La hermana de mi novia

La hermana de mi novia acaba montándoselo conmigo y unos amigos suyos.

Mi nombre es Javi, y a continuación narraré la experiencia sexual más excitante que he tenido en toda mi vida.

Todo empezó cuando un buen día, los padres de mi novia me comentaron que si podría pasarme de vez en cuando a lo largo de unos tres días por su casa para comprobar que todo iba bien dado que mi novia, la hermana mayor, estaba estudiando fuera unos meses. A lo largo de la relación con mi novia he de reconocer que adquirí bastante confianza con ellos.

No puse ninguna pega, puesto que su hermana pequeña, Laura, habría de quedarse a solas esos días, y la verdad es que desde el momento en que la vi no he parado de pajearme pensando en ella.

Laura tenía 18 años, era bajita, morenita, con unos ojazos marrones  y una carita angelical. Tenía el cuerpo muy bien formado, con sus buenas tetas y su culo bien puesto. Para muchos no sería una chica 10, pero a mí me traía loco..Eso sí, nunca hemos tenido demasiada relación, pues con mi novia, su hermana, no se llevaba demasiado bien y nunca habíamos llegado a charlar demasiado entre nosotros.

Bien, pues así sucede la cosa:

El primer día fue más o menos normal, aunque también me llevé mis sorpresas. Como me pidieron, fui a ver cómo iba todo bien entrada la tarde, a eso de las 20.00, después de telefonearla. Me comentó por teléfono que no hacía falta que fuese, pero insistí, le pregunté que si necesitaba que le hiciese algo de cenar y me siguió el "juego", me dijo que por ella vale si no era una molestia, incluso me ofreció quedarme a cenar con ella y ver qué hacían por la tele.

LLegué a casa de Laura, toqué al timbre y no tardó en salir a abrirme:

  • Buenas..
  • Hola!. -exclamó sonriente.

Me invitó a pasar y lo hice, me dejé caer en el sofá sin saber muy bien qué decir, pero ya se encargó ella:

  • Madre mía, no se puede estar del calor que hace, voy a ponerme cómoda.

Le sonreí y me quedé mirando la tele, con ganas de follármela.

Para mi sorpresa, cuando bajó lo hizo con solo una camiseta típica de ir por casa y la parte inferior de un bikini.. No era la primera vez que la veía yendo así por casa, pero estando ella y yo solos me pareció algo demasiado provocativo, aunque no le di mucha importancia.

  • Tienes hambre? - le dije sonriendo por dentro, pensando en el doble sentido de la frase.
  • No mucha, qué cenamos?
  • Pues ahora miraré qué tienes por aquí, jeje.

Pasamos el rato así, hablando de lo que podíamos, hasta que me levanté a preparar algo de cenar. Ella se mostró muy cooperativa, y se tomaba libertades con una facilidad de la que yo nunca gozaría con ella, tales como pellizcarme y hacerme cosquillas, me estaba poniendo malo. Aproveché entonces para seguirle el juego, intentando no parecer muy descarado.

Terminamos de hacer la cena, nos dispusimos a cenar en el sofá de su casa. Procuré sentarme bien junto a ella, puesto que ya parecía existir la suficiente confianza. Tras cenar, me encendí un cigarro.

  • Eeh, a mí no me ofreces?

No sabía que fumase, en fin, por qué no..

  • Anda, esto no se lo digas a tu madre que me mata.. - y le di uno.

Nos quedamos tirados hombro con hombro viendo la tele, sorprendiéndome de nuevo al apoyar su cabeza contra mi hombro. Mi instinto fue rodearle el cuello con mi brazo y hacer como si nada, lo cual no provocó ninguna reacción adversa a mí en ella.

Al poco rato me sentí extraño, la solté y le comenté que se me hacía tarde, que era hora de irme.

  • Ya te vas? - preguntó con tono triste.

  • Sí.. Mañana también me paso, si quieres.

  • Claro que sí, he estado muy agusto contigo.

"Y yo, no te jode", pensé por dentro. Salí de su casa medio a regañadientes, pensando en lo que me podía estar perdiendo. Me la casqué en casa y traté de olvidarme del tema. Pero al día siguiente aún estaban allí, esas ganas locas de verla jugando con mi polla.

Vi que tenía llamadas perdidas suyas, así que la llamé:

  • Laura? Dime, ¿Qué querías?

  • Hola.. nada, solo saber si vendrías hoy.. He quedado para ver una pelicula con unos amigos, pero no quiero que se enteren mis padres, si podrias pasarte para ver que todo vaya bien, jaja.

La idea de imaginarme a mí pasando la noche esperando a que sus adolescentes amigas y amigos se larguen de una vez me puso algo enfermo, pero no quise negarle el favor.

  • Está bien.. espero que no me deis mucho la vara.

  • No, tranquilo.. y si no, pones orden, ¡jaja!.

  • Jeje, bueno, me paso a la hora de ayer..

  • Está bien, ¡hasta ahora!

Me pasé por allí a las ocho, al parecer todavía no estaban sus amigos.

  • Tampoco vendrán muchos, no?

  • Qué va..solo 4.

  • Bueno, espero que no lo dejen todo perdido, no me gustaría tener que hacer de chacha. - comenté medio en broma, medio en serio.

  • Tranquilo, no creo que den problemas..

Al rato sonó el timbre y ella fue a abrirles. Pasaron todos, eran cuatro realmente, pero me extrañó mucho que eran todo tíos. Me los presentó a todos, yo estaba algo incómodo. Al parecer se llamaban Raúl, Ernesto, Alfonso y Jorge, de diecisiete y dieciocho años. Parecían buena gente. Todos se acomodaron y empezaron a liarse porros. A mí no me parecía del todo bien lo que se estaba montando ahí, pero bueno, tampoco me interpuse. Yo estaba rondando por la casa, intentando mantenerme al margen del asunto, navegando con el ordenador de su casa. Al rato Laura me dijo que por qué no me iba con ellos a ver la película, llevaba careto de haber fumado ya más de la cuenta.

  • Laura, tú eres libre de hacer lo que quieras, pero no quiero saber nada de esto como se enteren tus padres..

  • Tú tranquilo! si hasta pasado mañana no vienen.. Ya verás como no pasa nada.

Me animé a bajar e incluso fumé con ellos, Laura estaba muy suelta entre sus amigos y ellos con ella. Me fijé bien en ellos, estaban muy pendientes de Laura. No me habia fijado, pero ese día llevaba un escote demasiado basto para que pase desapercibido. Podía notar las ganas generales de meterle mano a Laurita.

  • Uff, un segundo, no aguanto más así, voy a ponerme cómoda.

¡¿Cómoda?! - pensé. No creía que fuese capaz de presentarse ante los chicos como suele hacerlo en mi presencia, pero sí, al rato bajó como ayer, con sólo su camiseta y su bikini ceñido a sus curvas.

  • Joder Laurita, sí que nos alegras la vista eh? - Comentó Jorge.

  • Calla, tonto. - DIjo ella. Y se sentó a ver la película en el suelo.

  • Pero mujer, siéntate aquí con nosotros. - ofreció Ernesto, haciendo gesto a los demás para que se apretasen un poco y la dejasen caber entre ellos.

Ella, ni corta ni perezosa, se levantó y se sentó, para mi gusto con muy poca ropa, entre todos esos tíos. Yo estaba en un sillón apartado, con la polla muy dura, supongo que igual de dura que la tendrían ellos. No, no lo supuse, bastaba con echar una mirada rápida para observar cuatro bultos en sus pantalones, algo que ella no tardó mucho en comentar.

  • Joder qué guarros, ya os habéis empalmado todos? - comentó con una sonrisa.

  • Laura, no me jodas, es que si bajas así.. - aclararon algunos.

  • Huy? No puedo ponerme cómoda en mi casa?.

  • Claro que puedes, pero luego no te extrañes de esto.. - dijo Raúl.

  • En fin, ahí al fondo está el baño para quién no lo sepa, si quereis cascaros una paja, porque seguro que lo necesitais eh?. - comentó Laura.

Yo no podía creer lo que escuchaba, la cosa estaba subiendo muy de tono y yo no sabía que hacer. Eso sí, cada vez veía a Laurita más puta y entregada.

  • Estaría bien que nos echases un cable, Lauri.. jajaja. - todos rieron ante el comentario de Alfonso.

  • Pero qué dices, y que me canse..

  • Va mujer, ¿qué te cuesta? nosotros no tenemos ningún problema en echarte una mano con lo que sea, jajaja.

  • Huy sii, seguro que luego iriais contándolo por ahí y tal, ademas yo paso, para eso buscaos a otra, jeje. - sentenció   Laura.

De alguna manera Laura no se sintió acosada, nisiquiera se alejó de los muchachos, de alguna manera parecía interesarte en el asunto.

  • Si lo decimos de coña, ya sabemos que las tías no os atreveis con este tipo de cosas, estamos acostumbrados. - Provocó Raúl   a Laura.

  • Claro que nos atrevemos, lo que pasa es que no somos tan guarras como para hacerle una paja a todos nuestros amigos.

  • Pues demuéstralo si tanto os atreveis. - empezaron a animar algunos.

  • Huy? A ver si os atreveis vosotros a bajaros los pantalones y pedirmelo otra vez.

  • Yo me los bajo. - dijo Ernesto mientras lo hacía.

Laura no dijo nada, se quedó mirándole el paquete tieso de Ernesto.

  • Pues yo también. - dijo Raúl.

En pocos segundos los cuatro estaban con los rabos fuera, y Laura los contemplaba con una sonrisa cómplice.

  • Yo si quieres también, Laura. - Me atreví a decirle.

Ella, entre risas, pero de alguna forma entregada al juego, dijo que vale, que a ver lo que tenía ahí. Se lo enseñé enseguida, de pronto estabamos cinco tíos con las pollas fuera delante de ella.

  • Bueno, y ahora qué? os vais a quedar ahí mirandome con los calzoncilos bajados? - dijo Laura entre risas.

  • Podrías pajearnos un poco, no muerden! - comentó ya algo fuera de sí Alfonso.

  • Pajéate tú. - dijo Laura haciéndose la ofendida.

Dicho y hecho, Alfonso empezó a masajearse la polla, lo cual imitaron los demás. Yo sencillamente me quedé tirado en el sofá con mi rabo colgando, mirando a Laurita lascivamente.

  • Va Lauri.. que no vamos a contarselo a nadie, mira lo cachondos que estamos. - comentó Raúl.

Todos prometieron no decir nada si Laurita les hacía un trabajito, poco a poco se la veía más decidida. Yo, harto de tener paciencia, tomé la iniciativa, ya no tenía por qué tener tapujos con ella, después de esta situación. Me acerqué a ella, que me miró sonriendo, la cogí suavemente en brazos, fui de vuelta al sillón con ella y me la senté encima, pudiendo rozar mi rabo contra sus piernas.

  • Venga, chicos, sé que estias cachondos, si quereis disfrutar de Laurita vais a tener que trabajar duro, no quiero ver ni una brizna de tabaco por el suelo en diez minutos. Si me ahorrais la faena, os aseguro que convezco a Laurita para que os ayude con lo vuestro, - ¿vale, Laurita? . Le pregunté lasciva y dominantemente.

  • ¡Vale!

  • Eso sí, ya os lo ha dejado clarito, como conteis algo por ahí yo mismo me encargaré de encontraros y ajustar cuentas.

  • Sí..sí, tranquilo tío.- Dijeron algunos titubeando.

Se pusieron a la marcha, a limpiar todo lo que habían ensuciado.

Mientras, con Laura sentada en mis piernas y en mi rabo, empecé a acariciar sus piernas, mirándola deseoso a los ojos. Ella se dejaba hacer, se la veía un poco cortada pero entregada. No dudé en besarla, bruscamente pero sin llegar a resultar bruto. Le gustaba, su respiración se agitaba. Los muchachos se morían de envidia. La aparté un poco a un lado, cogí su mano y la acerqué a mi pene. Lo cogió, sabía manejarlo bien. En breve empezó a cascarme la paja de mi vida, mientras la besaba apasionadamente.

Yo jadeaba como un cerdo mientras le metía la lengua hasta el fondo de su boca, mordía sus labios y apretaba sus nalgas. Al poco me interrumpieron los chicos: - Esto ya está.

  • Está bien. - dije yo haciéndome con el mando. - No os paseis con la chavala, tratadla con cuidado y preguntadle antes de   hacer cualquier cosa, ella decidirá si quiere o no.

Raúl se acercó con su polla en la mano:

  • Laurita, me pajeas a mí un poco?

  • Claro tonto.

Laurita se levantó y se sentó en el sofá grande, indicando a los chicos que se acercasen.

  • ¿Podemos comerte las tetas y el coño? - preguntó Ernesto.

  • Claro que sí!

Enseguida se le echaron todos encima, yo intenté hacerme mi sitio, pero les dejé antes disfrutar un poco, observando lo guarra que se veía a Laurita rodeada de sus amigos medio en bolas. Le subieron la camiseta hasta dejar sus tetas al descubierto, se las masajearon, las besaron, las chuparon, todos y cada uno de ellos. Raúl le bajó el tanquita del bikini y lo dejó por ahí tirado. Enseguida se colocó y empezó a comerle el coño.

  • uff, síi..ii - gemía Laurita.

Estaba cachondísima, me ponía la polla a reventar de verla así. Ernesto y alfonso estaban sentados cada uno a un lado y Laura los pajeaba al mismo tiempo con cada mano. Jorge, completamente desnudo, se puso de pie en el sofá entre los dos tíos, justo delante de laurita, y se acomodó apoyando sus manos contra la pared, de manera que su polla quedaba a escasos centímetros de la boca de Laura.

Laura estiró el cuello y se la metió en la boca, comenzando a succionar y a lamer en círculo como una piruleta. Yo no perdía detalle mientras me pajeaba, hasta que comprendí que tenía que volver a tomar el mando para que no se me fuese la cosa de las manos.

  • Un segundo, aquí todos queremos gozar un poco. Vamos a turnarnos con la chica porque yo llevo aquí un buen rato sin hacer nada. Ven aquí, Laurita.

Laura, sacándose la polla de Jorge de la boca, me obedeció y se acercó hasta donde yo estaba, le dije que se sentase de rodillas en medio del salón. y que fuera pajeándonos y chupando pollas en orden de manera que más o menos recibiéramos lo mismo.

No puso pegas, yo me puse el primero, de pie, sosteniéndome la polla con una mano delante de ella, se la acerqué a los labios. Ella me miraba alzando la mirada, muy lasciva. Hice presión con mi polla en sus labios, pero ella no los abría del todo, juguetenado. Se la restregué por sus labios húmedosy por su cara, sus amigos ya se estaban situando y Laura extendía sus manos hacia dos pollas que debía pajear.

  • Abre la boquita anda..

  • Así? - preguntó inocente Laura.

  • Así, así..

Empecé con un mete saca lentito en su boca, esforzándome en vivir al máximo la situación, notando mi rabo abriéndose paso entre sus labios.

  • Tío, deja que nos la chupe un poco no? - comentó Ernesto.

  • Toda tuya.

Quería follármela ya, pero no sabía si estaría dispuesta.

  • Oye, Laurita, te apetece follar un poco con nosotros? jeje.
  • le pregunté sin tapujos.

  • mmm....Vale! jaja.. pero por el culo no, eh?

  • Tú marcas los límites, nena. - le dije yo.

Fui a por un condón, aprovechando para comentarle a sus amigos que si querían probar su coñito ya podrían haber traído unos cuantos. Afortunadamente para mí, no tenían ni uno. Me pidieron por favor uno, a cualquier precio, incluso algunos pensaron en ir corriendo a comprar unos cuantos. Yo, para hacerme con el privilegio de ser el único en follarla, al menos en ese momento, me encargué de hacer que así fuese:

  • Ni hablar, el que salga por esa puerta no le vuelve a poner una mano encima a Laurita, al menos hasta que yo me vaya.

  • Va, dejadlo ya, no seais abusones que ya bastante estoy haciendo dandoos gusto con pajas y mamadas... - Dijo Laura.

Los chicos, un poco decepcionados pero enormemente cachondos, lo aceptaron y seguimos con la fiesta.

Me enfundé mi condón, orgulloso, mirando desde lejos a Laura, agachada en el suelo, con cuatro tíos a su disposición, impacientes por introducir sus rabos en sus bocas. Se la veía con experiencia, no tenía ningún problema en mantener el ritmo de sus dos pajas a la vez. Observaba su culo, sus tetas babeadas, su barbilla repleta de saliva y líquido preseminal, la situación no era la esperada pero me ponía más que cualquier otra cosa en el mundo.

  • Laurita..quiero probar eso ya.. jajaja, ya me entiendes. - Le comenté, interrumpiendo sus trabajitos.

Me acerqué, los chicos se separaron un poco y la coloqué de espaldas a mí.

  • Sientate en plan perrita, vosotros acomodaos como podais mientras me la follo. - ordené.

Laura ya estaba colocada como una perrita, alzando su culo para facilitarme la entrada. Ernesto se colocó rápidamente en su cara, delante de ella, medio sentado, de forma que podía follarle la boquita. El sonido de la polla de Ernesto abriéndose paso a un ritmo frenético en la boca de Laurita, me puso a mil doscientos e hizo que yo, agarrándola del culo, me abriese paso entre su coño de una sola embestiada, la cual encadené con muchas más a un ritmo cada vez más basto.

Laurita balbuceaba, con una polla en su boca:

  • Así, dame rápido, sí....uffff... dame, dame, dame..

Estaba hecha una puta, estaba haciendo mi sueño realidad, me la estaba follando, y bien agusto.

Ernesto perdió su turno, ahora Laurita solo chupaba, uno a uno, por turnos, las pollas de Raúl, Jorge y Alfonso.

La estabamos follando entre todos, yo me encargaba de follarle el coño y los chicos de follarle la boca. Algunos sostenían la cabeza de Laurita mientras daban embestidas utilizando su boca como si fuese su coño.

El que estaba ahora en su boca era Alfonso:

  • Joder, que me corro..ufff.. toma guarra...toma... uff

  • Córrete en mi boca si quieres, jajaja. - Dijo Laurita apartando un poco la boca para poder hablar.

  • Sí.. es lo que quiero, buah... toma polla, qué boquita...ufff....!!!! - gritaba Alfonso fuera de sí, mientras eyaculaba.

Yo me ponía más bruto con la situación, estar ahí follándomela a cuatro patas delante de sus colegas mientras uno de ellos se corría sin tapujos dentro de su boca era lo más, incluso escuchaba como se le iba llenando la boca de esperma y el hecho del mete saca en su boca sonaba al de un desatascador desatascando el wc.

Alfonso, una vez terminó bien a fondo, dejando que Laurita le succionase toda la polla, se tiró en el sofá a esperar a que terminasen sus colegas. Laurita escupió su corrida al suelo, pero no pareció darle mucho asco. Por la barbilla le recorría ya un grumoso pegote de semen.

  • Ahora voy yo, tíos, quiero correrme en tu cara Laurita! - dijo Raúl.

  • Bueno, pero luego limpiais vosotros eh? jajaja - comentó Laura.

El tío se puso delante de ella a cascarse su paja del siglo, ayudándose de los labios húmedos de Laurita.

A mí ya me vencía la situación, estaba dándole a un ritmo muy frenético y veía venir mi momento cumbre. Pero no quería dejar insatisfecha a Lauri, tenía que aguantar unos minutos más. Raúl se masturbaba también frenéticamente con medio rabo en su boca, jadeando y sudando como un cerdo.

  • Me corro, nena... en toda tu cara!! oohhh, ufff!!! ahhh....

Mientras Raúl salpicaba toda su cara y sus labios con su esperma, yo empezaba a notar que el momento de mi corrida llegaba, cuando los gemidos de Laurita me dieron esperanzas. Se corrió como una perra, mientras la llenaban de semen y yo me la follaba bien agusto.

  • Ha sido increíble, uffff... qué pasada..- comentó Laurita con tono de satisfacción.

Una vez dió por entendido que se había corrido del todo, salí de su coño, tiré el condón al suelo y me acerqué a su cara, ella se arrodilló para recibirme mejor, observé su cara. Tenía la cara llena de salpicadas de esperma, por todos los labios, barbilla, gotitas en su frente, nariz y mejillas. Empezó a pajearme lentamente, yo me dejaba hacer, pero Jorge se me adelantó:

  • Buah, que no aguanto más, déjame, déjameee!

Me aparté bruscamente y el chico empezó a masturbarse descaradamente en su cara, restregandole el capullo por las mejillas y los labios, mientras se corría:

  • OOOH, ooooh!!! esto es brutal! madre mía, toma perra, toma.... - exclamaba mientras se descargaba en su cara.

Varios latigazos de esperma se le quedaron pegados a Laura en las mejillas, uno muy grueso justo debajo del ojo, que le goteó hasta las tetas y el resto fue a pararle a las orejas y el pelo.

. Ayyyy, el pelo no...que se me queda echo un asco... - se quejó Laura.

  • Lo siento tía, buah..qué corrida. - Dijo satisfecho Jorge, mientras agitaba su polla en su cara, salpicándole las últimas gotas en la frente y en sus tetas.

  • Ahora yo, ahora yo!! - Dijo gritando Ernesto mientras se acercaba corriendo con polla en mano y pajeándose fuera de sí.

  • Cuidado donde apuntas.. - dijo laura.

  • TÚMBATE UN POCO, UFF.. ME CORRO, quiero corretme en tus tetas perrita!

  • Ya voy, ya voy.. - dijo Laurita, medio tumbándose, sacando pecho y echando la cabeza atrás.

  • UFFF, ME CORRO TÍA, buahh..toma..en todas tus tetas.. ufffff!! - dijo gozando como un cabrón, pajeándose en contacto con sus tetas, dejándolas repletas de semen que empezó a chorrear hasta su ombligo. Cuando terminó, echó para atrás la cabeza de laurita, puso sus cojones y su polla apuntando a su boca practicamente por encima de su cabeza, y se la metió un par de veces en la boca para que se la dejase bien limpia.

  • Bueno, ahora sí que voy yo. - Dije.

Era mi turno, iba a descargarme después de estar una hora con la polla a reventar, iba a correrme como nunca, le iba a vaciar mis cojones enteros en su boca y en su cara.

  • Tendrías que verte Lauri, me pones muy cachonda así. - Le dije.

Empecé a pajearme lentamente, ella acercó su cara y se la metió ella misma en la boca. Empezó a hacerme una mamada como solo ella sabía, mientras yo contemplaba su rostro lleno de semen, todo salpicado, hasta en las orejas. Su pelo estaba completamente deshecho y algo húmedo de esperma, pero no me importó acariciárselo un poco.

  • Buah, laurita déjame que me pajee yo que me corro ya, ufff...UFFF....

  • Va, que se me está secando esto ya y da un poco de asquito, jajaja! - dijo Lauri, totalmente deshinibida.

  • Abre la boquita nenaaahh, UFFFF!!!

Abrió su boca mientras me miraba esperando mi corrida, empecé a soltar un latigazo tras otro de esperma, unos se colaban en su boca, sacaba la lengua manchada también de semen, le salpiqué el ojo izquierdo, ya ni se le notaba con todo el semen que llevaba encima, salpiqué mejillas, frente, pelo, nariz, hombros...

Era un espectáculo verla, fue corriendo al wc para mirarse en el espejo:

  • Madre mía, como me habéis puesto.......... tengo que ducharme - Dijo ella.

Sus colegas, muy satisfechos, se despidieron de ella, ofreciéndole repetir algún día, sin esperar nisiquiera a que se limpiase el semen.

Yo me quedé hasta más tarde, la contemplé más tiempo en su estado, viéndola como la más perra de todas. Pero me volvía loco, me la quería volver a follar.