La Foto - 1

El fotógrafo, un buen amigo de la familia, me tomo algunas a mi sola y una de ellas en especial me cautivo

Mi nombre es Eva, ejecutivo de una empresa familiar, 40 años, casada muy jovencita con Hugo que a la vez es el contador de la empresa.

Soy muy blanca, a veces mi marido me dice que soy casi rosada transparente, de cabellos castaños, muy buen cuerpo, pechos abundantes, una cola firme y redondita, amplias caderas fruto de la maternidad, hermosas piernas, una mujer muy cuidadosa de su aspecto por eso asisto frecuentemente al salón de belleza, al gimnasio, al sauna, masajes.

En una oportunidad en que hicimos unas fotos para una campaña publicitaria de la empresa, el fotógrafo, un buen amigo de la familia, me tomo algunas a mi sola y una de ellas en especial me cautivo, me la tomo sentada en un sillón de mimbre en el salón de recepción, vestida con un vestido negro de encaje, forrado en seda, de falda muy corta que dejaba ver parte de mis piernas; un escote amplio mostraba el nacimiento de los senos, zapatos negros de tacones muy altos tipo aguja, el cabello largo suelto con un mechón cayendo sobre el costado.

Estaba enamorada de esa foto, muy sexy me decían los que la veían, la hice enmarcar y la tenía sobre el escritorio.

Esa mañana llegue más temprano de lo habitual, tenia cantidad de trabajo atrasado; todavía las oficinas estaban desiertas. Cuando me senté algo me llamó la atención, mire por todos lados hasta que me di cuenta, faltaba… La foto.

La busque por todos lados y nada, bueno, me dije ya aparecerá.

Salí presurosa a dejar unos papeles en tesorería y vi luz en la oficina de Rufino, el encargado general de la empresa.

Rufino es un hombre más o menos de mi edad, soltero, hijo de un viejo empleado ya retirado; su padre lo llevaba desde muy pequeño y fue enseñándole su trabajo, luego ingreso como empleado y fue escalando posiciones, es un hombre muy servicial y capaz, que se hizo querer, primero por mi padre y luego por todo el personal.

Como dije vi luz en su oficina y me acerque con la idea de saludarlo y preguntarle si no sabía quien había sacado y traspapelado mi foto, la puerta estaba sin seguro y apenas entreabierta por lo que entre sin anunciar ya que éramos de plena confianza, nos habíamos casi criado juntos…

Se sorprendió con mi presencia y no atino a nada, di un paso más hacia él y lo vi… en su mano izquierda sostenía el portarretratos con mi foto y con su mano derecha rodeaba la totalidad de su miembro viril totalmente erguido… abrí grande los ojos, era algo nunca visto.

En realidad cuando estudiante había experimentado varias, no voy a decir que era una inocente palomita, pero desde que me casé el único miembro que conocía era el de mi marido, a veces me encontraba añorando dichas pasadas que apaciguaba con una buena sesión de sexo con Hugo, mas nada que ver a lo que estaba viendo, no había punto de comparación era una verga morena, inmensa de grande ¿25, 30 cm? No lo sé pero superaba ampliamente a la de Hugo, gruesa parecía el tronco de un viejo árbol marcado por sus venas como si fuera una corteza… todo esto coronado por una cabezota roja como la grana, supongo que el mismo color que adquirió mi rostro que ardía por la sorpresa.

Solo atine un

-¡Rufino!!... pe perdón- y me retire velozmente.

Llegue a mi oficina alteradísima y agitada, mi corazón latía a 200… me encerré y me senté a pensar en lo que había visto, era la verga mas extremosamente grande que había visto en mi vida, morena como ya dije, lustrosa casi brillando, surcada por unas venas que la hacían parecer aún más poderosa y lo más impresionante era la cabeza gorda, roja destilando por lo que parecía su boquita un poco de liquido seminal,  y la estaba acariciando y estaba con mi foto en su mano… fueron solo unos segundos pero que parecieron una eternidad, quería escapar y no podía las piernas no me respondían solamente fija la mirada en esa pija de campeonato… me encontré pensando ¿quien sería la dueña de toda esa carne? Y me di cuenta que me había mojado, metí la mano bajo mi falda llevándola hasta mi vagina aparté la bombachita y me toque sintiéndola como afiebrada y toda mojada… ¿acaso bastaron 10 segundos para excitarme?

–Es que lo que viste valía la pena- me respondí

Trabajar es un decir, no trabaje nada en toda la mañana ni volví a ver a Rufino, tampoco quería verlo sentía una vergüenza mayúscula… cerca de las once de la mañana me retire.

Me fui directo a casa, allí encontré un mensaje de Hugo que viajaba a una de las sucursales y volvía a la noche.

La excitación que había alcanzado hasta ese momento era incontrolable, mis bragas estaban hechas un desastre con mis jugos, Hugo no estaba para aplacar mi ardor, me fui al dormitorio a cambiarme, desnuda completamente mirándome en el espejo me decía que la imagen que devolvía era de una mujer aún deseada y alguien que no era mi marido deseaba estrujar mis pechos, acariciarme toda y poseerme… no aguante mas y reclinándome en la cama me masturbe hasta conseguir un orgasmo aliviador totalmente pensando en Rufino y su verga de esplendor.

A la tarde no fui a la oficina, el acontecimiento de la mañana me trastorno todo el día y seguía pensando en ese trozo de carne… ¿Cómo podía haber algo así?... ¿como seria tenerlo adentro y que te llegue hasta el fondo? ¿Me haría daño?... y pensaba en mamarla, en acariciarla en pajearla, en saborear su leche… Dios mío estaba otra vez al tope… mojada completamente. Antes de lo previsto me volví a casa.

Cerca de las 19 no aguantaba más y tuve que recurrir nuevamente a la masturbarme… luego me puse a ver TV, a leer, ha revisar las cosas del día siguiente… a todo esto llegó Hugo.

Apenas verlo entrar me tire en sus brazos besándolo ardientemente a lo que respondió gustoso y comentando… -Bueno… me encanta, parece que la señora esta cariñosa-

-Mas que cariñosa… ardiendo- le respondí.

-¿Por qué? ¿A qué se debe este estado?-

-Cenemos… después te cuento- le dije.

Cenamos frugal y rápidamente, él porque todo el día había tomado café y picado galletitas, sándwiches, caramelos y yo porque tenía hambre de otra cosa.

…Y por fin nos fuimos a la cama, yo tome la iniciativa en todo… prácticamente me lo cogí yo.

Tome sus manos las lleve a mis pechos urgiéndolo a que los apretara hasta sentir dolor, después le pedí me tomara por las nalgas, mientras le baje los pantalones y su bóxer y como desesperada, en realidad lo estaba, tome su pija que a todo esto ya estaba rígida total y lo urgí a que la meta.

-Dame papi… ya… estoy desesperada-

No se hizo de rogar y me la mando hasta el fondo de un solo envión que me hizo gemir de placer… el mete y saca fue frenético… entre gritos y quejidos de dicha… perdí la noción del tiempo del espacio, de los sentidos, las sensaciones y rápidamente llegue al orgasmo… después de un largo rato volví a la “normalidad”, entonces Hugo me hizo la pregunta del millón.

-¿Y a que se debe esto Evita… ahora me lo puedes contar?

-Si mi amor, te lo cuento-… y le conté todo exactamente como ocurrió.

Me escucho en silencio sin interrumpirme ni una sola vez hasta el final.

…-Eso es todo Hugo, ¿Qué debo hacer?... ¿despido a Rufino, lo traslado a otra sucursal?... por favor ayúdame a decidir qué hacer… no lo podría soportar cerca mío-

Hugo tomo la palabra y me dijo: -no te puedo ayudar, es algo que tienes que decidir tú sola- … me dejo helada y sorprendida y continúo

-¿Y qué culpa tiene el pobre Rufino?... no es tan grave haber tomado “prestada” una foto de tu escritorio… lo demás es una acción privada-

-¿Y no consideraste otra opción?- Siguió después de un largo silencio.

-¿Otra opción?... ¿Cómo cual?- le respondí… ya había pensado en todas las posibilidades de alejar a Rufino.

Nuevamente Hugo tomo la palabra: -Evita, mi amor… no es tan grave la cosa… escuchame… alguna vez ya hablamos de darle mayor libertad a nuestra vida sexual, de poder hacer por nuestro lado algo independiente del otro y más si contribuye al goce personal-

Me quede en silencio recordando lo que alguna vez hablamos del tema cuando descubrí algunas cosillas suyas como el “affaire” con Charleen, una de nuestras clientas, o con Betty su secretaria, siempre vuelve a mi porque me ama y lo amo.

-¿Co… como? Atine a responder sorprendida… -No entiendo- agregue.

-Si entiendes… hace rato hicimos el amor ¿verdad? Me dijo

-Si- le respondí.

-En realidad- continuo… - no hiciste el amor conmigo, solo fui el instrumento, estabas haciendo el amor con Rufino, y deseando sentir esa larga pija que te sorprendió hoy-

-Entonces Evita, yo diría que ni lo despidas, ni lo cambies de sucursal, ni lo apartes de ti… porque al final te vas a sentir frustrada y siempre vas a estar pensando en él-

-¿Por qué no te das una oportunidad… te sacas el gusto y ya?-

Me quede unos momentos, masticando sus palabras y asimilándolas.

-Gracias mi amor, tus palabras me dejan tranquila… y lo pensaré-

-Ahora si quiero cogerte, pero cogerte yo y no otro- me dijo y me tomo en sus brazos recorriendo mi cuerpo con sus manos expertas, besando y mordiendo mis senos hasta hacerme gritar de deseos.

-¡Por favor Huguito mi amor… métemelo… métemelo… te deseo a vos!- alcance a exclamar, antes que yo me abriera de piernas para recibirlo él y me diera una movida como hace mucho no recordaba hasta sacar de mi dos orgasmos bestiales seguidos…

Seguidamente antes que se apagara el fuego me dio vuelta y sentí que abría mis nalgas buscando con su polla penetrar mi culo, cosa que me encantaba sobremanera…

-Evita… me encanta que puedas experimentar otra pija, no sabré si eres totalmente mía hasta que lo hagas y vuelvas a mi-

Me excito totalmente, empujaba mi culo hacia él para que me penetrara más profundamente y fue brusco y delicioso y me arranco otro orgasmo… nos dormimos abrazados

Cuando desperté eran las 9 de la mañana, Hugo se había ido, viajaba de nuevo y estaría prácticamente cinco días afuera, me dejo un mensaje “Paso por la oficina y les digo que vas tarde… date una oportunidad… te amo… Hugo”

Me quede pensando, sonreí y tome una decisión…