La foto 3

Y pensar que todo fue cuando me di cuenta que faltaba la foto que tenia sobre mi escritorio

Al final decidimos ir a mi casa, pero cada uno en su auto.

Tenia más o menos 45 minutos de viaje, en el trayecto me puse a analizar los acontecimientos de las últimas 24 hs…. Todo empezó cuando me di cuenta que faltaba la foto que tenia sobre mi escritorio y al buscarla lo descubri a Rufino en una situación comprometida, le confese este hecho a Hugo, mi marido, y el me alentó a dar un paso más en relación con nuestra libertad sexual, “date una oportunidad” me dijo.

Luego lo encare con este problema a Rufino y terminamos teniendo la experiencia sexual más sobresaliente de mucho tiempo a esta parte para mi.

Ya salí excitada y el rememorar todo esto incremento más en mi las ansias de repetir lo hecho con Rufino… meti la mano bajo la falda… no tenia ropa interior y toque mi vagina estaba mojada, mojada y más de pensar en lo que venia en unos minutos .

Llegue a casa, guarde el auto y me fui a preparar todo para recibir a Rufino que no tardaría en llegar.

Antes que nada me di una ducha rapidísima y me puse solo un batin de seda que apenas cubria mis gluteos, sin nada abajo, la seda es mi tela preferida siempre obra cono afrodisiaco al contacto con la piel.

Antes de hacer nada más sono el timbre de la puerta, ansiosa corri a abrir, allí estaba él, el corazón me dio un salto, la excitación y el deseo se fueron a las nubes… nos besamos apasionadamente, sus manos me recorrieron toda bajo la bata, sentí contra mi pancita el enorme bulto bajo de su pantalón, me levantó y me llevo hacia el sofá, la excitación que había despertado en los últimos minutos en la empresa se incrementó, en un instante estuvimos desnudos y en un segundo sin escarceos previos estaba dentro mio, ya mi conchita estaba adaptada a ese pedazo de carne ardiente que la invadia hasta el fondo, fue todo muy rápido y estalle en un orgasmo precioso y rápido… gritando como una loca… sabia que nadie podía escucharnos, la casa mas cercana estaba a 300 metros.

-Hermoso Rufino… y tenemos todos estos días para nosotros… quiero ser tomada de todas las formas posibles, como vos quieras-

Acariciaba amorosamente su falo que no bajaba ni un poquito, seguía tan firme como al principio.

-Quiero comertela- le dije de repente mirándolo a los ojos

-Es toda tuya chiquita- me respondio balanceando su pija delante mio y me acomode mejor para iniciar el juego de besitos, mordisquitos, lamiditas alrededor de la cabezota, mas lamidas desde el tronco a la cabeza, chupandola, deteniendome en la boquita de esa cabecita por donde saldria el liquido de la vida… hasta que la introduje en mi boca… era demasiado grande, me llenaba toda con su cabezota… pero me encantaba, acariciaba sus huevos, enredaba mis dedos en los rulitos de su ingle… mientras aspiro profundamente el olor a macho que me excita aún mas… el solo, sin mi ayuda me levanto y posicionó para comer mi cuquita…

Divina su lengua, experta, traviesa, inquieta, me recorría toda desde el culo a la vagina, separando los gordezuelos labios vaginales, entrando en ellos, jugando con mi clítoris, volvia a mi culo forzando por penetrar el agujerito que la recibia con gozo y me arrancaba suspiros placer…

-¡Mmmm… haaa… hooo… haggg!-

Hermoso… divino… hasta que ambos nos vinimos prácticamente al mismo tiempo… mi boca se lleno de su esencia… quedamos tendidos uno al lado del otro hasta que llego la calma.

Despues de un largo descanso, le sugiero mimosa.

-Tengo hambre-

-Yo también sigo queriendo comerte toda- responde…

-No, hambre de alimentos, estoy sin comer nada desde el desayuno-…

-¿Me acompañas?... vayamos a la cocina-

Nos fuimos a buscar que comer, me puse mi batin y Rufino solo su camisa.

-Vos sentate allí, yo me encargo de todo… en un ratito comemos-

Rufino se sento a mirar como trajinaba preparando la comida, tampoco fue la gran preparación, solo saque algo congelado del frezer para poner en el microondas.

-¡Bellisima!- lo escuche comentar… no me quitaba los ojos de encima.

-¿Qué es bellísimo?- le pregunte picarescamente.

-Tu cabello, tus hombros, tu cintura, tus piernas… tu culo… mi amor- me respondió al tiempo que me abrazaba por detrás oprimiendo mi pancita hacia si… pude sentir su monton apoyado en mi cola, me movia provocativamente acariciando con mi culo su pija durisima ya.

Un suspiro escapo de mis labios y me di vuelta para fundirnos en otro larguísimo beso del que nos saco el pitido del microondas avisándonos que la cena estaba lista.

-Comamos… después me aplacas el otro hambre que tengo… ¿si?- le dije apartándome unos centímetros.

Rapidamente acondicione la mesa, mantel, cubiertos, copas, él encontro una botella de vino que descorcho ruidosamente.

Comimos rápidamente mirándonos a los ojos todo el tiempo, mis pies recorrían los suyos y llegaban hasta su cipote, lo mismo hacia el con los suyos recorriendo mi pierna para estacionarse en medio de mi entrepierna…

Brindamos repetidas veces, el vino era fuerte y generoso, en cada brindis nos besamos y me pasaba vino de su boca que yo saboreaba con fruiccion… lo mismo hacia yo con él… asi estuvimos largo tiempo comiendo, besandonos y brindando.

La verdad que poca atencion pusimos a la comida en si, sino que todo el tiempo estuvo dedicado al acto amoroso. Sin saber en que momento y con la botella de vino totalmente vacia, naturalmente nos levantamos, sin decir palabras abrazados, besándonos, acariciándonos, yo estaba un poco mareada pero totalmente euforica… y nuevamente excitada… caliente.

-A la planta alta- le dije.

Al pie de la escalera me tomo delicadamente en brazos y comenzó a subir, me sorprendia la fuerza que denotaban sus brazos, parecía que levantaba una pluma.

Yo me prendía a su cuello y el me comia los pechos… así llegamos ante la puerta del dormitorio.

-Aquí es- le dije

Entramos y me llevo directamente a la cama… un morbo superior se apoderó de mi, lo iba a hacer en la cama donde Hugo y yo lo hacíamos siempre, donde ambos consumábamos el acto conyugal.

Hoy en ese altar yo era la victima a inmolarse en manos de un nuevo sacerdote que me enterraría su daga del goce total.

Me estire en la cama cuan larga era, él se quedo parado a mi lado mostrándome la enormidad bella de su poronga iniesta y palpitante… alargue mi mano para tomarla y acariciarla lentamente, suavemente, la recorría en todo su largo, llegaba hasta los huevos.

-¡Hermosa mi amor!... quiero tenerla otra vez adentro- le dije en susurro gutural abriendo mis piernas para recibirlo.

Se acerco despacito, mordiendo mis pechos, besando mi cuello… inicio la tarea más vieja del hombre: entrar en su mujer.

Ya no sentía dolor como la primera vez que entro, al contrario era un continuo gozo.

Sentia esa “cosa” grande, gruesa, durisima por la excitación, caliente… recorrer lentamente hasta el fondo para retirarse de la misma forma, ese roce de su pija con mi panocha era… era… como explicarlo… la sensacion era todo a lo largo del canal vaginal… muy dificil de explicar, solo se siente… sentia unos escalofrios… un cosquilleo en la nuca, la espalda… se trasmitia a todo mi cuerpo esa delicia de la penetracion.

Y yo gemia y me retorcia, me llegaba hasta el fondo y yo queria que siga entrando…

Sus manos no descansaban, aprovechando mi entrega con la derecha especialmente exploraba a lo largo la rajita de mi culo, deteniéndose de rato en rato y acariciando con un dedo que mojaba en mis propias humedades alrededor del orificio anal, esto especialmente me producía oleadas de voluptuosidad, quejidos de satisfacción, gemidos de gusto, grititos de dicha.

Introdujo su dedo en mi culito…

-Ayyy… papi que rico… segui… segui más- le pedia

-Segui por allí… por favor… me gusta-

Y me movia y empujaba mi cola contra su dedo para hacerlo entrar más.

-Date vuelta- me dijo quedamente.

Le obedeci y quedo encima mio, tome de la mesa de luz un tubo de gel que usábamos a veces con Hugo.

-Usa esto… mi amor-

Lo tomo y puso una generosa racion en mi mano y me dijo

-Ponelo vos-

Con gran placer comencé a embadurnar todo a lo largo de la verga con el gel, esto solo me calentaba mas y mas, adelantándome a lo que sabia se venia y esperaba con ansias.

Casi lo hago terminar con la friccion, menos mal me detuvo.

-Basta… que me voy querida-

El también me acaricio todo el ano con la mano llena de gel, introdujo su dedo profundamente, me regodeaba esta situación hasta el máximo.

Acerco su poronga muy lentamente a mi culito y comenzó el trabajo, si se puede llamar trabajo, de penetrar mi cuevita.

Se resistía, no era para menos semejante cabezota no cabia normalmente, más fuerza, lentamente comenzó a ceder, como que mi culito y su miembro se conocieron y recién  mi agujerito le abrió la puerta.

No sin gran resistencia siguió empujando, presionando y mi colita comenzó a ceder, primero un pedacito… al fin la cabecita…

-Huuuyyy… haggg-

-¿Te dolio?- se quedo quietecito y el dolor cedió

-No mi vida noo… no lo saques… sigue… sigue-

Y siguió avanzando muy suavemente, ya casi ni sentía dolor, solo un placer sin límites.

Habia entrado toda la cabezota y se quedo quietecito… pero yo impaciente empuje con todo y se metió un poco mas.

-Sigue… no te detengas… sigue… estoy gozando rico… no pares… me duele pero no pares-

Siguio entrando y acelerando lentamente el ritmo.

Dios mio… era un goce indescritible era como si todo mi culo fuera un clítoris, la sensación era a todo lo largo del recto… antes ya había tenido sexo anal, pero por el tamaño de esta picha, esto era como algo nuevo, como una primera vez.

Llego hasta el fondo por fin… y allí se quedo descansando, tomando fuerzas.

Sentia a la vez que sus dedos estaban dentro de mi vagina acariciaban mi clítoris, masajeaban toda mi entrada, sentía como una doble penetración.

Nuevamente lo retiro casi totalmente y volvió a la carga, todo adentro, sacarlo, meterlo,

-Ayyy ayyy ayyy… mas… mas… mas… lo siento todo adentro-

-Mas fuerte… matame mi amor, cógeme hasta el fondo-

-Ha… ha… ha- los gemidos, los gritos eran sin control

Habia adquirido una velocidad asombrosa y una fuerza brutal, me estremecía toda en cada embestida, entraba y salía haciendo un ruido particular que se combinaba con el ruido de la cama y me producían una gozosa sensación.

Me metia los dedos en la vagina, me apretaba los pechos, pellizcaba mis pezones.

-Dioooossss… es el paraíso- gritaba yo

-Soy una puta dándose los gustos-

-Soy una puta complaciendo al macho-

-Ayyy papi… me corro… me corroooo-

Un orgasmo animal me invadió toda…. Subir… subir y subir… hasta la cúspide y caer… caer… caer.

Rufino siguió bombeándome unos instantes más hasta que se descargo también en un orgasmo, derramándose en mis intestinos en un torrente de leche ardiente y sensual.

Nos quedamos los dos yaciendo pegaditos… agotados, sudorosos, besándonos tiernamente, esperando volver nuestros cuerpos al ritmo normal… y en ese descanso nos dormimos agotados de todo el rico trajin de las últimas horas.

Desperté como asustada y sorprendida, mire el reloj eran las ¿6 de la mañana de la tarde?... estaba como obnubilada, no acertaba a pensar con claridad, entonces lo vi a mi lado… Rufino… inmediatamente se me aclaro todo, no había sido un sueño sino una hermosa realidad.

Me puse a contemplarlo, su pecho subia y bajaba al ritmo de la respiración, hermoso macho para contemplar, totalmente desnudo… su miembro en reposo aún lucia un respetable tamaño que avivo mis sentidos… alargue mi mano y lo tome, no tenia la dureza y firmeza de horas antes pero invitaba… pense en Hugo y en nuestra relacion ¿era mejor que esta? Seguro que no… pero que habia pasado capaz que caimos en la rutina y esta diversidad le vendria bien… espero…

Me arrodille a su lado en la cama y levanté su pija acercándola a mi boca, un besito, otro, sabia riquísima aun con restos de la noche… me ti la puntita en mi boca y comencé a chuparla, como un helado de fresa… sin ser helado… mmm que rico pensé… la actividad comenzo a despertarla y se elevo, se endureció, empezó a calentarse y ello despertó a Rufino que presiono mi cabeza contra su pajarito entrando casi hasta el fondo de mi garganta y aún quedaba afuera un pedazo respetable, sentia en el fondo de mi garganta y ese efecto se trasmitia a mi cuello, corria por mis hombros, bajaba por mis pechos, endurecia mis pezones, bajaba por mi vientre produciendo una sensacion helada en mi pancita hasta rebotar en mi vagina goloza hambrienta de más amor.

Que hermoso momento, estuve como media hora, comiendo, chupando, mordiendo, esa tranca de ensueño, acariciando sus testículos, el perineo, hasta el agujerito del ano que hacia contraerse de gozo a Rufino… hasta que en un largo gemido se corrió en mi boca llenándomela de tibio y delicioso semen.

Le limpie la pija amorosamente con mi boca no dejando nada, nada, me atrajo hacia si y me beso profundamente absorbiendo mi saliva y los restos de su esperma que quedaron.

Nos abrazamos y volvimos a dormir…

Despertamos como a las 11 el sol que entraba por la ventana nos quemaba… solo de verme Rufino se vino a mi, me beso y acaricio… iba a ser un dia agitado y glorioso de amor.

Mire con deleite la verga de Rufino, ya estaba lista para una nueva sesión, me di cuenta que yo también estaba deseándolo nuevamente… queria otra cogida, la puta no estaba todavia satisfecha, me subi encima de el y lo cabalgue como una amazona cabalga su potro ardiente, portro ardiente con una montura especial esa poronga de ensueño… después de un rato me quede quietecita sintiendo el tronco dentro mio hasta el fondo, casi lo sentía palpitar, caliente, vigoroso, presuroso de descargar su vida dentro mio, la mire estaba totalmente escondida dentro mio y crei sentir que me llegaba casi hasta el ombligo pero por dentro… y redoblé los movimientos hasta que me vine en un orgasmo celestial y él en una corrida ansiada.

Estuvimos abrazados un largo rato, luego nos levantamos y fuimos abrazados hasta la cocina a buscar algo para almorzar… ya habíamos perdido el desayuno… eran las 13.

Después del almuerzo nuevamente a coger… la merienda y otra vez a hacer el amor hasta la hora de la cena… me desconocía totalmente, con Hugo, mi marido, normalmente lo hacíamos dos veces y quedaba satisfecha… en estas 24 horas ¿Cuántas veces lo había hecho con Rufino? Y seguía teniendo las ganas de la primera vez, cada vez quería más y más…

Rufino y su tranca habían despertado a la puta insaciable que vivía en mí.

Cenamos y nos quedamos abrazados en el sofa del living, acariciandonos, mirandonos, en todo momento lo tenia sujeto del miembro, lo acariciaba, lo apretaba, lo contemplaba… no me cansaba.

-Rufino… ¿cuantas veces se puede hacer el amor en un dia?- le pregunte de improviso.

-No se mi amor… lei por ahí que hay mujeres que lo hicieron unas cincuenta veces con distintos hombre… ¿Por qué lo preguntas?-

-Por que creo que todavia no llegue al limite… tengo ganas de que me cojas de nuevo- le respondi y me levante…

-Esperame- le dije y subi presurosa las escaleras hacia el dormitorio.

Alli fui rapidamente al guardarropas y saque una caja que me habia regalado Hugo, era un juego intimo que aun no habia estrenado… esta era la noche… me di una rapida ducha, me perfume y procedi a vestirme… el juego constaba de una bombachita chiquitita toda de encaje, un brasier tambien de encaje y una neglige de tul… todo transparente de color negro, cuando me mire en el espejo me parecio que estaba mas desnuda o por lo menos no ocultaba mucho mas bien resaltaba todo.

En ese momento Rufino aparecio en la puerta…

-Perdona pero no aguanto mas- me dijo tomandome en sus brazos… un profundo beso y luego me aparto, me hizo girar para contemplarme.

-¡Bellisima… hermosa!!!- exclamo.

Me refugie en sus brazos, bebiendo de sus besos, sus manos iniciaron nuevamente el recorrido por cada centimetro de mi piel… no duro mucho mi arreglo… primero cayo la neglige… luego el brasier… la bombachita me la baje yo misma prestamente, todo quedo esparcido por la habitacion, nuevamente desnudos caimos en la cama presos de un vivo deseo…

Esta vez no hubo muchos preambulos, todo mi ser urgia, mi conejito pedia ser penetrado, recordaba esa cosa grande, grande, caliente, poderosa, rigida, que ya habia saboreado mi interior y deseaba una nueva dosis…

-Rufino… damela ya… por favor… te deseo a morir- casi le grite

Abri mis piernas todo lo que pude y él quiso iniciar una delicada introduccion…

-¡No… no… no mi amor!... damelo todo con todo papi… no me tengas consideracion-

-Quiero sentirte burscamente… metelo… metelo… mete…-

Antes que terminara de decirlo de un solo golpe lo mando todo adentro… senti un agudo dolor por la intromision pero un gozo feroz… eleve mis caderas de golpe tambien, para darle mayor enfasis a su metida… y llego hasta el fondo… chocando nuestras pelvis casi dolorosamente.

Fue casi animal la cogida que pegamos… yo gritaba de gozo y él rugia de placer…

-¡Mas… mas… mas! Con fuerza mi amor… asi… asi… asi!-

-Estoy gozando mi vida- le gritaba mientras él le imprimia un ritmo salvaje, entrando y saliendo…

-¡Ay… ay… apura mi amor… apura… me corro… me corro haaaaggg!-

Acabamos los dos en un largo gemido de mi parte.

Fue una larga y ardiente noche… ¿Qué diria Hugo de la oportunidad que me di?