La gente no cambia
Rutina compañera inseparable de la estabilidad has llegado al umbral de mi puerta para abrirla y permites el paso de mi desgracia.
La mañana cargada de humedad pero no de calor, muy típica para esta época del año. El despertador sonó con fuerza y vigor Amanda lo veía esperando a que sonase desde hace unos minutos; sonrió al sentir como el cuerpo que yacía a su lado se movió de forma violenta y repentina, Adriana por su parte detestaba el despertador, paso por encima de Amanda con los ojos aun cerrados dio un manotazo al aparato silenciándolo, acto seguido se dejo caer en la espalda de Amanda quien disfrutaba tener a su esposa sobre su espalda pero no podía permitirlo por mucho tiempo o se atrasarían, ella no se permitiría ser impuntual.
Comenzó a agitarse y a reír. Adriana apoyo el rostro en la espalda haciendo una ligera presión, a continuación beso con besos cortos sonoros y seguidos la espalda de su esposa, separo los labios y suplico:- 10 minutos más por favor-.
Amanda:- no, levántate tienes que hacer el desayuno- lo dijo en el tono más severo que podía alcanzar cuando le besaban la espalda.
Adriana:- por favor, 10 minutos tengo mucho sueñoooooo-.
Amanda:- no, levántate sal de la cama y haz café-. Lo dijo seria y con firmeza.
Adriana:- está bien, no tienes que gritarme-. Dijo eso sin ninguna convicción.
Salió de la cama a tropezones, aun estaba dormida, Amanda la siguió, abrazándola por la espalda dándole un beso en el cuello lleno de amor y ternura después se limito a agregar:
-no quiero llegar tarde al trabajo buenos días te amo-.
Amanda continuo su rutina completamente alerta y llena de vigor, Adriana camino con un paso paquidérmico, antes de salir del cuarto vio como Amanda entraba al baño tan llena de vida, se detuvo para detallar la figura de su esposa, aun la miraba con lujuria; después de 7 años de estar juntas es una proeza que pocos alcanzas y muchos envidian, la mañana transcurrió tranquila, por supuesto Amanda siempre gritando la hora; Adriana levanto y vistió a Camilo quien después de vestido cayo dormido en los brazos de su madre. En el garaje del edificio Adriana coloco en el asiento trasero a Camilo aun dormido, Amanda por el lado opuesto lo beso en la frente, dijo:-amor ten un buen día- el no respondió, Amanda sonrió al verlo dormido tan profundamente, salió del vehículo cerro la puerta, dio la vuelta hasta Adriana y dijo:- ese mini hombre que está en el carro es tu hijo-.
Adriana:- yo también tengo mucho sueño-.
Amanda:- yo sé- se acerco a sus labios la tomo justo por debajo de su trasero levantándola unos centímetros besándola con pasión.
Amanda:- ahora estas mas despierta?-.
Adriana:- un poquito- respondió llena de dicha.
Cada una en sus carros partieron, Adriana tendría que llevar a Camilo a la guardería después al trabajo. Ese era el primer día de la semana todos los días transcurrieron igual, rutina enemiga acérrima del amor pero columna vertebral de la estabilidad, los acompañaba, Adriana por su lado adoraba tener la estabilidad y la seguridad que una familia le brindaba finalmente su búsqueda llena de desaciertos llego a su fin, llego al lugar al cual orgullosamente llamo hogar su única prioridad, Amanda amaba profundamente a su familia aun se sentía enamorada de Adriana pero la rutina había hecho una pequeña brecha en ese amor; a través de esa pequeña fisura el diablo había entrado, sin que ella pudiera o quisiera evitarlo, el diablo tenia forma de mujer quien la hacía sentir viva, emocionada, divertida la sacaba de su vida rutinaria; ocasionalmente se preguntaba cómo había terminado siendo una mujer casada con hijo, ahora también una amante la culpa la carcomía pero la mandaba a dar un paseo cuando el teléfono móvil sonaba y veía en la pantalla quien era; una sonrisa se desdibuja en su rostro, el corazón palpitaba más rápido, no podía controlarse; las locuras que había hecho para estar con esa mujer, puso en riesgo su trabajo, en un par de ocasiones puso a Camilo en segundo plano solo para estar con ella, después compraba su conciencia adquiriendo algún juguete caro para el, sin contar los objetos costosos que compraba sin motivo aparente para su esposa, Adriana los agradecía y agregaba no merezco una esposa tan maravillosa. Esas palabras eran un aguijón que la atravesaba; se decía a sí misma; no puedo seguir viéndola pero esas palabras se evaporaban apenas sonaba el teléfono.
La única distracción la cual también se había convertido en rutina era salir el viernes por la noche a un bar de ambiente, donde siempre estaban las mismas personas, donde ponían la misma música, se sentaban en la misma mesa, para hablar con las mismas amigas. Viernes por la noche después de una semana rutinaria y estresante dejaron a Camilo con los padres de Amanda quienes esperaban todos los viernes con mucha ilusión para estar con su nieto, Amanda y Adriana entraron al bar como siempre alrededor de la media noche. Tomadas de la mano saludaban a todas con besos y abrazos llegaron a la barra la barman las esperaba con sus respectivas bebidas, la saludaron con efusividad, sentada en la barra estaba “la mujer de hielo” a quien Adriana saludo con una sonrisa y un beso, la mujer de hielo devolvió el saludo hasta otorgo una pequeña sonrisa cosa que era una hazaña, Amanda siempre sintió celos de la mujer de hielo sabía perfectamente quien era, no le inspiraba confianza, todas en el bar sabían la historia de la mujer de hielo y ese apodo tenia fundamentos, Adriana se despidió de la mujer de hielo con mucha simpatía se fue con su esposa a la mesa de siempre con sus amigas, quienes las esperaban.
Claudia:- la pareja de oro ha llegado, dejen de hablar de sexo muchachas y todas esas cosas feas-
María T:- niñas como están?-
Adriana:- buenas noches, muy bien y ustedes bellezas como están?-
Las amigas de siempre, Claudia, María T, Carolina, Érica y Carmen.
Se saludaron con besos Adriana y Amanda una al lado de la otra el resto se repartía.
Érica:- Adri, preséntame a la mujer de hielo-.
Adriana:- bueno, vamos para la barra y te la presento.-
Carmen:- estás loca, la mujer de hielo es de un calibre muy alto para Érica, preséntamela yo si puedo con una mujer así-
Amanda:- Adriana no le va a presentar la mujer de hielo a nadie yo no confió que ella este con Adriana sin mi presencia, esa mujer a kilómetros de mi esposa-
María T:- yo no sabía que tu fueses tan celosa-.
Amanda:- no soy celosa, pero con la historia de la mujer de hielo cualquier precaución es poca-.
Adriana miraba a Amanda con extrañeza e incomprensión para ser franca no entendía porque Amanda se sentía tan aprensiva con la mujer de hielo si bien le había confesado que esa mujer la atraía y la intrigaba también era cierto que jamás pondría en juego su matrimonio por una noche de sexo, eso sin olvidar que la mujer de hielo podía acostarse con quien quisiera lo cual hacía, siempre y cuando fueran mujeres menores de 25 años, lindas, o súper buenas, y Adriana era hermosa, pero estaba casi en los 30, con un hijo, uno que otro kilo de mas, ella sabía que no hacia el tipo de la mujer de hielo, además ella tenía a Amanda porque estaría a alguien más.
Adriana:-Julia el nombre de la mujer de hielo es Julia, pueden llamarla asi-
Claudia:- no, la mujer de hielo es más poético-.
La mujer de hielo era una cliente habitual del mismo bar, siempre iba sola y siempre salía acompañada nunca con la misma mujer, cuantiosas habían sido sus víctimas, numerosas querían serlo, pero la mujer de hielo era excesivamente selectiva, hermosa divina y elegante, media 1 ,79 cm, cabello rojizo natural, piel blanca con un perfecto bronceado, perfil griego, ojos gris o azules todavía estaba en discusión, unos labios finos, delgada atlética, piernas largas y definidas, elegante, a pesar de tener más de 35 años eso solo la hacía más encantadora puesto que la leyenda urbana rezaba que el sexo con ella era una experiencia mítica, una come mujeres, pero la razón por la cual se había ganado el apodo de la “mujer de hielo” era la forma como se desasía de la afortunada/desdichada la mañana siguiente, se limitaba a decir “vístete y vete por favor” ni siquiera las veía a la cara, las que querían quedarse no les decía nada, entraba a su baño desde allí llamaba a su portero quien subía hasta su apartamento y las extraía de allí utilizando la fuerza si fuese necesario, para cuando la mujer de hielo salía del baño no había nadie en su cuarto, en el bar nunca hablaba con nadie que no fuera alguna conquista, nunca llegaba con una amiga y evitaba a todas quienes quisieran hablarle y ella no estuviese interesada. La única persona con quien repetidamente hablaba se mostraba afable e interesada en la conversación era Adriana razón por la cual muchas mujeres incluyendo sus amigas le pedían que las presentara, Adriana se sonreía y siempre aceptaba pero nunca lo hacía, no juzgaba lo que Julia hacia, pero tampoco se sentía cómoda facilitando los eventos, además ella no creía en todas las historias, los chimes son generalmente un engaño y lo peor de todo es que siempre son específicos en detalles, llegan hasta ser más específicos que la verdad.
La noche transcurrió como siempre, bailaron toda la noche, mucho alcohol, no por parte de Amanda o Adriana ninguna de las 2 se había embriagado después de la llegada de Camilo, a las 3:30 am, todas en el lugar estaban animadas o ebrias en muchos casos ambas, viernes noche karaoke y todas habían cantado menos Adriana quien tenía claro que en sus talentos no estaba cantar. María T fue a cantar una de esas canciones de traiciones, o desamor que siempre cantaba, el grupo sentado en su mesa la veía, de repente se acerco una chica muy atractiva de unos 26 años conocida por todas a quien Carmen le tenía ganas, la chica saludo a todas cálidamente y abrazo a Carmen solo se quedo unos segundos, después siguió su camino, Amanda miro a Carmen con una sonrisa cómplice, Adriana se acerco al oído de Amanda y susurro mientras con la esquina del ojo veía a Carmen sonrojarse.
Adriana:-Carmen que está esperando?-
Amanda:- no se, quizás que se le aparezca desnuda en la cama-. Respondió con una sonrisa en los labios.
Adriana:- esa muchacha siempre nos saluda, yo ni siquiera se su nombre pero es como agradable-.
Carmen quien se acerco a la pareja de oro, mientras las miraba con desconfianza.
Carmen:- ustedes 2 de que están hablando allí?-
Amanda:- de ti, por supuesto, que estas esperando para invitarla a bailar o algo?-
Adriana:- por cierto cual es su nombre?-
Carmen:- es como muy joven para mi, creo que se llama Patricia, tú no sabes cómo se llama?- miraba a Amanda de forma interrogativa.
Amanda:-jodete, me estas llamando vieja indirectamente yo soy mayor que tu por 2 años y ella no es muy joven para ti, mi esposa es 6 años menor que yo, creo que se llama patricia o algo con P-.
Adriana y Carmen se rieron de la respuesta de Amanda.
Adriana:- tú no eres vieja para mi, eres perfecta para mí- dijo esto con toda la convicción que poseía en su consiente, se acerco y la beso en los labios apasionadamente, Carmen las vio y desvió su mirada buscando a la chica pero esta había desaparecido.
María T termino su canción comenzaron los aplausos la pareja de oro separo sus labios y comenzaron a aplaudir. Amanda le dijo a Adriana que necesitaba ir al baño, segundos después se levanto y se fue, Adriana se quedo en la mesa hablando con el resto del grupo.
Amanda prácticamente corrió hasta el baño, y como todos los viernes a las 3:45 am entro en el tercer cubículo, allí la esperaba como siempre por los últimos 3 meses su amante tan hermosa y seductora como siempre.