: “Pues te unes a nosotros, ¿no te gustaría?”
“No”, me respondió, “Es mi madre”.
“Pero te gusta vernos mientras me la follo y me la chupa, ¿no?”
“Sí, pero eso es diferente”
“No me digas que no has pensado estar ahí con ella chupándomela”, le dije
A eso no me contesto, lo cual indicada que sí le gustaría. Ya intentaría estar con las dos juntas, a ver como lo hacía.
Llego la noche en que habíamos quedado, Loli estaba radiante con ese camisón negro de encaje, no perdimos tiempo y empezamos a besarnos con ansias mientras le pellizcaba los pezones y soltaba un leve gemido de placer. A ella la puse dándole la espalda a la entrada de la azotea, y al rato ví una figura moverse. Había poca luz, así que no distinguí muy bien, pero al ver que se bajaba las tirantas y acariciaba los pechos sabía que era la hija. Ví como su mano bajaba y entraba en sus pantalones notando como movía los dedos dentro de él y se lo sacaba y chupaba. Eso me puso más a tono y comencé a mordisquear los pezones de Loli, sacándole gemidos de placer. Fui bajando hasta su coñito, no traía el tanga puesto. La mire y le sonreí, me lance a devorarle ese coñito que tanto me gusta y notaba como sus fluidos salían cada vez que se corría. Subí y nuestras lenguas jugaron, mientras veía como la hija se había quitado todo y estaba desnuda masturbándose. En ese momento Loli bajo para empezar una mamada de las que ella solo sabe hacer, me estaba llevando al éxtasis, veía como ella me hacia una mamada de campeonato y su hija se masturbaba y se metía en la boca los dedos húmedos y seguros llenos de sus fluidos. Así no iba a poder aguantar mucho, y le dije a Loli; “Quiero metértela y llenarte con mi semen”
Me miro y me dijo: “A que esperas”, se levantó, se subió el camisón y de una estacada se la metí, gemíamos como locos. Ya no nos importaba si nos oían, yo de vez en cuando oía los tímidos gemidos de la hija y eso fue lo que me hizo explotar y decir: “Te voy a llenar de mi leche, tomalaaaaaaaaaaa”
Loli al notarlo dijo: “OHHHHHHHHHHHHH, siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii”
Oímos los dos como alguien decía: “Aggggggggggggg”
Loli se volvió rápido y me dijo: “Has oído, has visto a alguien”
Le mentí: “No he oído nada ni he visto, ¿por?”
“Creí haber odio algo, me voy no vaya a venir alguien” La bese y se fue. No me la había limpiado como solía hacer, cuando iba a hacerlo yo oí una voz: “Lo hago yo”
Le dije: “Sí, ven” Era la hija de Loli, vino desnuda, se agacho y se puso a limpiarme la polla con su boca, no lo hacía mal, pero no era la madre. Mientras me limpiaba, le limpiaba yo a ella sus dedos que estaban llenos de sus fluidos y los probé. Me supieron a gloria y frescos. Al terminar de limpiármela se levantó y se comenzó a vestir, me acerque a ella y la bese quería probar mis restos de semen en su boca. Me miro asombrada y me dijo: “¿Te gusta?”.
“Me encanta besar cuando tienen restos de mi semen en la boca”.
Nos vestimos y me fui yo primero a mi piso. Ví como ella se cambia de ropa y se vestía de calle.
Antes de irme me dijo: “¿Cuándo podre estar contigo?”
“Pronto” le conteste, ahora lo único que tenía ganas era de dormir, al día siguiente había que trabajar.
La ocasión se presento antes de lo que yo esperaba, el sábado mi pareja se tenía que quedar con la madre y me quedaría solo en mi piso. Se lo comente a Loli, pero me dijo que tenían comida con unos amigos y que llegarían tarde. Sabiendo esto me arriesgué y le dije a la hija: “Este sábado estaré solo y ¿tú?”
No tardo en contestarme: “Pensaba ir con mis padres, pero si vas a estar solo me quedare”
Ese sábado me toco trabajar hasta mediodía, así que quedamos en vernos para tomar café y cenar o lo que fuese.
A eso de las 5 me llego un mensaje que me decía; “Abre la puerta”
Y al rato apareció con el pelo suelto, una camisa negra semitransparente, sin sujetador y una minifalda blanca. Era un contraste que me gusto.
La hice pasar y le dije: “Estamos solos, los vecinos también han salido”
“Mejor” dijo ella.
Nos miramos y comenzamos a besarnos, se veía que ella tenía ganas, parecía una loba hambrienta. Yo acariciaba sus pechos por encima de la camisa, que jóvenes los tenia y los pezones duros como piedras. Casi le arranco los botones de la camisa, quería ver y poder disfrutarlos. Como pudimos llegamos al sofá, allí ya sin camisas, con los torsos desnudos. Se le veía nerviosa, así que tome cartas ene l asunto y le dije que se tranquilizase que teníamos todos la tarde y la noche para disfrutar. La hice tumbarse en el sofá, y comencé a besarle y morderle por el cuello y el lóbulo de la oreja. DE su boca salían gemidos de placer. Ella me buscaba para besarme y la paraba y le decía que disfrutase del momento y de la situación. Se relajo y comenzó a disfrutar. Cuando llegue a sus pechos, los besaba y los lamia con suavidad, ya de su boca solo salían gritos de placer. De vez en cuando le mordía los pezones chillando de dolor pero de placer a la vez. De su boca salía: “Síii, no pares que me haces correrme sigueeeeee”.
Fui bajando poco a poco hasta llegar a su ombligo, ahí mi lengua se recreo con él. Ella arqueaba el cuerpo como pidiendo que bajase más. No me hice rogar más y desabroché su minifalda, dejando al descubierto un brillante y depilado coñito, no traía tanga. Lo primero que le hice fui soplar un poco, para que sintiese el frescor, para a continuación besar sus muslos y pasar mi lengua por encima de su coñito, sin llegar a tocarlo. Recorría todo su coñito pero sin tocarlo, quería hacerla sufrir y ponerla caliente como una perra salía. Ella solo gemía y me decía: “No seas cabrón y cómetela ya, ahhhhhhh”. Al pasar mi lengua por sus labios vaginales, oí como chillaba de placer y como salían fluidos de dentro de ella, se acaba de correr solo con haberle rozado sus labios. Ahora si comencé a comerme ese precios y delicioso coñito juvenil. Olía a frescura y sabía a gloria. No paraba de emanar fluidos de ella y chillaba y gemía a la vez. Cuando me fui para su botón, que estaba duro, tardos segundos en chillar y en tener un orgasmazo como el que nunca había tenido, tuve que parar porque le costaba trabajo respirar. Al levantar mi cara vi un semblante de felicidad como hacía tiempo que no veía. SE fui para sus labios y nos besamos con pasión. Me miro y me dijo
“Me has hecho disfrutar como nunca, he tenido un orgasmo que casi no podía respirar. Ahora quiero hacértelo yo a ti, pero guíame”
“Vale”, le conteste.
“Ahora empieza a quitarme el pantalón poco a poco, comenzó y se veía que era la primera vez, lo quiso hacer de golpe y le dije; “Lento, disfruta”. Así que comenzó a quitarme el pantalón poco a poco, ya mi polla se mostraba gura debajo de los boxes.
“Ahora acaríciala son suavidad por encima de los boxes”
Eso lo hizo a la perfección, y ella fue bajándome los boxes para liberar mi polla. Al verla dijo:
“Ohhhhhh que grande y gorda”
“Acaríciala con suavidad”, lo hizo y casi me corro al sentir su mano juvenil en mi polla. Subía y bajaba la mano con suavidad, se notaba que no era tan experta como la madre, ya lo sería. Cuando llevaba ya un rato le dije: “¿Quieres probarla?”
Me miro y con esos ojos angelicales me dijo: “Si, lo estoy deseando”
“Pásale la lengua por la punta y después la vas abrazando con tus labios y empiezas a lamerla con suavidad y lentitud”
Sin soltarla, bajo la cabeza y paso su lengua por la punta de mi polla, fui una explosión de placer al sentir su lengua, poco a poco se la fue metiendo en su boca y seguía mis indicaciones para que moviese la lengua y subieses sus labios de arriba hacia abajo como si me estuviese pajeando. Se veía torpe, pero era su primera mamada. Viendo ese cuerpo juvenil sabía que no tardaría mucho y cuando estaba a punto de correrme en su boca, la saque y me corrí en sus pechos y en su cuerpo. Me miro y me dijo: “Quería sentirla dentro, quería beberme tu leche como lo hace mi madre”
La miré y le dije: “límpiala, la próxima vez la probaras y me la dejaras limpia antes de sacártela de la boca”-
Se lazo por los pocos restos que quedaban en mi polla y me la dejo reluciente. Así desnudos como estábamos preparamos el café y nos lo tomamos. La tarde se presagiaba larga y placentera.
Pero lo que paso esa tarde noche vendrá en otro relato. Espero os este gustando.