La Habana (2)
Sigo cogiendo en La Habana. Los cubanos mas ricos, cachondos,calientes y arrechos y es solo el preludio antes del cierre con broche de oro
LA HABANA (2)
Los Chicos
Mi amigo Anel se encontró conmigo el siguiente miércoles. Nos fuimos de paseo a la calle 23, específicamente a La Cascada, del Hotel Nacional. A las 9:00 de la noche había una gran cantidad de gente de ambiente, en grupitos de 4 o más que miraban de reojo a los turistas australianos, españoles, ingleses y franceses que caminaban hacia el Malecón.
Ahí descubrimos a Miguel y Alejandro. Uno musculoso, muy musculoso, de esos que tienen cuerpos de gimnasio, unos 1.80 de estatura y pesaba no menos de 180 libras, sin un solo pelo en el cuerpo y que se le marcaban exageradamente los brazos y los muslos, a mi me llamó la atención porque tenía una mirada de maldito, esas miradas de hombres rudos que tanto nos pueden atraer. Era muy blanco, cabello castaño, corto y ojos castaño claro.
Alejandro era todo lo contrario. Delgado, trigueño, ojos y cabello negro y una mata de pelo que le asomaba por el pulóver (camiseta). Medía no más de 1.70 y si pesaba 140 libras vestido era mucho. Su mirada era suplicante, como si estuviera mendigando atención.
-Hola Como estás, gusto en conocerte, me llamo Miguel. ¿ Son de México?
-Hola Miguel, no no somos mexicanos.
Y que hacen por aquí? Paseando? Pregunta Alejandro.
Si, claro, y ustedes?
Bueno, salimos a tomar fresco y a tomarnos unas cervezas pero están tan caraaassssss........
Oye pero si nosotros estamos a una cuadra del Pabellón, por que no vienen a tomarse unos tragos al apartamento?
Pues, si nos invitan.
Ya estaban listos. Llegamos y comenzó el juego de las caricias y en unos minutos estábamos los 4 en la misma cama. Yo me encargué de Miguel. Anel se enzarzó con Alejandro en una batalla de labios, chupándose las lenguas y bocas con fruición y arrechándome a mi con el espectáculo de sus vergas duras bajo los calzoncillos. Anel es delgado, musculoso y muy caliente, por eso es que viajamos juntos casi siempre. Tiene una verga regular pero que usa muy bien.
Yo me monté enseguida en los muslotes musculosos de Miguel. Tenía el cuerpo de un fisiculturista y sus brazos eran mas gruesos que mis piernas, enseguida me puso a mamarle la verga, cosa que hago, modestia aparte, muy bien. Mi lengua subía y bajaba, mostrándome muy interesado en sus huevos casi lampiños.
Mientras tanto veía con mucho placer los desvelos que tenía Alejandro, todo peludo, por lamerle el culo a Anel, que es calungo. Lo tenía con las piernas abiertas y levantadas y le pasaba la lengua de arriba abajo por todo el culito, metiendo ocasionalmente un dedo para írselo expandiendo.
Miguel, por su parte, me apretaba las nalgas. Tengo un par de nalgas muy buenos que llaman la atención y el se entusiasmó con ellas. Las jalaba y me trabó enseguida un dedo en el culo.
Alejandro se había sacado la pinga, se le veía chica entre la mata de pelo que rodeaba sus huevos y enseguida Anel se la comenzó a chupar frenéticamente, como desesperado. Yo miraba y sentía como el dedo ensalivado de Miguel me daba placer.
-Ay no tan duro que me vas a sacar la leche muy rápido.....
Que rica verga tienes, metemela hasta el fondo papacito
Mama perra, que rico mamas pinga y con esa cara de puta que tienes, te gusta que te la meta hasta el fondo de la garganta?
Busqué a tientas el bote de lubricante y se lo pasé a Miguel, si seguía metiendome sus dedotes me iba a romper el culo. Se untó un poco y sentí un dedo calloso entrar en mi ano con suavidad. Yo no esperaba que me metiera un dedo tan grueso pero después de unos segundos sentí otro, y otro.............
-Ay, me tas matando, me tas abriendo mucho el culito.....
-Nada, aguanta que te voy a abrir bien ese culón
Por favor, con cuidadito que no es de hule....
Vas a ver los garillazos que te voy a dar (después supe que era algo asi como vergazos)
Ay, ay, que rico se sienten esos dedotes papacito
Me puse de pie y pude ver como Alejandro se ponía un condón y ensartaba a Anel. Miguel me puso en cuatro sobre la cama, a unos centímetros de donde la verga de Alejandro entraba lentamente en el culito apretado, prieto y jugoso de mi amigo. Mientras tanto sentía como la cabezota de la verga del musculoso papacito que tenía atrás se iba abriendo camino hasta lo más profundo de mis intestinos, como me estiraba el culo más y más cada vez, los brazos me sostenían con fuerza para que no me alejara y los huevos rebotaban contra mis nalgas en cada embestida.
Sentía como me iba agrandando y dilatando el agujero. Anel se quejaba como una perra en celo mientras Alejandro se la metía con mas rapidez cada vez.
Sentí como Miguel me pajeaba y sostenía de los muslos para meterme su taco cada vez mas adentro hasta que se sacó la picha y me echó un chorro de leche caliente en las nalgas y la espalda, la cual se comenzó a escurrir hacia la cama.
Anel también había sido alcanzado por los trallazos de leche caliente en su cara y la misma le caía sobre la barbilla y la boca. Quedamos los 4 extenuados, sudorosos, cansados pero con una sensación de placer que nos dieron ganas de acostarnos enseguida, Miguel y yo en la cama y Anel y Alejandro en el sofá.
El fin de semana no había acabado y en mi próxima historia viene lo mejor que me ocurrió.