La hija caliente de papa

La historia de una chica que amaba a su padre y lo hizo vibrar de placer.

Las historia me fue relatada por una chica que me conto una fantasia sexual

Ocurrió en esos días calurosos en los cuales los síntomas del cuerpo en materia sexual se manifiestan de una forma mas evidente. La adolescente lo sentía de una forma muy particular. Tenía 15 años pero su exterior semejaba a una joven de 20. Había desarrollado su cadera, su cola y en especial sus pechos de una forma asombrosa, seguramente gracias a su madre que hacía un año que no veía. Su nombre era Ana, tenía el pelo negro y la piel trigueña y una bonita sonrisa cuidada por unos labios carnosos.

Sentía que no agradaba a los chicos de su edad por que la encontraban, según ella, muy grande. Es por ello que sus deseos sexuales comenzaban a hacer huella en sus sensaciones corporales. Imaginaba que unas manos desmesuradas la abracen, que unos labios experimentados la besen intensamente y que pudieran de alguna forma apagar el incendio que habitaba en su entre pierna. Luego de la llegada del colegio, no perdía tiempo para ir a su habitación, sacarse un poco de ropa y llevar sus manos hacía su vagina cubierta de algunos vellos. Cerraba los ojos, con una mano dejaba escapar su corpiño y masajeaba sus pechos, los pellizcaba, hacía poner los pezones rojos de la fricción. Con la otra, abría sus labios vaginales e introducía con avidez un dedo, dos y tal vez tres en los momentos de mayor goce. Ana pensaba en su afecto paternal, un hombre alto, de buen porte.

El padre que toda hija quisiera tener: considerado, cariñoso, trabajador, afectuoso, respetuoso. Hacia tiempo que se había separado de la madre de Ana y sus días estaban dedicado al cuidado de su hija adolescente y de su trabajo. No tenía tiempo para una nueva pareja.

Ana no podía disimular mas sus impulsos, tenía que encontrar el momento apropiado para terminar en los brazos de su padre.

Estaba ella escuchando música vestida apenas con ropa interior, cuando tocó a la puerta de su habitación. Después de entrar la miró serio y le preguntó enojado que eran esas malas notas que tenía en la libreta del colegio. Ana no supo que contestarle, solo salieron de su boca algunas excusas baratas y una gran vergüenza por las malas notas. Ella sabía bien que eso se debía a que su cabeza estuvo puesta en el sexo, en especial en su padre.

Ana, me extraña mucho esto de ti que eres una buena alumna, que es lo que te está pasando amor. No me va a quedar otra que darte un castigo.

No papi gritó la chica desconsolada. Te juro que voy a mejorar.

Unas lágrimas salieron de sus ojos. Quería demostrarle al papa que lo sentía pero además testimoniarle cuanto lo quería. Abalanzó su cuerpo hacía el de él. Besó su mejilla y lo abrazó muy fuerte

-Hijita... no estes triste

Papi te quiero mucho mucho, le dijo Ana sin dejar escapar el cuerpo de su padre.

Sin embargo, el beso amistoso de hija a padre pasó a uno en la boca muy tumultuoso y caliente. Las lenguas juguetearon un buen rato, después las manos del hombre palparon los pechos de su hija. Había llegado el momento esperado por ella.

El abrazo los hizo terminar acostados en la cama de la adolescente.

Te amo papito... quiero que me ames papii !!

Hmm yo también Anita, contestó el padre apenas dejando un segundo de chupar vorazmente uno de sus pezones.

Ana cambió su respiración, era en ese momento entrecortada, con unos suspiros que fueron preludios de unos gemidos incontrolables cuando su padre comenzó a chupar suavemente su conchita.

-Ahhhh Papá me haces muy felizzzz aghh , . No llegó a completar su deseo porque le llegó un orgasmo que inundó la boca y las manos de su padre.

Sin decir una palabra, el hombre se desnudó e hizo aparecer un miembro de buen tamaño. A la chica se le iluminaron los ojos. Abrió sus piernas aun mas para sentir esa carne en su cuerpo. Lo tomó de la espalda mientras él comenzó a penetrarla con suavidad y salvajismo.

La virginidad de Ana fue rota por su el sexo ardiente de su padre quien cada vez lo introducía mas adentro. Ella no paraba de repetir jadeante te amo papi, te amo papi.

Su padre se dio cuenta que estaba por terminar y saco su pene rápidamente produciendo una descarga de semen importante en todo el cuerpo adolescente.

Luego de reaccionar sobre lo que acababa de ocurrir, el hombre acarició a su hija y le dijo que lo que habían hecho estaba mal y que no tenía que volver a pasar. Unas lágrimas

aparecieron en el rostro de Ana que no pareció oír el advertencia de su padre ya que levó sus manos hacia el cuerpo de él y empezó a besarlo por todos sitios. Aunque trató de evitar aquello, no logró controlar todo el tiempo sin estar con una mujer. Su sexo estaba activo nuevamente al igual que la boca de la pequeña que lo besaba sin miramentos.

-Papi mira lo que tu hija querida va a hacerte

Lo que hizo no fue otra cosa que deglutir esa gran verga, llenarla de saliva, sentirla en su garganta. Su papá no podía imaginar lo que le estaba sucediendo: estaba gozando sexualmente con su hija.

Ana lo seguía chupando, lo pajeaba, lo frotaba con sus pezones duros como la piedra y por fin pudo disfrutar de toda la leche en su pelo, en sus labios, en sus pechos. El hombre no emitió palabra. Ana si.

– te quiero papito....

CONTINUARA

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