La Gasolinera

"No tengo ni idea de que voy a encontrar dentro de la cabina, pero ahora mismo me follaría cualquier animal"

La Gasolinera.

Esta va a ser una noche larga. Hacer el turno de noche entre semana tiene la ventaja que tienes poco trabajo, pero te aburres. Además, antes de incorporarme he estado un rato en el coche con mi novio, lo he masturbado con la mano con la intención que me follara rápido porque llevo unos días “alta”, se ha corrido en mi mano y me ha dejado así…

A las 3.00 han aparecido unos niñatos de discoteca, visiblemente borrachos, no he podido evitar mirar el bulto de sus pantalones apretados, uno se ha dado cuenta y me miraba sonriente, y he notado que miraba mis grandes tetas, y los pezones que resaltaban debajo la camiseta, si yo no hubiera estado trabajando lo habría acompañado al lavabo.

A las 4.30 no puedo más. Me fijo en ese camión de matricula polaca que lleva horas aparcado, dentro de la cabina hay luz, e imagino qué estará haciendo el conductor, me hago mi película y aun me pongo más caliente. Tomo la decisión, me acerco al lado opuesto al conductor, que está en la oscuridad. Me quito el pantalón poco sexy de la compañía petrolera, quedando en bragas, i me suelto dos botones de la camisa (también poco sexy, pero en fin!). No tengo ni idea de que voy a encontrar dentro de la cabina, pero ahora mismo me follaría cualquier animal. Llamo a la puerta…

Miran por detrás de la cortina y sonrío, se abre la puerta y subo. Me encuentro un tio gordo-calvo, peludo, camiseta imperio y sin pantalones, en la pantalla de su minitelevisor un vídeo porno, y una cara absolutamente pasmada! Para aclarar el tema le digo en inglés que no pretendo ganar dinero, que únicamente quiero hacerle una mamada. No entiende nada de mi inglés, pero cuando se lo digo en el lenguaje de los gestos se pone nervioso y aún pone más cara de pasmo.

Le saco la polla por el lado del calzoncillo y se la empiezo a menear. Tiene una polla gorda, aunque no muy larga. Noto como crece en mi mano, me acerco y me la paso por la cara, por los labios y finalmente se la chupo. Le toco los huevos, el culo, y me toco el coño. Él no se mueve, sólo suda. Le saco los calzoncillos y me saco las bragas. Me pongo encima de él, con las tetas a dos centímetros de su cara. Agarro su polla, que está soltando flujo preseminal y me la paseo alrededor de mi ano, me da mucho gusto, y siento su barriga peluda en mi clítoris, que ya hace rato que se ha abierto como una flor.

Noto que se pone nervioso, y antes de que me la meta en el culo de un pollazo me bajo lentamente, penetrándome el culo con su polla gorda. (Si supiera mi novio que con otros me dejo follar el culo se enfadaría mucho, pero es una sorpresa que le guardo para la noche de novios. Además, no quiero que entre cualquiera en mi coño). Empiezo a cabalgar-le, con su polla metida en mi culo, agarrada a su espalda, mientras estimulo mi clítoris con su enorme barriga. Le meto los pezones por la boca, y los lame como lamen los perros. La situación me da un morbo tremendo, follando con un absoluto desconocido al que no puedo ni preguntar su nombre y que por edad podría ser mi padre.

Acelero el movimiento y empiezo a correrme, largamente y con mucho líquido, me quedo desplomada encima de su barriga. Cuando voy a sacar su polla del culo él protesta, me tumba sobre la camilla y empieza a lamerme el coño, el culo, está como un rinoceronte en celo, mientras se masturba. A mi me cuesta poco recuperarme, y sus lametones me vuelven a poner caliente.

Me pone a cuatro patas y noto que quiere volver a encularme. Tengo el ano dolorido y pienso: “que más da” (sí, ya sé que dije que no quería que me follaran el coño).Apunto su capullo entre los labios de mi coño, que están pringosos por mis flujos, y el animal me la mete de golpe, y empieza a mover su cadera, con movimientos regulares, mientras me soba las tetas y jadea como un perro. Cuando noto que falta poco para que se corra (a mi también) lo tumbo panza arriba, me encaramo a su barriga, restregando mi coño y mi culo por su cara, hasta que me vuelvo a correr, soltando abundante líquido,  y justo en ese momento él suelta su semen dentro de mi boca, gruñendo como un cerdo. Nos quedamos unos minutos así.

Abandono la cabina. Está amaneciendo. Me he relajado.