La Gatita de papi

Bebí un poco y el alcohol me hizo recordar cada detalle de la primera vez que vi a mis padres follar y quería estar en el lugar de madre recibiendo las embestidas de papi.

Hola me llamo Denisse, tengo 23 años, voy en décimo semestre de derecho, y quiero relatarles como consolé a mi padre una noche de borrachera.

Hace poco más de 6 años por una extraña razón mi madre comenzó a comportarse raro, y digo raro en todos los sentidos pues siempre era muy activa y en la cama ni se diga, y para muestra un botón, pues un día que llegue a casa más temprano de lo habitual pensando que no había nadie y aun con el miedo de que si, por que era la primera vez que me volaba las clases, entre muy lentamente a la casa y cuál fue mi sorpresa que en la sala estaban mis padres follando como locos.

Mi madre una mujer de 45 años con un cuerpo que cualquier chica de edad quisiera, unos pechos tan grandes y firmes, sus pezones cafés muy claros, una piernas largas y bien torneadas, una Conchita bien afeitada sólo con una línea que tocaba sólo su rajita, su cabello largo café claro y un rostro hermoso e impecable, y ya la había visto antes desnuda pues nos bañábamos juntas desde que yo recuerdo pero si me sorprendió ver el cuerpo de mi padre, pues siempre se mostraba bien cubierto y jamás lo había visto sin nada, un hombre de 56 años delgado de piel muy blanca ojos verde azul, cabello rubio con sus primeras canas, cuerpo atlético, no muy pronunciado pero aun así se veían los frutos que habían dejado las rutinas diarias de ejercicio que hacia por las mañanas en el gimnasio, pero lo que más me sorprendió fue su enorme pene, un glande enorme, de largo media más de 18 cm. Tan grueso que mamá no lo podía agarrar todo con su mano, y se la estaba mamando con frenesí mientras mi padre acariciaba sus enormes tetas y después metió un dedo en su raja, mientas le decía- eres la mejor Diana, por eso me enamore de ti.

Mamá succionaba la verga de mi padre tan ágilmente que rara vez la sacaba de su boca para juguetear con su lengua la punta de ese monstruoso miembro, y poco a poco se subió y se posicionaron en un perfecto 69 y papá comenzó a lamerle la panocha y a tragar todos sus jugos, y ella le decía.

-más José más, así nene, aghh.... ,

y de repente papá la tomó de las caderas y la acomodo para que lo cabalgara dándole la espalda, yo sin darme cuenta me empecé a empapar y mis pezones comenzaron a ponerse duros pues por un momento olvide que eran mis padres, me excitaba ver como entraba y salía ese grande mástil de mi madre mientras ambos gemían, duraron tal vez un poco más de hora y media, cambiando varias veces de posiciones pero jamás note que sus ganas bajarán, hasta que oí un gran gemido de ambos y eso sólo significaba el clímax mientras le decía

-dame toda tu leche caliente, así, así dámela toda, mmm... que rico, métemela toda aghh...

  • y que quedaron así unos momentos y vi como de entre sus piernas escurría toda la leche de mi padre y eso me hizo venirme a mi también y de pronto escuche que decían que tenían que ducharse por que ya no tardaba en llegar yo, y ese día siguió normal, y nada fuera de lo común, pero mi mente me hacia recordar a cada instante lo ocurrido y solo al masturbarme controlaba mis ganas de conocer esa sensación de placer.

Pasaron los meses mientras mamá se comportaba cada vez más rara y de pronto recibo una llamada de papá diciéndome que mamá había muerto, fue un golpe bajo para mí, fue tan duro enterarme que la mujer que me había dado la vida y que hacia apenas unos meses tan radiante todo ese tiempo estuvo enferma de leucemia y no me di cuenta, papá dejó de preocuparse por arreglarse, si no fuera por que el despacho era suyo habría perdido el empleo y eso fue lo que me hizo estudiar derecho, ahora me tocaba hacerle frente al negocio, pero al principio fue difícil, pero luego fue fácil, me tocó la etapa más dura al grado que deje de pensar en el amor y el sexo, pues papá lloraba y se emborrachaba diario y poco a poco logre que retomará las riendas de su vida, hasta hace unos meses me di cuenta que habían pasado estos 6 años pues jamás lo volví a festejar mi cumpleaños pues todo esto me hizo madurar a marchas forzadas.

Un día papá me comentó que había conocido a una mujer muy guapa y lo note más alegré y me dio sólo un poco de gusto, pero en mi interior me sentía celosa, pero después de unas semana de que el saliera que esa nueva mujer volvió a recaer y jamás supe por que no funcionó, y él volvió a tomar hasta casi perder la noción, una tarde al recogerme de la facultad me comenzó a decir que ya no buscaría a ninguna mujer y yo sin pensarlo dos veces dije que no tendría novio que lo cuidaría por siempre.

Ese día salí con unas amigas y tome un poco pues no quería caer en la misma adicción de mi padre, y le llame para decirle que tardaría un poco, pero que no tomará, que quería ver una película y quería que estuviese sobrio, no me di cuenta del tiempo y cuando vi mi reloj era casi media noche, llegue a casa tan pronto como pide, y al entrar a su habitación, estaba dormido de tanto beber whisky y en la TV estaba un vídeo porno y mi padre desnudo casi se notaba que a pesar del tiempo seguía conservando su cuerpo atlético, le hablaba y le decía que por que había recaído y sin darme cuenta comencé a ver el vídeo y recordé aquella ocasión tan excitante y mi padre de tan borracho que estaba, se incorporó un poco sobre la cama y yo estaba sentada en una orilla, me abrazo y comenzó a frotarme la espalda y decirme que yo era lo único que le quedaba, que era idéntica a mi madre, pero mi mirada estaba prendida en la TV que en ves de sentir sus caricias como mi padre me empecé a empapar, sentía como debajo de falda mi pantaleta se llenaba de mis jugos y un fuerte recorrido en mi espalda hacia endurecer mis pezones trate de separarme al recordar que era mi padre pero creo que él sintió mis reacciones y comenzó a besarme el cuello y sentí como su mástil empezaba a endurecer, y en ese momento recordé que él estaba totalmente ebrio y al día siguiente no lo recordaría así que agarre su pene y comencé a masajearlo mientras él. Metía sus dedos en mi Conchita y mordisqueaba mis pezones, y me decía que me necesitaba, que yo era lo único que le quedaba, que fuera buena niña con papi, y sin pensarlo lo besé apasionadamente, y me correspondió con un mordisco, y poco a poco fue bajando hasta llegar a la entrada de mi vulva y la empezó a lamer luego succionó mi clítoris y yo sólo gritaba y gemía como loca y apretaba con mi mano su cabeza entra mis piernas rogando por más,

-más papito, que rico, mámame todita, soy tu nena, así hazme mujer, tu mujer, házmelo aún más rico que a mami, mmm..........., si así, así, chúpala

-y sentí como me venía en su boca y el tragaba mis jugos con lujuria, y cuando más caliente me sentía se incorporó y me pregunto:

  • realmente quieres la verga de papi, serias mi gatita? -, a lo conteste que si gimiendo,

  • sólo tuya papi, pero ya, anda, por favor

se acomodó apuntando su monstruosa verga y tocando mi vagina sentí venirme por segunda ocasión con sólo rozarla con mi vulva, y entre ese orgasmo la dejó ir de golpe hasta el fondo y sentí que me partía en dos, mi virginidad había quedado en manos de mi propio padre, al principio dolió un poco, pero en menos de dos minutos estaba vuelta loca de sentirlo entrando y saliendo de mi coñito hambriento de más, sentí venirme más de tres veces mientras me arremetía su rico mástil, me recorría una sensación tan singular, mientras decía

  • quieres más gatita? Te gusta la verga de papi? que rica tienes tu cosita, eres mejor que ninguna, y ahora eres mía,
  • mientas yo gritaba eufórica que me la metiera toda, hasta el fondo la quería toda su leche hirviente inundándome todo mi ser, que quería sentirme aún más mujer, me tomo de las caderas y me jaló de tal forma que comencé a cabalgarlo como toda una experta, me puse en cuclillas y empecé a subir y bajar de su miembro y en cada embestida que yo misma me propinaba sentía estar en la gloria, jamás había gozado algo tan delicioso, ahora entiendo por que mamá era tan feliz con mi padre, pero ahora que ella ya no estaba yo ocuparía su lugar en la cama y mi padre llenaría su hueco con el mío, de perrito sentí que dentro de mi punzaba su miembro, y sentí correrme mientras él lo hacía conmigo, en un gran gemido,
  • -aghh...mmm..... ten mi leche, te la voy a dar toda,
  • sentí como entraban en mi los chorros leche hirviendo que salían de mástil duro de mi padre, mientras presionaba mi rajita con su vello púvico y sus bolas.... Me incliné un poco y lo besé,

    • ¡te amo papi!,
  • cogimos toda la noche hasta caer rendidos de tantos orgasmos, hasta quedar saciados de tanta pasión y deseo.

En la mañana al despertar me sorprendió con el desayuno y volvimos a follar, yo fascinada de sentir su semen quemándome las entrañas, sintiendo escurrir de entre mis piernas, mientras su duro palo no perdía su firmaza, pues seguía arremetiendo su potente palo perforando completamente mi conchita gustosa de tenerlo a cada instante sumergido en mi, al montarlo al revés mi reflejado en el espejo su rica verga entrar y salir de mi vagina rasurada mientras sus bolas peludas masajeaban mi clítoris y sentí venirme varias veces con esa imagen ante mi, a lo que solo podía decir

–así, así, dámela todita, soy tu gatita papi, mira papi que rico, que rico,.

  • papá solo gemía de tanta excitación, hasta que al final se estremeció y los dos nos corrimos tan rico que jamás podré olvidar ese momento, al sentir punzar su verga expulsando todos sus mecos, al levantarme empecé a lamérsela toda hasta dejársela totalmente limpia, pues su leche con mis jugos tenían un saber exquisito,, me recosté un poco y en eso comenzó a conversar conmigo y me sorprendió que me dijera que había superado a mamá, y me empezó a decir también que la noche anterior no estaba ebrio que ni si quiera había tomado una gota, que simplemente ya no aguantaba más, que se moría por cogerme, y me contó que Sara lo había dejado porque siempre que tenían sexo se le salía mi nombre, y eso le enfadaba, pero que hasta ese momento se dio cuenta que me deseaba como mujer, que a nadie le importaría más, más que a mi, en ese momento le di un beso tierno y le confesé lo que había visto aquel día y que desde entonces deseaba ser suya.

Le propuse irnos de la ciudad y hacer una vida de pareja a lo que él accedió gustoso, el despacho lo reubico a la provincia y yo solo esperé unos meses pues ya estaba por concluir mi carrera.

Y ahora soy tan feliz porque vivimos como pareja y ya esperamos a nuestro primer bebé, pero con el embarazo nos la pasamos cogiendo pues la calentura no se nos quito, al contrario es mucho mayor.