La hechicera y la lesbiana Capitulo XII Final

La verdad es desatada por un mágico momento

Capítulo XII

-Hola Pedro, ¿qué acaso no me reconoces que te has quedado callado?

Los ojos de Pedro en el cuerpo de la hermosa Paulina se habían llenado de lágrimas, no lo podía creer

-Natalia, tanto tiempo, te busque en todas partes

-Ahórrate tus cursilerías Pedro, no vine aquí a charlar si no a vengarme, cuando hiciste la canallada de violar a Yareli de esa manera yo no podía continuar con mi vida, me quería matar en verdad pero volví con mi familia a Veracruz y me refugie en ellos.

Natalia le dio a Pedro una corta explicación de cómo ella era parte de una familia de Veracruz que se dedicaba a la hechicería, sin entrar en detalles platico cuanto había sufrido por su acción y que estaba dispuesta a hacerlo pagar de una u otra manera, si no era convirtiéndolo en mujer, encontraría otra forma, pero iba a pagar como el perro inmundo que había demostrado ser.

-Natalia por favor escúchame, yo jamás hice semejante cosa- Pedro hablaba desde el cuerpo de la hermosa Paulina y llorando daba hasta cierta ternura, Natalia casi le creía que él no había violado a Yareli.

-Pedro por favor deja de mentir y gimotear, no vine a escucharte llorar con tu vocecita de mujer, me vas a dar el alma de esa niña y me vas a seguir entregando almas cuando yo diga y cuando yo quiera, de otra manera volveré tu vida un infierno, sabes que puedo intervenir para que vaya de la peor manera en la vida que estas llevando.

-Natalia, si tan poderosa eres por que no buscas en el pasado, ¿porque no averiguas la verdad?- Pedro suplicaba con su hermosa carita de mujer

-Pedro, hay cosas que nuestra estirpe no puede hacer, como ver o cambiar el pasado, hacer que la gente se enamore, y muchas más, mi poder tiene límites pero créeme, hacer tu vida miserable sí que lo puedo lograr.

-Créeme por favor Natalia- Paulina seguía llorando y se iba acercando de manera sugestiva a la hechicera, la sexualidad que Natalia misma le había otorgado a Pedro en ese cuerpo femenino era inmensa.

En un momento de duda por parte de Natalia, Pedro tomo sus manos, se acercó un poco más y llevo una de las manos de la hechicera a sus mejillas, Natalia sintió las lágrimas tibias de una despampanante mujer y por alguna razón quería creer en sus palabras.

-Natalia, yo jamás hubiera querido hacerte daño, créeme cuando te digo que jamás toque a Yareli, yo en realidad quería explicártelo y nunca tuve la oportunidad, desapareciste sin dejar rastro, te busque años.

La hechicera se sentía avergonzada por lo que estaba sintiendo, se sentía atraída totalmente por la mujer, o más bien por el hombre con cuerpo de mujer fatal que la había lastimado tanto, pero ese cuerpo femenino poseía una fuerza de atracción enorme sobre ella, no pudo contener más el deseo y beso a Paulina, lentamente, tiernamente y de nuevo, Pedro correspondía todos y cada uno de los besos de la manera más tierna y amorosa, sus cuerpos ya se habían juntado tanto que no pasaría ni una aguja entre ellas, los besos fueron aumentando de intensidad hasta llegar a ser a ser pasionales, Natalia sentía en sus propias mejillas las lágrimas que antes habían caído de los hermosos ojos de Paulina.

Sin dejar de besarse, Pedro seguía derramando lágrimas que se fundían con las que ahora Natalia había comenzado a dejar caer por sentirse excitada y humillada de estar besando a la persona que tanto daño le había hecho, en un momento en el cual sus ojos más cerca estaban y debido a que Pedro aun en cuerpo de mujer era más alto que Natalia la hechicera, una de esas lágrimas derramadas por Pedro fue a parar directamente en los preciosos y sollozantes ojos de Natalia, un efecto extraño sucedió en la mente de Natalia, era magia de la misma Natalia, comenzó a tener una visión nubosa de esa fatal noche, entre sombras pero claramente rememoraba los recuerdos de Pedro, pasaron frente a su visión las risas y las botellas abriéndose, vio de manera exacta el momento en que Pedro la jalaba para despedirse de ella con un apasionado beso y vio como Yareli se despedía de los dos hombres para ir a dormir al cuarto de huéspedes, en su visión pudo ver también como Joel trastabillaba y le pedía a Pedro quedarse en su sala, como este le ofreció una manta y como inmediatamente fue a su cuarto, todo se puso negro a continuación y la siguiente visión fue como si ella misma estuviera abriendo los ojos ese domingo por la mañana y lo primero que vio fue a ella misma en la cama sobre sus hombros, estaba viendo todo lo que había sucedido desde los ojos de Pedro, volteó a verse a ella misma en la cama y darse un tierno beso, en ese momento entendió que Pedro la amaba y que no fue el quien había violado de manera horrible esa noche a Yareli.

-Pedro, ahora sé que no fuiste tú, perdóname- Natalia había tomado la delicada cara de Paulina para decir estas palabras

La femenina cara de Pedro se ilumino por un momento de alegría, la beso esta vez con más fuerza y sus manos  comenzaron a explorar su cuerpo, mientras Natalia desesperada buscaba los ya desnudos y perfectos pechos de Pedro para comenzar a chuparlos extasiada, el amor y la lujuria estaban combinándose como nunca para Natalia, la atmosfera antes oscura se volvió de un tono violeta y rojizo, en verdad estaba sucediendo magia en esa habitación, Pedro termino de despojar a Natalia de la pesada túnica y las dos desnudas se tocaban sin parar todos los recovecos de sus estilizados cuerpos.

Las dos se tiraron sobre la alfombra, seguían chupando, besando y lamiendo todo, sus manos se multiplicaban, eran como dos pulpos una encima de la otra y viceversa, en un momento Pedro tomo de las manos  a Natalia y bajo hasta su vagina, después de olerla un poco, saco su larga lengua y comenzó a lamer como si la vida se le fuera en esa tarea, no dejaba un espacio sin saliva, la humedad era total, bajo una de sus manos y ayudándose de sus dedos inicio un ciclo de lamidas y penetradas a un ritmo enloquecedor para Natalia que no tardo en correrse por vez primera en más de 10 años, más lagrimas salían de sus bellos ojos pero ahora eran de felicidad, decidió tomar la iniciativa y le dijo a Pedro que se volteara y le dejara ver su hermosa vagina, Pedro como pudo se puso encima de ella para quedar en posición de 69, su hermoso durazno quedo exactamente en la cara de Natalia que sin pensarlo empezó a lamer poco a poco, dando mordiditas y luego fuertes succiones que hacían saltar a Pedro sobre su cuerpo, Pedro intento devolver el favor pero la fuerza de las succiones de Natalia la estaban haciendo estallar, sintió como dos dedos la penetraron mientras una boca no soltaba su clítoris, el mete y saca fue intenso, varios minutos hasta que liquido blanco y contracciones avisaban que el orgasmo había sido una obra de arte.

Habían hecho el amor como cuando eran novios, con la misma intensidad y pasión, yacían ahora tendidas en la alfombra sin dejar de darse pequeñas caricias en sus sudados y femeninos cuerpos, se respiraba amor en el aire, había sido mágico en verdad, Natalia rodo sobre si y beso cariñosamente los hermosos labios de Pedro que devolvió la cortesía atrayéndola y abrazándola de manera cándida, los besos y caricias duraron varias horas y entre ellas no se pronunció palabra alguna, esa noche todo lo dijeron con sus cuerpos.

Ahora las posibilidades parecen infinitas, mañana será un nuevo día, Natalia y Pedro, aun en su cuerpo de mujer, se verán cara a cara con una nueva realidad, lo que queda claro es que el amor entre los dos ha renacido, será momento para ellos de tener un nuevo comienzo, lo que pase a partir de ahora ira acompañado de la magia que Natalia lleva en sus venas y parece ser que están listas, o listos, para que el mundo gire a su favor, con amor y con magia.

Fin