La fogosa heredera vuelve al redil

Miguel visita a Rita en su casa de NYC después de lo vivido en el Palace. Realmente no sabe en el estado anímico que encontrará a su amiga.

La serie compuesta por De fea administrativa a fogosa heredera ( http://todorelatos.com/relato/124807/ ), De viaje con la fogosa heredera ( http://todorelatos.com/relato/124816/ ), De embajadores de España con la fogosa heredera ( http://todorelatos.com/relato/124826/ ) , La fogosa heredera amplia su circulo ( http://todorelatos.com/relato/124878/ ) y El regreso de la fogosa heredera ( http://todorelatos.com/relato/124959/ ).

Se puede leer sin haber leído antes lo anterior, aunque es aconsejable leerlo antes

Rodolfo se quedó lívido.  La escena no era para menos.  Ver a su mujer desnuda con un coño en su boca y una polla perforándole el chumino no es plato de buen gusto para nadie, y menos si ese alguien tenía las convicciones morales de nuestro amigo Rodolfo.

-       ¿Qué te han hecho mi amor? – fue lo primero que soltó totalmente perplejo, aunque después de cinco segundos esperando respuesta solo pudo decir - ¿cómo has podido Margarita?

Saqué mi polla de ese coño dado de si por el exceso de uso de esa tarde, Elena se levantó subiendo su cadera y echándose para atrás.  Rita intentaba tapar su desnudez con sus manos, una en el coño y la otra en sus pechos, su lengua aún no se había introducido de vuelta en su boca ni tampoco había cerrado las piernas ya huérfana de polla.

Rodolfo se puso blanco y amagó con desmayarse, apoyó su brazo en la pared y a continuación su cuerpo reposo sobre ella, la cara del cornudo se volvió aún más blanca y empezó a deslizarse poco a poco hacía el suelo.

Los tres desnudos salimos disparados hacía él para evitar que se cayese.  Debía de ver bastante gracioso ver a tres personas en pelotas socorrer a una persona que vestía todavía un abrigo.

Apoyamos a Rodolfo en uno de los sofás de la suite.  Era tal nuestra preocupación que hasta Elena le llegó a dar un par de veces con sus grandes ubres en la cara mientras trataba de asistirle.  Rita nos pidió que nos vistiésemos y nos fuésemos para evitar malas mayores.  La esposa iba a llamar a recepción para que mandasen un medico y no quería escándalos más allá de los que ya habían ocurrido y sin duda estaban por llegar.

Nos vestimos corriendo.  Elena metió en su bolsa todo el arsenal y salimos bastante preocupados del cuarto.  En el pasillo nos cruzamos a dos personas del hotel que corrían hacía nuestra habitación.

Llegamos a la recepción sin saber muy bien que hacer.  No le pasa a uno todos los días estar marcándose un trio y que entre el marido de la que esta siendo follada dándole de paso un soponcio al ver la escena.

Hicimos nuestros mejores votos por la salud y del cornudo y teniendo claro que en cualquier caso no íbamos a poder ayudar en demasía decidimos coger un taxi e ir a mi casa.

Elena tenía siempre algo de ropa en mi casa, de hecho aun no se había llevado la tonelada que había comprado en NYC, solo lo imprescindible me dijo.  Al día siguiente podría ir a trabajar hecha un primor como a ella le gustaba.

Nos metimos en la cama muy tensos.  Elena sabía de sobra que una de sus mamadas me ayudaba a relajarme en momentos de gran estrés, por lo que se bajo al pilón y me tocó un solo de flauta hasta que le llené la boca de mi esperma que el destino no había querido que acabase en el coño de Rita.

Nos costó mucho dormir aquella noche.

No supimos nada de nuestra amiga hasta un mes después.  Por mi parte intenté localizarla para asegurarme que todo iba bien, pero me fue imposible.  No tenía su teléfono y en su empresa tanto en Palencia como en USA no me pasaron con ella.

Elena me mandó un email con la noticia.

“Divorcio en las alturas financieras”

“Según informa Reuters, el divorcio de Margarita Márquez, primera accionista del Grupo Rumbo Supermarkets, y su hasta ahora marido Rodolfo Gutiérrez, consejero de la entidad, ha provocado la salida de este último de la empresa”

Busqué más información en la web y pude ver en distintos foros tanto económicos como del corazón artículos en los que hablaba de divorcio de la pareja por causas no conocidas, los comentarios de miembros de la Obra del Opus Dei, la pensión que el bueno de Rodolfo iba a recibir y demás información que en esos momentos no quería leer.

Me sentía un poco culpable de la situación.  Me decía Elena, Rita era mayorcita para saber con quien y como se iba a la cama y las consecuencias que ello podía traer, pero a mi no me servía de consuelo.  De alguna manera habíamos trastocado la vida de mi antigua novia y ver las consecuencias no era ni mucho menos plato de buen gusto, al menos para mi.

A través de mi central en USA contraté a un detective privado que me consiguió la dirección de Rita en New Jersey y aproveché mi siguiente viaje a USA para ir a verla.

Me pasé todo el día nervioso de reunión en reunión, y cuando acabé la última cogí a uno de los choferes de la empresa y le hice que me llevase a la residencia de mi antigua amante.

La casa era grande, elegante, en una muy buena zona, pero nada grandilocuente como uno se espera de una persona de su condición económica.  Simplemente una casa estilo victoriano con una gran jardín a la entrada y un precioso portalón.  Nada que la diferenciara de sus casas vecinas

Llamé a la puerta y esperé.

Una mujer negra grande y vestida como la negra de lo que el viento se llevó me abrió la puerta.  La tía realmente se parecía un huevo a la famosa Mammy.

-       ¿La señora Márquez por favor?

-       ¿Le espera?

-       No, soy un viejo amigo de España y he pasado a saludarla.

-       ¿Su nombre?

-       Miguel Rubiales.

-       Un segundo por favor -  y me dejó plantado en la calle después de cerrar la puerta en mis narices.  Esperé unos minutos hasta que la puerta volvió a abrirse.

-       Pase por favor, la señora esta con usted en breve – la casa era elegante, un poco anticuada para mi gusto, pero decorada por lo menos con alto presupuesto.  Un gran atril con una biblia abierta presidía la entrada.  Me hizo pasar a una salita decorada con un gran crucifijo y allí esperé mirando los cuadros y fotos.

-       Miguel – oí a mi espalda – se que me has intentado localizar, siento no haber respondido a tu mensajes, pero no estaba de humor para hablar con nadie – Me dio dos besos y un largo abrazo mientras decía esto -  De hecho llevó un mes encerrada en esta casa, tu eres la primera visita que recibo.

-       Te agradezco el honor.  Tanto Elena como yo estábamos muy preocupados.  ¿Qué pasó aquella noche? – nos sentamos en unos sillones Luis XVI y Rita empezó a hablar.

-       Bueno, a Rodolfo le dio un amago de ataque al corazón y en cuanto le vieron los médicos del hotel llamarón al SAMUR, imagínate la escena, yo muerta de nervios sin darme cuenta que estaba complemente desnuda.  Los médicos fueron muy profesionales y hicieron como si no se diesen cuenta de tenerme allí en porretas.  En pocos minutos aquello se llenó de gente.  No fue hasta que una camarera de planta se apiadó de mi y me puso una manta sobre mi cuerpo y me recordó que llevaba un plug anal que sobresalía de mi culo.  Por una decima de segundo me olvidé de Rodolfo y casi me muero de la vergüenza.

-       Bueno y ¿Rodolfo que tal estaba?

-       Jodido, pero bueno, le llevaron a la Paz, no logré coger la ambulancia pues el personal del hotel me hizo vestir y luego amablemente me llevaron al hospital.  Fue una noche horrible.  Pasé  toda la noche en el pasillo esperando noticias.  No sabes los duros que son esos asientos, especialmente cuando tienes el culo como yo lo tenía.

-       Lo entiendo.

-       A las 12 de la mañana me avisaron que Rodolfo estaba consciente.  Siendo su mujer no necesitaba ningún permiso para visitarle en la UVI, la media hora de visita era mía.  Entré y Rodolfo al verme torció la cabeza y miró hacía la pared.  Las enfermeras me echaron cuando vieron que su corazón volvía a dar botes.  Después de un par de intentos me aconsejaron irme al hotel y esperar sus noticias.  Pasé dos días horribles hasta que el hermano de Rodolfo, Joaquim me llamó.  Su voz sonaba seca y me dijo de una cortante manera que nunca había utilizado conmigo, algo así como que ni se me ocurriese ir a ver a su hermano y que por ninguna razón intentase contactar con ninguno de sus 7 hermanos de su familia.  Me quedé rota de dolor.  Esperaba por lo menos poder verlo para saber que estaba bien.

-       Ya veo.

-       Rodolfo salió del hospital cuatro días después y lo trasladaron a Palencia a casa de su hermano.  Unos días después me llamó un abogado presentándome una demanda de divorcio y otra anulación eclesiástica de nuestro matrimonio.  Rodolfo quería que nuestra boda a los ojos de Dios se anulase costase lo que costase.  Al principio me encontré un poco perdida, pero rápidamente mi padre, que a pesa de la edad sigue siendo de armas tomar, sin querer saber las causas reales de la rotura, se puso manos a la obra y contando con los mejores abogados que el dinero podían pagar decidió dejarlo en la puta calle.  Yo pensaba que aquello era injusto, pero mi padre me dijo que no iba a permitir que sacase más que lo legalmente justo.  Al final logré que soltase un poco la mano y le dejase una renta vitalicia para vivir sin problemas, eso si, insistió que siempre había sido un inútil y un inútil no pintaba nada en nuestra empresa.

-       ¿Cómo es que apareció?

-       ¿Cuándo?

-       Cuando te estábamos partiendo el alma a pollazos Elena y yo.  ¿cuándo va a ser? – dije yo intentado no ser demasiado brusco.

-       Por lo visto acabo tarde en la oficina y en vez de dormir un poco y después venir a Madrid, decidió darse la pechada y ya dormir en el hotel hasta tarde el día del avión.

-       ¿Y como llegó a la habitación?

-       Siempre nos quedamos en la misma.  En la recepción le conocen y sencillamente le dieron una copia de la llave.  El idiota de él había estado llamando toda la noche para decir que venía.

-       ¿Y ahora?

-       Ahora es horrible.  Decidí volver a NY, acudí a la reunión semana del Opus Dei, gente con la que llevó casi 10 años viéndoles todas las semanas.  Literalmente fui expulsada de la sala.  Llamé a mis amigos de la obra en Madrid y Palencia y todos me colgaron.  He recibido cartas manuscritas de amigos comunes en los que me echaban en cara mi vida de perdición e incluso mi confesor aquí en NJ me ha negado la confesión y/o comunión.  Rodolfo se ha dedicado a informar de todo lo pasado y evidentemente los nuestros nunca perdonaran a quien ha cometido adulterio.  Bueno, adulterio podría ser una cosa que estos mea pilas podrían entender, pero ser sorprendida en una orgía pecando contra el sexto mandamiento, es algo que se le escampa de sus cerradas mentes

-       ¿Los nuestros?

-       Si los nuestros Miguel.  Siempre he sido del Opus Dei.  Desde cría y durante toda mi vida he considerado que aquella era la manera adecuada de vivir.  Siempre me he considerado parte de ellos y me duelo que los míos me rechacen

-       ¿Y lo nuestro?

-       Una locura pasajera.

-       Ya.

-       ¿Ya que?

-       Que ya.  A pocas mujeres he visto disfrutar más con una polla en el coño que a ti.  Rita, tu eres una bestia sexual, lo has sido toda la vida, pero te has negado a aceptarlo.  Solo lo has aceptado durante unos pocos meses de tu vida, pero aquello era lo tuyo.  Has vivido negando la realidad toda tu vida, y no lo entiendo.

-       ¿Tu que sabrás?.  Dios ve el sexo como una vía de  bendición para la pareja.  El sexo ha de disfrutarse dentro de la pareja y yo me he equivocado.

-       Si, ¿pero dentro del matrimonio?.  Seamos serios, no creo que nunca hayas sido más feliz que siendo follada.  Podía ver tu cara de felicidad mientras uno o dos desconocidos te deslomaban a pollazos y por encima del hombro de uno de ellos me veías a mi calzarme a otra chica sabiendo que al acabar todo aquello serías feliz volviendo a casa conmigo

-       Ya te he dicho, una época de locura.

-       ¿Una época?, no me jodas Rita, tu eres así y luchas contra tu yo.

-       No lo soy.

-       Si lo eres.  ¿No me digas que no te bajaste de avión con deseo de ser follada?¿de ser arrollada en la cama?  No me digas que al vernos allí no deseaste ser tu Elena y ser tu la que habías pasado un fin de semana o una semana de sexo sin fin.  Es mentira y lo sabes.  Te bajaste de ese avión con ganas de polla y replanteándote muchas cosas que hace tiempo que pensaste que estaba superado.

-       Y esa noche hice el amor con Rodolfo.

-       ¿el amor? Tu lo que querías era ser follada y no creo que te valiese el sexo convencional que ese calvo te podía ofrecer.

-       No soy así.  Disfruté plenamente de mi marido y lo posterior fue una locura.

-       ¿Plenamente?, ¿te corriste?¿te comió el coño?, no me jodas.

-       Yo no soy así.

-       Nos ha jodido que eres así, nos ha jodido.  Estas desaprovechando tu vida simplemente por unas absurdas ideas y no haces lo que quieres y te gusta porque dios en teoría no lo ve bien.

-       No soy así.

-       Si lo eres.  Te morías de ganas de follar conmigo cuando nos encontramos en Madrid y te mueres ahora de ganas de ser follada sin contemplaciones – y dicho esto metí mis manos entre sus piernas por debajo de la falda.  Rita intentó pararme pero cuando sus bragas de abuela fueron apartadas a un lado y llegue a su coño, este estaba totalmente encharcado sus manos perdieron fuerza.  La presión de la manos de Rita disminuyeron y poco a poco su resistencia se fue trasformando en un acompañamiento a mis manos mientras la masturbaba llegando incluso a guiarlas hacía sus más privados recovecos.

No había ido allí con otra intención que consolarla, pero llegados a ese punto, una buena follada era la mejor manera que tenía de consolar a mi amiga.

Desgarré sus bragas de abuela, le subí la falda, me levanté del sofá y subiendo sus delgadas piernas le metí un dedo en el culo durante no más de 30 segundo para a continuación introducir mi nabo ardiente dentro de su estrecho y ansioso culo.

Fue una penetración larga y muy sentida.  Tanto ella como yo notábamos como mi pene iba abriéndose paso entre el estrecho canal y que su esfínter dejaba paso a mi polla.  Cuando toda estuvo dentro empecé a meter y a sacar mi arma de manera que Rita empezó a gemir y gritar de placer.  Ella misma se abrió su chaqueta y camisa y subiéndose su sujetador empezó a tocarse los pezones que coronaban esas pequeñas y no muy bonitas tetas.

Rita alcanzó el orgasmo en pocos minutos.  Su cuerpo se bloqueó y a continuación vibró como si le estuviesen matando a calambrazos.  Su boca abierta dejaba caer cierta cantidad de baba y su mano fue a parar a su clítoris para que el placer no parase.

Le saqué la polla y la hice bajar a mi nabo.  No lo dudó, abrió su boca y de un golpe se tragó todo mi mango.  Me recordaba a aquella mujer inocente que años atrás había acabado galopando en mi cama y entrando en un mundo que nunca debió abandonar.

Aquella tarde me la follé en todas las posiciones y maneras.  Me encantaba sentir el coño de Rita palpitar cuando mi lengua lo recorría en su extensión o bien sentir sus duros pezones entre mis dedos cuando ella estallaba en un orgasmo.  Acabamos los dos en un magnifico orgasmo haciendo un 69.  Me encantó sentir el flujo de mi amiga resbalando por su coño y poder llenar su boca con mi néctar.

Di instrucciones a mi chofer que se fuese para acudir yo al día siguiente a la oficina en tren, como cualquier americano medio.

La negra no dijo nada, era una profesional y cobraba una pasta por ello.  Si la señora quiere rezar el rosario, la dejo sola, si la señora quiere ser sodomizada, tampoco se la molesta.

Me follé a Rita el resto de semana.  No digo que no me apeteciese, pero me hubiese saltado algún día.  Rita necesitaba sexo y sexo del bueno por lo que dediqué todo mi tiempo libre en hacerla gozar y que volviese a ser la chica que un día fue.

En una semana sin duda había logrado recuperar todo el tiempo perdido, y aunque esto de follar es como andar en bicicleta, daba gusto ver como sus movimientos de cadera acompañaban mis envestidas como si no hubiese dejado de hacerlo nunca.

Creo que cuando me despidió en el JFK les temblaban las piernas de tanto orgasmo recibido.

Me jodía tener que volver a Madrid y dejarla de nuevo sola, pero desde luego no se puede decir que el viaje fuese desaprovechado.

Desde aquel momento no volvimos a perder el contacto con Rita, nos comunicábamos semanalmente por teléfono o mail.  Según nos contó paso  un tiempo desaforada saltando de cama en cama y recuperando el tiempo perdido a base de pollas.  Cada vez que venia a Madrid tanto Elena como y disfrutábamos de su cuerpo  y yo no dejaba de probar ese culo estrecho que tantas noches de placer me habían regalado.

Intenté ir a NYC tantas veces como me fueron posibles, siempre con la excusa del trabajo.  Incluso Elena me acompañó en varios de estos viajes.

Rita se fue poniendo al día a velocidades del rayo.  Sus prioridades en la vida pasaron de ser su trabajo y su marido a su trabajo y recibir placer y siempre que llegaba o llegábamos nos esperaba con una sorpresa.  Que si un club de intercambio, que si una sala alquilada de BDSM, que si un negro jovencito para que la tomasen a ella acompañada de su amiga publicista, etc.

Finalmente Rita inicio una relación estable con Marcus, un afroamericano de muy buena minga, según Elena, que conoció en los ambientes liberales de New Jersey.   Y que a lo tonto a lo tonto acabó por ser un fijo en su cama. Con él nos visitaba con frecuencia dando entre el negro y yo buena cuenta de ambas damas.

Yo por mi parte acabé casándome legalmente con Elena.  Hay que pensar que cada vez nuestra relación era más estrecha y ya casi no me iba a la cama con ninguna que no fue ella, o con ella. Pasados los años no quería que se quedase sola o le faltase de nada si yo algún día faltaba.

A los 65 años me jubilé de le empresa con una impresionante pensión y un magnifico patrimonio. Pedí a Elena que dejase su trabajo y juntos nos trasladamos a vivir a una espectacular casa en la Riviera Maya, apartados del mundanal ruido.  Seis meses después Rita y Marcus compraron la casa vecina y desde entonces vivimos felices disfrutando como colegiales de la independencia económica y las ganas de vivir la vida a tope.

De Rodolfo nunca más supimos más que rumores.

FIN.