La gente no cambia (1)

La desolacion me acompaña y la soledad no me abamdona, aun asi hoy tengo esperanzas.

Julia despertó en su cama y vio una chica de unos 23 año preciosa, una modelo; la conquista de la noche anterior salió de la cama vistiéndose rápido y sigilosamente la chica se despertó al ver a Julia; se transfiguro su cara aferrándose a la sabana como si de ello dependiera su vida, Julia la miro al rostro como siempre no sabia que decir, el sexo con desconocidas la ayudaba para ahuyentar la soledad por momentos, en contadas ocasiones podía vislumbrar la felicidad, pero nunca sentirla antes que pudiese vivirla  la soledad y la desolación se posaban en su ser e inundaban su alma; de nuevo Julia retornaba al sitio donde había partido con sus manos  llenas de nada. Nunca sabia que decir a la mañana siguiente esa parte aun no la dominaba, pero esta chica por alguna razón se fue de su casa sin decir palabra salió por la puerta en una exhalación, Julia vio la cama desordenada sin arreglar donde anoche, el fuego de la lujuria se había consumido y por la mañana no había nada ni siquiera cenizas. Fue al baño se miro desnuda frente al espejo, era sin duda una belleza a pesar de sus 38 años ni siquiera el tiempo pudo minar su perfección ese abdomen plano sus senos aun representaban una lucha a la gravedad, esa belleza la hacía sentir desprecio por ella misma esta cualidad la había hecho una mujer solitaria desolada sabia que despertaba envidia en las mujeres y deseos en los hombres. Aprendió a temprana edad como utilizar las dotes que dios le dio a su favor, su madre también noto la belleza excepcional de su hija tomando cartas en el asunto, al principio llevaba a Julia a todos los casting, no paso mucho tiempo antes que los fotógrafos querían a Julia, para Julia los casting eran una tortura cada defecto ínfimo, era puesto bajo un lente amplificador, pero también durante esa época fue la primera y única vez que sintió alguna conexión con su madre quien no tenia siquiera un ápice de espíritu maternal, con la belleza de su hija, la madre vio la posibilidad de volver a la vida a la cual estaba acostumbrada pero que al casarse con un pusilánime y sin espíritu no pudo mantener, su matrimonio  fue al igual que su vida, planeado se caso con un hombre rico y poderoso o al menos eso pensaba ella, para descubrir a los pocos meses que este hombre si bien era rico no tenia poder alguno, su padre lo controlaba todo, para cuando el patriarca de la familia murió los 4 hijos desmembraron el imperio y cada uno hizo lo que quiso, el padre de julia entrego su parte de la fortuna a su esposa quien gasto y despilfarro, el dinero se esfumo en tiempo record; este hombre volvió a trabajar, esta vez para su hermano quien le dio un trabajo digno con un salario más que  razonable  con el cual podía llevar una vida digna pero sin lujos, la madre de Julia lo despreciaba por hacerla llevar esa vida, en cada oportunidad se lo gritaba y lo humillaba, el por su parte solo escuchaba asentía sin responder, puesto que su poco espíritu había desaparecido mucho tiempo atrás. En ese ambiente hostil y poco saludable  nació y creció la mujer de hielo dominada por su madre compartiendo pocas palabras con su padre.

Ahora casi en sus 40 años había podido casi salir del dominio de su madre, sin embargo todo en su vida tenía el sello de su progenitora, era adinerada, hermosa, no respondía a nadie por sus acciones y su madre vivía la vida que siempre deseo vivir, se suponía que para esa etapa de la vida debía ser feliz pues tenía todo lo que se puede añorar, pero la felicidad de la mujer de hielo no podía estar más lejos, aun viéndose en el espejo, girándose colocándose de lado agrandando su abdomen tanto como pudo lo acaricio con ternura y suspiro, su cerebro viajo 22 años atrás recordó con melancolía esos meses de su vida, cuando supo que estaba embarazada lo feliz que se sentía, finalmente tendría a alguien que la amara incondicionalmente alguien suyo, respiro profundo y su abdomen se aplano, el miedo la inundo, cuando sin entender como su mama se entero, y las medidas drásticas que puso en marcha de inmediato, ella no tuvo tiempo si quiera de decirle al padre del bebe, era un muchacho bien parecido quien trabajaba como asistente de algún fotógrafo. A los pocos meses de gestación, su madre la saco en medio de la noche de su casa llevándola a una clínica, en otra cuidad llegaron en la noche y en la mañana ella estaba en un hotel recuperándose de un aborto, su madre no se separo de ella en ningún momento, no hizo ningún reclamo ni siquiera pregunto quién era el padre, actuó tan rápido como pudo para  que ese monstruo que iba a nacer no le quitara su única posibilidad de volver a su vida ostentosa, Julia tampoco lucho o pataleo solo vio como las cosas pasaban se quedo impávida mientras todo lo que amaba le era arrebatado, cuando volvieron a su vida, Julia hizo el único acto rebelde de su vida, renuncio a la carrera de modelaje, le dijo a su madre que no lo haría jamás en su vida, fue la única vez que la confronto y para probar su punto se corto la cara unos centímetros por encima de la ceja, no fue un corte profundo pero lo suficiente para que su madre no la obligara a ser modelo, se dedico a los estudios, entro a la universidad graduándose con honores, y a los 30 años era dueña de su propia compañía la cual ella misma empezó, su empresa generaba ingresos astronómicos y su madre era feliz, puesto que llevaba una vida de lujos financiados por Julia, apreciaba el dinero porque este le compraba la paz y tranquilidad.

Se baño, era sábado por la mañana. trabajaría como cualquier otro día, fue a la cocina hizo café, tomándolo sentada en la mesa de la cocina, recordó la noche anterior y no pudo evitar sonreírse cuando vio los ojos de Adriana llenos de vida y felicidad como la saludo con esa calidez  que la hacía sentir indefensa sus barricadas caían. A pesar de tener una conquista segura a la media hora de haber llegado, se quedo hasta que Adriana se fue con su esposa, la veía de reojo o fijamente y Adriana como siempre viendo a Amanda con esa mirada que Julia no reconocía se decía a si misma seguramente esa es la mirada de una mujer enamorada, su corazón se aceleraba cada vez que pensaba en Adriana, esa mujer era divina con su 1,65 cm su piel oscura ese cabello negro y abundante sus ojos cafés, esas piernas gruesas la enloquecían no controlaba como esa mujer le sacudía el piso, de hecho siempre se ponía muy nerviosa cuando hablaba con ella, hecho que no sucedía con nadie más. Iba a tomar otro sorbo de café y se detuvo de forma abrupta recordó el espectáculo deplorable que vio en el baño, fue después de las 3 am su conquista estaba muy melosa y ella necesitaba un poco de espacio, fue al baño,  vio como la esposa de Adriana estaba teniendo sexo allí sin ningún pudor, vio perfectamente las 2 mujeres con los torsos desnudos cada una en el sex de la otra gimiendo y meneándose el asco que sintió al ver a Amanda en esa situación, el daño que le provocaría a Adriana y a su hijo seria irreparable, las veía mientras ellas continuaban la faena, no eran discretas, no tuvieron la delicadeza de cerrar la puerta así que cualquier espectador podría verlas varias mujeres entraban las veían y continuaban su camino; ella no pudo, se quedo viéndolas, podía palpar como se partiría el corazón de Adriana si se enteraba, odio con todo su ser a Amanda por hacer tal desfachatez, sintió asco de ella misma por no salir del baño e ir a contárselo a Adriana, reacciono salió del baño tan rápido como pudo, llego hasta donde su conquista y le ordeno que se fueran a su casa. En su casa hizo todo lo que se le paso por la cabeza con esa mujer, sentía rabia y asco e hizo que esa chica lo pagara la penetro con sus dedos sin que la chica se los esperara, lo que hizo que se moviera intentando expulsar los dedos de Julia pero Julia no se lo permitió penetrándola aun mas, fue hasta su oído y le susurro:-viniste para esto-, la obligo salir de la cama desnuda arrodillada en el piso le permitió que realizase sexo oral, el cual califico como desordenado y poco gratificante tiraba de su cabello cuando la chica no hacia las cosas como debía. Nada de esa noche de pasión recordaría, pero la visión de Amanda engañando a Adriana estaba tatuada en su cerebro. Acabo su revisión mental de la noche y pensó en la sonrisa de Adriana eso la hizo sentir viva de hecho hasta sintió esperanzas de un nuevo día.