La hija de la domestica.

Diana es la hija de mi empleada domestica, una chica realmente bonita, a la que tuve que violar para poder hacerla mía.

Nota del autor: Este relato es totalmente FICTICIO, ningún hecho descrito tiene base real, así mismo, relata una violación desde un punto de vista realista, puede que a ciertos lectores no les guste o les incomode su lectura, en cualquier caso, agradezco el tiempo que le dediquen a su lectura y agradezco sus comentarios tanto buenos como malos.

Hace 1 año aproximadamente, mi esposa contrato de planta a una mujer para que realizara las labores de limpieza de la casa, al parecer es eficiente pues no la despidió como a las otras que ya habían pasado antes, esta mujer tendría unos 47 años, no era la clásica mujer humilde que se dedica a ser domestica, pero, al parecer, la crisis hizo que su esposo perdiera el empleo y ahora debían de obtener ingresos como sea.

Esta señora, tiene una hija, una hermosura de aproximadamente 18 años, Diana, bien formada, morena, cabello castaño largo, pechos pequeños pero de formas bien realizadas, una cinturita pequeña con un talle perfecto, unas caderas proporcionadas con su cintura, no muy grandes, pero existentes, unos muslos y unas piernas torneadas y firmes, todo rematado con su carita preciosa, su rostro de jovencita ingenua con un cuerpo muy bonito, lo se, porque, de vez en cuando, viene a la casa a  visitar a su madre después de sus clases, vistiendo con minifaldas, o faldas, pantalones entallados, blusas con escotes, playeras entalladas o vestidos, siempre vistiendo de maneras deliciosas, aunque la veía pocas veces, sobre todo por la noche, pues en el día, me la paso fuera de casa por el trabajo, eso no evitaba que de vez en cuando pensara en como seria follar con ella, como seria tener a esa escultural joven en la cama, a veces me pajeaba pensando en ella, solo pajas, pues sabia que, ella no accedería a tener relaciones conmigo, enamorándola tal vez, pero lo único que quería con ella era una follada, no una aventura, aunque por otro lado, la relación con mi esposa se había vuelto monótona, además de que deseábamos un hijo pero nunca lograba quedar embarazada.

En una ocasión, en una comida de trabajo , me manche la camisa y debí regresar a casa para poder cambiarme, supuse que como siempre, estaría la señora, mi esposa no estaría pues también estaría en su trabajo pero al llegar a la casa, no había nadie, me cambie la camisa, en eso  tocan a la puerta, al ver el monitor de seguridad, veo que es la hija de la domestica, me le quede observando a través del monitor, con una mirada morbosa sabiendo que ella no sabia que la estaba examinando entera, venia vestida de manera exquisita, una minifalda que le llegaba arriba de la rodilla, unos botines que hacían resaltar sus hermosas piernas,  una blusa entallada con algunos botones abiertos en la parte superior que formaban un escote que dejaba ver un poco de sus pechos y su rostro angelical cubierto con su larga cabellera castaña, al verla así sentí una erección, me controle y le abro la puerta y la comento que su madre no esta en casa, tal vez salio a comprar alguna cosa que falte, que si desea, puede esperarla dentro, ella accede y entra a la casa.

Fui a recoger mi portafolio que había dejado en la mesa del comedor, ya a punto de salir de nuevo al trabajo, encontré a Diana en la sala mirando el televisor, se veía exquisita, sus piernas las tenia cruzadas y la minifalda se le había subido, dejando ver mucho de sus muslos, sentí como mi polla se me paraba de nuevo y soltaba pequeñas gotas de semen dentro del pantalón.

Yo: ¿Deseas algo de tomar?

Diana: Si, estaría bien, muchas gracias.

Me respondió con una sonrisa sincera que me derritió totalmente, fui por un vaso de agua y se lo lleve, sentándome a un lado de ella, le pregunte como estaba, como le iba en la escuela y todo eso, ella me respondía de manera educada aunque algo cortante, la verdad no escuchaba sus respuestas pues estaba viéndole las piernas que su minifalda al subirse las había dejado al descubierto, o mirando su escote imaginando el tacto que tendrían sus lindos pechos, en cierto momento ella se dio cuenta que estaba mi mirada fija en sus piernas y con un disimulo muy inocente subió su minifalda tratando de cubrirse un poco mas, en ese momento, se me ocurrió preguntarle si le gustaría ganar algo de dinero haciendo un trabajo sencillo.

Diana: No lo se, ¿de que se trataría?

Yo: Es un trabajo fácil, solo tienes que apoyarme en una cosa muy sencilla.

Diana: ¿Qué cosa?

Yo: Mira, es fácil, me descubriste mirando tus lindas piernas, solo déjame tocarte las piernas y los pechos y yo te pago lo mismo que gana tu mama en dos meses.

Diana: ¡PERO QUE USTED ESTA LOCO! ¡ME VOY Y LE VOY A AVISAR A MI MAMA Y A SU ESPOSA PARA QUE VEAN LA CLASE DE CERDO QUE ES!

Ella se levanto del sillón, mi mente reacciono de manera rápida, levantándome también, corrí a darle alcance y le jale el brazo pidiendo que se calmara pero ella no hacia caso y solo quería salir de la casa, empezamos a forcejear, mientras peleaba por tratar de calmarla todo mi cuerpo chocaba con el de ella lo cual me empezó a calentar, en el forcejeo tropezamos con uno de los sillones y ella fue a dar al suelo cubierto de alfombra mientras yo caí encima de ella, por la fuerza de la caída los botones superiores de su blusa se soltaron, permitiéndome ver su hermoso par de pechos enmarcados con un sujetador negro formando un canalillo delicioso, esa vista me excito demasiado, no supe como, o porque, pero procedí a terminar de arrancarle la blusa dejándola toda abierta, ella pataleaba y gritaba que la dejara ir, pero la verdad ya estaba demasiado caliente y lo único que quería en ese momento era follarme a aquella muchacha.

Seguía forcejeando, lo cual, no se porque, me calentaba mas y mas, empecé a besar y manosear  con una mano sus pechos por encima del sujetador, mientras con mi otra mano recorría sus tibios muslos al mismo tiempo que le subía la minifalda, ella seguía luchando para liberarse de mi.

Yo: Si, si, ahhmmm, que rica estas amor, te voy a follar, aunque tenga que violarte, vas a ser mía, ahh.

Diana: ¡NOOOO! ¡DEJEME! ¡POR FAVOR! ¡POR FAVOR DEJEME!

Yo: si, si, entre más te resistes, más me calientas bonita.

Diana: ¡SUELTEME! ¡AYUDA!

Seguíamos luchando, deje de sobarle los muslos para poder deshacerme de mi pantalón y poder liberar mi polla, ella lloraba

YO: si, mira lo que tengo para ti, si cooperas es posible que te guste.

Diana: ¡NOO! ¡DEJEME! ¡POR FAVOR NO LO HAGA!

Seguía luchando tratando de zafarse, por mi parte, con mucha dificultad pude arrancarle el sujetador negro que traía, dejando al descubierto su hermoso par de pechos, de buen tamaño, encajaban perfectos en su cuerpo, tetas naturales claro, paraditos y firmes al tacto, empecé a magrearle los pechos al mismo tiempo que los besaba, al mismo tiempo que hundía mi rostro en medio de ellos, Diana seguía tratando de rechazarme, así que con mucha dificultad me quite la corbata y amarre sus dos manos, al quedar amarrada, pude recrearme mas tranquilamente con su cuerpo, le lamía sus tetas, sobaba su cintura y recorría sus muslos y piernas con mis manos, el tacto de su suave piel me volvía loco, intente quitarle la minifalda, pero decidí dejársela puesta pues la minifalda le daba un toque muy sexual a aquella muchacha, lo que si hice fue quitarle el tanga que traía para poder empezar a explorar su coño, lo llevaba depilado, por comodidad tal vez, no creía que fuera virgen, una vez sin tanga, empecé a frotar mi polla en su entrada, mientras iba soltando pequeñas gotas de leche en su entrada, seguí deleitándome de esa manera, mis manos sujetando sus nalgas, sus muslos, sus tetas, paseando mi lengua por sus pechos o por su boca, besos que ella rehusaba, pero así me gustaba, y mi polla, en la entrada de su coño, queriendo entrar.

Diana: ¡NOO! ¡POR FAVOR! ¡NO LO HAGA! ¡DEJEME! ¡POR FAVOR! ¡ASI NO! ¡SOY VIRGEN! ¡PORQUE!

No le hacia caso, tampoco podía resistir mas, al escuchar que era virgen, mi necesidad de meter mi polla dentro de su coñito rosado aumento al máximo, no podía creer que fuera a estrenar a una chica virgen, y que virgen, mi único pensamiento era el desvirgarla, como si mi vida dependiera de ello así que sin más miramientos, le enterré toda mi verga en su coño.

Diana: ¡NOOOO! ¡DUELEEEE! ¡AAAAYYYYY! ¡NOOOO! ¡AAAARGGG! ¡PORQUE ASI! ¡NOOOO!

Empecé a moverme dentro de ella, estaba totalmente seca, era un poco doloroso, así que deje que su coño se acoplara a mi verga, ella seguía gritando que la dejara de penetrar, sus suplicas me calentaban, cuando considere que su coño ya se habría acostumbrado un poco a mi verga, empecé a moverme dentro de Diana, seguía estando algo seca, pero también empezó a ser mas fácil, empecé a bombearla, a veces rápido, a veces lento, su coño, una vez ya acostumbrado a mi polla, se sentía tibio y firme, además de que me apretaba muy rico, era delicioso moverse dentro de ella, hace tiempo que solo tenia relaciones con mi esposa, siempre le había sido fiel, hasta ahora, con esta chica, que me estaba dando una de las mejores folladas de mi vida.

Diana: ¡DEJEME! ¡DEJEME! ¡NOOO! ¡YA NOOO!

Ella trataba de empujarme, trataba de que no siguiera penetrándola, trataba de expulsarme de su interior moviéndose al compás de mis embestidas, como si eso fuera a desequilibrarme, los movimientos bruscos que Diana hacia al moverse al intentar liberarse hacían que los músculos de su vagina tuvieran contracciones, con lo cual, mi polla era la beneficiada pues se volvía una sensación de extremo placer.

Yo: si, vamos, sigue moviéndote, me gusta como te resistes.

Diana: ¡DEJEME! ¡POR FAVOR! ¡SALGASE!

Yo: ahhh, tu coñito me vuelve loco, tan tibio y suave, no sabia que una chica virgen apretara como tan rico.

Diana: ¡BASTA! ¡POR FAVOR YA NO! ¡AAAYYYY!

Yo: si, sigue, me aprietas delicioso amor.

Sus movimientos apretándome cada vez mas la verga estaban haciendo que llegara al clímax, empecé a soltar pequeños chorros de semen dentro de ella,  ella al sentirlos empezó a moverse mas bruscamente, tratando de liberarse desesperadamente,  provocándome que estuviera a punto de correrme dentro de ella, pero quería aguantar mas, quería seguir estando dentro de ella, pero no aguantaría mas,  estaba a punto de correrme dentro de aquella belleza de mujer.

Yo: vamos, si, estas muy rica, coges muy rico amor

Diana: ¡DEJEME! ¡POR FAVOR! ¡POR FAVOR!

Yo: sigue moviéndote chiquita, ya casi, siente como me estas empezando a sacar leche mamita, sigue.

Diana: ¡NOOO! ¡SALGASE! ¡SALGASE! ¡NO SE CORRA DENTRO! ¡SALGASE! ¡POR FAVOR!

Yo: si, vamos, vamos,  prepárate para recibir mi leche.

Diana: ¡SALGASE! ¡POR FAVOR! ¡SALGASE! ¡DENTRO NO POR FAVOR! ¡DENTRO NO!

Yo: sii, aaahhh,  te voy a eyacular dentro, disfruta la primera lechada de tu vida mi amor

Simplemente no pude mas, empecé a inundarle su coño de semen, 5 veces le dispare leche dentro de su vagina, era una de las mejores corridas que había tenido en años, por no decir que era una de las mejores de mi vida, me quede quieto en aquella posición con mi verga dentro de ella, quería que cada rinconcito de su coño quedara impregnado de mi semilla, en aquel momento no me importo la posibilidad de Diana quedara embarazada, solo me interesaba conquistarla, dominarla, hacerla mía y obtener placer de su cuerpo.

Yo: siii, ahhhhh, Dios, que rico, ahh, sii,

Diana: ¡NOO! ¡PORQUE! ¡NOOO!!

Yo: ahhh, que rico follas amor, mira cuanta leche me has sacado, ahhh, que delicia.

Diana: ¡PORQUE!! ¡PORQUE! ¡NOOO!

Saque mi polla de su coño, al instante le empezó a salir toda la leche que le había descargado, la imagen que ofrecía era realmente excitante, ver como mi semilla salía de su coño y recorría la parte interna de sus muslos, con su minifalda, sus botas y su blusa desabrochada haciendo un cuadro perfecto, definitivamente había sido una buena follada, al verla así, mi verga empezó a crecer de nuevo, me volvía loco, no sabia cuanto tiempo mas tardaría su madre o mi esposa en regresar, por otro lado, deseaba seguir follando a la muchachita, el verla así, indefensa, atada de manos, escurriendo semen fresco de su coño junto con el semen secándose en sus muslos, con su rostro lleno de lagrimas y su cabello todo revuelto y con ese cuerpazo, realzado por su ropa, no lo pensé mas, la cargue hasta la recamara, ella ya no oponía resistencia, así que me fue fácil llevarla al piso superior, en la recamara, la coloque suavemente en la cama, empecé a frotar mi verga en la entrada de su coño, mientras recorría todo su cuerpo con mis manos poniendo especial énfasis en su par de pechos, mi verga empezó a crecer de nuevo.

Yo: Estas muy rica amor, necesito follarte de nuevo ese rico coñito que tienes.

Diana: no, por favor, ya no, ya no.

Ella ya no gritaba, solo sollozaba, al verla así tan dócil, se me ocurrió que si ya me había beneficiado de su coño, ahora debía de probar su culo, era una chica bien proporcionada, no exagerada en sus medidas, así que su culo, no era precisamente grande ni exuberante, mas bien tenia una forma normal, firme pero casi plano, pero aun así, en conjunto con lo demás, le daba a su cuerpo esa belleza especial a esa chica.

Yo: bien mamita, tu coñito es muy bueno, pero ahora mi polla quiere saber su tu culo es igual de bueno.

Diana: no, por favor, por ahí no, ya no.

Yo: si te relajas, igual y no te dolerá tanto.

Diana: por favor, ya no, por lo que más quiera, ya no más.

Empecé a voltearla para poder follarme su culo, ella empezó a luchar de nuevo, pero casi sin fuerza así que no me costo mucho trabajo darle la vuelta, una vez que quedo en posición con su culo hacia arriba, le levante la minifalda para poder ver su culo en todo su esplendor,  empecé a frotar mi polla en medio de sus nalgas, ella al sentir aquello, empezó a moverse de nuevo queriendo gatear sobre el colchón para poder escapar,  pero al estar atada de manos no podía moverse mucho, me excitaba demasiado ver como intentaba escapar de la follada que pensaba darle, así que sin esperar mas con mi mano dirigí mi verga a la entrada de su ano, y empecé a ganar deliciosos centímetros dentro de su culo.

Yo: si, aaahh, bien, vamos, vamos, si, ahh.

Diana: ¡NOOO! ¡DUEELE! ¡SALGASE! ¡POR FAVOR! ¡NO LO HAGA!

Me gusto que empezara a gritar de nuevo,  seguí empujando mi verga dentro de su culo, era muy complicado pero muy rico ver como mi polla iba desapareciendo entre sus nalgas,  su coño me había apretado muy rico, pero su culo era si podía ser, aun mas delicioso.

Diana: ¡DUELE MUCHOO! ¡SALGASE YAAAA! ¡POR FAVOR NOO!! ¡POR ADELANTE SI QUIERE PERO SALGASE!

Era increíble, su suplica de que se la sacara del culo para darle mejor por delante hizo que sintiera espasmos de placer en mi polla, una vez que logre enterrar toda mi verga dentro de su culo me quede un rato así para que se acostumbrara al igual que su coño.

Yo: Mira muñeca, te voy a romper el culo, es mejor que cooperes si no quieres que te duela mucho, si te resistes demasiado, igual te voy a follar el culo, tú decides.

Diana: no, por favor, salgase, por favor, no me haga mas daño.

Supuse que su culo ya se había acostumbrado a mi verga pues ya no gritaba de nuevo además de que sentía como podía moverme dentro, así que empecé a bombearla con todas mis fuerzas, quería llenarle el culo de leche también.

Diana: ¡DUELEE! ¡AAAARRGH! ¡ARRRGHH! ¡SALGASE!

Seguía moviéndome dentro de ella, me movía tan fuerte que la cama rechinaba con cada embestida que le daba, su cuerpo se hundía en el colchón con cada estocada que le daba, y rebotaba cada vez que me separa un poco de ella para otra embestida, precisamente aquel movimiento, hacia que involuntariamente, su culito también engullera y medio expulsara mi polla con cada bombeo y ella no podía evitar que su propio culo me diera esa sensación tan placentera.

Yo: siii, ahhh, ahhh, que rico, ahhh,

Diana: ¡ARGGG! ¡NOOOORGHH! ¡SALGAAARHGGH!!

Yo: si, toma, toma toda esta leche amor, ahhhh.

Diana: ¡NOOORGH! ¡ARRGHH!

No pude aguantar mucho tiempo follandome su culo, era tan apretado, tan rico,  que rápidamente me vino el orgasmo, empecé a correrme dentro de su culo, me sorprendió incluso a mi la cantidad de leche que estaba vaciándole,  aquella hembra era de las buenas, de las que lo dejan a uno totalmente seco, una vez que termine de llenarla, me quede encima de ella descansado con mi verga aun dentro de su ano.

Diana: ¿Por qué? ¿Por qué? No, no…

Ella sollozaba mientras decía todo eso, saque mi verga de su culo, le di una rica nalgada, limpie el residuo de semen de mi polla frotándola en sus pechos,  después la acomode en la cama, poniendo su cabeza en una de las almohadas, y me recosté a su lado, acariciándole su largo cabello castaño, ahora todo alborotado por tanto movimiento, bajando de vez en cuando a sus pechos, sus caderas o sus muslos, ella ya no decía nada, solo lloraba y por mi parte, me sentía muy cansado por tanta actividad y me fui quedando dormido.

Un sonido de cerradura abriéndose me despertó, era la señora de la limpieza, la mama de la muchacha, ella se quedo paralizada al ver a su hija durmiendo tranquilamente a mi lado, no se como se me ocurrió pero le hice un ademán a la señora con el dedo sobre mi boca pidiendo silencio, ella cerro la puerta, salí de la cama, me vestí y fui a hablar con la señora, le ofrecí darle todo el dinero en efectivo que su hija necesitara para cursar toda su carrera universitaria, mas 1 año de su sueldo, a cambio de que ellas no dijeran nada a la policía y ni a mi esposa, ella acepto, paso a la recamara por su hija y la saco de la casa mientras yo observaba lo que me acababa de follar y lo caro que me había costado.

La señora siguió viniendo a hacer el aseo de la casa, pero su hija ya no viene a verla, aunque mi esposa me contó, que la hija esta embarazada y que por eso su mama no quiere verla y la ha corrido de la casa, pensé en ir a buscarla, para poder chantajearla con ayudarla con el hijo, que sospecho es mío también, a cambio de poder follarmela cuando quiera, pero mi esposa por fin ha quedado embarazada, así que Diana, tendrá que esperar.