La Golosa de mi novia

Esta es la manera como mi angelical novia hizo realidad un deseo largamente acarciado durante mucho tiempo.

Hola mi nombre es Boby, tengo 35 años y estoy felizmente casado con una mujer adorable a quien conocí cuando tenia 17 años, en esa época ella tenia 16 años. Al principio fuimos buenos amigos con muchas afinidades y con la inocencia de a edad iniciamos jugando una relación que se ha consolidado hasta nuestros días.

Ella en esa época era una chica recatada y muy tímida, que poco a poco fue cediendo parte de sus encantos. Nos hicimos novios después de algunos meses de conocernos y empezamos a vernos en secreto ya que sus padres no le permitían tener una relaciona así. Fue una de las épocas mas bonitas de mi vida, llena de descubrimientos y de nueva sensaciones que acabaron convirtiéndonos en hombre y mujer.

Joana era una chica de una belleza discreta, con unos pechos de ensueño que bien se pudieran describir como medianos, llenitos con unos pezones deliciosos que se paraban con cualquier pretexto. Su mayor atractivo siempre han sido un par de piernas espectaculares que acaban rematadas en un parche negro perfecto en forma de triangulo como monte de Venus.

La primera vez que introduje mis dedos por debajo de su pantalón haciendo a un lado su braguita mojada, descubrí a una golosa mujer que se transformaba en una fiera difícil de ser domada. Ella tenia 17 años cuando introduje mis dedos en su panochita virginal, estábamos solos en la sala de su casa, besándonos apasionadamente, yo la acariciaba por encima de sus blusa, su pantalón de tela delgada buscando la manera de encontrar un huequito por donde llegar al cielo. Después de intentarlo varias veces me di por vencido y me recosté en su regazo para platicar de cosas sin importancia mientras ella me acariciaba el pelo y me miraba tiernamente, ahí estábamos los dos disfrutando del momento. Cuando volteando mi cara hacia ella descubrí su pantalón mojado entre las piernas; yo empecé a disfrutar de ese olor maravilloso, acerque mi nariz a la altura de su vientre por encima del pantalón y comencé a besarla muy despacio, esperando que en cualquier momento detuviera mis avances como siempre lo hacia.

Para mi sorpresa no solo no me detuvo, permitió que yo besara su vientre, mientras ella me acariciaba el pelo y mi pecho, ya mas animado comencé a mordisquear tímidamente sus piernas, su vientre, y acariciar con mis manos sus deliciosos pechos. Ella lanzaba suspiros de aprobación abriendo poco a poco sus piernas. Yo empecé a usar la lengua como si fuera un perrito sediento buscando agua para beber, ella se bajo su pantalón de elástico en la cintura y me permitió observar sus pantaletas mojadas sin ningún rubor. Rápidamente hice a un lado su pantaleta y disfrute por primera vez de su jugosa panochita que me ofreció sin pedirlo.

Yo no podía separar mi boca de ese tesoro, mientras Joana se abría su blusa de botones y se quitaba su sostén presumiéndome sus tetas paradas, espectaculares con sus pezones que retaban a la gravedad. Para entonces su pantalón y su panty estaban en algún lugar del sillón en donde ella se retorcía de placer y disfrutaba del primer orgasmo de su vida. Yo me bebí cada gota de sus líquidos mientras acariciaba sus nalgas y disfrutaba de su panochita y su ano completamente abiertos y a mi disposición mientras ella se mordía los labios para no gritar de la emoción.

Esa noche no pudimos hacer mas, ya que al escuchar el ruido del motor del auto de sus padres ella timo su ropa y corrió al baño a arreglarse. Cuando entraron sus papas yo veía la televisión y ella salía del baño como si no hubiera sucedido nada. Así empezó esta relación que a tenido de todo y nos a permitido disfrutar de nuestra sexualidad abiertamente y sin complejos.