La hija de la teibolera (2)
Vane se volvió una puta come vergas como su madre, a la cual también le seguí dando fierro.
La hija de la teibolera 2
Después de la primera cogida a Vanesa hacerlo con ella se volvió mi vicio, cogíamos casi todos los días, incluso teníamos una rutina que me vi forzado a romper cuando ella me reclamo que siempre me la cogía igual.
Ella llegaba de la secundaría, apenas entraba la abrazaba y besaba sin dejar que se quitara la mochila, le agarraba las nalgas y la panocha bajo su falda del uniforme, luego bajaba la tanga sin quitarle el resto de la ropa.
La empinaba y le restregaba el fierro por su cosita, se la metía sin avisarle pero su vagina hambrienta de verga se la comía toda, la bombeaba fuerte, así le gustaba y me lo decía.
Luego se la metía por el culo, en poco días se acostumbró a tener mis 15 cm. de verga en ese pequeño orificio, varias pensé que me había mentido al asegurarme que no se la habían culeado hasta que yo lo hice.
La bombeaba firme por el culo, se la sacaba toda varias veces para metérsela de nuevo, hasta llenarle el agujero de leche, se la enterraba toda hasta que la última gota salía.
Pero una vez me reclamo que siempre hacíamos lo mismo, así que cambié y cuando llegaba le mamaba la panocha o el culo antes de cogérmela, la hacía venir antes de probar la verga. Vanesa se había vuelto una puta come vergas y eso me encantaba.
-Mámame el culito, Alex.- dijo mientras la tenía empinada sobre la mesa del comedor y le lamí la rajita
-Ahí voy, chiquita.- le dije antes de darle un lengüetazo largo hasta llegar a su agujerito trasero, con la punta de la lengua lo recorrí, es delicioso sentir los pliegues del ano, recorrerlo y pasarle la lengua, luego intentar cogerlo.
-Haaa, huumm.- gemía Vanesa.
-¿Te gusta, preciosa?
-Me encanta.- ya era una puta, y compartía la verga que se cogía a su madre.
Me levante y se la clavé en la panocha, antes se la pase por todo el trasero, recorrí su culito con la verga, llegué a su cosita y se la metí.
-Haaaaggg.- gimió cuando le entró, se la di firme pero despacio, quería sentir toda la humedad de su panocha.
-Haaaa, huuuum, mami, que rica panochita toda mojadita.- dije antes de empezar a cogérmela bien duro, mi pelvis chocaba con sus nalgas, se oía bien rico cuando le entraba toda.
Vane gritaba, no gemía, poco después de iniciar se vino, pero me la seguí cogiendo, le saque la verga y la quise voltear para verle la cara mientras se la metía, pero ella se agachó para mamármela.
-Me gusta mi sabor.- dijo tras dar la primera chupada, yo la miraba, aunque no me miró a los ojos mantenía su vista fija en mi verga.
Se la metió en la boca, se la comió y ensalivó toda, la niña me estaba apunto de sacarme la leche, pensé en aventárselos en la boca sin decirle, pero no quise ser gacho y le avisé.
-Ya, ya, Vane, ya me voy a venir.- le dijo tras la advertencia, dejo de mamármela, apenas iba ella a jalármela cuando un chorro de leche salió a gran velocidad de mi reata.
-Hummgg, chiquita, haaaagggm. Que rico me la mamaste, haaaa.- le dije entre gemidos mientras mi verga escupía leche, la vi hincada aún, observando como se contraía mi pene.
-¿Te gusta ver como me vengo?- le dije entre resoplidos por lo rico de la cogida.
-Si, se ve bien rico, aventando todos los mecos (esperma).-dijo riéndose.
-Te los quiero echar en la boca.- le dije.
-No sé. Me gusta ver como los avientas pero a lo mejor en la boca me da asco.
-¿Por qué crees que te de asco si no las probado?
-No sé.
-Te gusta probar como sabe tu panochita en mi verga pero no te los quieres comer.- le reviré.
-Luego lo intentamos.- me respondió para dar fin a la conversación y empezó a besarme, le agarré su panocha toda mojada, la puse boca arriba en la mesa. Antes de cogérmela me puso me puse un condón, no quería que los restos de esperma le pudiesen provocar un embarazo.
Le abrí las piernas en compás, mi verga estaba súper dura se la acomodé y sola entró en su cosita, ella abrió la boca y retuvo el gemido, entorne los ojos cuando empecé a bombearla disfrutando de los gestos en su rostro.
No es lo mismo cogerse a una nena con condón, pero la verdad con Vane eso no importa, se la daba fuerte movía mi pelvis de arriba abajo mientras la miraba a la cara, la nena estaba disfrutando mucho, empezó a gemir más y más fuerte hasta que se vino.
Se la saque y puse en el culo, la empuje, entró- Haaaa.- dijo ella estremeciéndose. La empecé a bombear, ella con la boca abierta jadeaba, como quería oírla gemir se la día más fuerte.
-Haaaa, haaaa, haaaaa, hhaaaa.- empezó a gemir la putita.
-Ahoria te gusta por el culito, Vane ¿Dónde esta mi verga?- le dije dándole más recio.
-Haaaa, en mi culito.- me dijo en un suspiro. Eso me puso súper caliente y le di verga más fuerte, sentía hermoso en mi fierro, entrar en un culito como el Vane, dócil, que permite la penetración pero a la vez es apretado es la gloria.
-Haaa, Vane, que rica, que rica.- le dije sin dejar de cogerla. Apuré las metidas hasta que mi verga volvió a aventar una carga de leche que pensé iba a reventar el condón.
-Haaaa, mamita, que rica, me encanta darte verga.- le dije, ella sólo rió.
Queríamos coger más ese día pero su mama llegó del gimnasio cuando se estaba bañando Vane, Andrea fue a dar un servicio personal, también trabaja de prosti por teléfono y parece que el cliente se la cogió bien porque no me pidió verga, ella siempre me pide una cogida cuando regresa de trabajar.
Cuando Andrea se metió a bañar fui al cuarto de Vane y la puse a mamarme la verga, a ella le empezaban gustar esos juegos, luego la empine para culearla, ahora sin condón, le quité la toalla y la arroje a un lado, como estaba bien limpia tras el baño me puse lubricante y se la día fuerte su culito aún estaba abierto y lo mejor bien limpio por lo que el lubricante hizo un trabajo excelente.
-Me encante culearte, Vane.- le dije al oído inclinándome, a la vez que se la metía más profundo su delgado cuerpecito de 45 kilos me permitía hacer con ella casi lo que quisiera.
-Apúrate porque mi mamá puede salir.
-Sí cosita, sí.- Le dije dándole más duro.- Sí que mami no se entere, haaaa, rica, toma toda mi verga.- finalmente le di leche de nuevo.
-Haaaaa.- exclamé en un gemido contenido.
-Huuuum.- ella también se vino.
Me salí con la verga embarrada de leche, regresé al cuarto y cuando Andrea salió me metí a bañar para que no sospechara.