La Habitacion De Al Lado [Parte VI]

Nota: El Camiputolo Anterior Subtitulado "Ulimos Capitulos 1° Temporada" correspondia al capritulo V, hubo una confucion y dos capitulos estan numerado como IV

[Los personajes se preparan para conocer la verdad, aunque sea la mas escabrosa de todas]

3 Días Después

(…)

= Necesito verte urgente… por favor llega en 5 minutos al parque central, estamos en peligro, ya se quien mato a Aquiles. (Visto 11:14)

= ¡Qué! Dime ¿Quién fue?

¿Estas hay?

Estoy llegando al parque

¿Dónde estás, no te veo?

¿Esteban?

(…)

El día estaba esplendido, el cielo estaba sin ninguna nube, un sol radiante, y el agua de la piscina bastante cálida. Me había levantado a eso de las 9 de la mañana, estos días que me eh alojado con Ignacio  han sido fantásticos. Nunca me había dado el tiempo de conocerlo bien, pero ahora que lo hacía, me daba cuenta de la gran persona que era.

Hablábamos hasta altas horas de la madrugada, nos divertíamos nadando, nos gustaba pasar las tardes con videojuegos y en las noches disfrutar de buenas películas,  nos turnábamos para cocinar, sinceramente gracias a Ignacio no pensaba tanto en mi madre.

Ignacio: vaya, me ganaste en levantarte hoy

Yo: te fui a ver a tu habitación

Ignacio: dios, que vergüenza espero haya estado tapado

Yo: ja  ja al contrario, toda la ropa de cama estaba en el suelo y tú… pues bueno… no sabía que dormías así… desnudo

Ignacio: ¿y te gusto lo que viste?

Nade hacia la orilla de la piscina donde él estaba inclinado, apoye mis brazos en el cerámico empedrado que rodeaba el lugar, Ignacio se acostó de boca para quedar a mí misma altura. Mi corazón no paraba de latir, no podía creer lo que sucedía. Él era bastante atractivo, tenía un físico  marcado, unos ojos cafés oscuros, unos labios gruesos, cabello negro y una tés trigueña.

Me tomo de las manos sin decir una palabra, me miraba fijamente, comencé a sudar, mi corazón no bajaba sus revoluciones. Siempre habíamos sido amigos, al menos que yo recordara. Se acercó a mí rosando sus labios con los míos, sentí esa humedad en mi boca que me estremeció,  la punta de su lengua trato de abrirse paso, pero retrocedió. Abrí la boca dejando entrar todo ese placer que Ignacio podría entregarme.

Nos separamos para dejarme salir del agua, me tomo por la cintura apegándome a él, me tenía sin habla, me acariciaba el cabello mientras me llenaba el cuello de besos, introduje mi mano bajo su camisa para acariciar ese marcado abdomen y pectorales. Empecé a dar pequeños gemidos al percibir sus besos en mi pecho, Ignacio volvió a besar mi boca, mientras me agarraba el culo con fuerza, nos fundimos en un beso intenso.

Con mis manos le retire su camisa, besando su clavícula, sus hombros, su cuellos, él metió una de sus manos en mi traje de baño, dándose cuenta del nivel de erección que tenía yo en ese minuto. Sentía como su un mar de calor me envolviera por todos lados, por primera vez sentía temblores que me remecían completo, tenía su respiración en mi cuello.

Se desato su pantalón dejándoselo caer hasta las rodillas, me rodeaba con sus brazos acariciándome la espalda, ya no soportaba más, solo quería ser de él, empecé a bajarle el bóxer… cuando el timbre empezó a sonar. Ignacio me quedo mirando, empezaron a golpear fuertemente la puerta. Se separó de mí subiéndose el pantalón y colocándose la camisa.

Ignacio: quédate aquí, no se te ocurra salir hasta que sepamos quien es

Yo: tranquilo… ten cuidado por favor

Apenas Ignacio desapareció, me escondí tras unas pantas  que habían al lado de la piscina, sentí unos gritos que me alertaron, Ignacio apareció en la puerta gritando “aquí está” lo primero que imagine fue que me había entregado, que me había traicionado con la policía, hasta que vi la figura de Laura entrando al jardín, Salí corriendo a abrazarla, estaba más nerviosa de lo normal, y con rastros de lágrimas.

Yo: ¿Qué te sucede?

Yo: ¿Laura que pasa, porque lloras así?

Laura: algo horrible Emilio… paso algo horrible

Yo: ¿mi mamá, mi tía, Nicole? ¿Les paso algo?

Laura: no… pero…

Yo: ¡vamos dime que paso! ¿Viene la policía?

Laura: …

Yo: pero mírate, estas temblando, dime qué demonios sucede

Ignacio: vamos Laura dinos que pasa

Laura: en la mañana… me mandaron un mensaje…

Yo: ¿Quién? ¿Qué decía?

Laura: era Esteban… me dijo que lo viera en el parque…

Ignacio: ¿te hiso algo?

Laura: ¡no!

Yo: ¡entonces ya dinos que me estás haciendo perder la paciencia!

Laura: me dijo que… que sabía quién mato a Aquiles

Yo: …

Yo: ¿Quién fue? … ¡Dime Quien Fue!

Laura: ¡no se!... ¡no se!... no lo encontré, lo fui  a ver a su casa, pero o saben de él… Emilio

Laura: Esteban desapareció

Ignacio: imposible, quizás estaba ebrio o drogado,  dijo cualquier cosa  y ahora anda por ahí vagando

Laura: no… su teléfono, lo encontré en el parque, algo le paso… estoy segura

Al oír esas palabras, solo tuve movilidad para sentarme en la orilla de la piscina y agarrarme la cabeza con fuerza, no era posible, no concebía imaginar que Esteban hubiese sido asesinado por saber la verdad. Nada tenía sentido, que tan grabe nos podía estar rodeando, como para matar a todos los que supieran algo.

Ignacio: piensas ¿que murió?

Laura: no lo sé,  solo sé que debo ir donde los detectives, deben saber esto… tengo miedo

Yo: quiero que vayas donde el detective y le cuentes todo lo que sabes ¿entiendes?

Laura: si… pero…

Yo: pero nada, tu ve lo más rápido que puedas, les dices que tienes miedo y que necesitas escolta a tu casa, una vez allí Laura no salgas más, al menos hasta que sepamos algo de Esteban

Laura: quiero estar aquí, contigo…

Ignacio: imposible… despertarías sospechas

Yo: Ignacio tiene razón, tú solo quédate en tu casa, ¿está bien? Dime que lo aras

Laura: si… lo are… iré ahora

Me beso en la mejilla y desapareció por la puerta, Ignacio se sentó a mi lado abrasándome con su brazo, lo único que pensaba en ese momento es que no hubiese cometido un error enviando a Laura sola hacia la comisaria, rogaba porque nada le sucediera.

Ignacio: lo más probable es que Esteban este bien, lo conocemos bien, le gusta andar bebiendo

Yo: ojala tengas razón, Ignacio tú eras bien cercano a Aquiles ¿no sabes nada, nunca te dijo nada, que te hiciera sospechar que estaba metido en algo raro?

Ignacio: no… nunca, será mejor que vaya a cocinar, tu quédate aquí y relájate

Termine recostándome en el césped, el sol pegaba fijo en mis ojos. No podía dejar de pensar en la estupidez que había cometido enviando a Laura sola a la comisaria, ¿y si ella tenía razón, y si la asesina era Alondra? Siempre se había demostrado muy enamorada de Aquiles, quizás no soporto más y lo mato, no encontraba otra explicación. El calor del sol, fue durmiendo mis sentidos, de pronto solo una imagen se colocó en mi cabeza.

<< Aquiles esta recostado a un lado mío, luego de haber hecho el amor. Me miraba atentamente mientras que yo le acariciaba el rostro, se acercaba a besarme con ternura, uniéndonos en un minuto de silencio, donde nuestra respiración era la única testigo del amor que sentíamos.

Aquiles: estoy cansado

Yo: ¿quieres dormir?

Aquiles: no bobo, estoy cansado de mi vida

Yo: no digas tonteras, lo tienes todo, tienes dinero, familia, un novio, tienes amigos y me tienes a mí

Aquiles: y no sabes cuánto te agradezco que estés a mi lado, me haces sentir humano, persona, el resto del tiempo me siento peor que basura.

Yo: ¿Qué sucede? ¿Tienes algún problema?

Aquiles: todos cometemos errores, ¿lo sabes cierto?

Yo: claro que si

Aquiles: yo eh cometido muchos, y trato de remediarlos pero no puedo

Yo: sé que a veces, todo se ve oscuro. Pero con un poco de amor se arregla todo, como tú… que iluminas mi vida

Aquiles: pues parece que mi oscuridad es demasiado densa como para dejar entrar luz

Yo: dime en que puedo ayudarte, déjame ser tu luz

Aquiles: aléjate de mí

Yo: ¿Qué?

Aquiles: no quiero hacerte daño, todo este tiempo no te eh valorado, a pesar que estas a mi lado en todo momento

Yo: jamás te dejare solo

Aquiles: yo eh cometido muchas atrocidades, que ahora no me dejan dormir, no quiero engañarte, no quiero que sufras.

Yo: ¿pero qué hiciste, cuéntame?

Aquiles: si te lo digo…vendrán por ti >>

Fue el primer sueño del que desperté y no sentí angustia, era primera vez que no sentía sufrimiento al soñar con Aquiles, ni siquiera sabía si ese era un recuerdo o un simple sueño, era muy distinto a los otros, los demás sueños tenían sentido, lo demás sueños tenían un fondo. En cambio este, solo era blanco, con una cama al centro, con Aquiles y yo posados sobre ella.

Acaso Aquiles quería decirme algo, advertirme o contarme algo. Que significaba ese sueño, cabía la posibilidad ¿Qué su alejamiento en la fiesta hubiese sido para protegerme de algo? Y hasta ahora me lo decía a través de ese sueño.

Me levante del césped a ver a Ignacio y contarle lo sucedido, fui directamente a la cocina, lo único que encontré fue una olla  humeando, la apague y comencé a buscarlo por todos lados, entre en su habitación a la de sus padres, al baño. Pero no estaba en ningún sitio. Uno de los muebles que daba contra la pared de la escalera que llevaba al piso superior estaba corrido.

Tome el mueble y lo corrí un poco más, dejando al descubierto una pequeña puerta que llevaba a la parte inferior de la casa, la abrí cuidadosamente viendo tres escalones que llevaban al piso del subsuelo. Apenas metí la cabeza en ese estrecho lugar escuche la voz de Ignacio “te juro que encontrare la mercancía, solo necesito un poco más de tiempo… sé que me has dado mucho pero no la eh encontrado, donde pensé que estaría, no la encontré. Por favor, juro que la encontrare y te la daré, palabra de nómade”

Nómade, la misma palabra que Aquiles tenia grabada en tatuaje en la parte trasera de su cuello. Al sentir que dejaba de hablar, salí rápidamente del lugar, cerré la puerta y volví a correr el mueble, dirigiéndome  a la piscina nuevamente. ¿Qué estaba pasando, con quien hablaba Ignacio, y por qué decía que encontraría una mercancía y que era palabra de nómade?

¿Qué estaba ocultando Ignacio Valverde?

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Cierra marzo con el final de pelicula de La Habitacion De Al Lado.

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