La gordita colombiana
Invitado a una boda donde la novia es colombiana, el autor recibe los favores de una joven gordita de dicho pais.
Mi trabajo me obliga a participar en algunos acontecimientos sociales a los que la verdad no me apetece mucho asistir, cuando los capullos de mis jefes no ven la invitación interesante al que subscribe le toca ir a la boda, entierro, bautizo, inauguración o congreso que se tercie.
De una boda se trataba en esta ocasión, la del hijo de uno de nuestros principales proveedores se celebraba en una finca andaluza, la familia alquiló una villa turística de las cercanías donde alojo a casi todos los invitados, en especial a los parientes de la novia que venían de Colombia y eran muy numerosos.
Llegué el día antes de la boda obligado a asistir a la despedida de solteros que en las bodas de los ricos se ha convertido en la celebración joven de la boda donde hay un poco mas de desmadre, a cambio los jóvenes han de aguantar de buen grado el rancio protocolo de una boda de altura. Me alojaron en una magnifica alcoba al final de una de las alas de la villa, justo el que ocupaban los mas jóvenes y los que asistíamos solos. El movimiento previo a la fiesta se manifestaba en los pasillos, chicas riendo histéricas y melosas frases con el musical acento colombiano. Salí a la terraza de mi habitación para fumarme un porro cuando observe que un joven moreno de veintipocos años se asomaba en la terraza de al lado. Nos saludamos.
-Huele bien ese cigarrillo señor.
-Mejor sabe
-¿Qué es señor?
-Polen de hashish
-Ah¡ Eso en mi país se ve poco, pero tenemos mucha mota y muy guena.
-Y la mejor coca del mundo le conteste pasándole el porro
-Si señor je je je¡ y si es de su agrado estaré encantado de invitarle a un buen toke del mejor material de mi tierra... je je je¡ por cierto mi nombre es Armando.
-El mio Carlos¡ Encantado¡
El chico llamó a la puerta de mi habitación, le franquee el paso, llevaba una botella de licor (puro ron casero) dos pequeños vasos donde escanció el licor y de una bolsa de plástico donde había una cantidad considerable de cocaína, se hizo dos buenas rayas.
El frescor de la cocaína de calidad despejo mis fosas nasales dejando el típico sabor amargo en mi garganta, charlamos y bebimos, me hablo de su familia, era cuñado de la novia.
Salimos a la fiesta y a través de Armando fuí conociendo a todos los jóvenes que habían sido invitados por la novia, una hermosa y fina morena, el contraste entre unos y otros era apabullante, los invitados del novio eran estirados y remilgados, pijos bastante insoportables en su mayoría y jóvenes zorras obligadas por los acontecimientos a parecer muy decentes mientras que los colombianos, a pesar de ser gente de posibles, eran mas descarados, frescos y bullangueros. En la cena previa a la fiestuki Armando demostró su buen oficio invitándome a su mesa en la que había seis personas mas, cuatro chicas y dos chicos, me presentó, una era su mujer, los dos chicos eran hermanos de la novia y dos de las chicas sus novias, la chica restante no debería de pasar los veinte años, era bajita y regordeta pero bastante guapa, con piel morena y rasgos indios, se le veía un poco desanimada y era prima e intima amiga de la novia. Bromeando Armando me contó que el novio de Margarita, que así se llamaba la chica, se había quedado en Colombia y que ella estaba aburrida y desconsolada y que a ver si yo, que era un autentico caballero andaluz la podía acompañar y consolar durante el fin de semana, riendo le dije que estaría encantado pero que creía que era algo mayor para Margarita, a lo que la chica terció diciendo que tenia pinta de ser mas divertido que la mayoría de los estirados que se sentaban en las mesas de invitados del novio y que estaría encantada.
Comenzó la orquesta, las copas, el baile y la juerga, Armando discretamente se acerco y me regaló un dosificador de cristal repleto de coca, imprescindible en este tipo de acontecimiento si no quieres que todo el mundo comente malévolamente tus entradas y salidas en el servicio.
Margarita resultó ser la típica gordita jovial y desenvuelta, no pasaba de 1.60 pero en su abundancia estaba muy bien distribuida, llamando especialmente la atención sus magnificas y voluminosas tetas. Charlamos y bailamos, en los bailes lentos la cosa resultaba un poco complicada, Margarita se pegaba como una lapa y mi paquete se rozaba a la altura de su barriguita, la veía con los ojitos cerrados apretada a mi cuerpo, podía oler su perfume juvenil y además, cuando mi paquete comenzó a aumentar de tamaño debido al roce no solo no se separó sino que esbozo una picara sonrisa y se repego mas.
En pleno apogeo todos los invitados a la fiesta hicimos un corro en cuyo centro actuaron unos drag queens que encendieron la temperatura con sus procacidades, apoye las nalgas sobre una de las mesas y de pie observé el numero, me sostenido que Margarita que estaba justo delante mío se echara hacia atrás rozando sus redondas nalgas contra mi paquete, que reaccionó de inmediato, ella lo sintió y ajusto la raya de sus nalgas justo sobre mi verga y comenzó un suavisimo balancín que me puso como una moto, sabia que podía avanzar en mis movimientos pero no soy tan atrevido, si alguien veía mis manos en un lugar inoportuno se podría armar un pequeño escandalo por lo que decidí disfrutar la situación, acompañar a Margarita en su suave movimiento y robar a Dios para que nadie se diera cuenta.
Terminado el numero la gente comenzaba a irse, Margarita me dijo:
-Te invito a una copa de ron en mi habitación pero tenemos que salir separados para que nadie sospeche.
Me despedí cordialmente hasta el día siguiente, eran las cuatro de la mañana, en la puerta espere a que saliera Margarita y a una distancia prudente la seguí hasta su habitación que estaba en el mismo pasillo que la mía.
Cuando entre Margarita se había despojando de su vestido y sus tacones y llevaba un albornoz celeste, estaba llenando los vasos de puro ron y me miraba coqueta pero cortada, yo también estaba cortado, no se hasta donde podía llegar con una chica a la que doblaba la edad y de otro país, hasta que se me ocurrió invitarla a bailar de nuevo, puso un disco de boleros y nos abrazamos para bailar, no se como empezamos a besarnos pero a la chica le gustaba el tema, se apretaba contra mi y me besaba con lengua a tope, eran besos interminables, comencé a avanzar besando su cuello, ella desabrochó mi camisa y comenzó a acariciar mi pecho, le abrí el albornoz y me tropecé con un sujetador blanco que cubría sus tetas redondas y en los que sobresalía su pezón y un minúsculo tanguita del mismo color, bailando la fui llevando cerca de la cama donde la tumbe, ella gemía y suspiraba:
-Papito tienes que ser bueno conmigo tengo poca experiencia.
-No te preocupes cielo- le conteste mientras soltaba su sujetador dejando a la vista dos magnificas tetas, redondas y blanquitas con el pezón marrón muy abultado. Las sopese y apreté y las note plenas y llenas, pesadas. Me gustó.
Ella bajo la mirada un poco avergonzada y yo comencé suave a mamarle las tetas, lamiéndole los pezones y aternandolo con chupaditas, su piel se erizo, los pelillos se le pusieron de punta y ella apretó mi cabeza en su regazo, me incorpore sobre ella, le quite el tanguita y para mi sorpresa me encontré con una mata negra y abundante de pelo sobre su coñito, estando el resto depilado, ella abrió sus piernas y pude ver, en una rápida mirada, una hermosa rajita que estaba parcialmente cubierta por unos amplios labios parecidos a los pétalos de una flor, a tenor de la posición de Margarita ella se estaba ofreciendo para ser follada ya pero todavía no era el momento, brinco de sorpresa cuando en lugar de tomar la posición del misionero metí la cabeza entre sus piernas y le pase la lengua por toda la rajita, en el momento que lo hice sus labios se abrieron dejándome ver un coñito pequeño y acogedor y un clítoris un poco mayor de los que me he encontrado hasta el momento, fue darle un par de lamidas con la punta de la lengua y la chica comenzar a gemir mas de seguido y a mojarse, su zumito estaba riquisimo, pura miel, su perlita comenzó a hincharse y a ganar sensibilidad con las caricias de mi lengua hasta que Margarita estallo en un sonoro orgasmo obsequiándome con una de las corridas mas jugosas que jamas vi en mujer alguna, parecía que se había hecho pis en las sabanas.
-Guauuuuuuuuu¡ -sus ojos brillaban agradecidos- que lindo, había oído hablar maravillas de lo que se siente cuando un hombre te lo hace con la lengua pero es mejor de lo que creía- me dijo mientras me terminaba de desnudar y liberaba mi polla, que salió disparada como un resorte, la toco y la beso, ahora si, me coloque entre sus piernas y paseé la punta de mi polla por su rajita mientras chupaba alternativamente sus tetas, ella sola, levantando el culito cuando mi polla pasaba por el lugar adecuado se penetro, primero le entro el capullo y después levantando el culo mas, se empalo hasta las pelotas, se la deje clavada entera y disfrute de las contracciones de su coñito como creo que ella lo hizo con las palpitaciones de mi polla bien encajada en su concha, me ofrecía su boca y unos besos de tornillo interminables, pegada a mi al tope, no había comenzado siquiera el mete y saca cuando senti un maravilloso calorcito en mi verga, era la abundante corrida de Margarita que lubricaba mi polla, la gordita tenia todas las papeletas de ser mutiorgasmica, algo que un hombre agradece siempre.
Cuando comencé el vaiven, Margarita se desarbolo, entró en una especie de trance y comenzó a soltar miel por su coñito en cantidades que no había visto anteriormente en ninguna mujer, sentía mis pelotas empapadas y pegajosas pero lo mejor fue cuando empece a bombear polla en su maravilloso coño, al calor lubrico de sus abundantes corridas había que añadir el placer que me producía sentir los labios de su coñito pegados a la raíz de mi polla y haciendo una suerte de efecto ventosa de lo mas placentero. Estaba a punto. Ella lo sintió y me dijo:
-Tomé la píldora para estar preparada en este viaje, puedes venirte dentro, nunca lo he sentido.
-Nunca lo has sentido?
-El semen de un hombre en mi conchita.
La chica tenia las piernas abiertas lo que daba de si y yo sudaba sobre ella, bombeando verga al tope, sintiendo la maravillosa caricia de su coño en mi polla, cuando sentí la venida se la clave hasta las entrañas, ella me hizo un lazo con sus piernas en mis riñones y recibió mi abundante descarga en el fondo de su exquisito coño colombiano. No se la saque hasta que nos recuperamos, bromeamos sobre su coñito rebozando leche de polla y me permitió hacerle unas fotos con mi móvil, estaba encantada. Modosa, hizo el intento de levantarse para asearse y yo le pedí que por favor no lo hiciera que me encantaba saber que tenia mi leche en su coño, ella me agradeció que se lo pidiera y reconoció que le excitaba mucho sentir como se derramaba mi corrida entre los labios de su coñito, comenzamos nuestra letanía de besos interminables y se sentó al borde de la cama, conmigo de pie, jugando con mi polla y acariciándome las pelotas hasta que decidió a metérsela en la boca y darme una buena mamada, no fue experta pero si muy dulce, y en cuestión de minutos ya estaba en condiciones de follarla de nuevo. Me confeso que nunca había mamado verga que tenia muchas ganas pero que su novio podía creer que era una zorra si ella se lo pedía ya que el no se lo había demandado nunca.
Me senté en una silla y le pedí que se sentara sobre mi polla y se la clavara hasta la raíz. Lo hizo, me montaba haciendo círculos sobre mi polla y ofreciéndome sus tetas para que las mamara con una cara de zorrita, inédita en una chica colombiana de buena familia como ella, que me encanto, en cuestión de segundos la tenia botando su coño sobre mi polla y sentía de nuevo el calor ya familiar de su jugo en mi polla, se estaba corriendo de nuevo, probé a meterle un dedo por el culito y al margen del brinco de sorpresa no hubo problemas, la eficacia lubricante de su jugo era notoria, entro hasta los nudillos y ella se dejo hacer, le pedí que se frotara el clítoris mientras mi polla le follaba el coñito, mi dedo su culito y mis labios succionaban uno de sus pezones, lo hizo y el efecto fue fulminante, sus corridas llegaron encadenadas, la parte interna de mis muslos, mas de veinte cm debajo de mis pelotas estaba empapada de su néctar.
Se la saque y la puse sobre la cama en cuatro, yo de pie detrás suya, apunte la polla entre los labios de su coño y embesti sin piedad hasta el fondo, ella bramaba de gusto y levantaba el culito para recibirme bien profundo, la tome de los pezones y comencé a darle tironcitos cuando vi el agujero de su culo abriéndose y cerrándose en cada embestida, instintivamente probé a meterle un dedo pero por el camino decidí que serian dos, con poco esfuerzo pero sin impetuosidad entraron los dos y Margarita emitió un gemido ronco cuando los sintió. De nuevo sentí su lubricante mojando mi verga, saque los dedos y, visto y no visto, apunte mi polla en su culito, el capullo entro entero y la chica se quejo:
-Quedate quieta que en cuanto dilates un poco mas dejara de molestarte
-No te preocupes papito que duele pero me gusta- me dijo mientras empujaba su culito hacia atrás y se tragaba casi toda mi polla, comencé un suave vaivén y en segundo se la tenia metida hasta el ultimo centímetro.
Margarita gemía y pedía movimiento, yo se lo di, podía ver como se frotaba el clítoris a través del espejo, de estar follandola con cuidado y delicadeza, pase, atendiendo su demanda, a follarle el culo salvajemente, sintiendo como su culito cálido y acogedor apretaba mi verga cada vez que se la clavaba hasta las pelotas, la tome de los pezones y los pellizque, ya de por si eran abultados pero ahora parecía que lo iban a reventar de gordos y sensibles que los tenia. La empale hasta el fondo y le solté su ración de leche mientras sentía por enésima vez su humedad inundándome las pelotas.
Esperé que mi polla retornara a su tamaño natural para sacársela sin dolor mientras ella me comía a besos y me decía:
-Papito eres el hombre que mas placer me ha dado
Entre bromas me dejo fotografiar su culito abierto, rojo de irritación y rebozante de leche de polla y bromeamos con las fotos como viejos enamorados, nos dimos un buen baño, que aprovechamos para acabar haciendo, mojados, un 69 sobre la cama, el olor a sexo en la habitación era maravilloso, superexcitante, me despedí y me marche a descansar a mi habitación tomando las debidas precauciones para no ser descubierto. Eran las ocho de la mañana.
Me asome a la terraza y allí estaba Armando fumandose un porro de los que le regale la noche pasada.
-Que tal señor?
-Ok Armando¡
-Parece que Margarita traía hambre atrasada¡
-Je je je¡
Pero no era la unica que traia hambre atrasade de Colombia........(continuará)