La Granja 6 - Una buena hembra

Se descubre un secreto. Y ocurre lo que se veía venir.

Habían pasado tres meses del nacimiento del nuevo integrante de la familia, era un niño hermoso muy parecido a su padre que había traído mucha más alegría a la casa, todo marchaba de maravilla.

Comenzaba agosto y con él la entrada del invierno, tío Albert andaba un poco extraño, con una expresión de tristeza y preocupación desde que había llegado de su viaje de negocios hace un par de semanas, se había ido mediados de junio y cuando regreso después de un largo mes, su semblante no era el mismo, algo había cambiado; el sexo con el había disminuido y cuando le preguntaban qué cosa sucedía, el solo decía, nada, o evadía la pregunta.

Una tarde todos estábamos en la sala conversando amenamente cuando el teléfono de la casa sonó.

Hola, buenas tardes, casa de la familia Sebastiani – dijo Patricia muy afable respondiendo el teléfono.

¿Tía Patricia? – dijo la persona que llamo.

Diego, hijo, ¿eres tú? – preguntó ella captando totalmente la atención de todos, especialmente la mía pues quien llamaba era mi hermano.

Hola tía, ¿Cómo estás? – pregunto Diego.

Muy bien tía, pero discúlpame, no puedo hablar mucho, solo quería preguntarles una cosa – dijo Diego.

Claro hijo, pregunta lo que quieras – respondió lo tía.

Todos nosotros estábamos a la expectativa de la conversación telefónica.

Dentro de poco termina mi servicio en el ejército y quisiera saber si podría ir a tu casa a quedarme, no quiero ir a la mía, ya les contare el motivo - dijo.

Claro que si hijo mío puedes venir cuando quieras, eres bienvenido en esta casa – respondió sin pensarlo dos veces la tía Patricia

Enserio, muchas gracias, ahora tengo donde quedarme – dijo mi hermano.

Nosotros y Dan estaremos contentos de volverte a ver – dijo tía Patricia.

¿Dan esta con ustedes? ¿Cuándo llego? – dijo mi hermano sorprendido al lado del teléfono.

Hijo, Dan está aquí desde hace meses – respondió ella con una expresión de extrañeza.

Nuestro padre me había dicho que se fue de la casa sin decir absolutamente nada y se notaban muy molestos – dijo el

Hijo, tus padres enviaron aquí a tu hermano, solo dijeron que se portó mal – dijo Patricia.

Ahora entiendo por que tanto me persuadía de nunca venir aquí – dijo él

Disculpa que te lo diga, pero tu padre no es tan buena persona que digamos – dijo Patricia.

No te preocupes tía, pero ya conversaremos cuando valla para su casa, ahora te tengo que dejar – dijo él.

Cuídate hijo, te esperaremos – dijo ella.

Gracias, tía, cuídese y saludos para todos – termino diciendo él y cortando la llamada.

Mi hermano y yo nunca habíamos sido tan unidos, la verdad solo hablábamos lo estrictamente necesario, por eso cuando se fue al ejército, me alegró demasiado; pero lo que si me sorprendió fue que le dijera que me había ido de la casa y no la verdad, si mi hermano es la adoración de mi papá, pero bueno ya tendríamos tiempo para conversar.

Tu hermano es una completa basura – dijo tía patricia a Albert, pero disculpándose conmigo antes.

No se preocupe tía – respondí yo.

Siempre fue así, amor, y eso no se va a poder cambiar – dijo mi tío Albert.

Eso de decirle mentiras a tu hermano me parece muy bajo – acoto Patricia.

Todos estábamos comentando la situación cuando de pronto tocaron la puerta.

Tía patricia se levantó para abrirla, cuando la abrió, un chico bastante atractivo de entre unos 18 y 20 años, estaba parado frente a ella con un bebe en brazos.

Buenas tardes jovencito, ¿Qué se le ofrece? – dijo ella muy amable como siempre.

Buenas tardes señora, estoy buscando al señor Albert Sebastiani – respondió el muchacho.

De pronto la mirada de mi tío Albert cambio rápidamente y se levantó quedándose en su sitio.

Él vive aquí, es mi esposo, para que lo necesitas – dijo ella.

Podría decirle que me encuentro aquí, él me conoce – dijo él.

Un momento, pero no te quedes ahí parado, y mucho menos con él bebe – dijo ella.

El muchacho entró, pero se quedó en el pequeño recibidor.

Amor un muchacho te está buscando dice que se conocen – dijo Patricia.

Nunca había visto a mi tío con esa expresión en el rostro, era una cara de sorpresa a su vez mesclada con temor.

Siento mucho venir de esta manera, pero no tuve de otra – dijo el chico entrando a la sala detrás de Patricia.

Todos miramos a Albert y al muchacho sin entender absolutamente nada.

Albert ¿quién es este joven? – preguntó Patricia extrañada.

Todos miramos a Albert esperando una respuesta, especialmente el joven, quien lo miraba con una expresión triste, esperando que él dijera algo importante.

Tío Albert, dio un profundo suspiro y finalmente pronuncio palabra.

Ellos son mis hijos – dijo Albert

La revelación nos dejó a todos boquiabiertos y a tía Patricia le cambio el semblante, su rostro se había desencajado y las lágrimas en sus ojos se avecinaban.

Mamá, ven siéntate – dijo Cristopher quien vio las piernas de su mamá temblar y evitar que se cayera.

Ahora tengo mucho que explicar – dijo tío Albert.

Te escuchamos, porque no damos crédito a todo esto – dijo Erick calmado.

Muchacho siéntate ahí – dijo Patricia al chico.

Albert estaba de pie mirándonos a todos nosotros y nosotros lo mirábamos a él.

Primero que nada, él es Joaquín y el pequeño es Dani, ambos son mis hijos.

Conocí a la madre de Joaquín hace casi 18 años, en uno de los tantos viajes de negocios que hacía, Mariela era una mujer muy buena a ella la conocí en el restaurante donde solía comer el menú, rápidamente nos hicimos amigos, yo llegaba y ella me atendía muy bien – dijo.

Tanto asi que tuviste dos hijos con ella – dijo Patricia llorando.

Por favor déjenme terminar de hablar, después hagan todas las preguntas que quieran – dijo Albert.

Bueno, ella me atraía mucho, pero yo estaba y estoy enamorado de Patricia y eso no me permitía acercarme más de la cuenta, pero un día todo cambio.

Aquel día fui tarde a cenar al restaurante y estaba cerrado así que me dispuse ir a otro restaurante que estaba calle más arriba, iba a tomar un taxi, pero preferí mejor ir caminando, en el trayecto escucho el llanto y los gritos de una mujer en un callejón, me acerque para ayudar sin saber que era Mariela, cuando me acerco me percato que era ella quien estaba siendo golpeada por un hombre y rápidamente la ayude, golpee al hombre hasta el cansancio.

La ayude a ponerse de pie y la lleve a su casa, estaba muy aterrada y lloraba, entre llantos me conto que el tipo era su expareja.

Esa noche me quedé a petición de ella pues estaba muy asustada, pero dormí en el sofá, días van y días vienen ya la estaba visitando todos los días para ver como seguía, solamente como amigos, un fin de semana fui a su casa, pero esa noche comenzó a cambiar todo.

Habíamos tomado, no mucho los dos estábamos conscientes, pero yo estaba desesperado por tener relaciones sexuales y las tuvimos cuando me di cuenta de lo que había hecho, me sentí muy mal, le había sido infiel a mi esposa, por eso tomé mis cosas, me fui y no quise saber más de ella, pero al cabo de tres semanas me llamó y me dijo que estaba embarazada y obviamente me tuve que hacer cargo, después ya no volvimos a tener más relaciones, quedamos como muy buenos amigos y ella sabía todo sobre ustedes y Joaquín también. – dijo Albert

Y él bebe, ¿nació por arte de magia? – dijo Patricia secándose las lágrimas.

Dani no es hijo biológico de mi papá señora – dijo el chico.

¿Entonces? – pregunto Erick.

Hace 2 años aproximadamente, Mariela conoció a un tipo, estaban saliendo pero cuando ella salió embarazada, el miserable se desatendió de ella, así que yo me ofrecí en darle mi apellido y criar de él como si fuera mi hijo – respondió Albert.

En ese momento me di cuenta que tío Albert tenia sentimientos muy nobles.

Pero te juro Patricia que no he vuelto a tocar ninguna otra mujer desde ese entonces.

Y si él está aquí ahora es porque algo terrible ha pasado.

Mi mamá murió hace dos días – dijo Joaquín muy triste.

Patricia se paró y se acercó a Albert y le lanzo dos fuertes bofetadas en las mejillas.

Ni siquiera estoy molesta por tu infidelidad eso es lo de menos, estoy furiosa y tan decepcionada ocultaste a tu hijo durante tanto tiempo, esperaste a que su madre muera y dejaste que viniera desde tan lejos con él bebe en brazos después de todo lo que ha vivido, te me caíste – dijo ella gritando.

Por los gritos él bebe hizo que se despertara comenzando a llorar.

No ahora no por favor – dijo Joaquín poniéndose de pie y arrullando al bebe quien no dejaba de llorar.

Seguro tiene hambre, pero no tiene formula.

Eso no es problema, Diana, cariño puedes darle de tu leche al bebe – preguntó Patricia.

Si claro suegra – dijo Diana sin dudarlo.

Diana se acercó a Joaquín y recibió al bebe en brazos y se sentó a darle de mamar.

Ya ni debería estar llorando – dijo Patricia con una voz fría y secándose las lágrimas de sus ojos con las manos.

Ahora calmémonos y sentémonos todos, me van a escuchar, sobre todo tu Albert – dijo esto último mirando con ira a su marido.

Todos prestamos atención a tía Patricia.

Joaquín, lamento mucho lo que le paso a tu madre y lamento también que estés pasando todo esto por culpa del irresponsable de tu padre – dijo Patricia.

Muchas gracias señora, enserio discúlpeme por todo esto – dijo Joaquín.

Ni lo menciones – respondió Patricia.

Te vas a quedar en esta casa y vas a vivir con nosotros porque esta tambien es tu familia y todos estamos de acuerdo con eso, verdad – pregunto a todos.

Todos afirmamos lo que había dicho tía Patricia.

Sé que no soy tu madre, pero quiero que en mi veas a una, criare y cuidare a tu hermanito como si fuera mi hijo – le dijo Patricia mientas lo miraba.

Todos nos quedamos mirando a tía Patricia con admiración, con ese gesto demostró ser la persona más buena de este mundo.

Por otro lado, él bebe dormirá conmigo y tu Albert tomas tus cosas y vas a dormir a otro lado – dijo.

Albert solo asintió con la cabeza.

Diana, cariño, Dani aún está muy chiquito y necesita leche materna, por favor vente conmigo a mi habitación y así las dos nos ayudamos a cuidar de los bebes – le dijo Patricia a Diana.

Diana ni corta ni perezosa aceptó, en parte porque le convenía, pues así no tendría que escuchar a su marido pidiéndole sexo.

Ahora Albert arréglatelas como puedas, va a pasar demasiado tiempo para que te perdone – le dijo tía Patricia.

Por cierto, cariño ¿cuántos años tienes? – preguntó Patricia dirigiéndose a Joaquín

Tengo 17 dentro de poco cumplo los 18 años – respondió mi primo.

Cuándo - pregunto Cristopher.

El 16 de septiembre – respondió.

Bueno eso ya es pronto tenemos que planear algo con anticipación.

Para este momento los ánimos ya estaban calmados pero la conversación se sentía un poco forzada y por ende también incomoda.

Bueno en vista de las decisiones tomadas, nos harán falta camas y habitaciones, además dentro de poco viene tu hermano así que tendremos que ir a la ciudad a comprarlas – dijo Albert.

Papá no se preocupen no quiero molestar, puedo acomodarme donde sea – dijo Joaquín.

De ninguna manera, vayan y compren lo necesario, habrá que habilitar el almacén y las cosas que están dentro acomodarlas por el momento en el granero – dijo Patricia.

Iremos todos – pregunte yo.

Solo ustedes, yo me quedo con el bebe – dijo Patricia

Yo también me quedo y así aprovecho en alistar mis cosas – dijo Diana.

Todos a alistarse – dijo ordeno Albert.

Todos subimos a nuestras habitaciones a cambiarse de ropa.

Por favor Diana uno rapidito – decía Cristopher en bóxer abrazando a Diana por detrás mientras ella arreglaba algo de ropa.

Ya te dije que no, no me insistas, no tengo ganas – dijo ella separándose de su marido y caminando por la habitación.

Cristopher esta con el pene bien erecto.

Ya han pasado tres meses desde que nació nuestro hijo y tú no quieres nada, que te sucede – dijo Cristopher frustrado.

No tengo ganas, así de simple, no quiero, no tengo deseo – dijo Diana.

Pero ¿Por qué? Acaso ya no me amas – pregunto Cris quien se sentó en la cama .

Si no te amara no me hubiera quedado aquí contigo y si no te amara hubiese hecho caso al doctor de interrumpir el embarazo cuando dijo que se habían presentado las complicaciones de los primeros meses - dijo ella molesta – Y sabes por qué lo hice, porque quería formar una familia contigo y tú me sales con eso – termino diciendo ella.

Pero Diana, soy hombre, y los hombres tenemos necesidades, no me voy a matar a pajas toda la vida – dijo el tocándose la cara con las manos.

Mírame – dijo Diana sentándose a lado de su marido.4

Te juro que no tengo ningún tipo de deseo sexual, por favor, si lo intentáramos no disfrutaría - dijo ella.

Pero como te dejaste antes de tener a Rodrigo – dijo él.

Fue porque quería tener un hijo tuyo, pero sinceramente no lo disfrute – dijo ella.

No puedo creer lo que me estás diciendo – dijo el, con su ego de macho herido.

Cristopher se puso de pie y se terminó de cambiar de ropa.

Por favor intenta otras opciones – le dijo Diana saliendo de la habitación.

Me tope en el pasillo con Diana pues yo iba a apurar a Cris.

Cris apúrate que ya nos vamos – dije yo entrando sin tocar a la habitación.

Hey ven, no te vayas – dijo el antes de que yo cierre la puerta.

Ven acércate – dijo él.

Entonces se acordó lo que le dijo Diana antes de salir, que intentara otras opciones y así iba a hacer.

¿Yo te gusto? – me pregunto él.

A qué viene tu pregunta – respondí yo.

Solo respóndeme – dijo él

Pues si eres muy guapo – dije yo volteándome para abrir la puerta.

Justo antes de que logre abrir la puerta Cris con un movimiento brusco con su cuerpo me aprisiona entre la puerta y el.

Te parezco un hombre macho – me pregunto el sobando su paquete en mi trasero.

Me excitaba que Cris haga eso.

Si bastante macho – dije yo sobando mi culo .

El con una mano rodeaba mi cintura por detrás mientras pegaba mi culo a su pelvis y con la otra mano apretaba levemente mi cabeza contra la puerta.

Esta noche serás mi hembra – dijo él en mi oído y lamiéndolo.

Yo jadeaba pues estaba súper excitado.

Prométeme que te comportaras como toda una hembra y no te quejaras, y dejaras que te haga de todo – dijo él.

Yo no emitía respuesta.

Responde – respóndeme dijo el dándome una envestida por encima de la ropa.

Si primo, seré una buena hembra, seré la hembra que necesitas – dije.

Cuando dije eso el paso su lengua por toda mi cara, me libero y me beso en la boca de una manera salvaje.

Ahora bajemos – dijo apretándome el culo con su mano.

Yo salí primero con una tremenda erección, me metí en el baño para lavarme la cara.

Mientras me lavaba el rostro pensé en lo sumiso que me comportaba cuando tenía un macho a mi lado, y me gustaba.

Cuando terminé nos reunimos todos abajo y subimos en la camioneta para ir a la ciudad.

Tío Albert conducía, Erick de copiloto, Cris, Joaquín yo íbamos en los asientos traseros, la tensión sexual que había nacido entre Cris y yo se podía oler a kilómetros, íbamos en el camino y por ratos con sus dedos muy sigilosamente los metía por rajita de mi trasero, cuando hacia eso me recorría una electricidad por el cuerpo y eso hacía que yo reaccionara, varias veces Joaquín me preguntaba que me sucedía mientras Cris solo sonreía.

Después de casi una hora llegamos a la ciudad y compramos las cosas que necesitábamos para poder instalar a los nuevos huéspedes, también compramos comida y llevamos para comer en casa.

Cuando íbamos de camino al estacionamiento del centro comercial un tipo me choco y como iba distraído perdí el equilibrio y casi caigo, pero eso no paso desapercibido pues Cris casi golpea al tipo ya que ni siquiera se detuvo a pedir disculpas, ahí caí en cuenta que Cris era el más impulsivo de todos, eso me hizo desearlo más.

Regresamos a casa inmediatamente después de realizar todo lo planeado y comimos, aun se sentía la tensión entre tía Patricia y tío Albert.

Cuando terminamos comenzamos a sacar las cosas del almacén al granero para habilitarlo pues se había acordado que en ese lugar se quedaría tío Albert pues necesitaba un lugar privado ya que es el jefe de la casa y además queríamos follar tranquilos, Joaquín en la habitación de Cristopher y yo como siempre con Erick, mi hermano que vendría el fin de semana pues se iba quedar en la habitación de los peques y los peques iban a dormir en la habitación de Tía Patricia pues era la habitación más grade de la casa.

Una vez habilitado el almacén con un ropero y una cama, se instaló un camarote en la habitación de Tía Patricia para los peques por lo que Diana, Tía Patricia y los niños tendrían una cama propia, posteriormente se instaló una cama y un ropero en la habitación de Cristopher, de mismo modo en la habitación de los niños para comodidad de mi hermano.

Termínanos bastante rápido y nos dispusimos a descansar, ya habría tiempo días posteriores para ir conociendo a mi nuevo primo.

Llegada la noche, cenamos algo ligero, Tío Albert no bajó para nada de su nueva habitación, tal vez necesitaba tiempo para meditar, tía Patricia solo nos sirvió la cena y se fue a su cuarto, el resto de nosotros conversaba con Joaquín, nos estaba poniendo al tanto de todo lo que había pasado los casi 18 años de su vida.

La conversación era amena y se nos llegó las 10 de la noche.

Amor lleva al bebe a la habitación, ya es hora de dormir, solo lavo los platos y subo – dijo Diana entregándole al bebe en brazos.

Ambos se dieron un piquito.

Cris subió, Joaquín y yo subimos en su tras a nuestras habitaciones, Erick por su lado fue a dar una vuelta al granero para ver cómo se encontraban los animales.

Al cabo de un rato salí un momento para ir al baño, pero me topé a Cris saliendo de la habitación de tía Patricia pues había ido a acostar a su hijo.

Te espero a la media noche afuera de la casa, si me demoro, subes a la camioneta sin hacer bulla – dijo acercándose muy sensualmente a mí y arrinconándome a la pared.

Está bien – dije yo con la respiración entre cortada.

Esta noche, te hare mio, serás mi hembra – dijo dándole un ligero mordisco en los labios.

Después de eso, Cris siguió el camino hacia su habitación, en ese preciso momento subía Diana y se dieron un beso de buenas noches, yo me metí a mi habitación.

Joaquín salía del baño y mirando para todos lados para ver si alguien no estaba en el pasillo ¿Nos habrá escuchado?

Ya había pasado una hora y estaba muy ansioso, Erick estaba durmiendo y yo recostado en su pecho jugando con sus vellos, tan ansioso me encontraba que me puse a ver una serie en Netflix para no pensar tanto, por fin iba a ser poseído por el ultimo macho que faltaba de esta casa.

Se llegó la media noche y tal como habíamos pactado nos encontraríamos fuera de la casa, revise sigilosamente cada una de las habitaciones y todos estaban durmiendo.

Salí de casa y me dirigí a la camioneta, Cris me esperaba adentro, ya estaba listo.

Preparado – me pregunto.

Si – respondí con seguridad.

Él me sonrió.

A donde vamos – pregunte.

Ya verás y sé que te va a encantar – respondió el.

Puso la camioneta en marcha, y avanzamos por la carretera unos 10 minutos y nos desviamos por un camino de tierra, avanzamos unos cuando metros más y llegamos a un lugar donde había un lago y una catarata cayendo.

Nos detuvimos, él se bajó de la camioneta con una pequeña manta que extendió en el piso.

Te traje aquí por dos razones - me dijo el sacándose las zapatillas y dejándolas a un lado.

Y cuales son si se pueden saber – dije yo.

La primera es para que no nos escuchen – dijo acercándose y colocándose detrás de mí – Y la tercera es que te quiero coger salvajemente como si fuésemos animales – me dijo en el odio.

Así que quieres jugar rudo – le dije – Entonces juguemos rudo – dije volteándome y rompiéndole la camisa.

Eso lo excitó de tal manera, que me comenzó a besar de forma salvaje, nuestras lenguas jugaban.

Mientras me besaba rompió la camiseta que traía puesta, nos separamos un momento y nos miramos tan lujuriosamente que no perdí tiempo, me puse a sus pies y con mucha fuerza le rompí el pantalón y luego el bóxer, dejando ver su enorme pene y sus grandes huevos con el vello púbico recortado, su torso no tenía vello, pero ahí abajo tenía bastante.

Lo comencé a chupar de manera frenética, me la metía hasta el fondo de la garganta y más adentro incluso, con arcadas y lágrimas en los ojos.

Cristopher bufaba ahogadamente mientras le chupaba la verga, lo tomaba con mis manos y le chupaba el glande como si de un chupete se tratase, se la succionaba y le dejaba la cabeza roja.

Ahora él tomó el control y con una mano me tomo del cabello y me penetraba la garganta, por momentos me quitaba la respiración, pero prometí ser buena hembra e iba a cumplir mi promesa.

Hubo un momento en que paró de golpe y comenzó a eyacular, primero en mi cara y posteriormente, tres trallazos de leche salieron disparados a mi rostro y los restantes me los trague mirándolo a los ojos mientras le limpiaba la verga.

Pero a pesar que había eyaculado su erección no bajaba.

Ven, ponte de pie – me ordeno extendiéndome la mano.

Yo me puse de pie con su ayuda, me llevó hacia el auto e hizo que me recostara con el tórax en el capot exponiendo mi trasero.

Te haré sentir una verdadera hembra y pedirás que nunca te la saque del culo – dijo Cris.

Aquellas palabras no hacían más que excitarme.

Se arrodillo detrás mio y con sus dientes rompió el pantalón que cubría mi trasero, había ido sin bóxer por lo que no existía otra barrera que romper, comenzó a oler profundamente mi trasero y al mismo tiempo lo mordisqueaba, mi ano estaba desesperado por sentir su lengua, pero más que su lengua moría por recibir su pene.

Lo lamia, lo besaba y lo chupaba como buen macho, gracias a eso, mi ano se contraía y descontraía, palpitaba, mientras por mis piernas caía liquido preseminal; hasta ese momento gemía ahogadamente.

Prepárate para sentir el pene de tu macho – me decía mientras con su verga golpeaba mi ano.

Quieres que te la meta – dijo sobándose en mis nalgas.

Si – dije mordiéndome los labios.

Si, que – me preguntó

Si mi amor, por favor cógeme – dije yo sumisamente.

No hizo esperar más, escupió directo en mi ano y comenzó a meterla, yo por mi parte gemía por el ligero dolor que me estaba causando, pues no paro ni un momento, una vez que la tenía toda adentro, un dolor punzante pero no exagerado invadía mi ano, el cual me hacía gemir más fuerte para que de alguna manera no sentir ese dolorcito.

Él se quedó quiero mientras yo gemía.

Que rico se siente amor, estas apretadito, y tus gemidos me encantan me incitan a mas – dijo.

Como ya dije había prometido ser la hembra que el necesitaría y así lo hice.

Amor gime todo lo que quieras, nadie nos va a escuchar – me dijo mientras me penetraba.

Sus manos se aferraron a mi cintura, había probado el sexo rudo antes, pero esto era a otro nivel, nunca nadie me había penetrado de esa manera tan intensa, mis nalgas estaban demasiado rojas por las embestidas y sonaban a la par de mis gemidos.

La sacaba y me la metía de golpe otra vez, los minutos que me follaba eran intensos y parecía que nunca se iban a acabar.

De pronto una tormenta comenzó a caer, pero ni el clima no iba a detener.

Ponto en cuatro – me ordeno mientras se masturbaba el pene.

Me puse en cuatro con mis manos en el suelo, no me importaba lastimarme, solo me importaba que mi macho me penetré.

Y con las piernas semi flexionadas, mi macho me metió su estaca caliente de un solo golpe, eso hizo que casi me tiemblen las piernas y también gemir como nunca.

Me penetraba y la lluvia caía, el efecto del agua hacia que mis nalgas sonaran mucho más que antes, giré como pude mi cabeza y en sus ojos pude ver la pasión con la que me follaba, era un macho innato que no le habían dado la oportunidad de dominar a su hembra y conmigo lo estaba haciendo.

Con sus dos manos me jalo del cabelle y me atrajo a si a él.

Quieres que te preñe – me grito

Si – le dije gimiendo.

Ruégame que te preñe – me ordeno.

Cris préñame, por favor, necesito tu leche adentro – dije.

Quieres que te haga un hijo

Si Amor hazme muchos hijos

Quieres ser mi hembra siempre – pregunto.

Si amor, soy y seré tu hembra – dijo.

Mi amor te voy a dar mi leche – me dijo jalándome con sus dos manos del cabello.

Y en la posición en que estábamos, comenzó a eyacular y yo también junto con él, el bufaba como un toro macho y yo gemía con pasión.

Al cabo de un rato me soltó del cabello además que ya me estaba doliendo, la lluvia aun seguida cayendo.

Se puso de pie y me ayudo a levantarme no sin antes volvérmela a meter a la boca y limpiársela.

Eres buena hembra – me decía.

Me puse pie y nos besamos.

Fue maravilloso – me dijo.

Qué bueno que te haya gustado – respondí.

Gracias por mantener tu promesa – dijo.

Te hice una promesa y la cumpliré – dije.

Después de eso la tormenta empeoro y comenzaron a caer relámpagos.

Ambos miramos al cielo y decidimos ir a casa, subimos desnudos al auto pues nuestra ropa estaba ropa y mojada.


Aquí otra entrega de su historia favorita.

MUCHAS GRACIAS POR LEERME.

Ya saben cualquier cosa escribir a sexualesr@gmail.com