La Forma Del Amor - Capitulo 7 -

Tras la terrible noche con Kyan, Bryan enfrenta a Sergio y descubren que tienen mucho en comun

VII

Pasado

Juntando pedazos

te voy componiendo

tu boca, tus ojos,

tu mano en mi cara

son recuerdos

porque no te tengo

y vuelvo a mi cama

a buscarte en sueños

“Cachitos de un sueño” – Ana Torroja

Una vez que Uriel los dejó solos, Sergio y Bryan se miraron por un largo rato sin saber que decir.

  • ¿Te puedo ofrecer café? – Preguntó Bryan intentando romper el hielo.

  • No, gracias.

  • Sergio… Perdón, no se ni por donde empezar. Me comporté como un imbécil.

  • Un gran imbécil, diría yo. – Tomando Aire, Sergio hizo la pregunta de la cual más temía la respuesta. – Lo que quiero saber es ¿Por qué?

A Bryan le incomodó lo directo que fue Sergio, y fue peor cuando se dio cuenta que no sabía como responderle. En un vano intento de acomodar sus ideas y convertirlas en oraciones coherentes, Bryan se levantó del sillón, se paseó por la sala y se sirvió mas café, todo sin lograr que las palabras vinieran a el. Sergio lo contempló pacientemente, con el rostro convertido en una máscara inexpresiva. No fue si no hasta que el sabor del ya frío y amargo café le llenó la boca, que pudo empezar a hablar.

  • ¿Alguna vez has amado tanto a alguien, que la idea de perderlo te llena de miedo? – Al escuchar esto, la inerte expresión de Sergio cambió por una de asustada sorpresa. - Y sin darte cuenta, descubres que harías hasta lo indecible con tal de no experimentar ese miedo.

  • ¿A qué te refieres?

  • Tal vez no lo entiendas. – Continuó Bryan con la voz quebrada. – Pero me enamoré de la persona equivocada…

  • ¿Hablas de Kyan?

  • ¿Tan obvio es? – Dándole otro sorbo al amargo café, Bryan tomó fuerzas para seguir hablando. – No pensé que llegara a esto, cuando lo conocí era solo otro compañero mas del grupo de teatro, pero con cada día que pasaba con él, mis sentimientos crecían. Al principio pensé que podría haber algo, luego me enteré de su problema.

  • ¿Es hetero? – Replicó Sergio con una sonrisa triste que Bryan no pudo interpretar del todo.

  • Si… No, ¡No lo sé! Y aunque no lo fuera, el problema es que no tolera que lo toquen, se pone enfermo, sobre todo si es otro hombre… Durante un tiempo pensé que podría cambiarlo, que podría ayudarlo, pensé… Pero eso ahora ya no importa. Eso que tanto temía, ocurrió. Al final no importó lo que hice o lo que sacrifiqué. – Tras dar un hondo y doloroso suspiro, Bryan continuó hablando. - Lo que me lleva a lo que pasó anoche. Estaba cegado por ese miedo, por esa esperanza infecta que me hizo actuar de forma tan asquerosa. No espero que me perdones, pero quisiera que entendieras que fue el acto de un hombre desesperado y yo…

  • ¡Bryan, basta! – Exclamó Sergio con brusquedad. En algún momento durante el discurso de Bryan se había levantado del sillón, ahora estaba frente a el, encarándolo; en su rostro había una expresión de angustia que Bryan no lograba entender; había esperado que estuviera molesto u ofendido, en cambio parecía estar a punto de llorar.

  • Perdóname. – Balbució Bryan sin entender bien que pasaba.

  • Lo entiendo… entiendo a lo que te refieres. Conozco ese dolor y entiendo lo que hiciste, aunque no lo justifico.

Las palabras de Sergio dejaron a Bryan clavado en su lugar, había algo en la expresión de su rostro, en la forma en la que su voz se quebró casi imperceptiblemente cuando lo dijo, que no dejaron lugar a duda, el también había experimentado algo así.

  • ¿Qué pasó? – Preguntó Bryan suavemente mientras se sentaba en el sillón.

  • Lo mismo que te pasó a ti. – Replicó Sergio con una sonrisa amarga en el rostro. – Me enamoré de la persona equivocada; solo que, en mi caso, eso duró 19 años.

  • Pero ¿cómo…?

  • Me enamoré de mi vecino.

  • ¿Qué Rodrigo no es tu vecino? ¡No me digas que…!

  • No, hablo de su hermano, Erick.

  • No sabia que tuviera un hermano.

  • No le gusta hablar de el. – Sergio se sentó e hizo una pausa excesivamente larga, Bryan notó que reunía sus fuerzas para hablar, justo como el había hecho unos minutos antes.

  • No tienes que decir nada si no quieres.

  • Creo que me hace falta, nadie mas que Rodrigo y yo saben en realidad lo que pasó. Mi familia y amigos solo saben partes y entienden… es obvio, pero nadie se imagina… - Sergio vio la confusión y el miedo en el rostro de Bryan, tomó aire de nuevo y exclamó: - Déjame contarte…

Conozco a Rodrigo y a Erick de toda la vida, fuimos compañeros de juegos y de colegio; y a pesar de que Erick era un año mayor que nosotros, siempre íbamos juntos. Pero ya sabes, uno crece, las cosas cambian y un día me di cuenta de que sentía un amor mas que fraternal por Erick.

Al principio no lo entendía y lo dejé estar, pero con el paso de los años se volvió una tortura para mi; y cuando me enteré de que el había empezado a salir con una chica mi mundo acabó. Intenté superarlo, pero cada vez me hundía mas en mi depresión; lo único que hacía era pensar en el, me empezó a ir mal en la escuela, dejé de frecuentar a mis amigos, dejé de salir. Erick intentó ayudarme invitándome a salir, a compartir ratos con su hermano e incluso con su novia, y yo aceptaba solo por estar con el…

Todo terminó hace un par de años, Rodrigo, Erick, su novia y algunos amigos organizaron un viaje a la playa, me pidieron que fuera con ellos y accedí. Como era de esperarse, durante el viaje me aparté de todos, casi siempre estaba sentado en la arena, bebiendo, mirando el cielo, el mar, e intentando hacer las pases con mi vida. Una de esas noches Erick se sentó junto a mi, estuvimos ahí largo rato en silencio; finalmente me dijo: “¿Sabes? Estoy intentando reunir el valor para hacer algo que deseo desde hace años, pero tengo miedo y no se si valga la pena”

Y yo, como un estúpido amargado, le respondí: “Lo que deseas no se volverá realidad. No vale la pena, déjalo ir”. El se levantó y se fue, lo siguiente que supe es que le pidió a su novia que se casara con el. Nunca pensé que me podría sentir peor, necesitaba consuelo, necesitaba quitarme el dolor que sentía en ese momento y encontré solaz en los brazos de Rodrigo.

Y mientras buscaba a Erick en el cuerpo de su hermano, el Erick de verdad nos encontró juntos; había tal decepción, tal dolor en su rostro… salió corriendo y yo tras el. Se subió a su coche y yo lo seguí, mientras conducía sin rumbo lagrimas recorrían sus ojos. Yo no entendía por que lloraba. Cuando se lo pregunté me respondió: “¿Sabes cuantos años rogué por un milagro? ¿Sabes que tanto rogué por tener una oportunidad? Y justo cuando creí que la vida me decía “Esto no es para ti”, me haces esto.”

El también estaba enamorado de mi, y al igual que yo, no había tenido el valor para confesarlo, ambos habíamos vivido con miedo… Pero fue muy tarde; un conductor ebrio nos embistió y nos sacó de la carretera. Erick murió en mis brazos, diciéndome que me amaba y que sentía haber desperdiciado su vida así.

Cuando Sergio terminó de hablar Bryan se le quedó viendo largo rato. Estaba visiblemente conmovido y angustiado por el relato.

  • Sergio, los siento mucho, no me imaginaba que…

  • Esta bien, de hecho, tengo que agradecerte, eres a la primera persona que le cuento esto. Mi familia piensa que estaba deprimido porque mi mejor amigo había muerto, y así es, pero en realidad nadie entendía lo que había de por medio. Es por eso que se como te sientes, es por eso que no te culpo por lo que hiciste; es mas, creo que la vida nos puso en el mismo camino por algún motivo importante.

  • En realidad, no sé qué decir.

  • ¿Por qué no mejor me cuentas lo que pasó contigo y con Kyan?

Bryan pasó la siguiente hora relatando su propia historia, incluyendo lo que había ocurrido la madrugada anterior en ese mismo departamento. Sergio escuchó atentamente y solo interrumpió para finalmente aceptar el café que Bryan le había ofrecido.

  • Bueno, al menos tu historia no termina con alguien muerto. – Exclamó Sergio con una sonrisa tonta en su rostro. Bryan, incómodo no supo que responder. - ¡Es un chiste! Pero hablando en serio, no se que decirte, en realidad no conozco a Kyan, no sé si te está rechazando o esta lidiando contra algo mas. Tal vez lo mejor seria darte y darle espacio antes de que las cosas salgan de proporción.

  • Creo que tienes razón, me encantaría tener una respuesta, pero a estas alturas con que el esté bien me conformo.

  • ¿Sabes? Me da gusto finalmente conocer al verdadero Bryan. Definitivamente no eres el patán de la fiesta.

  • Perdón de nuevo. – Replicó Bryan visiblemente abochornado. – Tenia mucho que no conversaba con alguien fuera de mi círculo de amigos y en verdad eres muy agradable. Fue un error no darnos la oportunidad de conocernos el uno al otro desde el principio.

  • ¡Hey! Nunca es tarde, si gustas podemos empezar desde cero.

  • Eso me gustaría mucho.

  • Soy Sergio Carrasco, encantado de conocerte. – Exclamó el chico alegremente mientras le extendía la mano a Bryan.

  • Bryan Luna, el placer es todo mío