La gordita del banco
Mi encuentro con una veterana, dueña de las tetas mas grandes de mi vida
Llegue al banco cerca de las 10 de la mañana. Ese día me había tomado el día para hacer una serie de trámites personales. La fila era muy larga y me coloque detrás de una mujer mayor, de unos 55 0 60 años. Era una mujer de baja estatura, de un 1.55 mt , gordita , de lentes y pelo algo cano. Se notaba que tenía una buena situación económica, por sus anillos , su vestimenta, su perfume , por su cartera etc. Mas gente se coloco detrás de mí cuando me dí cuenta que no había completado la boleta de depósito. Le pedí si me podía cuidar el lugar, mientras me acercaba al mesón a completar la boleta, a lo que muy amablemente me dijo que no tenía problemas.
Luego de hacerlo, volví a mi posición y le di las gracias. No sé qué pasó, pero sentí una cierta atracción de su parte hacia mí, su mirada, su sonrisa y más aun cuando se dio vuelta a conversar de cualquier cosa, mientras la fila no avanzaba.
En ese tiempo me mantenía bien , 32 años, practicaba deportes, soy alto, 1.84 , delgado, pero con mis músculos bien marcados, aparte de tener un rostro agradable para el sexo opuesto, que siempre me había traído suerte, y al parecer , en esta oportunidad, me estaba ayudando nuevamente. Me hablo del clima, que esa mañana había amanecido un poco nublado, pero que no hacia frio, que se esperaba que cayera lluvia a la tarde etc. Yo por mi parte, sin nada que hacer, le seguí la conversación.
Esa enfermedad que tengo, que para mi todas las mujeres son atractivas de cierta forma, se fijo de inmediato en la enormes tetas de la veterana, que a pesar de estar con un abrigo ( abierto ) y con un suéter negro ajustado, subido , que le llegaba hasta el cuello, se notaba el gran volumen de sus pechos donde descansaba una gruesa cadena de plata. La fila avanzaba lentamente y mi mente morbosa ya había desnudado a la veterana. Imaginándome sumergido en esos pechos, restregándolos contra mi cara. Por su parte la señora sonreía mucho y seguía metiéndome conversación lo que aumentaba mas mi interés por esa mujer.
No se de donde salió el tema de las mascotas, algo como que había dejado acostado a su perrito en su cama , mientras ella salía hacer estos trámites. Por ahí fuimos conversando y le pregunte si su marido no se molestaba por que el animalito durmiera en la cama, a lo que me respondió que era separada. Era una pauta mas para mí, y utilizando mis dotes de galán y mi gran labia, continué coqueteando con la veterana, que llegaba a la ventanilla. Me coloque en la ventanilla del lado, y mientras nos atendían a los dos, seguimos platicando. Mi instinto de cazador, me indicaba que a la veterana no le era indiferente, al contrario, y mi mente trabajaba a full, para hacerme de esos pechos de una u otra forma.
Le dije que había salido rápido de mi casa y que no había tomado mi café diario. Que era un adicto al café, que si no me lo tomaba , andaba todo el dia mal y que pasaría por ahí a tomarme uno. Ella respondió que estaba rico el día para tomarse un “cafecito”, lo que fue mi pauta, para invitarla a tomarse un café conmigo. Me respondió sin dudar que le encantaría y luego de terminar su trámite, me espero un poco más allá.
Mientras me terminaban de atender, le di un completo chequeo a mi víctima, haciendo un análisis completo de su cuerpo.
Como comente era de baja estatura, bastante rellenita, pero no era problema para mi , al contrario , me gusta que tengan carne,ssu rostro con algunas arrugas, su pelo negro, pero con canas, corto, bien cuidado. Sus lentes finos y dos grandes aros. Su abrigo largo de todas formas dejaba ver el gran tamaño de su culo, acorde a su cuerpo y sus tetas impresionantes, grandes que no podían ser ocultadas por más ropa que se pusiera. Usaba un pantalón gris, que ocultaba dos cortas y gordas piernas que me imagine tenerlas sobre mis hombros.
Salimos a la calle, estaba nublado, con algo de llovizna que mojaba el ambiente. Caminé a su lado, encontrándome muy alto a su lado. Entramos a una fuente de soda que casi no tenía público y ordenamos dos cafés. Seguimos conversando de cualquier cosa y retomamos el tema de las mascotas. Por ahí salió el tema de que yo tenía un labrador y que estaba en busca de conseguirle novia. Que no era por un tema de querer hacer negocio con los cachorros, si no que para que el pobre animal relajara sus instintos animales. Ella me comento que su perrito jamás se había cruzado con nadie, a lo que yo comente que era mala con el pobre animal, que no sabía lo que se perdía, siendo algo tan rico y placentero. Ella me encontró la razón, que lo estaba privando de unas de las mejores cosas de la vida. Por ahí le dije que el día estaba ideal para haberse quedado acostado, a lo que ella concordó con mi afirmación, añadiendo que “ y si es acompañado, mucho mejor”. Al decir esto sonrió muy coqueta y le pregunté si tenía alguien con quien quedarse acostada flojeando en esos días. Me dijo que no, que no tenía a nadie, pero que no perdía la esperanza. Definitivamente la veterana me estaba tirando los cortes y yo ya tenía ganas de irnos a algún otro lado y finiquitar de una vez por toda la operación. Le dije que sonaba como si nadie se fuera a interesar en ella, que era una mujer muy llamativa y que a muchos le gustaría estar con alguien como ella.
- Ja ja ¿a muchos?
- Seguro que si , es más , me incluyo
- Ja ja , gracias , pero no te creo
- ¿Por qué no? …
- Por mi edad obviamente
- A mí me encantan las mujeres maduras
- Sí, puede ser, pero no creo que yo provoque algo en ti
- ¿Y si te digo que si… . no te enojas?
- Como me voy a enojar … pero no te creo
- Bueno, es verdad, por eso la invitación
- No lo puedo creer … tu eres un joven muy buen mozo y simpático, seguro tiene a muchas mujeres por ahí, mucho mas atractiva que yo
- Es verdad … digamos que tienes algo muy interesante
- .. supongo que se a que te refieres, ( dándose ella misma una mirada a su grandes pechos , de una forma muy coqueta )
- Ja ja … me confiezo culpable … disculpa si te ofendo
- Para nada , ya te dije que es un cumplido para mi
- ¿Qué dices?
- ¿Qué digo a qué?
- A ir por ahí , y aprovechar esta mañana fría tan especial para estar acostados
- Ja ja que loco …. ¿ lo dices enserio? . es que no te puedo creer
- Lo digo completamente en serio ……… ¿Qué dices?
- No , se … ¿de verdad lo estás diciendo? … ¿ y donde iríamos?
- A un motel
- ¿ a si de directo? … eres muy rápido
- Por que perder tiempo ….
- Te confieso que no me eres indiferente para nada , pero no soy esa clase de mujer de ir a acostarse con un desconocido , menos a mi edad
- ¿Entonces es un no?
- Si …. Es un no
- Bueno. no me puedes culpar por intentarlo , disculpa si te ofendí
- No, como se te ocurre, muy por el contrario …. Me siento muy alagada que un joven como tú, se fije en alguien como yo
- Para que te voy a mentir , me pase rollos contigo en el banco , hice correr mi imaginación
- Mira tu , que imaginativo … reconozco que tu también me gustaste , pero llegar a eso .. no se es una locura
- ¿ y nunca haces locuras?
- Si .. pero no de ese tipo .. aparte que ni te conozco
- Vamos. hagamos una locura …. ¿Qué dices?
- No se .. me da miedo
- ¿A que te haga algo? .. ja ja ja . bueno ….esa era mi idea
- Ja ja . eres un loco ……….. pero me gusta que seas así
- Dime que si ….
- No se
- Ahhh ya es un nose …. Vamos ¿Qué dices?
- ¿Y donde iríamos?
- Tu déjamelo a mi …
- Uff no puedo creer esto . realmente es una locura
- Vamos … las locuras son parte de la vida … ¿ o no te dan ganas?
- Ja ja .. ¡ ganas me sobran! , pero …
- Vamos…. Somos adultos…. Es algo solo entre tu y yo …
- ¿Estas seguro?
- Completamente ….
- Bueno … me da vergüenza … pero bueno vamos
Pague los cafés y salimos. Ambos andábamos en vehículos, pero tomamos el mío y dejamos el de ella estacionado en el centro. Arriba de mi auto, la veterana de reía de nerviosismo al verse con un joven desconocido, rumbo a un hotel parejero a las afueras de la ciudad.
Apenas llegue a este, me puse detrás de ella lentamente y la abrace. Le saque su abrigo, y la comencé a tocar. Ella algo nerviosa, se dejó llevar y echo su gran cuerpo hacia atrás buscando el contacto de mi cuerpo. Comencé a besar su cuello, mientras mis manos acariciaban primero su cintura, subiendo lentamente hasta llegar a sus grandes pechos agarrándoselos por sobre la ropa. Ella estaba muy tranquila y se dejaba tocar, respirando pausadamente.
Con la pieza muy temperada, poco a poco, muy lentamente retire su beatle , dejándola solo con una camiseta color piel mirando a través del espejo de la pared, como mi víctima , con sus ojos cerrados, se dejaba desnudar por este desconocido. Nuevamente mis manos sacan esa prenda y veo ahí el gran volumen de sus pechos, atrapados en un gigantesco brasier. Mis manos abarcando la totalidad de sus tetas, mi verga luchaba por salir de su encierro, mientras continuaba con mis besos en su cuello, trabajándola, causándole sensaciones que hace mucho tiempo esta mujer no experimentaba. Desabrocho con arte y maestría de años de experiencia esa prenda intima y una avalancha de tetas sale expulsada de su prisión. Unas tetas de un tamaño descomunal, enormes, blancas, deliciosas. De pezones rozados, grandotes y puntiagudos. Eran mucho más grande de lo que yo había imaginado y embelesado, se las apreté una y otra vez, tomándolas sobre mis manos, como calculando cuanto podrían pesar cada una. Que par de tetas tenia la vieja , ¡eran increíbles!
Ella se da vuelta y por primera vez nos besamos. Siento su lengua dentro mi boca, y sus enormes tetas sobre mi pecho. Mientras mis manos le agarraban el culo, atrayéndola hacia mi. Comienza a desabrochar mi camisa , mientras yo le ayudo desabrochándome los pantalones . Veo a través del espejo, el tremendo culo que tenia la pequeña veterana, realmente grande , acorde a todo su cuerpo y que en pocos minutos más , estaría a mi completa disposición. Le desabroche sus pantalones y quise bajárselo, pero el gran tamaño de sus nalgas , impedían que bajaran fácilmente, por lo que ella misma tubo que ayudar a bajárselo.
Unos calzones gigantescos, para nada sexys de color beige , era lo único que me separaba de esas enormes masas de carne, que duraron solo un poco, cuando se los baje, dejando su peludo sexo a mi vista. Terminamos por sacarnos toda la ropa, quedando de pie, completamente desnudos nos besábamos apasionadamente, tocándonos por todos lados, hasta que nos tendimos en la cama, acariciando nuestros cuerpos sintiendo le pasión que se generaba entre esos dos desconocidos
Siempre me habían gustado las mujeres de pechos grandes y esta mujer, lo tenía en excesos. Dos grandes masas de carne que colgaban inevitablemente. Realmente unas tetas deliciosas, enormes, blandas, las que chupe una y otra vez, con grandes pezones rosados, que fueron un manjar para mis labios. Metiendo la cabeza entre estas, apretándolas contra mi cara, jugando con semejantes ubres, estaba en el cielo de las tetas.
Pero si bien es cierto que esta veterana tenía unas tetas enormes, no eran nada comparado con su tremendo culo. Era un culo enorme, de dimensiones gigantescas, que mis manos apenas daban abasto para agarrárselo completamente. No aguante mucho y cuando quede bajo ella, sin ningún preámbulo le metí toda mi herramienta en su jugosa concha. Ella se quejo al sentir como sin aviso, toda mi verga entro en su cuerpo. El morbo de tener semejante poto entre mis manos me calentaba en extremo y con mayor placer se la metía una y otra vez, haciendo salir de ella grandes gemidos, mientras me chocaban sus grandes tetas en la cara.
Era una obsesión tenerlo entre mis manos y no podía dejar ni un segundo de tocárselo. Era algo completamente diferente para mi y realmente exquisito. Ella no paraba de moverse y desesperadamente subía y bajaba enterrándose mi pico hasta el fondo, mientras yo aguantaba cada embestida el peso de esa poderosa mujer. Pero no quería que la veterana acabara muy rápido, ya que había pagado por 4 horas y tenía que aprovecharla al máximo , por lo que me salí debajo de ella y la coloque en cuatro patas sobre la cama. Con su enorme culo ante mis ojos, el más grande de toda mi vida, no me contuve y antes de metérselo, descaradamente sumergí mi cara entre esas enormes nalgas, chupándoselo y besándoselo. La veterana estaba abierta a cualquier idea mia y a pesar que se sorprendió que yo hiciera eso, al poco rato se relajo y se dejo llevar por los placeres que le entregaba mi lengua en su mas oculto orificio.
Era un morbo increíble sentir esas grandes masa de carne apretándome la cara, y dejándome llevar por la calentura, le separe las nalgas lo mas que pude y le metí la lengua lo mas adentro que pude por su ano. Ella al sentir como mi lengua trajinaba ese apretado orificio, apoyó su cara en la cama y levantando bien el culo, dejo que ese desconocido le trajinara completamente el ano a su antojo. Algo que jamás nadie en su vida le habia echo ( según ella ).
Cuando me cansé de chuparle el ano, completamente caliente, me levante y bruscamente , teniéndola en cuatro patas, buscando la entrada de su vagina, sin ninguna compasión comencé a culiarmela otra vez, bruscamente, mientras elle gritaba de placer. Me pedía que se la metiera más y mas adentro. Con todas mis fuerzas le di por detrás una y otra vez, haciéndola gemir de placer. Le pregunte si me dejaría metérsela por detrás y su negativa fue absoluta. Intente hacerlo un par de veces , pero ella se corría espantada, dejándome solo penetrarla por donde se debía.
Mientras me la follaba , me miraba en el espejo de la pared, admirando mi cuerpo , con las grandes caderas de la mujer entre mis manos y mi pelvis chocando una y otra vez contra sus grandes nalgas, mientras lo gemidos no cesaban. No se cuanto rato le di a si a la gordita, pero fue mucho. Cuando le pido que cambiemos de posición, me confesó que había acabado y que le diera por favor unos minutos para recuperarse.
Nos acostamos desnudos uno al lado del otro, riéndonos de la locura que habíamos echo. Me fume un cigarro, mientras ella me masturbaba suavemente, admirando mi verga , dura e imponente que tan bien se estaba portando hasta el momento. En un movimiento, mi ocasional amante baja un poco su cabeza, quedando a pocos centímetros de mi verga. Ingenuamente me pregunta si “puede”, a lo que no recibió contestación verbal, solo mi mano en su cabeza, obligándola hacerlo.
La cabeza de la veterana subía y bajaba mamándome la verga muy suavemente , mientras yo admiraba a través del espejo el enorme culo blanco que me estaba comiendo.
Quizás para muchos , una mujer de esas características no sea para nada excitante, pero para los que nos gustan los culos grandes , muy gordos, esta mujer estaba dentro de las top ten de cualquier ranquin. Con mis manos le acariciaba suavemente el culo, metiendo mi mano entre sus nalgas, acariciándole su ano, cosa que la desconcentraba , pero que al cabo de un rato, me permitió hacer sin problemas.
Le hice pasar las piernas por sobre mi cabeza, quedando en un 69 , con su sexo en mi boca, el que chupe una y otra vez, causándole nuevamente una gran excitación, notando nuevamente sus gemidos de placer, al punto de tener que dejar de chuparme para poder quejarse.
Mi cabeza estaba perdida entre todas sus carnes, a veces incluso hasta faltándome el aire, debiendo separarme para respirar. Se notaba que para ella , eso era algo extremo, y que gozaba de sobre manera. Mientras le acariciaba el culo, jugando con sus nalgas , la veterana se quejaba mas y mas. Se movía de un lado a otro tratando de sacar su sexo de mi boca, ya que el placer era mucho para ella , pero yo, afirmándole fuertemente la raja , aumentaba mi trabajo oral. Ya desesperada, me pidió que por favor parara , que era mucho para ella, pero al contrario, lo único que consiguió, es que mi lengua se moviera mas y mas rápido. Ya su gozo fue demasiado y no pudo aguantarse más , acabando escandalosamente, gritando de placer, echando su culo hacia atrás , asfixiándome con sus carnes y expulsando algunos líquidos directamente sobre mi boca, que mas placer me causo.
Cayo rendida sobre mi, haciéndome sentir todo su peso, muerta de placer. Ahí si que tuve que salirme , ya que realmente me costaba respirar. Me dijo que jamás había tenido un orgasmo tan grande como ese , que realmente la había matado.
Salimos del motel después de solo 2 horas, ya que ella debía juntarse con una hija a almorzar. Me dio su número de teléfono y me dijo que cuando quisiera, la llamara.