La Habitacion De Al Lado
Del Creador De... Aparentemente Un Hombre
-Es Mi Hijo!... déjenme pasar, es mi hijo!!
- Tranquilícese, señora, no puede alterar el lugar hasta averiguar lo que paso
-Por favor, no! Mi hijo no!.. Déjenme verlo por amor a dios, soy su madre… se lo ruego déjenme estar con él!!!
- El cuerpo lo recogerá en el servicio médico legal, no interfiera
-MI HIJO!!!
El detective hiso oídos sordos a las peticiones de la madre de Aquiles, estaba en el suelo mientras la sostenía su esposo, nosotros mirábamos horrorizados y perplejos todo el ambiente, no lográbamos entender como la tranquila celebración de cumpleaños de Aquiles se había vuelto en el día de su muerte.
Soy Emilio Latorre y esta es mi historia
La Habitación De Al Lado
“El Misterio Que Rompe Nuestra Calma”
Los carretes, fiestas, rumbas , tantos nombres para un solo significado, una noche de desenfreno y locura… donde el alcohol y las drogas abundan más que el propio público que las requiere, donde el enrollarse con la primera persona que se nos cruza es lo más común del mundo, nuestros padres generalmente solo se enteran del 20% de las cosas que hacemos esas noches de locuras, en donde el 80% restante queda en nuestros recuerdos, una firma de complicidad entre nosotros y nuestros amigos, con la esperanza de repetirlas un sinfín de veces.
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Mi habitación parecía más fría que de costumbre, mi cuerpo tiritaba sin pausar, me sentía del asco, un dolor de cabeza que no quería darme tregua, solo recuerdos vagos invadían mi dolorosa despertada, las luces policiales dando fijas en mis pupilas, una camilla blanca igual que el tipo que la llevaba, la tía Victoria en el piso llorando junto a su esposo Raúl Saldívar, uno de los empresarios más poderosos de la región.
El sollozo de Laura, el de Alondra y los golpes de Esteban a un árbol cercano mientras Ignacio permeancia inmóvil es el piso con la cabeza tapada entre sus piernas. La camilla salía de la casa entre agarrones de la tía Victoria rogando que la dejasen ver el cadáver de Aquiles, mi amigo, mi primo, mi amante.
Mamá: hijo, vamos despierte amor, no le ara bien dormir tanto vamos levántese
Yo: no quiero, déjeme solo por favor
Mamá: vamos mi amor, levántese que debemos ir donde mi hermana
Yo: que no quiero! Déjame solo por la mierda
Mamá: Aquiles está muerto Emilio! No puedes hacer como si nada ha pasado, quedarte en la cama refugiado en las sabanas no cambiaran eso, así que te levantas y me acompañas.
Yo: tengo miedo, tengo miedo mamá
El dolor de cabeza pareció irse juntos con las lágrimas que derrame en la almohada, sentía una presión inmensa. No tenía idea de cómo miraría a mi tía mucho menos a mí tío, no sabía cómo enfrentar la situación. Me levante contra a mi voluntad, metiéndome a la ducha con el agua más helada que pude la misma ducha que compartí con mi primo por años cuando mi madre no estaba. Ahora estaba solo, ya no lo tendría nunca más, besándome por todo el cuerpo, mientras que mis gemidos susurrados invadían aquel espacio.
La casa de Aquiles estaba desierta, parecía que estuviese deshabitada por años, mi madre toco el timbre, abriendo la empleada. Pasamos al living logrando ver como Ignacio y Alondra estaban sentados frente a mis tíos. Mi tía Victoria corrió llorando a los brazos de mi mamá.
Tía: se me fue hermanita, se me fue mi hijo, ¿Qué hice mal Antonia, que hice para que se me fuera?
Mamá: hay no Victoria, no digas eso, tranquila hermana, no digas esas cosas. Tú y Raúl no hicieron nada malo, no digas eso.
Las dos lloraron abrasadas por buen rato, mientras que mi vista no dejaba de apuntar al piso, por un segundo se dirigió a mi madre, encontrándose con los ojos verdes de mi tía la cual no dudo en separarse de mi mamá, se acercó a mí con su mirada vacía y triste, acaricio mi cara, para después darme un fuerte abraso.
Fue en ese momento cuando vi el rostro de mi tío con sus ojos rojos, al igual que los de Alondra e Ignacio. Mi tía se despegó unos centímetros volviendo a posar su mirada en mí
Tía: abrasarte, es como abrasarlo a él, te quiero tanto Emilio, ¿porque no me dices que paso?, ¡vamos! ¿Dime porque Aquiles está muerto? ¿Dime que paso anoche por favor?!!
El tío Raúl corrió a sostenerla ya que había vuelto a caer al piso entre lágrimas, Ignacio y Alondra se habían levantado del sofá con sus ojos fijo en mi
Tía: ¡¿Dime que mierda paso anoche, porque mi hijo está muerto?!
Mamá: no, hermana no seas injusta, Emilio también está sufriendo, era su único primo, se querían mucho, no lo culpes hermanita.
Mi madre y mi tío la tenían abrasada consolándola en el piso, aproveche el momento para ir donde mis amigos, alondra me rodeo con su brazo dirigiéndome a la salida trasera camino a la piscina.
Alondra: no entiendo… no logro entender que paso ayer, trato de hacer memoria pero no logro recordar nada de lo que paso antes de la llegada de los tiras.
Ignacio: la cagamos, se nos pasó la mano, en que estábamos pensando en darle todo a Aquiles para que lo cuidara. Debimos imaginar que se lo aspiraría todo
Yo: no hables de él como si fuese un drogadicto
Ignacio: sabes perfectamente que no podía controlarse, esa mierda de droga ya lo tenía amarrado, y nosotros dándole para que la cuidara que imbéciles
Alondra: si los detectives se enteran que murió por sobredosis vendrá por todos los que estábamos hay, que vamos a decirles
Yo: ¿pretendes que mintamos?
Alondra: no tengo ningún interés en ir a la cárcel por esos ácidos.
Ignacio: esperemos que lleguen Laura y Esteban, les hable por whatsapp así que no deben tardar.
Yo: no puedo creer que estén más preocupados de salvarse el cuero, en vez de pensar que Aquiles murió.
Ignacio: mira imbécil, si tú quieres hundirte hazlo solo ¿comprendes? Pero no truncare mi vida por unas pendejadas
Yo: ¿te parece una pendejada que mi primo este muerto?
Alondra: ¡ya basta los dos! Que hay vienen los chicos.
A lo lejos vi las figuras de Esteban abrazando a Laura mientras caminaban por el sendero que llevaba a la piscina.
Yo: creí que vendría Bastián con ellos
Ignacio: no sé porque tendría que venir él, si no es nuestro amigo
Yo: sabes perfectamente porque pensé eso, aparte esta instancia no es para venerarte a ti precisamente.
Laura: ya están discutiendo, ni a hora de la muerte nuestro amigo pueden estar en paz
Esteban: ¿cómo están?
Yo: ¿cómo crees?
Esteban: perdona por preguntar
Ignacio: bien, ahora que estamos todos debemos ver la manera de tener las mismas versiones, una en donde las drogas no existan.
Yo: porque no te vas a la ….
Empleada: jóvenes los necesitan adentro
Alondra: ¿qué paso? ¿Ya traen a Aquiles?
Empleada: no señorita, un detective quiere a todos en la sala
Los cinco nos miramos atónitos, los detectives nos solicitaban, que diría ahora, debía cumplir la promesa que le había realizado a Aquiles, hasta lo que más pudiese. Nos levantamos de la orilla de la piscina y caminamos al interior de la casa, un hombre de camisa y pantalones negros y una pequeña línea de barba dibujando su contorno inferior de la cara nos miraba atentamente.
Tía: ya están aquí como pidió detective, díganos a que vino
Detective: ya que están todos presentes
La mirada del detective se paseó por cada uno de nosotros cinco, como tratando de ver en nuestros ojos la verdad que tanto queríamos ocultar.
Detective: encontramos distintos tipo de drogas en la sangre de Aquiles Saldívar.
Tía: ¿qué? Mi hijo no consumía drogas, él no podría…
Detective: las pruebas dicen lo contrario señora Victoria, al parecer su hijo se tomó todo un coctel de ácidos
Tío: no puede ser, mi hijo no era ese tipo de muchachos
Detective: y lo más probable que ustedes cinco hayan sido los compañeros de cena de Aquiles
La mirada de mis tíos y de mi mamá se dirigieron a nosotros, intimidándonos en gran parte. Como iba a explicarles mi relación con Aquiles.
Detective: y ahora mismo me dirán ¿con quién mierda estaba Aquiles en esa habitación y como llego un golpe mortal a su cabeza?
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