La Habitacion De Al Lado [part IV]

El Final Se Acerca, Y La Verdad Sigue Perturbando

¡2 Capitulos por Semana! ¡ultimos Capitulos de La Habitación De Al Lado!, el asecino esta muy cerca, y cobrara nuevas victimas con tal de mantener su secreto. comenta tus opiniones sobre el capitulo y la historia que esta pronta a terminar.

(…)

Fiscal: de acuerdo Daniel, vine lo antes posible… que avances hay en el caso Aquiles

Detective: lo mismo de todos los días Andrea… cero pistas, los mismos sospechosos, no tenemos ningún avance

Andrea: es inaceptable Daniel, los ojos de la prensa están sobre nuestro desempeño, ¿sabes lo que es salir de casa y ver periodistas afuera esperando una explicación? Daniel… entiende que Aquiles Saldívar no es cualquier persona…

Daniel: lo se… lo sé, me lo repites cada vez que te apareces por aquí, es hijo de un importante empresario… ¡lo tengo más que claro Andrea!

Andrea: te juro que no veía un caso tan complicado desde que estaba en la preparatoria en Argentina. Aún recuerdo como esa mujer irrumpió en la fiesta de graduación y mato a mi amiga Tanza.

Daniel: otra vez con la historia de los boluditos…

Andrea: ¡no te atrevas a decir eso, o te destituyo del caso! ¡¿Entendiste detective?! Julian y Lucian eran y son mis amigos…

Daniel: disculpa… tienes razón, es tu historia, tu pasado, y probablemente lo asocies a este caso por lo difícil de pillar al asesino

Daniel: pero no comprendo Andrea, han pasado más de dos semanas y el único sospechoso es Emilio Latorre.

Andrea: algo estarás pasando por alto Daniel, debe haber algo que vincule a alguien más o que termine de hundir a ese tal  Emilio

Policía: disculpen, detective le traigo la comparación de muestras de sangre de todos los que asistieron a la fiesta

Daniel: bien tarde que llegan… veamos que mierda ingirieron esa noche estos pendejos

Daniel: ja ja ja

Andrea: ¿qué sucede Daniel?

Daniel: escopolamina… Aquiles Saldívar y Emilio Latorre tenían escopolamina en su interior, este pendejo termino de fregarse.

Andrea: una prueba más Daniel, consígueme una prueba contundente más, y te juro que te firmo hasta su sentencia de muerte.

(…)

Doctor: sigue lentamente la luz… eso… perfecto joven… ya puede marcharse, solo fue una baja de presión.

Mamá: mi niñito… ¿está seguro que se encuentra bien doctor?

Doctor: cien por ciento, ya pueden marcharse, no hay de qué preocuparse

Escopolamina, por eso olvide prácticamente toda mi vida, esa droga me hiso ocultar muchos de los recuerdos, pero quien, quien podría haberme dado esa droga, y con qué fin, ya no estaba seguro de mi inocencia. Si antes sentía dudas ahora estaba a punto de ir y entregarme.

Dejamos a Nicole y a mi tío en el hospital, mientras nosotros regresábamos a la casa, no podía ni mirar a mi madre. El solo pensar en que yo había matado a mi primo me provocaba un frio que se deslizaba por toda mi columna. Esa noche el terminó conmigo perfectamente podría haberlo matado por despecho… pero no era posible, a pesar de estar completamente hipnotizado jamás hubiera lastimado al amor de mi vida.

Entre en mi habitación y me pareció verme, allí de rodillas, chupándoselo a mi primo. Me parecía todo tan real, << él me levantaba me besaba… me desataba el pantalón, con un movimiento brusco me colocaba de pie frente al costado de la cama, sentía como su mano se posaba en mi cabeza y me jalaba el cabello, llevándome hacia abajo. Yo apoyaba mis manos en la cama, mientras que el bajaba mis bóxer y con una presión introducía uno de sus dedos en mi recto

Aquiles: siempre note que me mirabas con deseo, más cuando nos duchábamos juntos en el colegio luego de deportes.

Un calor abrazador acompañaba las embestidas de la mano de mi primo, sentí un profundo ardor al dejar entrar un segundo dedo, trataba de poner mi mente en blanco, y gemir a ver si eso aplacaba  un poco de ese ardor… tres dedos de Aquiles terminaron en mi culo… solté un gemido de dolor, que él silencio al poner su otra mano en mi boca.

Aquiles: no grites, ahora meteré solo la punta

Yo: no… espera que me duele

Sus dedos salieron de mi ano, y en su reemplazo sentí como la cabeza de su pene se colocaba en posición, un grito ahogado se desenvolvió en mi cuerpo, un ardor inmenso creció en mi recto, sentí como si me partieran por la mitad, como si me estuviese desgarrando por dentro, Aquiles me abrazo por la cintura recostando su torso en mi espalda, empezando con las embestidas fuertes y rápidas, su mano aun permanecía en mi boca, ahogando todo grito de dolor.

Mis manos se iban a sus muslos  intentando apartarlo de mi parte traerá, pero parecía que mientras más luchaba contra él, más fuerte eran sus penetradas. Percibía sus quejidos de placer en mi oído, y su respiración agitada en mi nuca, deseaba que el placer me llegara luego para que adoptara el lugar del dolor que no me dejaba.

Unos espasmos en los muslos de Aquiles hicieron contacto con mis nalgas, y varios disparos de un líquido cálido me lleno por dentro, su mano despejo mi boca mientras el permanecía en la misma postura, jadeando como si hubiese corrido un maratón. Puso sus manos en mi espalda enderezándose al fin. Sentí como su pene ya no tan duro salía de mi interior, mis piernas cedieron… cayendo de rodillas al piso. El ardor no me abandonaba mientras que el líquido que estaba en mi interior se deslizaba por la parte de atrás de mi muslo.

Aquiles: te amo primito, me encanto hacerlo contigo, lo aremos siempre te lo juro… ahora anda a limpiarte que  me da asco ver cómo te sale mi leche junto con sangre.>>

El recordar toda esa situación en aquel momento, esa situación que siempre vi de una manera normal, una situación que me hiso querer permanecer al lado de Aquiles por tres años, podía verla al fin con claridad. Ahora si tenía completa certeza que él nunca me quiso, solo abuso de lo que yo sentía por él. Me hiso suyo a la fuerza.

Cerré la puerta tras de mí, apoyando mi espalda en ella. Me deja deslizar hasta al suelo, quedando con las piernas en cuclillas, oculte mi cabeza entre ellas, para que nadie más fuera testigo de mi dolor, un dolor que se mezclaba con culpa, desesperación, miedo e intriga pero sobretodo… la duda de ser un asesino.

Laura: vine lo antes que pude, avise en mi casa que me quedaría aquí, espero ¿no haya problema?

Yo: para nada, mejor aún, no quiero estar solo

Laura: Nicole me llamo para contarme lo que te paso en el hospital

Yo: escopolamina

Laura: ¿qué?

Yo: de alguna manera alguien me dio esa droga, tome yo, y vertí un poco en el vaso de Aquiles, la noche de su muerte.

Laura: no… no imposible, eso no estaba en la fiesta

Yo: recordé que alguien, no me preguntes quien, porque no tengo idea. Pero alguien me pasó un frasco pequeño con escopolamina, solo recuerdo que seguí a Aquiles a su cuarto  pero alguien me impidió entrar llevándome a la cocina.

Laura: esto lo complica todo, si los detectives descubren que tú y Aquiles tenían esa porquería en su sangre, serás el principal sospechoso

Yo: quizás lo merezca

Laura: no digas esas estupideces, tú no hiciste nada

Yo: ¿¡cómo sabes!?  Sabes bien Laura que esa droga nos deja sin voluntad, quizás si lo mate, quizás alguien me obligo a matarlo y ¡no logro recordarlo!

Laura: me niego a pensar eso, ¡mírame! Tú no hiciste nada, convéncete de eso

Yo: ¿Cómo estas tan segura?

Laura: porque te conozco desde que nacimos

Yo: ¡estaba drogado!

Laura: ¡pero tú no desapareciste de la fiesta!

Yo: ¿Qué dices?

Laura: yo… yo no pensé que estuvieras con esa droga, si te vi raro, pero pensé que solo estabas drogado como todos los demás, pero cuando regresaste de la cocina por última vez, no te despegaste de la pista de baile

Laura: jamás entraste a la habitación de Aquiles

Yo: entonces ¿Por qué le di esa droga, quien me la dio?

Laura: no lo sé, no sé con qué propósito te la dieron, pero claramente el que te la dio, quería que Aquiles y tú estuviesen con el cerebro apagado

Laura: te usaron Emilio, te usaron para poder matar a Aquiles sin que él pudiera defenderse

Yo: debo averiguar quien fue, debo saber quién me dio la droga

Laura: aun no te das cuenta que esto es extremadamente oscuro Emilio, algo muy malo debe haber para llegar a matar a una persona

Yo: por lo mismo, debo saber quién me lo dio y con qué fin lo hiso, yo amaba a Aquiles y por su recuerdo sean buenos o malos yo descubriré quien lo mató

Un sonido de vidrios quebrándose, nos sobresaltó. Con Laura nos levantamos de inmediato, abrí la puerta viendo como mi mamá estaba rígida en el pasillo, su rostro estaba pálido mientras que a sus pies había una bandeja con vasos y platos rotos, rastros de jugo en la alfombra uniéndose a trozos de galletas por todos lados.

Yo: ¿mamá? ¿Estás bien?

Laura paso entre los cristales, para llegar a tomar del brazo a mi mamá. Ayudándola a cruzar los vidrios, la sentó lentamente en la cama, apenas lo hiso comenzó a llorar

Yo: ¿le paso algo a la tía Victoria?

Laura: iré a la cocina a buscar algo para limpiar

Apenas Laura desapareció de la habitación, una bofetada proveniente de la mano de mi madre, golpeo una de mis mejillas. Cay sentado en el piso, mi madre se levantó de repente y cerró la puerta, dejándome perplejo

Mamá: como mierda es eso que amabas a Aquiles

Lo había escuchado, había escuchado mi conversación con Laura, al menos la parte en que dije que lo amaba, si bien tenía planeado contarle todo lo de la relación clandestina con Aquiles, no hubiese querido que fuese en esas circunstancias.

Yo: mamá yo…

Mamá: mamá nada Emilio, cómo pudiste, era tu primo ¡PRIMO!

Yo: te juro que te lo iba a contar, muchas veces quise pero Aquiles…

Mamá: ¿Qué? ¿Acaso tuvieron algo?

Yo: si…

Mamá: dios mío ¡por qué me castigas así!

Yo: mamá te juro que…

Mamá: yo parí a un hombre Emilio, yo no me sacrifique día tras día para que fueras así… ¡yo parí a un hombre!

Yo: pensaba contártelo…

Mamá: toma inmediatamente tus cosas, te vas hoy mismo de esta casa.

Mama: no quiero que sigas viviendo bajo este techo Emilio Latorre.