La gargantilla (2)
Hoy os voy a contar nuestra primera salida AMO-SUMISA.
Un sábado del mes de noviembre, al mediodia, después de comer, Júlio me dejó en mi mesita de noche el estuche con la gargantlla, un vestido ceñido y más bien corto, unas medias y un liguero, todo de color negro, junto a una nota en la que ponía:
“Hola PUTITA, esta tarde voy a dejar a los niños en casa de mis padres hasta mañana al mediodía. Esta noche iremos a la ciudad a tomar unos pinchos, tu y yo solos.
P.D.: PUTA, no quiero que te masturbes ni mucho menos que te corras, has de esperar hasta que tu AMO decida cuándo y cómo vas a correrte.
Intenta descansar y coger fuerzas, tengo preparada una tarde-noche algo movidita PUTITA.”
Sólo de ver el conjunto y leer la nota mi coño se humedeció, mi clítoris empezó a palpitar con vida própia y mis pezones se endurecieron.
Intenté descansar un rato, pero con lo caliente que estaba no podía conciliar el sueño. Júlio había decidido no tocarme hasta que no dejara a los niños esa tarde en casa de sus padres y yo… Uff, necesitaba sus manos tocándome todo el cuerpo, en especial mis tetas y mi coño. Tenía ganas de sentir sus manos azotándome mis glúteos, la parte superior de mis muslos, mis pechos, mis pezones… Ummmm, cada vez estaba más y más mojada.
Por supuesto, hice caso de sus indicaciones y no me toqué nada, pero el subconsciente es muy traicionero cuando quiere. Cuando conseguí dormirme tuve un sueño húmedo , no veía caras, sólo manos que amasaban y tocaban cada centrímetro de mi cuerpo. Yo estaba atada sobre una cama, con los brazos en cruz y las piernas bien abiertas, con una mordaza que hacía que tuviera la boca muy abierta y los ojos vendados. Había más de un par de manos acariciándome primero, azotándome más tarde. Me un par de manos me pegaba por la parte interna de los muslos, el otro par por mi tripa subiendo hacia mis pechos y culminando en mis pezones; notaba cómo con cada palmada me mojaba más y más, cómo se endurecían mi pezones y se hinchaban mis tetas. Las manos que me estaban propinando estas caricias parece que también se habían dado cuenta e intensificaron sus acciones, las primeras empezaron a alternar las palmadas por mis muslos con una fuerte y seca en mi coño: palmada en el muslo derecho, palmada en el izquierdo y palmada en el coño; el otro par de manos también se sincronizó con las primeras y cuando me daba la palmada en el muslo derecho me pellizcaba y retorcía el mismo pezón, igual con el izquiero, cuando me daban la palmada en el coño tiraba con fuerza de ambos pezones…Uff, cada vez estaba más cachonda y mi coño emanaba más fluidos. Cuando a las manos les pareció que ya estaba bien de acariciarme, soltaron mis ataduras e hicieron que me pusiera a cuatro patas. En esta posición aparecieron las pollas. Primero se alternaban para frotarse en mi clítoris, para embadurnarse con mis fluidos. Después una de las pollas vino en busca de mi boca, que la tenía bien abierta y… hambrienta, porqué no decirlo. Las manos me cogieron la cabeza y la polla empezó a follarme la boca, entraba y salía despacio, sin prisas, una y otra vez; mientras la otra polla seguía frotándose en mi clítoris. Yo estaba a punto de correrme cuando la polla del clítoris dejó de frotarse y aparecieron las manos para empezar a azotarme las nalgas. Tal y como los azotes subían de intensidad, la polla que me estaba follando la boca también lo hacía, introduciéndose hasta lo más profundo de mi garganta, se notaba que la polla también empzaba a estar a punto, cada vez era más larga y más gorda…Ummm, ¡qué buena! Estaba a punto de probar la lefa de mi follabocas, pero no, volvió a haber un cambio: la polla que tenía en la boca se colocó detrás de mi y la polla que iba con las manos que me azotaban se introdujo en mi boca. Echaba de menos la primera polla en mi boca, ésta que tenía ahora era algo más pequeña, así que decidí que debía volver a hacer una buena mamada para que también adquiriera un buen tono como la anterior. Estaba yo trabajándome la segunda polla cuando, tras una fuerte embestida, la primera polla se coló en mi coño. Las manos de la segunda polla empezaron a moverme la cabeza a su antojo, follándome la boca como había hecho momentos antes la primera polla. Las embestidas eran cada vez más rápidas y fuertes, de manera que con cada embestida la segunda polla se introducía más y más en mi garganta; yo volvía a estar a punto de correrme cuando las dos pollas salieron de mi. Uno de ellos se tumbó boca arriba e hizo que me empalara con su polla hasta dentro, el otro se colocó en mi espalda y con un fuerte embite me metió la polla por el culo. Volvieron a sincronizar sus movimientos mientras me follaban, uno el coño y otro el culo; el que me follaba el coño además iba jugando con mis pezones y de tanto en tanto me daba un cachete en mis tetas. Los movimientos fueron aumentando en ritmo y en profundidad, cada vez eran más rápidos, cada vez eran más fuertes y…
¡BIP, BIP! La entrada de un mensaje en mi móvil me despertó. Tardé un poco en ser consciente de dónde estaba y qué había pasado, verdaderamente el sueño me había parecído muy real, tanto es así que noté que me había corrido, pues mis tanga estaba chopado y parte de los fluidos se deslizaban por mis piernas, ¿qué debía hacer ahora? ¿debía contárselo a Júlio o no? ¿Podía enfadarse por esto? Yo no lo había hecho de forma consciente…¡BIP, BIP! Otro mensaje. Decí leerlos:
Júlio (16:36): He ido a dejar a los niños en casa de mis padres. Prepárate para recibirme.
Júlio (16:48): Veo que aún no has leído mi mensaje anterior…Sólo espero encontrarte en el sitio adecuado. Salgo ahora de casa de mis padres hacia allí.
Cuando acabé de leer los mensajes miré la hora, las 16:50: Mierda, mierda, mierda…me quedan apenas unos minutos, no me da tiempo de nada. Debo peinarme la trenza, ponerme la gargantilla y colocarme en mi posición de PUTA SUMISA antes de que llegue.
Iba pensando en todo esto mientras me desvestía, me ponía la gargantilla y me dirigía al baño para hacerme la trenza.
Nada más colocarme ante la puerta de rodillas, manos cogidas en la espada, ojos cerrados y boca abierta oí que llegaba el ascensor a nuestro rellano y cómo unos pasos se acercaban hacia mi posición, momentos después la llave en la cerradura y el sonido de la puerta al abrirse y cerrarse de nuevo. Unos instantes después tenía su polla en mi boca, ésto hizo que recordara el sueño que hacía unos minutos acababa de tener e hizo que empezara a mojarme de nuevo. Algo debió de notar Júlio porque sacó su polla e hizo que me levantara, para locarme sobre la mesa, con las piernas abiertas a la altura de las patas y recostar mi tronco sobre ella. En esta posición Júlio tenía una buena vista panorámica de mi culo y de mi coño. “ Ummm, qué extraño…aquí hay muchos fluidos PUTITA, si acabamos de empezar, ¿cómo puede ser?…¿QUÉ ESTABAS HACIENDO CUANDO TE HE ESCRITO EL PRIMER MENSAJE?” “Na, nada, AMO. Estaba durmiendo.” “¿DURMIENDO? Y ¿por qué será que no te creo ZORRA?”
Como ya os habréis imaginado tuve que explicarle todo mi sueño, sin escatimar en detalles. He de decir que a Júlio también se le puso la polla más que dura, el glande le palpitaba, el tronco de la polla estaba hinchado, parecía bien duro y grueso…Ummm, yo tenía unas ganas enormes de poder mamarla, de poder sentirla dentro de mi, pero mi AMO no estaba dispuesto a dejársela comer tan fácilmente.
“Esta bien ZORRA, voy a cambiar un poco la sesión que tenia planeada para esta tarde, ya que veo que eres más PUTA de lo que pensábamos. Ponte a cuatro patas y ven detrás de mi a la habitación” .