La gran fiesta
Una pareja descubre los placeres de pertenecer al circulo intimo de amigos de un pub liberal en un morboso encuentro tintado de orgía.
Este texto es una ficcion que pudo ocurrir de un modo muy similar en uno de los calientes rincones de la geografia española.
La fiesta
Nuestra vida y plenitud sexual comenzó el día que llego una carta de "+D2", conocido bar liberal de la capital en que vivimos, Zaragoza, recordamos entonces haber dado nuestros datos a una encantadora relaciones publicas de cuerpo excepcional, que tras habernos visto asiduamente por el local en el ultimo año nos comento que de vez en cuando se organizaban algunas fiestas privadas con buen ambiente fuera del local, parecía que nosotros encajábamos dentro del perfil de gente que asistía a las mismas y nos sugirió que no perdiéramos la oportunidad de asistir. Os preguntareis que cual es ese perfil del que hablo, pues bien, empezaré por mi mujer (las damas primero), ella es una preciosa mujer alta de grandes pechos, sin ser de excesivas curvas esta bien moldeada y tiene un culo realmente apetecible, además disfruta de una sana y reconocida bisexualidad, y yo...,yo soy un chico de estatura mediana, incluso baja, de complexión fuerte y un miembro que hace honor a la ley de la "L", ya sabéis, por otro lado tengo tendencias bisex que ya he disfrutado plenamente, en fin..., me estoy entreteniendo, aproximadamente esto es lo que pudimos leer en aquella carta que tanto altero nuestros instintos:
Queridos Juan y Mari:
Aprovecho esta ocasión para saludaros e invitaros a participar en un fin de semana que alterara vuestros sentidos. Debido a la confianza que habéis depositado en nosotros creemos que ambos sois dignos merecedores de asistir a la fiesta que se va ha organizar en una pequeña casa rural de Ainielle en el Pirineo oscense junto a otras 16 parejas reconocidas por nosotros.
La organización de este encuentro se va a realizar bajo unas normas especiales de convivencia, las cuales pretenden dotar del mayor nivel de morbo y placer al evento. Durante toda la estancia en la casa se deberán cumplir obligatoriamente las siguientes leyes que se exponen a continuación:
Los organizadores han dispuesto una serie de juegos y directrices las cuales esperamos se sigan sin muchas preguntas, dando por sentado que estas siempre serán destinadas a aumentar el placer que estos días conllevan.
Las parejas asistentes deben tener un alto grado de confianza en su relación, damos por sentado que esto es así, no queremos malos rollos, por eso os hemos elegido.
Toda persona debe respetar los deseos de los demás, nadie debe ser obligado hacer nada que no quiera, saltarse esta norma significara la expulsión, creemos en el respeto y el sexo con confianza.
Todo asistente respetara la intimidad personal del resto de asistentes tras la finalización del encuentro.
Bueno, creo que esto es todo lo que debéis saber, lo demás ira viniendo y sorprendiendo sobre la marcha. Si aceptáis las condiciones y deseáis asistir esperamos la confirmación de vuestra reserva en el teléfono que os adjuntamos.
Un saludo: Ana (Relaciones publicas +d2)
Tras la lectura de la carta la carta una sensación de incertidumbre y excitación a la vez invadió mi cuerpo y creo que también el de mi mujer ya que esa noche devoro mi cuerpo como nunca. Las conversaciones a lo largo de la semana se sucedían terminando en un único tema "ir o no ir", finalmente la curiosidad pudo mas que nada y me encontré llamando a Ana para confirmar nuestra asistencia.
Llego la semana anterior a la fiesta y el ambiente en casa estaba al rojo, mi mujer traía bolsas de tiendas de lencería que no me quería enseñar, fue a la peluquería, a depilación, incluso se dio una sesión de rayos. Yo por mi parte intente sin éxito perder algo de peso, también compre algún que otro slip e incluso un tanga sorprendiéndome a mi mismo.
Por fin el viernes llego, termine mi trabajo con la excitación de un niño ante un día en el parque de atracciones y salí disparado a buscar a mi mujer. Tras una buena ducha (fría), recogimos las maletas y comenzamos el viaje, no tardamos ni dos horas en llegar a aquel pueblecito perdido en mitad del monte. Según me había informado era un pueblo abandonado donde habían reconstruido un par de casa rurales para el turismo de la época estival. Una de ellas permanecía cerrada en aquellas fechas y la otra evidentemente debía ser la nuestra, "La Forca".
Nos plantamos ante el portón de un precioso caserío restaurado, llame al timbre mientras un escalofrío me recorría el cuerpo, se abrió la portezuela de la mirilla y la sonriente cara de Ana relajo mi inquietud.
"Hola Juan, Mari, pasad", abrió la puerta y dejo a la vista su cuerpo desnudo que ya había visto y disfrutado, disfrutado..., otras veces. Me estampo un beso en los labios y después repitió la acción con mi mujer, deteniéndose mas en ella.
"¿Llegamos tarde?, lo siento, no pude salir antes del trabajo" dije sin poder apartar la vista de sus ojazos
"¡No!, tranquilos, sois los penúltimos" dijo mientras cerraba la puerta tras nosotros, "Recordáis a mi marido Luis". Estaba detrás de un mostrador completamente desnudo con cara sonriente. Ambos le saludamos.
"Ya estáis desnudos ", dije sonriente.
"Si, y vosotros lo vais a estar pronto, normas de la casa, recordáis lo que ponía en el la carta ¿verdad?, pues esta es la primera norma, solo se permite el desnudo o lencería desde el mismo momento en que crucéis el hall, así que tenéis que desnudaros aquí mismo"
"Joder si que empieza esto fuerte, ¿no?", exclame irónicamente.
"Haz caso", me dijo Mari mientras me propinaba un cachete en le culo poniendo cara de golosa, "¿y que mas reglillas hay por ahí?".
"La segunda es que escojáis una papeleta, porque no vais a dormir juntitos esta noche" dijo Luis con voz picara mientras señalaba dos urnas con las inscripciones "mujeres" y "hombres".
La idea no me cayo muy en gracia, sin embargo tras pensarlo unos segundos..., mi mujer ya había pasado alguna noche "fuera" y no era el momento de tener una mente estrecha sino todo lo contrario. Ambos nos desnudamos hasta quedar en ropa interior ante los ojos de nuestros anfitriones y por fin pude ver el modelito que mi mujer había estado ocultando con tanto celo, un corsé negro ciñendo su cintura, el cual terminaba en una copas donde se apoyaban sus enormes pechos que quedaban cubiertos apenas por debajo de la mitad, le acompañaba un escueto tanga que dejaba adivinar un coño rasurado y a los lados dos preciosas medias sujetas por las ligas que bajaban del corsé, ¡me la hubiera comido allí mismo!
"No pongas esa cara de bobo, que ya tendrás tu parte", me dijo dejándome cortado, "Bueno, me ha tocado la 8", dijo cogiendo una papeleta de la urna de hombres.
Estaba lanzadisima , me estaba impresionando; Yo también escogí y obtuve la 12, Ana me tomo de la mano y se ofreció a acompañarnos, bajamos unas escaleras y llegamos a un pasillo donde estaban la habitaciones, creí escuchar algunos jadeos saliendo de la 4 lo cual me hizo sonreír inconscientemente.
"Bueno, esta es la tuya ", dijo Ana llegando a la 8. "Pasa sin llamar, no te preocupes, todavía no ha llegado tu compañero de cuarto".
Mi mujer me dio un beso con lengua "hasta luego" y se metió dentro.
"Tu ven conmigo" dijo estirando Ana estirando de mi mano hasta la puerta doce, "esta es la tuya" dijo mientras me besaba el cuello y me acariciaba el paquete ligeramente, "y tu si que tienes compañía aquí dentro", me dio una palmada en el culo y se fue por el pasillo dejándome con el corazón en un puño delante de la puerta.
Comencé a sentir una excitación que me provoco una erección que apenas sujetaba mi slip, mierda..., esto para ayudar a lo tenso y morboso de la situación.
"Se puede", dije tímidamente mientras llamaba a la puerta
"Adelante" respondió una voz femenina.
Abrí lentamente la puerta y pase dentro, del baño sonriente salía una bella mujer que ya había visto alguna vez en el local de Zaragoza, siempre me había atraído aunque jamas había disfrutado de su compañía, era una mujer de unos 50 años muy bien conservada, morena de ojos grandes y marrones, superaba ligeramente mi estatura al igual que mi mujer. Comencé a descender mi mirada desde su pelo corto recorriendo todo su cuerpo en unos segundos eternos, lucia un precioso sujetador de encaje blanco que transparentaban dos pezones bordeados por unas amplias aureolas oscuras, si bien no eran unos grandes pechos se intuían duros y ligeramente caídos hacia arriba, extraña condición para una mujer de su edad.
Su vientre al igual que sus piernas se conservaba magníficamente, bronceado por el sol ,hacia resaltar unas braguitas de encaje bajitas de cintura. Dos zapatos de tacón alto terminaban una faena que prometía ser larga y placentera.
Cuando recupere la mirada me encontré con unos ojos que tampoco habían perdido el tiempo concentrándose con descaro en mi erecto paquete.
"Hola me llamo Laura", dijo rompiendo el momento, "Así que tu vas a ser mi compañero, encantada"
"Si, soy Juan" balbucee, mientras ella se acercaba a darme un beso.
Al contacto de su piel todo mi cuerpo se estremeció, me abrazo ligeramente y yo de modo tímido le correspondí disfrutando unos breves instantes de sus labios. Olía de un modo delicioso, embriagador. Todo aquello era tan raro, era una especie de encerrona con altas dosis de morbo y sin embargo me volvía a sentir con la timidez e inocencia de un adolescente en su primer encuentro con el otro sexo.
"¿Nos hemos visto antes verdad?, vas mucho por +d2" comente mientras me separaba de ella y recogía mi maleta
"Bueno, siempre que mi marido José y yo podemos", dijo mientras se sentaba en la cama observándome, "yo también creo recordarte a ti y a tu mujer, ¿es una rubia y alta verdad?.
"Si, esa es" dije mientras depositaba la poca ropa que iba a necesitar en la balda del armario.
"Alguna vez hemos estado tentados de acercarnos a vosotros, pero..., parecéis muy jóvenes". Se había tendido en la cama y mirándome jugueteaba con una carta sin parar.
"Bueno, Mari tiene 28 y yo 29, ¿te supone eso un problema?" dije con voz cordial mientras me sentaba en la cama.
"No, nuestro miedo era mas porque lo supusiese para vosotros"
"A nosotros", dije sonriendo, "todo lo contrario, las mujeres mayores que yo siempre han sido mi debilidad.
"Eso me encanta" dijo mientras me propinaba un beso apasionado
Esto supero a todo, acabo de cortar o mas bien calentar el hielo inicial que llenaba la habitación. Rodeándola con los brazos disfrute de sus labios y poco a poco nuestras lenguas empezaron a encontrarse, comenzando el jugueteo de manos que discurría por nuestros cuerpos. No tardo mucho en descender una de sus manos hasta mi slip, palpo y recorrió sobre la tela toda la longitud de mi pene, levanto ligeramente la goma, el guerrero harto de mantenerse aprisionado y en continua erección salto como un resorte dejando a la vista el capullo enrojecido, golosamente lo observo separándome de sus labios y comenzó un jugueteo tortuoso con sus dedos, acariciaba el frenillo con tal delicadeza que me obligaba a retorcerme de placer. Ya no necesitaba mas, el momento, el morbo desde que entre en la casa, el cuerpo de Ana, mi mujer desnuda en manos de otro, Laura, era demasiado, mas de lo que podía aguantar, me venia.
"Me corro, para.., me corro", suplicaba arqueando la espalda, "para...".
Se deslizo entre mis brazos y el contacto de sus labios con mi glande supuso mi descarga irremediable, trago todo el liquido espeso que inundo su boca paladeando con deleite el fruto de su trabajo.
"Gracias cariño", dijo tras darme un breve beso en los labios y sonriendo pícaramente añadió, "pero espero que mas tarde me des un servicio mas largo que este"
"Perdona es que..."
"No te preocupes" dijo interrumpiéndome, "no es un reproche, lo entiendo, ¿es la primera vez que acudís a un a fiesta como esta?"
"Si"
"Lo imaginaba, yo la primera vez tuve un orgasmo en el momento en el que mi pareja de aquel día puso sus labios sobre mis tetas, humm, aun lo recuerdo" dijo mordiéndose el labio inferior "era como yo ahora, una persona madura, aquel día Sergio fue para mi lo que hoy yo he sido para ti", me beso en la frente mientras pasaba su mano por mi pene semierecto acariciándolo; continuo "se lo que es, te pegas la semana anterior excitado, continuamente excitado, y el día que llega la fiesta estas que explotas" dijo riendo, "pero queda mucho fin de semana".
"Eso espero"
"¿Quieres saber que sorpresas nos han preparado esta vez?" dijo mientras cogía de la mesilla la carta con la que antes había estado jugueteando.
"¿Qué es eso?", pregunte intrigado.
"En cada fiesta los pillos de +d2 preparan una serie de juegos para cada noche y te dejan unas reglas explicando que hacer, tiene su gracia, ¿la abrimos?"
"Claro", me moría de curiosidad.
Laura se recostó sobre mi y abrió el sobre, esto fue lo que encontramos:
Querida parejita:
Bueno esto ya ha comenzado y supongo que ya os conocéis "mejor", os comentare a continuación cual es la idea para este fin de semana, en primer lugar quiero comentaros que todas las personas que se encuentran hoy bajo este techo son bisexuales o tienen tendencias bisex que le llevan a serlo, de ahí que se eliminen los miedos y se habrán los sentidos. En segundo lugar hemos dispuesto ha vuestra disposición una serie de juguetes que deberéis utilizar, en la mesilla derecha de vuestra cama deberéis encontrar:
1 Cono anal
1 juego de bolas chinas vaginales
1 juego de bolas chinas anales.
La cena se servirá a las diez en el comedor, es obligatorio el uso de lencería como única indumentaria y los tres juguetes, los tres, deberán ser utilizados por cada pareja a lo largo de la cena.
Un saludo. Besitos. Ana y Luis.
PD: Aconsejamos por motivos de higiene que se realice una limpieza interna antes de utilizar los juguetes .
No acababa de entender todo aquello e imagino que mi mirada perpleja alerto a mi dulce acompañante.
"¿Que pasa?, ¿no te gusta la idea?" sonrío, "Pues yo creo que es original, cada vez se les ocurre algo nuevo" se levanto abriendo la mesilla y saco los tres instrumentos, una tira de bolas anales, una de bolas vaginales y el cono, un cono de unos 12 o13 centímetros, no muy ancho.
"No lo entiendo, perdona, pero soy nuevo en estas movidas y sí...,sí, todo lo que sea disfrutar me atrae, explícame.."
"Bueno como ves hay tres juguetes, hay que llevarlos puestos a la cena así que..., ¿tu eres bisex no?, pregunto mientras jugueteaba con las bolas.
"Bueno..., si, me han penetrado un par de veces pero no tengo mucha experiencia...", conteste tímidamente.
"Entonces no creo que quieras las bolas vaginales, aunque se de mas de un tío que esta noche las llevara puestas en la cena", rió, "entonces te dejo elegir, ¿qué prefieres ponerte, las anales o el cono" dijo mientras sujetaba un objeto en cada mano.
"Elige tu, aunque hace mucho que no me dilatan el ano"
"No te preocupes, esta noche seguro que alguien te lo dilata del todo", me dio una palmada en el culo y dijo carcageandose, "Y te gustará pillín".
Yo también me reí, me atraía la idea y el juego me parecía un buen comienzo
"Entonces...", dijo pensativa, "te vas a estrenar con el cono", me lo tiro después de darle un lengüetazo lascivo, "¿pasas tu primero a lavarte por dentro o paso yo?".
¿Por dentro?
"Claro, no querrás ir manchando por ahí esta noche?
"Te pareceré estúpido pero no lo he hecho nunca, en fin , me imagino a que te refieres, pero..., las veces que me han penetrado fue sin prepararlo y...., si algo manche, aunque no le di mucha importancia"
"Pues yo si se la doy" dijo imperativamente, "Anda quítate de una vez ese slip y pasa pal baño que yo te ayudo", me levante y desnudándome por completo me dirigí al baño, la pasar por su lado me dio una palmada en el culo diciéndome, "Ponte en el bidé y vete lavando bien el culo y la polla mientras preparo esto"
Yo me senté y comencé a lavarme observando sus movimientos, comenzó a desenroscar la pera de la ducha y después comenzó a lavar bien con jabón la junta y parte de la manguera de goma.
"Esto cada uno lo hace a su manera, yo pienso que como mejor se hace es así", dejo la manguera y se dirigió a su neceser, saco un bote de crema diciendo, "ven aquí pimpollo, apóyate en le lavabo abriendo bien las piernas"
Me coloque con los codos sobre el lavabo, con el culo en pompa, dispuesto a sus artes, me levanto un pierna poniéndola sobre el lado de la bañera, dejando mi culo bien expuesto, unto el dedo en crema y comenzó a pasarlo por mi ano, estaba fría lo que me hizo encoger el culo.
"Vamos, no seas quejica, a mi marido esto le encanta, creo que le gusta mas que follarme al muy cabrón" mientras hablaba ya tenia mi culo bien untado y uno de sus dedos se escapaba adelante y atrás por mi esfínter.
"Ahhh..", no pude evitar emitir un suspiro.
"Venga goloso, no te preocupes que luego tendremos tiempo para eso", me propino otra de esas palmadas a las que parece le había tomado el gusto, "ven siéntate aquí", dijo señalándome el borde de la bañera.
Me senté como ella me dijo, con las piernas medio separadas y el borde la bañera a la altura de la mitad de mis muslos, dejando mi culo disponible, tomo la manguera, y dejo salir el agua, cuando alcanzo una temperatura agradable y un flujo no muy abundante la unto por fuera con un poquito de crema.
"Te la voy a meter por el culo, cuando este dentro aprietas el esfínter para que no salga nada de acuerdo"
Acto seguido, en un movimiento rápido tenia metida aquella goma en el ano, me dolió al entrar pero luego se deslizaba suavemente por mi interior inundándome por dentro. No tarde en notar la sensación de hinchazón.
"Bien cuando no puedas aguantar mas, sacas rápido la goma y te sientas en el water, ya sabes lo que has de hacer, repítelo hasta que estés limpio, te dejo la crema", me dio un beso y cuando salía del baño dijo," déjalo todo bien limpio cuando acabes que luego me toca a mi".
Tuve que repetir tres veces mas el mecanismo hasta encontrarme limpio por dentro. Deje todo limpio y la invite a pasar.
"¿Me dejaras hacer a mi los preliminares no?", dije con cara tierna e infantil, "he sido un chico bueno"
"Te lo has ganado", dijo siguiendome el juego.
Me arrodille ante ella y le fui retirando esas diminutas bragas que tanto me habían atraído, dejando al descubierto un precioso coño rasurado, a excepción de un pequeño triángulo en su parte superior. Abrió ligeramente sus piernas para mostrarme todo su esplendor, acerque mis dedos separando ligeramente unos labios mayores abultados, estaba húmeda de la escenita en la cama y sus flujos aun emitían ese olor fuerte y característico. En la coronación un clítoris sobresalía bastante para no ser un momento de gran excitación, pase ligeramente mi dedo por el y ella me dio un manotazo.
"Eso aun no", dijo señalando el bote de crema, estaba claro quien mandaba en esta relación," ahora haz tu trabajo".
Se apoyo igual que yo dejándome a la vista su precioso culo, observe su aureola ensanchada, sabia que los juegos anales no eran nuevos para Laura pero ahora empezaba a sospechar que era una experta. Dos dedos se colaron sin dificultad tras embadurnar su ano con crema, los deslice aumentando el ritmo hasta encontrar algún jadeo por su parte, iba a dirigir mi boca a su rajita cuando de nuevo me paro.
"Después vicioso, ahora déjame sola".
"No, quiero ser yo quien te introduzca la goma".
"Esta bien pero luego te vas"
Se trago medio metro de manguera sin forzar y me obligo a dejarla sola. Salí al cuarto y espere impaciente su reaparición en escena.
Regreso desnuda y sonriente a mis brazos
"Bueno, ahora tu me pones lo mío y yo te pongo lo tuyo"
"¿Y me voy a ir a cenar sin haberte probado? " replique.
"Esta bien, tu ganas, pero solo mi coño que sino luego no siento las bolitas en mi culo", dijo, "túmbate y meteme primero esas y así evitamos tentaciones".
Respondí inmediatamente cumpliendo sus ordenes, ágilmente se subió sobre mi en un magnifico 69 que dejaba a mi alcance lo que antes me había sido negado, comencé a recorrer su hendidura con mi lengua paladeando su sabor y poco a poco fui recorriendo todos sus pliegues, los jadeos no tardaron en llegar, suyos y míos, ya que mi miembro estaba siendo rodeado de caricias por una lengua hábil como ninguna, recorría toda su extensión centrándose de vez en cuando en el glande para volver a descender después hasta su base. Cuando percibí sus primeros jugos en mi boca decidí acércame a ese clítoris prominente que tanto me había gustado, me centre en él, lamiéndolo, succionándolo, disfrutando de cada convulsión que producía en Laura. Decidí introducir entonces uno de mis dedos al que no tardo en seguir otro mas, no podía parar de juguetear con mi lengua en aquel clítoris, le di descanso para recorrer su ano y así lubricar aquella entrada, no hay que olvidar que mi objetivo era introducir las bolitas en su precioso culo, poco a poco mi lengua se fue haciendo paso y decidí insertar la primera, desapareció como un resorte sin tan siquiera empujarla, tras esta todas las demás fueron desapareciendo. Sus jadeos se sucedían y yo seguía recorriendo su raja como un hambriento en busca de alimento, por fin un grito anuncio su orgasmo y durante unos segundos su cuerpo permaneció en calma, calma que precedió a mi tormenta, paso mis piernas por detrás de sus brazos, dejando mi culo abierto y disponible, su lengua recorrió, succiono y se adentro en mi ano suavizando las paredes de mi esfínter
"Toma métemelo en el coño para que se lubrique", dijo mientras me acercaba el cono.
Se lo metí de un golpe extrayéndole un gemido, repetí la operación varias veces mientras ella seguía comiéndome el culo hasta que me lo pidió, "Dame", coloco la punta en mi agujero y poco a poco lo fue introduciendo hasta que llego a su base. Se retiro y casi sin darme tiempo coloco su raja sobre mi polla, hundiéndosela de un golpe, estaba de espaldas a mi inclinándose hacia mis pies para aumentar el rozamiento, no se el tiempo que estuvo cabalgando, solo se que a mi me supuso eternidades sujetar el orgasmo mientras su coño abierto se mostraba ante mi engullendo mi polla, no pude mas y descargue toda mi leche en su interior. Creo que Laura también llego al clímax ya que esta vez no hubo reproche alguno, solo un beso con lengua que termino de quitarme la poca respiración que entonces me quedaba. Descansamos unos minutos abrazados como una pareja.
"Vienes a la ducha", dijo, "no querrás ir sudado a la cena, además aun me tienes que poner otras bolitas", dijo pícaramente.
La ducha se sucedió entre morreos, juegos de manos y otras licencias para acabar insertándole en su precioso coño aquellas bolas de un tamaño nada despreciable. Nos secamos mutuamente y ella se quede en el baño "poniendose guapa", me dijo. Yo me puse el tanga para la ocasión y espere a que mi bella acompañante saliera del baño para ir a la cena.
FIN DE LA PRIMERA PARTE
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