La Granja de Esclavas del amo Omar (Vol.1)

Historia sobre una granja donde se secuestran y embarazan jóvenes para que tengan crías. La joven Naiara se despierta un día en la granja del amo Omar por un ajuste de cuentas. Debe sobrevivir e intentar ganarse la confianza del amo para lograr salir.

Naiara comenzaba poco a poco a despertarse de un profundo sueño. Todo parecía muy confuso, no recordaba nada de la última noche. Mientras intentaba dejar atrás la confusión del despertar, de pronto se ve inundada por un miedo profundo. Ya no está en su casa, sino que se encuentra encadenada en una habitación oscura, sin apenas posibilidad de movimiento.

Intenta hacer memoria, pero todo está borroso. Naiara nunca había tenido una vida fácil, su padre era alcohólico y su madre les había abandonado poco después de que cumpliera los seis años. Digamos que estaba acostumbrada a sobrevivir sola. Lo último que recordaba era volver muy tarde a casa después de cerrar la puerta del local de mala muerte en el que servía copas.

Naiara odiaba su trabajo, los clientes de aquel tugurio asqueroso eran borrachos, adictos, policías corruptos buscando sobornos o lo peor, traficantes de poca monta buscando negocios. Entre estos últimos era Sergei, el traficante de drogas que llevaba el local. Nunca había tenido demasiados roces con él, siempre la había tratado de forma correcta. Sabía que había conseguido el trabajo por pena, a través de la recomendación de una amiga suya que conocía el club.

Después de tres años aguantando lo inimaginable para poder pagarse las facturas y no tener que volver a ver nunca a su padre había aprendido a leer las jerarquías que había dentro del bar, aquel que pasaba desapercibido entre las sucias calles de un barrio de no muy buena fama. Estos últimos días había notado a Sergei mucho más distante, especialmente desde la visita de uno de sus proveedores más problemáticos. Su jefe llevaba la última semana muy raro, mandándome fuera a atender otras tareas en cuanto llegaba la comitiva de los rusos. En la última reunión hubo fuertes gritos que escuché desde el exterior, así como un sonido alto que sonaba como golpear madera. Mi jefe salió de allí totalmente alterado y nerviosos, parecía estar en serios apuros. Ahora la cabeza de Naiara no le deja de dar vueltas a ideas macabras sobre lo que pudo haber pasado…

-Buenos días mujer, veo que ya te has despertado por fin.

La luz se había encendido y a mi lado apareció la figura de una mujer algo mayor, de complexión gorda y de tez algo oscura. Iba cubierta con un Hiyab que dejaba entrever su cara y hablaba con acento de algún país árabe, pero no podía averiguar cuál. La habitación en la que estaba era un cuarto con paredes de ladrillo y suelo de cemento. Solo tenía un pequeño ventanuco con una reja en la pared del fondo, casi tocando el techo. Era un cuarto tremendamente diminuto y agobiante, parecía más bien un trastero o un almacén. A mayores, solo estaba la pequeña colchoneta de espuma sobre la que se había despertado, una palangana y un bol grande con agua. En el muro y en suelo se veían los eslabones a donde se sujetaban las cadenas que rodeaban las muñecas y los tobillos de Naiara.

-El amo Omar vendrá pronto a darte la bienvenida a tu nueva casa. Estamos muy felices de tener una nueva hembra en casa. No te preocupes, aquí serás muy bien cuidada si pones de tu parte y haces lo que el amo Omar ordene. Yo me llamo Fátima y llevó aquí desde que tengo memoria, así que se de lo que hablo. Ojalá que Alá te mande muchos hijos y tengas una buena vida aquí, el amo Omar no quiere infértiles aquí- dijo Fátima mientras se acariciaba el vientre.

Miré con espanto a la mujer y reparé en que además de su complexión robusta y sus rasgos de señora de más de cuarenta años, estaba en un avanzado estado de embarazo.

-¿Infértiles? ¿Quién es ese Omar? ¿Qué mierda me estás diciendo? No me podéis tener aquí encerrada, esto tiene que ser un error, ¡un error!-.

Naiara había entrado en estado de shock: la situación, las palabras de Fátima y verse secuestrada e inmovilizada en un lugar desconocido la habían alterado a límites de histeria.

-Esto es por las deudas de Sergei, estoy segura, pero yo no tengo nada que ver, solo es mi jefe. No me podéis tener aquí, me buscarán y se os caerá el pelo. Por favor, suéltame y no le diré nada a nadie. Por favor-.

Naira había empezado a sollozar y a tener una mezcla entre ataque de pánico y rabia por la impotencia de la situación. Fátima miraba hacia ella con una mezcla de indiferencia y lo que parecía una pequeña sonrisa.

-Niña, cállate ya o nos meterás en problemas- dijo Fátima.

-Suéltame por dios, o gritaré. De verdad, que alguien me tendrá que oír. Seguro que hay vecinos, igual aun pasa algún policía por delante de esa ventana-Naiara empezó a elevar el tono de voz. Voy a gritar, voy a…

-Por Alá que te callas, a las buenas o a las malas- gritó Fátima. Su voz se había puesto agresiva y amenazadora.

Nada más pronunciar estas palabras sacó de su bolsillo una mordaza de bola de goma y se la introdujo con brusquedad en la boca, atándola con firmeza a su cabeza. Naiara había quedado inmovilizada de manos y pies, y sin poder emitir nada más que sordos gemidos.

-Para parir la lengua no es necesaria. Tienes suerte de que venga yo la primera vez, el amo Omar te habría cortado la lengua por una ofensa así. El es el amo y señor de todo esto y le debes obediencia absoluta, ¿entendido?

-…-¡Awssw!-Naiara no conseguía articular palabra con la mordaza.

-Y ahora voy a terminar con la tarea que me encomienda el amo-dijo Fátima mientras empezaba a desnudar totalmente a la recién llegada y a asearla con la palangana.

La embarazada terminó el aseo y se volvió por la puerta que había entrado unos minutos. A su vuelta había traído un pequeño mueble en forma de superficie curvada. Ordenó a Naiara que se pusiera de rodillas y que se tumbara sobre la barriga encima del mueble. La estructura conseguía que mantuviera en todo momento una postura a cuatro patas, el culo en pompa y la espalda arqueada. El mueble parecía que pesaba bastante y contaba con unas ataduras que cruzaban sobre la espalda para impedir que Naiara se levantara del mismo.

-Por fin estás lista para recibir amo. Eres afortunada de que el doctor haya dicho que eres una mujer sana pues es muy difícil de encontrar hembras así en Europa. Que pena que seas demasiado mayor para otros menesteres, pero estoy seguro que desempeñarás tu labor a la perfección.

-…-¡Hij..!-Naiara intentaba gritar en vano.

-Esta noche te visitará el amo. Si tienes suerte, pares un varón y la prueba dice que el padre es el amo Omar gozarás de privilegios entre tus compañeras. A él solo le gusta plantar semilla en tierra nueva, como dice él. De todas formas solo una mujer lo ha conseguido hasta ahora y muchas chicas han pasado por aquí. Lo más normal es que después de la noche con el amo pases a la cámara de inseminación junto con tus compañeras atendiendo a los muchachos del amo y solo si consigues quedarte preñada te quedarás haciendo otras tareas en el módulo de cría. Pero no te preocupes, por ahora concéntrate en que el amo Omar esté satisfecho.

(Continuará)

Personajes:

Omar

Oleysa

Naiara

Fatima