La hermana
Surgió. Nada más. Sucedió. Nada menos. Una vez nada más. No iba a ser para menos. Extasiados fumamos. Nada mas. Hasta luego cuñada. Beso.
La hermana
Surgió. Nada más. Sucedió. Nada menos. Una vez nada más. No iba a ser para menos. Extasiados fumamos. Nada mas. Hasta luego cuñada. Beso.
La culpa de todo la tuvo la televisión. Eran casi la una de la mañana de un fin de semana cuando casualmente me encontraba en casa de mi cuñada mientras esperábamos a que llegara mi mujer. Era una noche de verano, con mucho calor y acabábamos de cenar. Mi mujer acababa de salir con unas antiguas compañeras de colegio y yo me quedé a esperarla en casa de su hermana.
Estabamos sentados en el sofá frente al televisor, cuando terminó la serie que estábamos viendo. En ese momento empezamos a hablar un poco de todo. Ella cogió el mando e hizo un zapping , comentábamos que no había nada interesante en la tele, cuando en no recuerdo que cadena, aparecía una escena en la cual un hombre penetraba a una mujer por el culo sin compasión.
Pensé que cambiaría rápido pero por el contrario dejó ese canal.
"Siempre he pensado que hay que tener valor para hacer este tipo de películas" dijo mi cuñada.
No sabía muy bien que responder. Estaba muy cortado y ella lo notó.
"La verdad que sí, pero vamos, te pagan por algo que gusta" dije entre risas.
La escena cambió por completo. Encima de una mesa la chica en cuestión chupaba del rabo del amante. El hombre estaba bien dotado.
"Siempre pensé que estos tios están muy retocados" me dijo.
"¿Retocados?" respondí.
"Sí, lo que tiene ahí no es normal" me dijo.
"Bueno, hay de todo en la viña del señor" le dije mientras la miré fijamente.
De repente sentí como su pierna se pegaba a mi y una mano se fue hacía mi mano. La situación me sobrepasaba. Nos cogimos la mano y ella se junto más hasta apoyar su cabeza en mi pecho.
Vestía un pantalón bien cortito y una camiseta de tirantes, con el pelo suelto. Empecé a imaginar muchas cosas viendo la película. No sabía si decirle que cambiara o seguir excitandome. En unos minutos sentí como mi polla empezaba a crecer.
Al momento noté que una mano me acariciaba por el estómago, bajo mi camisa. Recorría mi cuerpo hasta mi cuello. Subía y bajaba suavemente, llegando hasta el cinturón del pantalón. En una de esos descensos metió la mano un poco por el pantalón hasta que logró acariciar mi vello pubico. Seguimos así durante un tiempo. Yo llevaba un pantalón corto, lo que hizo que mi erección no tardará en ser notoria.
En ese momento ella metió la mano por mis piernas y subió por ellas hasta los lados de mis huevos sin llegar a tocarmelos. Parecía que fuera a reventar mi pantalón. Tenía algo que me sobresalía ahí debajo.
"Joder con mi hermanita, se lo debe pasar bien con este juguete"
Pude perder el matrimonio pero me gané una puta para siempre. Le toqué el pelo, lo acaricié e iba bajándole la cabeza hasta mi entrepierna. Ella tampoco se cortaba y las manos ya estaban en mi polla.
"Esta ardiendo"
Empecé a meterle mano con toda la cara del mundo. Desde su espalda bajé por su culo y jugué con sus dos agujeritos. Estaba mojada, chorreando. Saqué la mano de ahí y le puse un dedo en su boca. Empezó a chuparlo mientras la masturbación que me estaba dando se hizo más intensa, todo ello bajo mi pantalón.
Sacó mi verga dura. Empujó toda la piel hacía detrás y se asomó mi rosa capullo. No se cortó ni un pelo. Tan pronto la vió fuera se la llevo para su boca. Escupió sobre ella y siguió masturbandola.
"Que polla mas bien hecha tienes, ¿Qué quieres que haga?"
Tenía a mi cuñada comiendome el cimbrel en su casa. Le tiré de la camisa y me encontré con dos tetas gigantes delante de mi. Usaba una 120 de sujetador. Los pezones eran negros y grandes, y con una aureola pequeña que apenas se le notaba. Le quité el pantalón y la dejé con el tanga rojo sobre el sofá.
"Masturbate solita" le dije.
Abrió sus piernas y empezó a meterse un dedo. Sacaba la lengua y me decía que fuera a donde ella.
"No me dejes así, quiero lo que acabo de chupar"
No se que me pasó. Verla abierta de piernas, con su coñito oscuro, sus pezones negros, su pelo negro, sus ojos oscuros, me hizo volverme ido. Me fui hacia ella de forma salvaje y la agarré fuerte por la melena. Moví su cara con un gesto seco y se la metí en su boca.
"Sigue chupando si eso es lo que quieres cuñada, pero hazlo bien por que tu hermanita lo hace muy bien".
Le aparte la cabeza, le di media vuelta, y azoté sus nalgas fuertemente. Gritó, pero me pedía más. Abría su culo para perforarla, para hacerla temblar. Bajé hasta ahí y le metí la lengua. Sus flujos estaban por todos lados, estaba salidísima y quería que la hiciera mía. Agarré sus caderas fuertemente y sin contemplaciones metí toda mi polla dentro. El gemido que soltó fue muy fuerte, demasiado tal vez. A esa sacudida siguieron mas y más, tantas que no aguantó y empezaron a salirle unas lágrimas. No podia cortarme ahora, así que continué dandole lo que quería mientras veía como follaban en la tele a otra mujer como ella.
La saque de su culo y acto seguido se la metí por el coñito. Jugaba en uno y otro agujero, ella me pedia que estuviera en los dos. Cogí una vela que tenían encima de la estantería , se la dí a chupar y después se la metí por el culo. La estaba penetrando doblemente y no aguantó el ritmo. Empezó a moverse sin parar y a gritar como nunca había oido gritar a una mujer.
"Animal, animal, me estoy corriendo"
No para de mover la vela y la polla dentro de ella.
"Otro orgasmo, otro, seguido"
Yo estaba a punto. Una parte se la deje en su culo y otra en su coñito. Tenía los dos agujeros calentitos con mi leche. Me aparté de ella y nos miramos fijamente. Al rato me abrazo.
"Gracias por haberme hecho feliz, ya se porque mi hermana está contigo"
Me vestí y ella hizo lo mismo. Nos sentamos en el sofá y seguimos hablando de la vida, esperando a su hermana, esperando a mi mujer.