La forma más vil pero sabrosa de reventar un ano
Como fingiendo que supuestamente me equivoque le rompí todo, pero absolutamente todo el ano a la nueva empleada de la Oficina.
Esta es una historia 100% real, que son las mejores, sin andar inventado cosas o estar escribiendo tonterías que nadie que haya cogido varias veces en su vida se lo cree, como por ejemplo esos que escriben su historia diciendo que aunque era la primera vez que se la metían por el ano a su novia, esposa, amante o lo que sea lo disfruto y hasta tuvo un orgasmo, por favor, a ninguna vieja, por más puta que sea, le gusta que le revienten el ano a la mala y sin haberla preparado previamente, pero en fin, ese no es el tema de hoy, así es que mejor iniciemos.
Los hechos sucedieron en la hermosa Ciudad de Guadalajara, Jalisco, México, la "víctima" se llama Ana, tiene 22 años, es bajita de estatura, 1.50 o 1.55 de estatura, morena, sin mucha teta, no flaca no gorda, no fea no bonita, piernas un tanto torneadas y lo más decente y rico que tiene un culo ancho y prieto, que fue por lo que se me antojo. Ella entro a trabajar a la oficina en el verano pasado y en la oficina casi todos los cubículos o privados son compartidos por dos personas, yo en ese entonces estaba sólo en el privado por el compañero que acababa de renunciar, así es que cuando a ella la contrataron pues obviamente la ubicaron en mi privado, pobre, si hubiera sabido lo que le iba a pasar.
Desde que entro la observe de arriba abajo, no me llamo mucho la atención, pero conforme iban pasando los días la veía con sus blusitas escotadas y enseñaba media teta cada vez que se agacha a tomar algún expediente en alguno de los cajones bajos de los archiveros, ella era tímida y casi no hablaba de nada más que de asuntos referentes al trabajo, aunque algo dentro de mi me decía que no le era nada indiferente, no seré galán, pero feo tampoco.
No fue sino hasta después de un mes de estar trabajando juntos, que no habiendo casi nadie en la oficina, a ella se le cayo una carpeta cerca de mi y al agacharse a recogerla, pude observar como siempre sus tetitas saltarinas, no lo pude evitar y algo dentro de mi, el diablo yo creo, me impulso a meterle la mano dentro de la blusa y agarrarle la teta hasta que pude rozar su pezón, ella se asusto mucho y yo al ver su cara y lo tonto de mi acto también me asuste, le pedí disculpas, le dije que no sabía que me había pasado, que no fuera a pensar mal (como no), que yo tengo una relación estable y que no supe porque había hecho eso, y ella, para mi sorpresa, solamente me dijo; no te preocupes, no hay problema a todos nos puede suceder, apenas escuche eso, me dije, esta es mi oportunidad y eres un pendejo si no la aprovechas, sino se enojo, entonces es señal de que lo estaba esperando o por lo menos deseando, entonces cerre la puerta para que no hubiera metiches y le di un beso, que ella correspondió y bastante bien, a partir de ahí, las cosas fueron subiendo de tono.
Así pasaron algunos días y un día que estábamos cateando por el mensajero instantáneo, podría pensarse que es algo ridículo ya que estamos casi frente a frente en el privado, pero a veces es mejor usar el messenger, así las paredes no oyen y puedes hacer preguntas calientes sin pena, le pregunte si ya se la habían metido alguna vez por donde fuera y ella me dijo que no, que era virgen, eso me puso muy caliente y me dije, esa panocha (o chocho como le llaman los españoles) la tengo que estrenar yo, y es que ya es muy raro encontrar vírgenes en estos días, todos los cabrones andamos tras lo mismo y ya casi las extinguimos de la faz de la tierra, le empecé a decir que me la iba a coger, ella sólo se reía, esa misma noche, cerca de las 9, ya no había casi nadie en la oficina, fue al baño y la seguí, me metí detrás de ella y ella me pregunto ¿pero qué haces?, yo por respuesta, cerré la puerta, la empecé a besar y a agarrar sus tetas, ahora si las tocaba a lo descarado y fuerte, le quite su chichero y vi por primera vez vi sus pezones, como típica morena, tenía un pezón enorme, prieto, no que prieto, negro, un punto grande que apuntaba hacía mi amenazante, ella me dijo, no, no quería perder mi virginidad en un baño, yo le dije, ya déjate de cosas, capaz que ya la perdiste de chica andando en bicicleta y para perderlo da igual cualquier lugar, ándale, súbete la falta, y no quería, pero a base de besos y de ponerla bastante caliente, por fin accedió, me senté en una de las tazas de baño, la puse frente a mi, y luego la atraje, le subí la falda, le baje el calzón, y pude por fin ver su mata de pelos, y si, si era virgen, pero más bien era una pinche selva virgen sin explorar, era la más peluda de todas las que había visto hasta ese día, por un momento pensé que estaba frente a mi el General Zapata con sus bigotazos, hasta pense en cuadrarme y responder "a sus ordenes mi general", una vez que salí de mi estupor, le dije que abriera la piernas y la senté en mi tranca, la cual se la deje ir de un solo golpe, con lo lubricada y mojada que estaba ella ni chisto ni grito solamente se meneaba de una forma muy pendeja, ya con el tiempo la fui enseñando y obviamente podando poco a poco su rica y estrecha panocha.
Ese día me quede pensando, que como siempre me enseñaron, las cosas no se deben de quedar a medias, y que si ya había empezado algo, lo tenía que terminar, me dije, ya estrene el chochete, ahora quiero estrenar el ano (hay que ser ambiciosos en la vida también), pero me preguntaba ¿cómo?, yo ya he reventado varios anillos, pero sucedía lo de diario, a la primera que se lo metí se desmayo del dolor y luego me hizo sentir como si fuera un violador, a la segunda le dolió tanto que estuvo hablándome durante una semana todos los días a mi casa para decirme una serie de palabras nada gratas y decirme lo mucho que todavía su cola por mi culpa, a la tercera cuando se la metí se enojo tanto que me dejo de hablar y lo peor del caso es que íbamos a mitad del palo, y me dejo a medias (eso fue lo realmente malo, no que me dejara de hablar) y otras veces cuando lo intenta era motivo de enojo y de que se acabara la diversión, se hacen las sentidas, se visten y ya no quieren continuar, tan rico que es sentir que nos rodeen el pito con sus intestinos, en mi vida, solamente he conocido a dos mujeres que les gusta que les den por el culete (porque no hay más de esas Dios).
Total, como muchas cosas de la vida, suceden y sin que uno las planee, y así paso, dos días después de estrenar su sabrosa raja negra y peluda por fuera y rojita por dentro, ella me invito a cenar a su casa, me dijo que no iba a ver nadie, yo, claro que acepte, a quién le dan pan que llore verdad y ya había pensado la forma en que le iba a estrenar el culete, y así paso, fuimos a su casa, cenamos, se puso a fregar los trastos y yo me puse atrás de ella y le empecé a besar el cuello y tocar sus tetas y nalgas, le subí la falda y le quite el calzón, ya estaba que chorreaba, porque esa mujer no lubricaba, babeaba esa era la verdad, y se la deje ir hasta el fondo de su vágina, ella nomás suspiro y me dijo, ven, vamos a mi cama, pero no alcanzamos a llegar, apenas alcanzamos a llegar a la cama de su mama que era viuda, y si su mama supiera lo que paso ahí, ese fue el escenario, la puse boca abajo y la empecé a coger desde atrás, le daba unas tremendas embestidas que ella nomás ponía los ojos como yema de huevo cocido, así estábamos y yo desde atrás nomás veía sus nalgotas prietas y ricas y su ano negro como la noche, super pero super cerrado, y dije, aquí es cuando y en una de esas, con precisión milimétrica y en una milésima de segundo, en una de las bombeadas la saque de la vágina y se la deje ir directo al ano, fue increíblemente rico, extremadamente cerrado y estrecho, era el culete más rico que me he cogido, de un solo golpe le deje ir toda la verga dentro de su ano, así como iba, sin haberlo lubricado y preparado, le di tres o cuatro cogidas, le sacaba toda la verga y la la volvía a meter hasta los huevos, se me hacía muy raro que ella no dijera nada, lo que pasaba es que ella quedo como en estado de shock, y ya sino, con semejante verga tragándosela y atorada por primera vez por su culo, luego de unos segundos por fin reacciono y pego un grito, pero que grito señores, me dejo sordo la muy pendeja por casi dos horas, y yo todavía haciéndome el pendejo le dije, ¿qué paso, porqué gritas así?,y ella contesta ¡ME ESTA DOLIENDO PERO UN CHINGO, QUE CHINGADOS ME METISTE¡ me sigo haciendo tonto y le digo que no sé, a ver, déjame ver que esta pasando, dirijo mi mirada hacía abajo y veo toda mi verga ensartada en su ahora abierto y dilatado culo, y le digo, aaaah ya se que paso, lo que pasa es que me "equivoque" y te la ensarte en el culo "sin querer", (jajajajajaja), pero deja te la saco, al sacarla me di cuenta que me había embarrado de sus restos (primera vez que me pasaba) y que el ano había quedado totalmente distendido, boquiabierto y en toda la circunferencia de su ano había como unas pequeñas grietitas o fisuritas por donde se podía ver algo de sangre, se lo había reventado con todo y sin compasión, pero hasta eso, salió aguantadora y todavía tuvo humor de que continuáramos cogiendo por su vágina, y terminamos primero ella y luego yo, no fue a trabajar en dos días a la oficina pero fui a consolarla.
Y así termine con mi deber, cumplí con mis enseñanzas de que no debo dejar nada a medias y hasta eso la táctica no estuvo tan mal, hoy en día todavía sigue cogiendo por el culete, no le gusta, pero por lo menos ya no le duele de tan grande que le he dejado el agujero, a cambio la compenso con la mejor sesión de sexo oral y vaginal que ha tenido en su vida, porque ya no he sido el único.
Si alguna muchacha quiere estrenarse o le gusta el sexo anal, no dude en escribirme a mi correo, Saludos de su sorprendente amigo.