La hechicera y la lesbiana Capitulo XI Natalia

Pedro fue convertido en mujer por una hechicera que ahora estaba por revelar su identidad, en el capítulo se recuerda como Pedro había conocido y perdido al que había sido el amor de su vida.

Capitulo XI Natalia

Natalia era una joven estudiante de medicina cuando conoció a Pedro, tendría en ese tiempo 21 años y un prometedor futuro, había nacido en Veracruz, venida de una familia de recursos limitados, siempre había sido una guerrera en toda la extensión de la palabra, consiguió una beca para estudiar en Monterrey y tuvo que dejar a su familia para cumplir su sueño, vivía sola en una pensión para señoritas,  estudiaba la mayor parte del día y por las noches trabajaba como mesera en la cafetería de la misma Universidad para solventar sus gastos básicos. De estatura media, delgada pero con una figura muy femenina, las curvas de sus caderas parecían perfectas, piernas torneadas, senos no muy grandes pero bien formados y una cara lindísima, su cabello lacio y largo terminaba por conformar una belleza natural que Pedro nunca había visto.

Ella no solía socializar mucho, era más bien una chica bastante seria pero mantenía amistad con un grupo de amigos de la universidad que aquella mágica noche de Halloween lograron engancharla para salir de fiesta con ellos, una fiesta de disfraces en la que conoció a Pedro, el único aburrido además de ella que no llevaba un disfraz, las mujeres vestidas de enfermeras, policías, brujas  y diablas en su versión de puta no faltaban y los hombres con disfraces más bien improvisados a la hora, una máscara o algún maquillaje de último momento.

El chispazo de esa noche con Pedro fue casi inmediato, apenas los habían presentado cuando ya charlaban animadamente, Natalia jamás había pasado un rato tan agradable desde que salió de su ciudad y pensándolo más detenidamente, jamás había tenido un rato tan agradable en toda su vida, bailaron, rieron, platicaron y bebieron hasta ya pasadas las 3 de la madrugada cuando una pareja del grupo de amigos los invito a continuar la fiesta de manera más privada en el mirador del Obispado, un cerrito en el centro de la ciudad desde donde se puede tener una vista maravillosa, Natalia no dudo en aceptar emocionada deseando que la noche no terminara nunca y Pedro estaba tan encantado con Natalia que obviamente no iba a perder la oportunidad de amanecer con esa belleza.

El Obispado es un antiguo palacio utilizado como Museo, enclavado en la punta de una loma en el centro de Monterrey, fue utilizado como fortaleza militar en distintas ocasiones, razón por la cual en sus terrenos hay muchos cañones antiguos de gran tamaño desde los cuales se puede disfrutar de una tremenda vista a la ciudad, la pareja que iba con Natalia y Pedro aprovecho para trepar encima de uno de estos artefactos y comenzar a besarse con pasión mientras se desentendía de sus acompañantes, Pedro se recargo en el cañón siguiente mientras continuaba una plática sin mucho sentido con Natalia que no podía dejar de observar de reojo como la pareja se iba desnudando dejando caer la blusa de la caliente señorita, Natalia se estaba excitando y no podía disimularlo, Pedro por el contrario estaba nervioso cuando sintió el cálido y húmedo beso sobre sus labios, a partir de ese momento ninguno de los dos pudo contener sus deseos, los besos se volvieron más intensos y Pedro animado por el espectáculo que tenían en un lado, tomo a Natalia por las caderas y la monto en el cañón que habían escogido como descanso, subió también él y se colocó a espaldas de la hermosa mujer, con su cuerpo completamente unido al de su acompañante, empezó a besar su cuello y desabotono la blusa de Natalia mientras sus manos no dejaban de jugar con sus pechos erectos por el fresco viento que corría en estas alturas, la mano derecha de Pedro logro entrar por el borde superior de la falda de Natalia solo para descubrir su intimidad inundada, con sus dedos se abrió camino fácilmente entre sus labios vaginales para comenzar a rozar de manera candente el hinchado clítoris que palpitaba con cada caricia, el manoseo fue cada vez más fuerte hasta que un fuerte gemido le indico a Pedro que su amante había conseguido un animoso orgasmo, Natalia sin darle más tiempo volteó, así como estaba trepada en el cañón buscando la manera de despojar a Pedro de sus pantalones, no tardo en dejar al descubierto una poderosa erección en la cual clavo su cuerpo para entrar de una manera frenética, sus cuerpos unidos, montados en un antiguo cañón cogiendo como desesperados, el galope era intenso mientras la cara de Pedro se hundía en las hermosas tetas de Natalia, una y otra vez penetraba con su hombría su empapada intimidad, los minutos pasaban y ahí experimentaron los dos el orgasmo más hermoso e intenso cabalgando un añejo cañón del siglo antepasado.

Terminaron rendidos y bajaron al césped, se tiraron juntos en el mirador de la ciudad platicando de sus sueños, seguros de que querían pasar el resto de su vida juntos, fue un enamoramiento de esos mágicos, los días pasaban en muestras de amor reciprocas y noches de sexo apasionado, rentaron juntos un bonito departamento, a Pedro cada vez le iba mejor en su trabajo y Natalia continuaba sus estudios, todo parecía ir perfectamente.

Por aquellos días, Natalia había entablado una amistad muy fuerte con una compañera de carrera de nombre Yareli, una chaparrita de caderas y nalgas de campeonato, tetas de buen tamaño que le encantaba enseñarlas en escotes y una carita de ángel, Yareli regularmente terminaba durmiendo en el departamento de Pedro y Natalia por las fuertes cargas académicas que las obligaban a largas jornadas de estudio, el departamento se había vuelto su bunker para lograr su tan ansiado título como doctoras y Pedro no tenía ningún problema en que su novia y otra hermosa joven se anduvieran paseando por su departamento sin recato alguno, ya era algo común para él entrar en su hogar y ver tirada boca abajo a Yareli en su alfombra, sus grandes nalgas enfundadas en leggins parecían dos montañas apuntando al techo, la realidad era una vista deliciosa pero Pedro jamás perdió el control de la situación a sabiendas que Natalia era el amor de su vida y él no haría nada por arruinarlo, aun y que hubo noches en las cuales Natalia tuvo que dejarlos solos, jamás habían tenido una situación incómoda ni problemática.

Una noche que las amigas terminaban de estudiar, llego Pedro acompañado de un compañero de trabajo, Joel, un joven que tenía 2 o 3 semanas recién llegado a la ciudad y Pedro por amabilidad invito a cenar ese día, la noche transcurrió entre platicas amenas, una buena cena y mucho vino, Natalia no bebía ya que probablemente tendría que ir a cerrar la cafetería de la escuela, mientras tanto la compatibilidad entre Joel y Yareli era evidente, no dejaban de sonreírse y bromear el uno con el otro, compartir una pequeña caricia por debajo de la mesa, miradas coquetas y cosas por el estilo, serían pasadas las 11 de la noche cuando sonó el móvil de Natalia, en efecto ella tendría que ir al campus para realizar el cierre de la cafetería y lamentaba dejar tan agradable noche pero la responsabilidad en su interior era enorme, cuando la dejaban encargada del cierre, era normal que regresara pasadas las 4 de la mañana así que opto por despedirse de todos, no sin pasar por alto un romántico beso al amor de su vida, que ya entrado en copas la cargo sobre su regazo prometiéndole siempre estar a su lado, la despedida fue tan cariñosa que Joel y Yareli aplaudían ante la muestra de afecto.

Apenas Natalia salía por la puerta, otra botella de vino era destapada, el ambiente seguía siendo festivo y la plática estaba cada vez más animada, llegando a los comentarios con tono picante y las preguntas incomodas acerca de sexo o de algunos secretos, Joel no le quitaba la vista de encima a Yareli mientras Pedro disfrutaba de la romántica atmosfera que reinaba en su sala, la plática y las botellas continuaron al menos 2 horas más, Yareli ya cansada le pidió a Pedro que la dejara dormir en el cuarto de huéspedes, que ya se había vuelto su espacio de descanso habitual y desde el cuarto ya borracha, intento escuchar como continuaban la plática los dos hombres que había dejado atrás aun bebiendo, esperando escuchar alguna palabra de Joel acerca de ella.

Joel parecía ya bastante tomado y casi inmediatamente que Yareli entro al cuarto se despidió de Pedro, caminaron hacia la salida y Yareli por fin despego la oreja de la puerta, cayó fulminada, pero ni 10 minutos habrían pasado cuando unas fuertes manos empezaron a manosearla sin su consentimiento, la habitación estaba totalmente oscura y ella estaba demasiado bebida para poder defenderse, el ataque fue certero, sentía como mordían sus tetas y abrían sus piernas, de pronto fue penetrada por el sujeto y sintió como su cuerpo quedaba sin fuerza alguna, el entrar y salir del enorme miembro en su vagina la había doblegado, no sabía ya si estaba sufriendo o gozando así que se entregó a lo que estaba pasando, el hombre que la penetraba rápidamente alcanzo el orgasmo, extasiado soltó uno o dos gemidos y se retiró sin decir nada, Yareli había quedado en tinieblas, asustada y sin fortaleza para siquiera quejarse, el alcohol y lo que había recién sucedido la tenían petrificada, sin darse cuenta volvió a queda dormida profundamente.

El día siguiente Pedro amaneció con su amada Natalia recostada en sus brazos, un beso de buenos días y se levantó a preparar café, al salir del cuarto noto que Joel ya no estaba en el sillón y recordó como en la noche cuando ya se dirigían a la salida Joel había trastabillado dos o tres veces y le pidió de favor dormir en su sala, a lo que inmediatamente acepto, regresaron al sillón, le ofreció una manta y se retiró a dormir inmediatamente, descanso profundamente, no recordaba mucho del día anterior, la realidad es que el vino siempre le había dejado la cabeza atontada y esta vez no era la excepción, eran casi las 10 de la mañana y comenzó a preparar desayuno, Natalia pronto lo acompaño y mientras el exprimía naranjas, Natalia disfrutaba del café que tanto amaba, la tranquilidad del domingo no duraría ni un minuto más, una enfurecida Yareli se lanzaba contra el con una fiereza descomunal, el reclamo era claro y fuerte

-Me has violado, puerco-

Pedro que no entendía lo que pasaba, intentaba calmar a Yareli

-¿De qué hablas?, no he salido de mi cuarto en toda la noche.

La violencia del reclamo no cesaba, Natalia por su parte lloraba en la barra de la cocina mientras Yareli le recriminaba una y otra vez las acciones de la noche anterior

-Claro que has sido tú, ¿quién más? Joel se había marchado, yo lo escuche.

-Te juro por mi madre Yareli que jamás haría semejante cosa, Joel durmió aquí en la sala, pudo haber sido el- Pedro no podía hilvanar palabras, estaba asustado y avergonzado por haber traído a casa a alguien que casi no conocía

-Yo escuche cuando Joel se fue, no mientas puerco, te odio-

Los reclamos fueron tantos y tan graves que Natalia no lo soporto más, tomo a Yareli y las dos salieron corriendo del departamento, Pedro permanecía inmóvil, asustado, él estaba consciente de que por más borracho que estuviera jamás haría algo como lo que Yareli había descrito, quedo algunos minutos en silencio, pensando en cómo habían sucedido las cosas pero no encontró otra explicación más que la más lógica para él, Joel lo había hecho, había fingido estar muy ebrio para poder quedarse en la sala y violar a Yareli, era la única explicación.

Intento comunicarse con Natalia todo el domingo, no obtuvo respuesta alguna, cuando pudo comunicarse con Yareli lo único que ella le dijo fue que si volvía a verlo no dudaría en denunciarlo, que Natalia se había marchado de Monterrey y que lo mejor era que no volviera a buscarla.

En su trabajo, Joel no volvió el día lunes, recursos humanos le explico que había mandado su renuncia por vía e-mail alegando problemas familiares, Pedro por vergüenza de la situación decidió no preguntar más, estaba perdido, sumido en la tristeza más profunda que había sentido jamás, perdió su trabajo e intento de muchas maneras contactar a Natalia, no le fue posible, era como si la tierra se la hubiera tragado.

Con el paso del tiempo volvió a trabajar e inclusive consiguió una novia que termino engañándolo, pero su alma estaba rota, rota hasta que conoció a la hechicera que le ofreció una nueva vida y que ahora estaba frente de él preguntándole si acaso no sabía quién era ella, cuando por fin logro verla bien lo supo inmediatamente, era ella, Natalia que había vuelto para consumar su venganza.