La Gasolinera: Parte I

La historia de como una empleada evito ser despedida poniendose a mi disposición y como eso me llevo a tener mi propio harem.

Dejaré en manos del lector la veracidad de este relato. Nací de pie, tuve la suerte de nacer en una familia que regentaba dos gasolineras. Un negocio familiar que heredé de mi padre. Se trata de dos gasolineras una frente a la otra, a las que si ya de por si no era un buen negocio, tuvimos la fortuna de que esa carretera se convirtiera en el acceso a un polígono industrial que no hizo más que aumentar el tráfico y los litros que despachamos. Había crecido en el negocio familiar por lo que conocía muy bien el tema y a dia de hoy prácticamente sólo tenía que preocuparme de los turnos del personal, proveedores y esas cosas. Como era soltero prácticamente pasaba el dia alli.

Seis meses atras habia tenido que ampliar la plantilla, para cubrir algún hueco y una baja temporal de un empleado por enfermedad. Ahora mismo ese puesto ya me sobraba.El puesto lo ocupaba Andrea, una chica latina que se presentó a la entrevista con un generoso escote, de lo mejor que yo había visto, y que sin duda le ayudó a conseguir el puesto. La verdad es que de la chica no tenía queja, era servicial, educada y bien mandada, no me daba problemas, pero era la última en entrar y con contrato temporal, por lo que era la candidata principal. Andrea sin ser un super pibon, era una chica muy apetecible. Tendría unos 30 años, como ya he comentado sus principal baza era que estaba muy bien dotada con una talla 100 al menos de pecho, culo generoso que se veía duro y era bastante atractiva, morena, ojos oscuros, muy deseable. Sabía que estaba casada y tenía un niño pequeño, aunque reconozco que fantaseaba con ella más de una vez, nunca hice ninguna insinuación de ningún tipo. Una vez un cliente de confianza me comento que habia oido que tiempo atras Andrea habia trabajado en un club, no quise hacerle mucho caso. No me gustaba complicarme la vida y al fin y al cabo tampoco tenía necesidad. Era soltero y con dinero, no me faltaban ocasiones para follar y cuando no las había el dinero me las proporciona.

Su turno terminaba a las 15:00 de la tarde, sobre las 14:30, aprovechando que hay menos movimiento en la gasolinera y que su compañero podría apañarse solo durante un rato la llame al despacho.

-Buenas tardes, señor Antonio - Me saludo ella

-Toma asiento - le dije - señalando hacia las sillas de confidente que tenía delante de mi mesa. -Mira Andrea, no me andaré con rodeos - le comente muy directo - tu contrato temporal se cumple en 15 días, y no voy a renovarlo, aunque no tengo queja de ti, ahora mismo con el personal que tengo me sobra.

Ella se quedó petrificada, me dio la impresión de que no se lo esperaba, de sus ojos me pareció ver que asomaban alguna lágrima, pero enseguida se repuso tomando la palabra.

-Don Antonio, necesito que me eche una mano - me dijo muy seria- tengo una situación muy complicada. Quiero dejar a mi marido porque es un borracho, pero para poder irme con mi hijo necesito poder ganarme la vida.

-De veras que lo siento- comente- pero cada uno tiene su situación personal, y ahora mismo nos sobra personal, no puedo tener tanto gasto, los demás compañeros tienen más antigüedad…

  • Don Antonio, yo es que creo que usted no aprovecha bien mis cualidades, todos los servicios que yo le puedo ofrecer tanto a la empresa como a usted personalmente.

La verdad es que en esos momentos no sabía muy bien a qué se refería, pero la vi decidida ponerse en pie y andar hasta la puerta del despacho. Pensé que iba a salir de él, pero por el contrario, pasó el pestillo de la puerta dejando cerrado la puerta. A continuación se dio la vuelta y se dirigió a mi mesa, mientras se desabrochaba los botones de la camisa y se la quitaba en un rápido movimiento, dejando ante mi la imagen de esas dos magníficas tetas dentro de un sujetador de encaje negro, coloco su mano en mi entrepierna y acercó sus tetazas hasta mi cara. No me lo pensé dos veces y rápidamente le retire el sujetador pasando a comerle las tetas con lujuria. Al rato se puso de rodillas ante mi, me desabrocho el pantalón del que salió mi polla erecta y empezó a realizarme una lenta y salivada mamada como nunca antes me habían hecho, de vez en cuando se la sacaba de la boca para ponerla entres sus tetas, o se agachaba un poco más metiendo mis huevos en su boca donde los degustaba deliciosamente para enseguida volver a poner sus gruesos y húmedos labios sobre mi polla y seguir con un deliciosos sube y baja. No podía aguantar mas, asi que me deje ir descargando un caliente corrida sobre su boca, ella lejos de retirarse, siguió con con su movimiento hasta que me dejó completamente seco.

  • Andrea, creo que vamos a tener que reconsiderar tu situación - le sonreí.
  • Gracias, Don Antonio, será un placer para mí poder seguir trabajando para usted y poder satisfacer sus necesidades - me dijo sin pestañear.

Los días siguientes hubo bastante revuelo. Tuve que despedir a una de los chicos que llevaba más tiempo, los compañeros no lo tomaron bien y hubo recelos hacia Andrea, incluso un amigo cercano me preguntó por la decisión. Yo le expliqué que había notado que muchos clientes vienen por verla y que era bueno para el negocio. La verdad fue todo un dolor de cabeza, pero yo ya había tomado una decisión y no me arrepentía. Tan solo me preocupaba ser discreto para no levantar habladurías, e ir de boca en boca. Era viernes, y Andrea tenía un turno de refuerzo de 21:00 horas a 24:00 horas. Le di instrucciones precisas, tendría que venir este viernes una hora antes, aparcar en la parte trasera y entrar por el almacen que tenia una puerta a mi despacho que normalmente estaba cerrada con una llave que yo le facilité de modo que ninguno de los compañeros la viera llegar antes.

  • Se puede, Don Antonio - dijo mientras asomaba por la puerta
  • Pasa y cierra con la llave, te estaba esperando - le dije impaciente

Previamente había avisado a Paco y Román los que estaban de turno que no se me molestase que tenía que atender unas llamadas en mi despacho. Esto me aseguraba que nadie intentase interrumpirme y que nadie observarse que el despacho se encontraba cerrado con pestillo.

Andrea como siguiendo un ritual se dirigió hacia detrás de la mesa del despacho donde yo aguardaba sentado en mi sillón mientras se quitaba la camisa, se arrodillo, me desabrocho y empezó su mamada, de pronto sentí como si le imprimiese velocidad, mientras su lengua jugueteaba con mi glande, tuve la sensación de que intentaba hacerme correr rápido. Le ordene que parase y que me despojase del pantalón por completo.

  • Andrea, esto no va a ir solo de mamadas - le dije severamente.
  • Por su puesto, Don Antonio, estoy a su disposición. - dijo sumisamente
  • Desnudate y déjate solo las bragas - ordené.

Entonces me dedique a recorrer su cuerpo, estaba mojada, la apoye contra el escritorio mientras me ofrecía ese estupendo culo, le baje las bragas y metí mi lengua en su coño, estaba bien mojadito, le lamí el culo y le iba introduciendo los dedos, me atrevo a aventurar a que no era virgen por el culo. Ya lo había pensado y me había preparado para la ocasión, saqué un bote de lubricante del cajón, unte mis dedos y la lubrique convenientemente por el culo, ella no protestaba y tenía claro lo que me disponía a hacer, de un movimiento rápido, me puse de pie y se la metí en el culo, que estaba caliente y estrecho, estuve follandomela un rato mientras le acariciaba las tetas hasta que ya no aguante mas y me corrí. Andrea se lavo, vistió y empezó su turno sin que nadie se percatara de nada.

Dos días después, Román tuvo un percance en el almacén que le obligó a cogerse una baja de tres meses. Me vi obligado a buscar a alguien que supliese su baja. Al principio pensé en Mariano, el chico que había despedido en lugar de Andrea, pero no pudo ser ya que había encontrado trabajo en una fábrica de la zona. Entonces se me ocurrió una idea genial.

-Andrea, pasa al despacho - la llame.

-Don Antonio, ahora todos se van a dar cuenta…

-No la interrumpí, eso más tarde, quiero hablar contigo - comente

-Usted dirá - respondió

-Román va a estar tres meses de baja, por lo que tengo que contratar a alguien temporalmente. Quisiera hacerte una pregunta un poco personal, alguien me comento que tiempo atras trabajaste en un club.- le comente

Andrea se ruborizo un poco, pero enseguida comentó afirmativamente.

-No tienes que avergonzarte, es muy loable lo que cualquiera hace para sacar a su familia adelante.

  • Gracias, pero porque lo pregunta.

  • He pensado que quizás tengas conocidas, que estén dispuestas a trabajar en una gasolinera, y a darme un servicio extra, tal y como me lo das tú. Quisiera tener variedad -sentencie.

Andrea se quedo pensativa unos momentos y al final comento que era bastante probable que puediese darse el caso.

  • Tendrá que satisfacer mis necesidades en lo que le pida, alguna vez las dos juntas - comente.
  • No será problema, tengo dos opciones que podrían ser y con las que quedará muy satisfecho, déjeme que haga las gestiones - me dijo.

El resultado de las gestiones de Andrea será narrado en el próximo relato.