La granja 5

Dan sigue en la granja ayudando a complacer a esos machos.

Pasaron los días y en casa seguíamos trabajando y follando cada vez que tío Albert, mi primo y yo queríamos, ellos estaban recuperando lo que llevaban sin follar conmigo.

Una noche ya no soportaba más, había estado aguantándome toda la noche y ya no podía posponerlo, tenía que ir al baño urgente, sentía muchas ganas de orinar y eso acompañado a la un poco dolorosa erección matutina y sumándole el hecho de que había dormido enchufado a la pinga de Erick, si no iba a miccionar terminaría mi vejiga por reventar.

Así que con mucho cuidado y desgano me separe de esa verga que a la salida de mi conducto anal hizo un sonido parecido a como cuando se destapa una cañería, me causo un poco de gracia, vi la hora en el celular nuevo y aún era muy temprano, antes de las 6, ya estaba todo muy claro lo cual es normal en el campo.

Salí casi tropezándome por que pise una camisa que no visualice si era mía o de mi primo, abrí la puerta con torpeza, el pasadizo se me hizo largo a pesar de unos escasos metros, entre al baño me senté al wáter pues estaba muy soñoliento como para orinar parado esta vez y deje salir el chorro de orina que salió con un poco de dificultad cabe decir, sentí como si me liberara, las fuertes ganas de orinar y la erección no eran buenas compañeras.

Ya más relajado salí del cuarto de baño dormiría un rato más, pero esta vez más tranquilo, iba saliendo del baño cuando me encuentro a mi primo Cris en medio del pasillo:

Caramba primo, aun no conoces los calzoncillos por lo visto – Dijo Cris con burla.

A que te ref... – no termine de completar la frase y mire hacia abajo.

Y por lo visto estas como un poco contento – siguió diciendo.

No me di cuenta que no llevaba puesto nada cuando salí, estaba completamente desnudo frente a mi primo.

Mierda, no me di cuenta, salí corriendo ni bien desperté, tenía tantas ganas de orinar, y con respecto a lo otro pues – dije todo esto ya despierto completamente.

Las benditas erecciones mañaneras – me siguió el – Pero se solucionan con una paja o follando – termino. – Tu sabes perfectamente de eso – dijo sonriendo.

Buena idea – dije sin expresión.

Bueno seguiré mi camino, también tenía ganas de orinar, pero yo si no me olvide de poner el bóxer como veras – avanzo riendo hacia el baño.

Estaba por abrir la puerta de la habitación cuando otra vez mi primo me hablo.

¿Qué es eso que te cae por las piernas? – interrogo.

¿Que? de que hablas – dije mirando al suelo y veo que semen caía por mi tobillo derecho.

JAJAJA – mi primo rio fuerte – No me digas qué es lo que estoy pensando – dijo después de reír

A estas alturas, es de idiotas pensar que Cris no está al tanto de lo que hago con su papá y hermano, pero me gusta hacerme el tonto en esos aspectos pues así puedo sacar algo de provecho.

No sé qué cosa estás pensando - dije girándome con cara de duda

Semen, Leche, Mecos – dijo mi primo con tono burlón.

No, seas tonto, seguro es…–

Cris no me dejo terminar la frase.

No me hagas el tonto a mi primito, porque yo también produzco leche - dijo eso apretando sus gordos huevos que se notaban a través de la tela.

¿Tú crees? – dije poniendo cara de tonto – A ver – dije cogiendo un poco de semen con mis dedos y llevándolo a la boca.

Podía sentir la lujuria en la mirada de Cristopher, seguía cada paso con su mirada.

A si, sabe a semen – dije – Es mio - terminé diciendo

Oh si ya veo – respondió en todo sarcástico.

¿No ibas ir al baño? – mirándolo fijamente a los ojos.

ya voy – ni bien dijo eso yo me gire para abrir la puerta .

Pero siento un movimiento rápido detrás de mí y bruscamente el cuerpo de mi primo choca con mis espaldas, su paquete pegado en mi trasero que iba creciendo y su aliento en mi nuca, rápidamente separo mis piernas y dijo.

Todas las noches escucho como gimes cuando mi hermano o mi papá te follan – dijo casi susurrando – No sabes cuantas pajas me he hecho – terminó diciendo.

Yo no decía nada, me encantaba que un hombre me tomara de esa manera.

Encantadísimo compartiera mi leche contigo – dijo hablándome muy pegado a mi oído y restregándome su verga en las nalgas.

Dámela ahora mismo – solo atine a decir yo.

Shhhh no digas nada – interrumpió - Va a llegar un día en que no me pueda contener contigo, y te voy a coger como perro en celo– dijo eso pasando su lengua por mi nuca y haciendo movimiento de arriba abajo con su verga en mis nalgas.

Por qué no lo haces de una vez – dije llevando mi mano hacia atrás y tocándole la gran verga que al igual que su padre y su hermano, el portaba.

Ganas no me faltan de ser tu macho también, pero le tengo mucho respeto a Diana, pero si después de que ella dé a luz y sigue con sus ascos al sexo, créeme que tus nalgas serán mías y te destrozare ese anito que tienes y con el cual vuelves loco a papá y a mi hermano – dijo eso moviéndose de adelante hacia mientras yo aún tenía su verga aprisionada con mi mano.

Estoy seguro que así será – dije con la respiración entrecortada.

Ahora que lo veo, por lo visto mi viejo y mi hermano te tienen bien alimentado, mira como tu cuerpo ha cambiado – dijo pasando su mano por mis brazos – Ya no estás tan flacucho como llegaste, parece que su leche hace maravillas en ti, seguro con la mía nos igualas en cuerpo – siguió diciendo sobándose aún más fuerte entre mis nalgas.

Entonces dámela ahorita – solo atine a decir.

No te preocupes creo que así será, pero ahora un adelanto – dijo dándome un mordisco en el hombro.

Mi primo se empezó a masturbar frenéticamente, hice el intento de voltear, pero con su mano me aprisiono contra la puerta, yo estaba impaciente, hasta que minutos después sentí su semen caliente caer en mis nalgas y resbalar por ellas, cinco chorros de semen chocaron y mi primo al terminar limpio las ultimas gotas con mi mano que la atrajo hacia su polla.

Lamentablemente esto es lo que puedo hacer ahora – dijo esto guardando su pene en su bóxer y dándome un beso en la nuca.

Mi primo fue al baño y yo rápidamente entre a mi habitación, me quede parado pensando, me había excitado y mi pene reventaba, mi ano pedía comer un buen pene, mire a Erick pero estaba dormido y anoche ya habíamos tenido sexo, así que fue a ver a tío Albert estaba seguro que aceptaría encantado, y sin pensarlo salí del dormitorio y me dirigí al del tío Al, ya para esos momento Cris no estaba en el baño.

Llame en la entrada dos veces y nadie respondió así que abrí la puerta de la habitación y una vez dentro veo a tío Albert durmiendo con tremenda erección mañanera debajo del calzoncillo, tía Patricia no estaba - me pareció raro no verla temprano, pero era hora de aprovechar mi oportunidad dije en mi mente- y sin detenerme caminé hacia donde el tío Albert estaba y sin pensármelo dos veces tome su pene, lo saque por encima del calzoncillo y lo comencé a mamar.

Sabia deliciosa, mientras más chupaba más tiempo quería seguir chupando, estaba tan concentrado en eso que no me di cuenta que mi tío había despertado.

Sobrino que rico, sigue, es una delicia sentir tu boquita en mi verga tan temprano – dijo gimiendo mi tío.

Yo no contestaba, solo seguía mamando pinga como yo solo sabía hacerlo y como a mi tío le gustaba, me la comía enterita, no descansaba, las babas caían en su pubis y guebos mojando todo su vello púbico.

Amaneció goloso mi cachorrito hoy día, quieres tu lechita bebe – dijo mi tío hablándome como a un bebe.

Ajum – solamente dije porque seguía con la pinga en la boca.

Mi tío, así como estaba acostado y yo inclinado chupándole la verga, puso su mano en mi cabeza y hundía su pene sin dejarme opción de tomar aire, con su movimiento de pelvis me follaba la boca.

Seguía en lo mío mientras que con una mano retiraba por completo el bóxer de mi tío y lo dejé en un lado, quería chuparle los webos llenos de pelos que me encantaban, siempre me ha encantado sentir el pelo de un macho en la cara mientras se la chupo, me metí sus huevos en la boca y eso a mí tío Albert le encantaba.

Con la mano libre que tenia se dispuso a tomarme el trasero, pero sintió los restos de la leche que aun tenia.

Albert: ¿Y esto mi amor? ¿De quién es?

No respondí, pero mi tío no era tonto y ya se imaginaba algo.

Mi tío empezó a tomar los restos de semen y me los llevo al ano, jugo un rato con el introduciendo un par de dedos.

Albert: Sobrino aún está un poquito hinchado, Erick por lo visto que dio buena faena, ¿estás seguro que quieres que te coja?

Si - dije firmemente.

Entonces sube y cabalga sobre la verga de tu macho – dijo.

Yo, ni corto ni perezoso subí a la cama, primero comencé a sobarme sobre su verga, mi tío solo me miraba impaciente preguntándose en qué momento iba a introducirme su vara caliente, me sobaba y mi tío recorría con sus manos mi pecho, y mis nalgas.

De un momento a otro no aguante más y me fui introduciendo lentamente su pene en mi interior, yo suspiraba, mi ano se iba abriendo a un amigo conocido y lo recibía maravillado de volverlo a sentir, hasta que se enterró por completo en mis entrañas, me incline y mi boca se encontró con la de mi tío y nos besamos.

Eres un chico tan bueno, eres hermoso y precioso, bebito – me dijo con una notable excitación.

Me recosté en su pecho, cerro sus brazos alrededor de mi espalda y mi tío me empezó a follar, su pelvis hacia todo el trabajo mientras su pene entraba y salía de mi ano, me levantaba levemente como intentando meter algo mas, pero ya todo estaba dentro.

Me libere de la prisión de sus brazos, puse mis manos como soporte en sus pectorales y me empecé a mover como si estuviera cabalgando, me movía y movía como nunca lo habida hecho antes, verdaderamente Cris me había dejado muy excitado, la sangre me hervía y la cama parecía que se iba a desarmar.

Mi amor que rico te mueves – dijo haciendo muecas en su rostro por la excitación.

Yo no contestaba y seguía en lo mío, me movía en círculos, adelante hacia atrás, hacia todos los movimientos que conocía con tal de dar placer a mi macho y darme placer a mí mismo.

Cachorrito no te detengas – dijo mi tío – Dale que te quiero destrozar el ano y tú me destrozas el pene – continuo.

Mi tío me tomaba de la cintura mientras me movía, estaba como un poseído, sentía un placer enorme tener su pene enterrado lo más profundo de mi.

Mi amor me encanta como te retuerces de placer, pero ahora me toca moverme a mí – dijo eso e hizo un movimiento brusco y sin sacarme su pene cambiamos de posición.

Tenía mis piernas en sus hombros y mi tío me embestía fuertemente, su sudor caía sobre mi abdomen y sus bolas golpeaban mi trasero, no sé qué cosa se escuchaba más si el sonido de la cama moviéndose o el de sus bolas chocando con mi piel.

Nos besábamos y al mismo tiempo me embestía, nuestros gemidos eran audibles, había perdido el control de mi boca y solo gritaba de placer, me penetraba fuertemente, y sentía mi pene que cada vez más hinchado.

Me había entregado al placer y dejaba que mi tío haga lo que quisiera, Albert como buen macho cumplía y muy bien, no descansaba, el exhalaba y suspiraba, el sudor con el que estábamos bañados hacia más excitante la experiencia, estábamos muy calientes y solo la eyaculación podía bajar la temperatura, pero faltaba mucho para ello.

Pasaron los minutos y las piernas casi se me adormecían por tenerlas arriba todo el tiempo, mi cintura me empezaba a doler porque todo el peso de la mitad de su cuerpo descansaba ahí y eso sumado a las envestidas que me estaba dando.

Llego el momento y el semen estaba en la puerta, explote y eyacule sobre mi abdomen, mi macho al sentir mi ano apretar su pene eyaculo inmediatamente después de mí, inyectándome toda su leche, tras sus últimos espasmos, descansó un rato sobre mí y juntamos nuestras bocas nuevamente, mientras su sudor caía en mi rostro, verdaderamente la habitación olía a sexo, olía a dos machos que acababan de fornicar.

Pasada la arrechura por fin hable

Yo: Tío tenemos que separarnos ya, tía Patricia puede venir en cualquier momento.

Albert: No te preocupes sobrino, tu tía se fue a la granja vecina que esta como a 45 minutos de aquí, fue a ayudar a parir a la hija de los vecinos – dijo eso separándose y acostándose a mi lado.

Yo: Por lo menos tenemos algo de tiempo.

Estaba exhausto, mi cintura me dolía un poco, mi semen estaba encima mío y la calentura ya se había ido, definitivamente el sexo es un acto animal, nos transforma en animales.

Vamos a la ducha – dijo levantándose y extendiéndome la mano.

Entramos a la ducha he inmediatamente expulsé en el wáter la leche que mi tío había dejado momentos antes, se escuchaba gracioso parecía que soplaban por dentro y mi tío no era ajeno a eso, soltó una carcajada y yo le seguí.

Nos aseamos bien, Albert paso todo el jabón por mi cuerpo y yo también por el suyo.

Albert: Parece increíble, tu cuerpo ha cambiado bastante desde que estas aquí, antes parecías un niño y ahora no tanto.

Yo: El campo supongo me ha hecho bien, me gusta estar aquí, me gusta esta vida.

Albert: ¿Porque no te quedas a vivir aquí definitivamente?

Yo: Sabes como es mi padre, no lo permitiría y si lo desobedezco se desentiende de mí.

Albert: No importa, tu sabes que en mi tienes un padre, puedo cubrir tus gastos, además la empresa familiar no solo es de tu padre, de todos modos, piénsalo.

Yo: Esta bien lo hare, no te preocupes

Terminamos de limpiarnos y salimos para nuestras respectivas habitaciones, no sin antes darnos unos cuantos besos muy profundos, entrando a mi habitación, encuentro a Erick recién despertándose, ya era un poco tarde.

A donde fuiste – dijo desperezándose.

A la ducha – dije.

Pero no llevaste toalla – dijo el señalándome.

No, es que salí apresurado – dije rápidamente.

Bueno, me hubieras levantado para ir juntos – dijo con una sonrisa pícara.

La próxima vez lo hare – dije guiñándole un ojo.

Erick se levantó con su pene balanceándose, tomo su toalla, se la anudo a la cintura y salió para el baño.

La mañana paso excelente, como era lunes nadie quiso hacer nada, esperamos a que tía Patricia llegara y tomamos desayuno juntos.

Los días pasaron y marzo llego, manteníamos nuestro trabajo en la granja, es asombroso todo lo que hay que hacer, al parecer no hay nada, pero sí que hay bastante trabajo, logramos hacer la piscina con un poco de esfuerzo, todo salió de maravilla, los niños la disfrutaron y mi tío, Erick y yo también, claro que, por separado, en cuanto al sexo, teníamos 2 veces por semana, es decir dos veces cogía con Erick y otras dos con mi tío, ya no había pasado nada parecido a la última vez con Cris.

Mi cuerpo estaba cambiando, había aumentado notablemente su volumen y yo también lucia como campesino, me estaba dejando crecer la barba, y en general el vello de todos los lados de mi cuerpo, vine depilado de mi zona genital y ahora tenía un poco vello que estaba creciendo.

Se me ocurrió que era momento de hacerme el tatuaje que estaba pensando, así que pedí prestada la camioneta a tío Albert, le dije que iba ir a la ciudad porque iba a ver un amigo, el de inmediato acepto, maneje y como a las 8 de la noche llegue al sitio donde iba hacerme el tatuaje era un tanto complicado así que tomaría varias horas.

El diseño estaba listo, había estado en comunicación con el tatuador, así que ya tenía todo preparado solo era cuestión de ir y hacerlo, he de decir que el diseño no lo había hecho yo, , era un hombre lobo idéntico al de la película Van Helsing.

Me atraía mucho la idea de un hombre lobo, pues es una referencia a los hombres con los que estaba viviendo, machos, dos de ellos peludos pero los tres muy viriles, así que no lo dude y me puse en marcha, el diseño completo de tatuaje era el hombre lobo aullando a la luna.

Así que ahí estaba yo sentado en la silla del tatuador, a diferencia de los que dicen que los tatuajes duelen, la verdad es que a mí no me dolió mucho, digamos que las molestias se intensifican gracias al tiempo que estas sentado y esa aguja está recorriendo tu piel.

Pasaron horas, tomábamos tiempos para descansar hasta que finalmente el trabajo estaba hecho, el tatuador me indico los cuidados que tenía que tener y una crema, salí con dirección a casa, ya era muy de madrugada, llegué, Erick estaba dormido y yo me acosté a su lado.

En la mañana las caras de la impresión cuando todos vieron mi brazo eran graciosas, el tiempo paso y las heridas que dejaron la aguja se restablecieron.

Me había adaptado al campo, todo este tiempo mis papas no habían venido a verme, aunque sea un día, no era que me importara mucho, las veces que nos habíamos comunicado por teléfono siempre discutíamos.

El tiempo siguió su curso nuevamente y era la tercera semana de mayo, habían pasado ya 5 meses desde mi llegada, y en cualquier momento Diana daba a luz.

Era lunes 1 de mayo de 2017 y era mi cumpleaños número 21, me levante de la cama medio soñoliento iba con dirección a la cocina a tomar agua, pero me entretuve con mi reflejo en el espejo, admire mi cuerpo por un momento y me gustaba lo que veía.

Desde que llegue hace 5 meses mi cuerpo había dado cambios sorprendentes, parecía increíble pero me veía más alto, tal vez sea por el volumen del mismo, había anchado mucho, pero no tanto como mis primos que esos si eran unas maquinotas, me había dejado crecer la barba pero la mantenía recortada, mi cabello castaño se mantenía corto porque tía Patricia era muy buena peluquera y además que no le gustaba que anduviéramos greñudos, apenas tenía un ligero vello en el pecho,  en mi zona genital y en axilas también tenía pero recortadas, tener a estos hombres que siempre lucían tan salvajes y masculinos habían dejado una fijación en mí, por ello quería parecerme a ellos.

Me gire y mire mi espalda ancha y mi cintura un tanto estrecha que me encantaba junto a mi nalgas duras, redondas y firmes, el tamaño perfecto sin llegar a lo grotesco ni deprimente, me puse de perfil y visualice mi tatuaje, definitivamente me encantaba y se me veía muy sexy pensaba yo, siempre me había gustado ver hombres con tatuajes, siempre me parecieron sexys.

Finalmente me volví a girar y quede en la posición inicial, mire fijamente a mis ojos en el reflejo del espejo, esa era la parte que más me gustaba de mí, pues los iris eran de distintos colores, tenía heterocromia, mi ojo derecho era de color como la miel, y mi ojo izquierdo era de color azul verdoso, eran impresionante, según se y por qué me cuenta mi tío solo mi bisabuelo tenía esa extraña condición que yo había heredado hasta el momento.

Estaba tan entretenido mirándome al espejo, que no me di cuenta que Erick se había despertado y colocado en mi tras.

Buenos días cacharro – dijo dándome un beso en el cuello y sobando su verga en mi trasero – Feliz cumpleaños – termino.

Gracias grandulón - dije volteándome y juntando mi boca con la suya.

Muero por darte tu regalo – dijo y sentí como su pene se erectaba.

Lo quiero ahorita mismo – dije arrodillándome.

Comencé a comerme mi regalo, todo este tiempo me había convertido en especialista en comer vergas puesto que tenía dos machos más que dispuestos a dejar que practique con ellos, mi garganta ya no molestaba cuando me las metía hasta el fondo, ahora aguantaba más tiempo con un pene metido en la boca.

Mi vida, si sigues así te vas a acabar el regalo muy rápido – decía Erick mientras yo lo miraba con su pene atragantándome.

Yo solo seguía, chupándosela y mirándolo, veía su cara de placer al sentir como su pene resbalaba por mi garganta, hasta ese momento yo controlaba el ritmo de la mamada, hasta que mi primo como todo macho que quiere llevar el control de todo, me comenzó a follar la boca esta vez a su ritmo.

Me embestía tan fuerte que perdí el equilibrio y quedé recostado contra el ropero en el cual estaba parado minutos antes, me follaba bestialmente la boca, su pene entraba y salía de mi garganta y había aprendido a contener las arcadas, a la par de sus embestidas mi cabeza golpeaba el ropero, me encantaba como a veces podía tomarme tan cariñoso y suave y otras como esta, que se volvía una bestia y me cogía duro y rápido.

Mi cara estaba completamente roja, sus ojos transmitían lujuria, las venas de su frente se hinchaban y se marcaban, pero finalmente la respiración me fallo, y es cuando ahí el recién me retiro su pene de mi boca, él sabía perfectamente cuando parar, era salvaje pero considerado conmigo, se preocupaba de que yo también disfrutara y no solamente el, no me cogía como se le diera la gana, en realidad mi tío Al también era igual que Erick, me encanta cuando un hombre te ve como una persona y no solo como algo que sirve para follar.

Me tendió una mano para levantarme y la acepte, ya una vez de pie nos besamos.

Eres genial – me dijo entre besos

Tú lo eres más – le dije

Nos besamos largo rato y Erick hizo que me girara, me apoye en el ropero y me incline con mi culo mirando hacia él, se arrodillo y primero pasaba su lengua de arriba hacia abajo por cada cachete, le daba chupetones, y los mordía, mi ano latía por sentir su lengua en él y algo más, olía el aroma de mi raja y se saboreaba, paso su lengua por ella, hundió su rostro y literalmente me comió mi ano, se esmeró mucho en hacerlo, me encantaban los chupetones y las mordidas que le daba, hacía que me mi pene erecto saltara y expulsara liquido pre seminal en forma de hilo que se acumulaba en el suelo.

Metía uno por uno sus dedos para dilatarme pues a pesar que su pene ya había entrado y salidos varias veces de mi ano, siempre era bueno hacerlo para evitar cualquier desgarro, una vez terminada la dilatación, se puso de pie, se colocó detrás de mí y de un tirón enterró la mitad de su pene adentro, tambalee un poco aun así no me dolió mucho puesto que había hecho un buen trabajo con los dedos.

Lentamente termino hundiendo el resto, primero me penetraba lentamente y gradualmente aumentaba la velocidad, su pelvis se pegaba a mis nalgas a una velocidad impresionante que parecía que mis nalgas estaban siendo azotadas, por lo rojo de mi piel y lo fuerte del sonido, yo solo bufaba de placer, el sexo era realmente exquisito.

Tras varios minutos pegado al ropero, cambiamos de posición me puse de rodillas al suelo, y Erick tras de mi como cual lobo salvaje me dejo ir todo su pene hasta el fondo, yo di un gemido que supongo se debió escuchar en toda la casa, pero no nos importó y seguimos en lo nuestro.

Me encanta tenerte así, en esta posición, amorcito – dijo Erick recostado a mi espalda.

Y a mí, tener tu pene adentro – dije sumisamente.

¿Cuál pene? ¿Este? – dijo Erick sacando y metiendo su verga de golpe.

Ohhhhh, si ese – dije entre gemidos.

De quién es ese pene, mi vida – dijo mi primo moviéndose en círculos.

De mi macho mi amor – dije mordiéndome los labios.

Y quien es tu macho – me sigue el.

Tu – dije casi como gritándole

Acto seguido siguió con la faena y me comenzó a penetrar frenéticamente, embestida tras embestida y el solo jadeaba, yo se lo agradecía, mi ano se sentía maravillado tener a tan majestuoso huésped en su interior, mi pene salpicaba el precum que expulsaba, con su mano izquierda se aferró a mi cintura y con la derecha tiró de mi cabello hacia atrás.

Amaba era ligera muestra de masoquismo, me gustaba ser penetrado mientras que mi hombre me jala el cabello, pero detestaba las nalgadas, por ello nunca ni uno de los dos me nalgueaba, habíamos logrado la perfecta pose del perrito, estaba quebrado para él, mis nalgas le pertenecían.

Su mano se movió de mi cintura a mi hombro, pero la otra aún tenía mi cabello entre sus dedos, era la pose perfecta, la pose que más me encantaba, era la más salvaje, estar cachando como los perros, tranquilo sumiso dejándome someter y el dando lo mejor de sí mismo, siempre.

Soltó mi cabello y mi hombre lentamente se recostó en mi espalda otra vez y muy despacio nos acostamos sobre la alfombra, yo debajo y el encima unidos por su verga dentro de mí.

De un momento a otro hizo algo que nunca había hecho y eso me sorprendió, me mordió la nuca, así como lo hacen los felinos y me follo de esa manera, era una cosa sumamente excitante, nunca había experimentado ese placer, definitivamente se había guardado eso para este día, o simplemente afloro del instinto animal el cual sale a la hora del sexo

Con cada embestida parecía que romperíamos el piso, yo solo mordía su mano para no emitir gemidos tan fuertes.

Bebe creo que ya voy a terminar, ¿dónde quieres tu lechita? – pregunto jadeando.

Donde tú quieras amor – conteste yo suspirando.

Volvimos a ponernos de perrito y mientras me embestía comenzó a masturbarme, su mano áspera en mi verga se sentía increíble, la tosquedad de su mano sobre una piel tan delicada como lo es la del pene, erizaba toda mi piel, minutos después comencé a eyacular, mi semen chocaba contra el piso y yo luchaba para no caer de golpe.

Segundo después Erick comenzó a eyacular, la primera descarga lo hizo dentro de mí, pero rápidamente saco su verga para terminar en mi cara, en el trayecto otra descarga se le escapo pero finalmente la tercera, la cuarta, quinta y la sexta dieron en el blanco, todo el semen fue a caer a distintos lugares de mi rostro.

Me trague los que cayeron en mis labios y los restos que quedaron en su verga.

Ufff, me encanta verte con la leche en tu hermosa carita, y más en tu barba, me da un morbo terrible – dijo retomando la respiración.

A mí también me encanta sentir tu semen caliente en mi rostro mi amor – dije sonriéndole aun arrodillado.

De pronto se abrió la puerta de golpe, ni siquiera tuvimos tiempo a reaccionar.

Muchachos Diana ya va a dar a luz, está en labores de parto – dijo cris emocionado y tras esto cerro puerta.

Erick y yo nos miramos y escuchamos a Cris despertar a tía Patricia y tío Albert.

Me limpie todo el semen con lo primero que encontré, me vestí con un short y un polo manga cero como habitualmente lo hago, Erick se puso algo similar a mí y salimos, yo primero fui al baño a lavarme la cara pues había leche reseca en mi barba.

Todos estábamos abajo, tío Albert estaba con los niños y tía Patricia estaba ayudando a Diana a dar a luz, Cris estaba con ellos.

Sobrino parece que te robaron el cumpleaños – dijo mi tío sonriendo y entregándole a Adrián a Erick.

Hijo sígueme por favor – me dijo tío Albert.

Seguí a mi tío a la cocina y nada más cerrar la puerta, se lanzó a comerme los labios con pasión, feliz cumpleaños cachorro – dijo tras el beso.

Muchas gracias tío y nos abrazamos fuertemente.

Y ahí estábamos los tres, hombres tan parecidos, bueno Erick y Albert se parecían, la diferencia era que Erick tenia barba y mi tío se la afeitaba, y yo pues si me había llegado a parecer a ellos en gran manera.

Escuchábamos los gritos de Diana mientras estaba alumbrando, los niños estaban jugando afuera para que no escucharan y se asustaran, mientras nosotros esperábamos impacientes, hasta que finalmente oímos el llanto del bebe y tras ello Cris en las escaleras anunciando que ya había nacido.

Es un ¡machito! como nosotros – dijo con una alegría que nunca le había visto

Bajo corriendo y lo felicitamos.

Pasados unos minutos subimos a ver a Diana que todavía estaba débil por el parto, felizmente no hubo complicaciones puesto que tuvo problemas en los primeros meses de su embarazo.

Ya pensaron el nombre – hable yo.

Si – dijo Cris – Se llamará Rodrigo – Dijo.

Todos pensamos que era muy bonito nombre.

Y así fue como Rodrigo Sebastiani, se robó mi cumpleaños.


GRACIAS POR LEERME, HASTA AQUI LES TRAIGO UNA NUEVA ENTREGA Y DISCULPEN LA DEMORA.