La hermana de mi compañera de trabajo

En una oportunidad una compañera de trabajo nos invito a algunos compañeros y a mi a su casa a tomar unos tragos, ella era de otra cuidad de donde se considera que las mujeres son muy calientes, específicamente Carupano-Venezuela.

En una oportunidad una compañera de trabajo nos invito a algunos compañeros y a mi a su casa a tomar unos tragos, ella era de otra cuidad de donde se considera que las mujeres son muy calientes, específicamente Carupano-Venezuela. Ella compartía su apartamento con su esposo, su hijo de unos 12 años y su hermana con sus dos hijos (de 4 y 5 años), ella una morena muy hermosa con dos exuberantes senos y su hermana una catira de ojos claros, alta, de senos hermosos y grandes, un grande y hermoso trasero, de contextura un poco fuerte, una hembra que a cualquier hombre le levanta el deseo de tener sexo con ella.

El cuento es que llegando no pude quitarle los ojos de encima, pero se me adelanto un compañero que la pretendía también, yo solo esperaba el momento preciso para acercármele y empezar mi ataque, mi rival en esta contienda debía irse temprano, ya que residía bastante lejos y le dificulta el tomar transporte, yo en cambio poseo mi vehiculo y me permitía estar hasta la hora que deseaba.

El tiempo transcurrió y el momento llego, el me solicitó que lo llevara a donde fuese más fácil tomara transporte y en ese momento acordamos que nos acompañaran las muchachas a una hermosa plaza de la cuidad, donde generalmente se congrega mucha gente a tomara tragos y pasar un rato. Mi oportunidad llego, al dejarlo a el, ella quedo completamente disponible para mi. Comencé mi ataque de frente con la finalidad de recuperar el tiempo perdido, al momento ella me pidió que no fuese tan rápido, pero yo estaba seguro por sus miradas que también le guste, no es que sea hermoso, al contrario me considero muy normal, pero si hay algo en lo que soy bueno es en don de la palabra, la cual he aprendido a con un poco de psicología aplicar para el levante.

Al poco rato ya estaba sentado entre sus piernas y jugábamos al rol de los novios, mientras su hermana hacía lo mismo con uno de mis amigos (por supuesto su esposo no estaba por todo esto, el generalmente viajaba y ellas quedaban solas, momentos que por supuesto aprovechamos más de una oportunidad).

Debíamos llevarlas su casa y frente a está y todavía en mi carro, comenzó el incontenible deseo de besarnos y acariciarnos, fue delicioso besarla y pasar mis manos sobre su cuerpo, por ser la primera vez que nos veíamos no pude avanzar más en ese momento y quedamos en salir nuevamente.

La siguiente vez que salimos, su hermana no pudo acompañarnos y nos encontramos en el dilema de estar acompañados de mi amigo y decidimos visitar un lugar donde existen bailarinas nudista y tomar unos tragos, según ella nunca había estado en un lugar de esos. En el sitio mi amigo se dedico a darle todo el licor que pudo para desinhibirla y darme mayores oportunidades a mi, la excitación que nos produjo las nudistas, las bebidas y nuestros besos, le indicó a mi compañero cuando marcharse. No tomo mucho tiempo para decidir a donde ir, deseaba hacerle el amor, tener su sexo en mi boca, chuparla toda y que ella lo hiciese con migo. Me encontraba manejando a un motel, cuando tuve que detenerme y permitirle que sacara mi pene, ya que no se aguantaba, estaba que explotaba de las ganas de que la poseyera por completo, cuando sentí sus labios en mi glande, casi acabo en su boca. Como pude me contuve y le indique que faltaba poco.

Al llegar a la habitación, nos desnudamos desesperadamente, y nuevamente ella se introdujo mi pene en su boca para saborearlo por completo, no se cuanto tiempo paso deleitándose con el, solo se que no deseaba que acabara nunca, ya que era una experta en ello. Me desprendí y baje a sus senos primeramente, me parecía imposible que fuesen tan hermosos, con su gran pezón que se presentaba tan rígido y desafiante. Lo bese, mordí, pellizque y lamí, todo a la vez y poco a poco fui bajando hasta su sexo, el cual estaba húmedo y caliente, introduje mi lengua en ella, y la alternaba con mis dedos, separaba sus labios y succionaba su clítoris, solo la escuchaba gemir de placer y sentía como sus manos me empujaban hacia su sexo, que mujer más caliente.

Levante sus piernas y las puse sobre mis hombros, le introduje mi pene y grito de placer, parecía que tenía demasiado tiempo deseando que alguien la poseyera, era como su primera vez, porque en su cara el placer no podía esconder, nos movimos como si hubiésemos tenido mucho tiempo haciendo lo mismo, como maquinas sincronizadas de placer.

Fue increíble el momento en que llegamos juntos, su vagina se contraía con espasmos de placer, succionando mi pene y sacándome hasta la última gota de placer.

Nos abrazamos y sin decir palabra alguna reposábamos para poder tomara nuevas energías y procurarnos nuevamente otra tanda de sexo hasta que la hora nos hizo entender que debíamos marcharnos y acordar cuando volvernos a ver.

Realmente les cuento que era una mujer muy caliente deseosa de placer, sin limitaciones ni tabúes, placentera y con ganas de coger siempre un pene en sus manos para darse placer, fueron varias las oportunidades que tuve de saciarme de ella y que pronto los pondré al tanto de ellas.