La Gordita

Ernesto se quedó callado un momento, y después me dijo que me retaba a ir con ella, conquistarla, y manosearla delante de la fiesta completa y me daría una buena cantidad de dinero. En ese momento, entre la borrachera que traía y la calentura que Claudia me había propiciado, decidí aceptar el reto de Ernesto.

Aunque yo no era muy guapo cuando era más joven, siempre fui muy requisitoso para las mujeres que me llevaba a la cama - o a algún otro lugar - y para mis novias, mucho de eso gracias al grupo de amigos con el que me juntaba. Pero lo que les voy a relatar sucedió cuando tenía unos 22 años y ha sido una de mis mejores experiencias. Nuestra amiga Claudia había organizado una reunión en su casa porque sus papás estarían de viaje, esto era muy común entre el grupo de amigos, asi que ya lograbamos tener todo listo muy rápido y siempre teníamos una gran asistencia de gente aunque se hiciera la convocatoria el mismo día.

Esa noche yo llegué solo a casa de Claudia ya con algunas cervezas encima que me había tomado en mi casa. Poco a poco fue llegando el grupo de amigos, y cuando llegó Ernesto me comentó que su hermano Julio - conocido por todos como el que levantaba cualquier tipo de mujer con tal de tener sexo cada fin de semana - llevaría un par de amigas que justo acababa de conocer en un tienda de ropa del centro de la ciudad. Se suponía que las chicas que trabajaban en esa tienda siempre eran al menos un poco atractivas, asi que con ansia esperaba que llegara Julio con las chicas para ver de qué se trataba.

Tardó muchísimo en llegar, asi que yo no me detuve y seguí embriagandome junto con Claudia pues no era la primera vez que esa chica organizaba algo en su casa y sabía que siempre terminaba durmiendo con alguien ahogada en copas - un par de ocasiones anteriores había sido yo el afortunado, y esa noche recuerdo que deseaba irme a casa habiendo tenido una excelente sesión de sexo - Estaba en un sillón intentando abrazarme de ella mientras la chica oponía resistencia porque aun no estaba muy tomada, asi que llegó un momento que me desesperé y me levanté a dar una vuelta por el patio de la casa para ver como estaba la fiesta.

Cuando salí vi a Julio acompañado de una chica bastante atractiva, y vestida muy sugerentemente, asi que rápido busqué a su hermano para preguntarle si había llevado más como ella. Ernesto se rió cuando le pregunté y me dijo que si, que había otra y señaló hacia donde estaba el refrigerador con las cervezas. Junto al refrigerador había una chica sola tomando una cerveza, era muy bonita de la cara, pero era gordita, aunque al parecer no le importaba mucho pues vestía una blusa ajustada hasta el ombligo y un pantalón de tela ajustado. Ernesto me motivó a que fuera con ella entre risas - había una especie de código entre nosotros donde estaba prohibido acostarse con una gordita, aunque algunos de nosotros también lo eramos en realidad - Ernesto se quedó callado un momento, y después me dijo que me retaba a ir con ella, conquistarla, y manosearla delante de la fiesta completa y me daría una buena cantidad de dinero. En ese momento, entre la borrachera que traía y la calentura que Claudia me había propiciado, decidí aceptar el reto de Ernesto.

Fui muy decidido hasta donde estaba la chica y sin dudarlo la saludé y le pregunté su nombre, ella me contestó con una sonrisa y me dijo que se llamaba Azucena, y que sus amigos le decían "Azu". Me presenté con ella y comencé a preguntarle cosas de su vida. Mientras conversaba con ella noté que Ernesto ya se había encargado de avisar a todos de lo que yo estaba haciendo, y podía sentir y ver las miradas burlonas de todo el grupo de amigos, sin embargo mientras más estaba con ella y la observaba, comencé a sentir que realmente deseaba ese gran cuerpo; Sus senos eran enormes, y se podían ver bastante bien a través de la blusa escotada que tenía puesta - varias veces ella me descubrió mirandolos y solamente me sonreía - Me platicó que no tenía novio, y que su amiga la que estaba con Julio, siempre la invitaba a salir, pero que nunca terminaba las fiestas acompañada - De esas veces en que se te sale por la boca lo que estás pensando, mi reacción ante lo que me dijo fue preguntarle: "¿Entonces eres vírgen?" - me di cuenta de lo que había hecho pero era demasiado tarde para recapacitar - Ella se sonrió y me contestó que eso era algo muy personal, pero que le interesaba saber porqué lo preguntaba. Ese fue el momento ideal para tirar el anzuelo y poder cumplir con mi cometido, asi que me acerqué un poco a su oído y le dije: - Perdona si fui muy directo, pero es que la verdad eres muy guapa La chica se sonrió y me contestó: "en serio te parece?" - Claro Azu, no he podido dejar de mirarte todo el rato, la verdad quisiera comerte viva en este momento. "Wow, nunca me habían dicho eso, muchas gracias" - ¿Cuántos años tienes preciosa? "18" - ¿No te gustaría ir a un lugar más tranquilo que aquí? asi podremos platicar más a gusto, la verdad me siento incómodo con mis amigos viendonos. "Bueno, pero a donde?" Le señalé un toldo que Claudia tenía al final de su patio, que a simple vista se veía muy escondido, pero sabíamos perfectamente que si te metías a la casa podrías ver perfectamente lo que ahi sucedía a través de la ventana de la cocina. Ella asintió y fue trás de mi mientras yo caminaba hacia allá.

Apenas llegamos y le dije que se sentara en una de las bancas que estaban al final del toldo, casi en la esquina del patio, por lo que ella creería que ahi nadie nos veía. Me puse detrás de ella de pie y comencé a darle un masaje en los hombros. La chica se relajó lo suficiente y comenzó a hacer su cuerpo hacia atrás hasta que su espalda topó con mi bulto. Como había parecido un movimiento no intencional, aproveché para moverme un poco y rozarle de un lado a otro la espalda con el paquete. Poco a poco la chica se fue excitando y yo bajaba mis manos desde sus hombros hasta casi tocar sus tetas. De vez en cuando volteaba a la ventana de la cocina, no había luz, pero sabía que mis amigos estarían ahi viendo. Mi meta era manosearla para ganarme el dinero, sin embargo no noté que poco a poco me fui excitando yo también con estarla tocando y rozandola por detrás, asi que en una oportunidad que tuve bajé de más las manos y le apreté ese enorme par de tetas. La chica se estremeció, y yo rápidamente reaccioné diciendole que tenía un hermoso cuerpo, que sus tetas estaban excitandome mucho. Ella se tranquilizó con mi comentario y dejó que la tocara a placer.

Continué sobandole los senos un minuto hasta que la inercia me llevó a tomar su blusa de los hombros y bajarsela para dejarle ese par de fuera. Ya desnudas comencé a apretarselas más fuerte y a pellizcar sus pezones mientras ella comenzaba a respirar mucho más rápido y yo a tener una erección y hacérsela sentir en su espalda. Ella se movía más rápido de un lado a otro para sentirlo rozar en ella, y yo cada vez soportaba menos la tentación de sacarmelo para que ella me tocara a mi también - sin embargo sabía que mis amigos estarían viendo - asi que continué manoseandole las tetas a placer, y debo reconocer que a pesar de que no eran firmes como otras que había tocado, su tamaño hacía que fuera todo un placer estarlas apretando.

Cuando estaba a punto de detener el show para ir a cobrar mi dinero, la chica se movió de pronto y giró su cuerpo para quedar de frente a mi sentada en la banca. Cuando vi su cara pude notar que estaba completamente excitada, sus ojos estaban desorbitados, respiraba muy rápido y su lengua salía de la boca y se lamía los labios ella sola. No tuve ni tiempo de reaccionar cuando la chica fue directo al botón de mi pantalón y con movimientos muy violentos me lo desabrochó junto con el cierre y comenzó a bajarmelo. Apenas tuve tiempo de pensar en que esto había ido demasiado lejos, pues probablemente había amigas mías viendo el espectáculo también, pero ella no me permitió decir nada, pues apenas lo tuvo frente a ella y lo tomó firmemente de la base llevandolo a su boca sin dejarme reaccionar.

A pesar de que yo pensaba que no tendría habilidad, ha sido una de las pocas en mi vida que ha logrado coordinar a la perfección la mano con la boca, pues mientras lo metía y sacaba de ella, su mano lo masturbaba a la perfección. Olvidé por completo la posible presencia de mis amigos y me dejé llevar por la excitación que la chica me hacía sentir. Tomaba su cabeza y la empujaba contra mi pene para que se lo metiera más adentro, ella mientras tanto con su mano libre me apretaba las nalgas y me acariciaba las piernas de una manera increíble. Mis manos no encontraban lugar, jalaban su cabello, bajaban a sus tetas y volvían a su espalda, realmente esa chica estaba poniéndome increíblmente caliente.

Cuando justo sentí que me venía, ella se levantó de la banca y comenzó sin dudarlo a desabrocharse y bajarse los pantalones. Estaba dandoles a mis amigos mucho más de lo que les había prometido, pero estaba ya demasiado caliente. Terminó de desnudarse quedando solamente con la blusa arremangada en la cintura como se la había dejado yo mismo, y se dejó caer al suelo abriendo las piernas de par en par. En otras condiciones el espectáculo no hubiera sido muy grato, pero en ese momento lo único que pensé fue en brincar encima de esa banca y tirarme sobre ella para hacerle el amor... y asi lo hice. Sin siquiera quitarme bien en pantalón me puse entre sus piernas hincado en el jardín y tomando mi pene firmemente se lo puse en la entrada de su abultada vagina y se lo dejé ir de un solo golpe hasta que mi cuerpo chocó con el de ella. El grito que pegó fue tan fuerte que si mis amigos no estaban viendo en ese momento, se darían cuenta y correrían a ver el show.

Comencé a bombearla fuertemente, la manera en que sus tetas se movían cada golpe que mi cuerpo daba contra el de ella era hermoso, asi que comencé a moverme dentro de ella en varias direcciones para ver como el vaivén de sus tetas cambiaba para proporcionarme un espectáculo adicional. Sus manos apretaban el pasto y luego iban a mi torso para rasguñarme desde el pecho hasta el estómago.

Yo cambiaba el ritmo del bombeo para hacerla gritar aun más y ella levantaba su cabeza para luego bajarla y golpear el pasto de regreso mientras gemía. De pronto ella misma hizo por levantarse y saliendome de ella la dejé que se acomodara como quisiera. Se volteó dandome la espalda y se puso en posición de perrito. El volumen de esas nalgas frente a mi era impresionante, sin embargo la excitación que traía me hizo verlas muy atractivas y mientras la penetraba comencé a apretarselas y a llevar mis dedos a su culo intentando meter uno. Ella gritaba cada vez más fuerte mientras mi pene la zarandeaba y mi dedo pulgar iba rompiendo las barreras de la fuerza que su culo ejercía hasta estar completamente adentro. Comencé a golpear mi cuerpo más fuerte contra sus nalgas y a ver como los golpes generaban un movimiento de sus carnes que me ponía cada vez más caliente de lo que estaba, mientras tanto mi dedo pulgar jugaba adentro de su culo a placer pues ya había cedido de apretarlo y me dejaba darle placer por sus dos orificios.

No duramos mucho tiempo más asi, pues pronto yo sentí la necesidad de tirarle la leche dentro de ella y ella comenzó a dar gemidos más fuertes. No sabía si lo que gritaba era por placer o por dolor, porque por la excitación que sentía había comenzado a meterle y sacarle el dedo del ano de una manera desgarradora. Cuando sentí que ella dio su último gemido aguanté mi leche y la dejé descansar un momento sacándole el pene y el dedo del culo. Luego le dije en voz alta: "Chupamela para terminar", y ella girando su cuerpo rápidamente se sentó en el suelo y comenzó de nuevo con el trabajo oral que tan bien hacía. Segundos después comencé a disparar dentro de su boca y ella a tragar todo lo que podía, aunque al final escupió bastante en el pasto. Terminamos los dos acostados en el suelo sin hablar. Luego yo me levanté para vestirme y ella hizo lo mismo, le dije que iría a lavarme al baño del segundo piso y cuando entré a la casa me esperaban Ernesto y Claudia, junto con otros 3 de los amigos con una sonrisa en la boca. Ernesto estiró su mano y me entregó el dinero, yo le agradecí y caminé al baño. Claudia me siguió y tomándome de la camisa antes de que entrara me dijo: "Me vas a hacer lo mismo que le hiciste a esa zorra hoy mismo".