La gran muralla China

TENÍA que suceder un día. Un hombre ordenó que se construyera un muro alrededor de su casa. El hombre era el emperador. ¿Y su casa? ¡Toda China! Pero ¿quién fue este monarca? Y, ¿por qué movilizó a un reino entero para erigir tal muralla?

La gran muralla China... monumento al sueño de un emperador

Tenía que suceder un día. Un hombre ordenó que se construyera un muro alrededor de su casa. El hombre era el emperador. ¿Y su casa? ¡Toda China! Pero ¿quién fue este monarca? Y, ¿por qué movilizó a un reino entero para erigir tal muralla?

Para obtener las respuestas a estas preguntas tenemos que mirar al período de la historia china conocido como el de los "reinos combatientes" (403-222 a. E.C.). Pero recuerde, a veces es difícil separar un hecho histórico de una leyenda. China estaba dividida en pequeños reinos o estados, y a menudo estallaban guerras entre ellos. Añadiendo a este caos, los temibles "bárbaros" nómadas que vivían al norte trataban constantemente de saquear las cosechas de las tierras fértiles del sur. Para protegerse a sí mismos, muchos de estos estados empezaron a ocuparse en la construcción de murallas.

La polvareda provocada por estas luchas políticas oscurecieron al principio la ascensión de un pequeño estado chino llamado Tsin. Pero gradualmente este estado agresivo, desdeñado por los chinos cultos, conquistó a todos los otros reinos combatientes menos a seis.

Luego en el año 246 a. E.C., el príncipe Cheng de 13 años de edad asumió el poder del reino Tsin. Él se imaginó un imperio unido bajo el control de su mano de hierro, y no perdió tiempo en atacar a los otros reinos. Para el año 221 a. E.C., el último de los estados chinos cayó ante los ejércitos de Tsin. Al fin el rey de Tsin había logrado lo que reyes anteriores ni siquiera habían osado soñar. Era el señor de China... ¡de toda ella! El jubiloso Cheng se dio a sí mismo el nuevo título de Tsin-che Huang-si, o primer emperador soberano de la dinastía Tsin.

Tsin-che Huang-si era un hombre dominado por su ambición de unir a su imperio y por su obsesión egocéntrica de inmortalidad. Por una parte fue aclamado como un genio político. Centralizó su gobierno, hizo uniforme el idioma chino escrito, reformó el sistema monetario y construyó grandes vías de comunicación que partían de su ciudad capital Kien-kang.

Por otra parte, la historia también describe un lado sombrío de este hombre. Tsin-che Huang-si le tenía terror a la muerte. Varios intentos de asesinato intensificaron su temor hasta llegar al punto de hacerse histérico. Por lo tanto, ordenó que se construyeran residencias imperiales a montones, llegando a haber un total de 270 tan solo en los alrededores de la capital y estaban conectadas por túneles secretos para que el obsesionado emperador pudiera cambiar de sitio secretamente y dormir en un lugar diferente cada noche.

El sueñodeunemperador,lapesadilladeunimperio

La historia oficial china da el año 214 a. E.C. como la fecha en que al emperador Tsin-che Huang-si le vino la idea de trazar una cortina a lo largo de la entera frontera septentrional de su imperio. Imagínese a este emperador dibujando ante los ingenieros de su corte un cuadro glorioso de su última fantasía. Se dice que él proclamó: ‘¡Edificaremos una muralla!’. Esta muralla habría de tener unos 7 metros de alto (24 pies) en muchos puntos y en su parte superior habría de ser lo suficientemente ancha para que ocho soldados caminaran por ella uno al lado del otro. La carga de esta tarea increíble recayó sobre el incansable Meng T’ien, uno de los más distinguidos generales de Tsin. Movilizó a su ejército para obligar a las masas a cumplir con el sueño de su amo.

Puesto que la muralla estaba siendo construida aparentemente como defensa contra los temidos invasores del norte, se necesitaban atalayas para vigilar los movimientos del enemigo a todo lo largo de la muralla. Por lo tanto Meng T’ien emprendió la construcción de estos gigantescos puestos de vigilancia, que tenían unos 12 metros (40 pies) por cada lado en su base y unos 9 metros (30 pies) en su parte superior. La distancia entre una y otra era de dos tiros de flecha, de esta manera los arqueros podían defender desde las torres cada centímetro de la muralla. A lo largo del país se erigieron un total de 25.000 torres en las cumbres de las colinas y en las entradas de los valles.

Donde le fue posible, Meng T’ien utilizó los muros y las torres construidas por reinos anteriores, uniéndolas a lo que los chinos llamaron posteriormente Wan Li Ch’ang-ch’eng, o la Muralla de los diez mil li. (Un li chino equivale a medio kilómetro o a un tercio de milla.) Sin embargo, en realidad la Muralla se extendía por aproximadamente unos 2.960 kilómetros (1.850 millas). Generaciones sucesivas hicieron añadiduras a la muralla, haciéndola serpentear y extendiéndola en muchas direcciones. Las últimas mediciones hechas por el gobierno chino para "trazar los restos de la muralla en zonas remotas o montañosas han indicado que la verdadera longitud es de unos 10.000 kilómetros", según informa la revista China Reconstructs.

Se cree que algunas porciones de la muralla tienen los cimientos hechos con inmensos bloques de granito de 4,2 metros (14 pies) de largo por 1,2 metros (4 pies) de ancho y piedras de revestimiento de 0,60 a 1,5 metros (2 a 5 pies) de espesor, similares a los métodos de construcción empleados por los ingenieros de la dinastía Ming del siglo XVI. El espacio intermedio se llenaba con tierra apisonada y cubierta de una calzada de ladrillos. A medida que la muralla avanzaba hacia el oeste, cruzó vastas llanuras fértiles donde había muy pocas piedras. De manera que los constructores se vieron forzados a usar lo que había disponible, un polvo amarillo fino llamado loess. Algunas secciones se construyeron llenando marcos de madera con loess mojado. Otras secciones se construyeron cincelando bloques de loess, dejando así una franja elevada de tierra a manera de muralla. Hoy día lo que queda de estas secciones es solo un montón de escombros.

La Gran Muralla escaló las encumbradas montañas de China, descendió a los valles más profundos y avanzó a través de desiertos ardientes. En el este, vientos helados y ventiscas cegadoras atormentaban a los obreros. En el oeste, los oprimía el despiadado sol del desierto y las tormentas de arena. Su construcción habla de la agonía de centenares de miles de trabajadores que laboraron penosamente casi sobrepasando los límites humanos. A los que no trabajaban lo suficientemente rápido los arrojaban vivos en las zanjas para los cimientos junto con otros que habían muerto de hambre o debido a las inclemencias del tiempo. La Muralla se ganó la siniestra distinción de ser conocida como "El cementerio más largo en la Tierra", pues su construcción produjo unas 400.000 muertes.

Entre las víctimas estuvieron muchos intelectuales chinos que eran considerados peligrosos a la estabilidad política del imperio. Sus ideas feudales y sus críticas de las arrolladoras reformas del emperador llevaron a la infame ‘quema de libros y al entierro de los eruditos’ en 213 a. E.C., lo que ennegreció para la posteridad el nombre de Tsin-che Huang-si. Hasta el día de hoy hay baladas que lamentan la pérdida de vidas como resultado de la construcción de la Muralla. ¡Verdaderamente una pesadilla!

Se derrumbaunadinastía

Pero queda una pregunta que molesta. ¿Por qué querría un emperador deliberadamente agotar su imperio en un empeño tan monumental? En la superficie pudo parecer que la razón principal era para protección. Y es cierto que los nómadas fueron rechazados eficazmente, por lo menos por algún tiempo. Pero recuerde por un momento que el reino de Tsin, en su cenit, fue una poderosa máquina de guerra triunfante en la conquista de todo lo que estaba a su alcance. ¿A dónde iba a encauzar sus energías? Quizás el emperador temía más a este vasto e inquieto ejército que a los nómadas.

No obstante, la construcción de la Muralla resultó ser un golpe devastador para el imperio. Al sur de la Muralla empezaron a formarse ejércitos rebeldes. Estallaron revueltas de campesinos debido a los impuestos aplastantes que los proyectos extravagantes del emperador imponían. El hombre que había luchado tan desesperadamente por la inmortalidad murió en 210 a. E.C. La resultante lucha por el poder dejó al decadente imperio en ruinas. La poderosa dinastía Tsin había durado apenas 14 años, de 221 a 207 a. E.C. Sin embargo, ese breve gobierno presenció algunos de los cambios más radicales en la historia de China.

Al igual que Tsin fue incapaz de evadir al mayor enemigo del hombre, la muerte, así también hoy queda poco de su Muralla original que sirva de tributo a los millones que trabajaron como esclavos para realizar el sueño de un emperador. Las impresionantes secciones de la muralla que han permanecido en pie y que los turistas pueden ver hoy día fueron construidas en el siglo XVI por el emperador Wan Li de la dinastía Ming.

¿Cuán grandeeslaGranMuralla?

· Si se estirara la Muralla original, esta se extendería desde el Pacífico hasta el Misisipí, E.U.A., pasando por las montañas Rocosas, o desde la punta de Bretaña en Francia pasando por el norte de Europa hasta Moscú.

· La Gran Muralla contenía suficiente material para construir un muro de aproximadamente dos metros y medio de altura y uno de ancho que le dé una vuelta a la Tierra por la línea ecuatorial... una distancia de 40.000 kilómetros.