La flor.

¿Y quién dijo que el amor de jóvenes no dura?

¿Y quién dijo que el amor de jóvenes no dura?

Ya son las 2:00 pm y aun está nerviosa, tiene planificándolo desde hace más de tres meses.

Todos ya lo saben menos ella. Lo mira y dice - Es perfecto- siempre que lo ve sonríe y los ojos comienzan a ponerse vidriosos con un líquido queriendo salir del, pasa su mano levemente y evita que eso ocurra –Aun no- dice con una sonrisa en sus labios.

Y así comienza su día, en el que comienza la cuenta regresiva para un día en el que la respuesta lo es todo.

Carolina comienza a recordar:

“-Vamos ven acompáñame – dijo muy emocionada.

-¿A dónde? – le respondieron un poco curiosa.

-Solo acompáñame, te prometo que no te pasara nada- dijo muy segura.”

A tan solo 13 años de edad, dos niñas jugaban en la calle hasta que a una se le ocurrió la idea de llevarla a su lugar más secreto, era una pequeña colina donde la vista era hermosa al atardecer, se contemplaba un lago enorme mientras caía el sol acompañada de hermosos arboles verdes.

La llevo allí pero aun sin decirle que era… Ese lugar lo encontró muy chiquita, un día caminando por su casa donde siempre vivió con sus padres y le encanto, sin duda iba a ser su lugar favorito por siempre.

La pequeña Natalia iba demasiado asustada ya que no sabía a dónde la llevaban, pero se sentía segura por ir con ella, con su mejor amiga Carolina.

Llegaron y la cara de Natalia fue un poema, al ver semejante belleza y lo único que pudo decir es –“¡Qué bella es la naturaleza!”- y volteo a ver la cara de Carolina y no la veía. Se comenzó a asustar porque estaba allí sola, y no tenía ni idea de cómo regresar, y se desespero y empezó a gritar su nombre –“CAROLINA”- pero nada que aparecía, hasta que de repente la asustaron por atrás y le taparon los ojos como pudieron.

Así Carolina detrás de Natalia, le dijo al oído –“Te quitare la manos de los ojos pero no voltees”- y esta solo asintió con la cabeza y así hizo, hasta que de repente Natalia observo como el brazo de Carolina baja por al frente de ella con una flor en la mano.

Natalia aun a espalda de Carolina vio esa hermosa flor roja y no entendía nada hasta que le hablaron muy cerca de su hombro…

–“Se que esto no se compara con tu belleza, pero estaba tratando de encontrar algo que estuviera a tu altura y recordé este lugar”- se detuvo un poco nerviosa y continuo –“Y es mi forma más sincera de decirte que te amo, se que somos chiquitas y que no está bien pero es lo único que siento por ti” -

Y dicho esto le beso el hombro despacio, luego el cuello hasta que lentamente Natalia se volteó y quedaron allí frente a frente y de los ojos de Natalia comenzaron a salir lágrimas y asustada Carolina lo que dijo fue–“¡Discúlpame si me pase!”- hasta que solo Natalia le respondió de la única forma que conocía o que le parecía correcta en ese momento… besándola.”

Y así recordó Carolina como fue que comenzó todo con esa mujer, la que le cambio la vida para siempre, el amor de su vida, su primer y su único amor.

Hasta que esa mujer aparece de repente gritándole –Apúrate Carolina ya es demasiado tarde- Si, esa mujer que desde hace ya tres meses anda de mal humor porque piensa que su pareja esta con alguien más,  porque tiene una actitud extraña desde hace ya tiempo y que aun no le explican nada.

-Ya voy Flaquita – respondió Carolina siempre dulcemente.

Y así salieron las dos del apartamento, ese que comparten por más de 4 años y es que ya llevan casi 10 años de estar juntas y para Carolina es como la primera vez, esos nervios, esas ganas siempre de verla sonreír, aunque esta vez andaba de mal humor pero estaba feliz que por dentro eso dentro de poco cambiara.

Carolina la dejo en el trabajo y le dijo que la recogería a las 6:30pm cogió rumbo pero se desvió a casa de sus suegros, esos que tanto trabajo les costó ganarse al principio, que tanto la rechazaron pero hasta que se dieron cuenta que era ella lo mejor para su hija, su amor verdadero.

Llego y abrazo con muchas ganas a su suegra

– Vieja estoy súper nerviosa-

- Imagino hija no es para menos pero ya no falta mucho y gracias a dios porque Natalia anda con un genio nada soportable -

- Jajaja si eso lo sé la flaca anda odiosa conmigo pero ya todo cambiara-

-Espero que sí y que estén felices-

-Si vieja ¿Ya está todo listo no?-

-Claro, todo aquí listo-

-Dele vieja nos estamos viendo entonces, ya sabe -

Se despidió de su suegra y agarro rumbo a su trabajo, allí estuvo un rato acomodando unos papeles y le dijo a su secretaria, que su fin de semana estaría sumamente ocupada que no la molestaran para nada, para NADA. Y así la secretaria entendió la orden.

Ya rumbo a recoger el amor de su vida, se sube y busca para darle un beso pero Natalia no quiere, su actitud odiosa la mantiene hasta el final, ese orgullo que siempre tuvo le gustaba demasiado a Carolina porque sabía cuál era su punto débil.

-¡Ahhh entonces no tengo beso hoy tampoco! Lastima eso que traje un chocolate de…-

-¿En serio? Yo quiero anda- Interrumpiendo Natalia puso su mejor cara de rogar.

-Solo con una condición – dijo pícaramente.

-Ay Carolina ya sé por dónde vienes-

-Bueno entonces ya sabes que hacer-

Y se acerco Natalia a darle un beso rápido, pero Carolina la agarro por el cuello y la atrajo a ella fuertemente y se besaron con esa pasión que ya hace mucho tiempo que no la había, esos besos que tanto extrañaba Carolina…Su boca, su aliento, su perfume, su todo hasta que se alejaron y como siempre Natalia a la defensiva.

-¿Así besabas a la otra? Porque si es así lo hacías muy bien-

-Por dios Natalia vas a seguir, yo no tuve ni tengo a nadie más ¿Ok? Y aquí está el chocolate-

-Si claro Carolina, como tú digas, gracias-

Llegaron a la casa y cada quien por su lado, al rato comenzaron a acomodar la ropa porque irían a pasar unos días con los papas de Natalia.

-¿Por qué tanta ropa? Ah cierto es para cuando te vayas a ver con la otra-

-Dios no puedo contigo-

-Ella a lo mejor si puede contigo, porque por lo que veo yo no-

-Si Natalia lo que tu digas-

Carolina lo miro antes de guardarlo y dijo –Ahora si-

Arrancaron su rumbo hacia la casa de los padres de Natalia como siempre en silencio. Llegaron y rápidamente Natalia se bajo y fue a tocar la puerta mientras Carolina bajaba las maletas. Toco el timbre y nadie salía… Natalia se preocupo porque sus padres siempre están allí y si saldrían de viaje les avisarían, y así fue nadie salía y era obvio que no estaban.

-¿Y Ahora? Donde estarán estos viejos míos-

-Ni idea Natalia, si no sabes tú-

-¿Y de esa forma tú querías ganártelos? Con razón-

-¿Con razón qué?

-Con esa actitud ya veo porque no te aceptaban-

-Bueno esta es la actitud que he tenido siempre y si mas no recuerdo fue lo que te gusto-

-Eso era antes de saber que tenías a otra-

-¡Que yo no tengo a nadie mujer!

-Si ya Carolina que el problema ahorita no eres tu sino mis padres-

-Ok-

Y comenzó Natalia a llamar por el celular y salía apagado el de los dos, y se comenzó a preocupar y a llorar hasta que Carolina se acerco para abrazarla.

-Tranquila flaquita todo está bien, seguro salieron y se les descargó celular y ya, no hay porque pensar algo malo- Y le dio un beso en la frente

-Gracias amor, siempre es lindo que me abraces ¿Por qué ya no lo hacías?-

-Es que tu siempre a la defensiva no me dejas-

-Si claro Carolina porque esa actitud que tienes tu desde hace ya tiempo no es normal y no me explicas nada, sino que estas ocupada, que el trabajo y yo que allí no te exigen tanto - Recordó Natalia y se volvió a separar

-Ay Natalia por dios ya contigo no se puede, está bien cree lo que tú quieras – dijo haciéndose la molesta.

La única decisión que quedo fue irse a casa de los padres de Carolina, a esa pequeña ciudad donde comenzó todo. Siempre ir allá le traía muchos recuerdos a Natalia porque cuando sus padres supieron que ellas estaban juntas decidieron irse de allí y mudarse a donde viven actualmente pero fue tan grande el amor que tenia Carolina por su flaca que todos los días iba y venía solo por verla aunque al comienzo era a escondidas después decidieron afrontar la relación y así las dos juntas lucharon por lo que sentían sin importar los demás.

En cambio los padres de Carolina siempre la apoyaron y que si eso era lo que la hacía feliz que ellos también lo estarían, siempre quisieron mucho a Natalia porque les parecía una excelente muchacha y allí llegaron.

-Sr. Ryan ¿Cómo esta?- dice Natalia acercándose a abrazarlo.

-Hasta cuando mi niña el Sr. Tu ya hace tiempo que eres mi hija-

-Es la costumbre usted sabe- sonrojándose Natalia.

-¡VIEJA! – grita Carolina

-Mi niña hermosa ¿Cómo me le va?-

-Feliz como siempre con mi flaquita- dice mirando a Natalia.

-Eso me hace muchísimo bien, si cada vez que las veo están más bonitas- dice la Sra. Camila

-Yo sigo igual pero Natalia cada día se pone más bella- no dejaba de mirar a Natalia.

-Eso no se niega, pero vengan ya la comida esta casi lista aunque no sabíamos que vendrían- dijo la Sra. Camila

Y allí estuvieron un rato comiendo, hablando, contándose cosas hasta que Carolina se levanto y se puso hacer muchas cosas y Natalia no entendía qué.  Al rato después de caminar para allá y para acá dice Carolina –Ya vengo- y sale de la casa pero Natalia se disculpa con sus suegros y va detrás de ella.

Carolina camina demasiado asustada, ni tan deprisa ni tan lento hasta que se consigue con una mujer con la cual intercambia unas palabras sin percatarse que Natalia la mira de lejos.

-Pero ¿Cómo a qué hora estarán aquí?- pregunta Carolina

-Nose como a las 4, cálmate que si vendrán todo saldrá bien ya veras- dice la otra mujer

-Estoy nerviosa-  dije mirando hacia el suelo y la otra mujer le levanta la cara viéndola.

-Cálmate  ¿sí? Ella te ama- dijo muy convincente.

-Gracias Angie y le dio un beso en la mejilla- tranquilizándose

Todo esto fue visto por Natalia que sin duda malinterpreto todo, se fue corriendo a la casa y entro y los padres de Carolina se preocuparon porque la vieron llorar, ella se acostó en su cama y se preguntaba mil veces ¿Por qué? Que le faltaba a ella, que por que simplemente no le decía para separarse y ya.

Carolina llego a la casa y sus padres le cuenta todo que salió detrás de ella y regreso llorando, y asustada subió al cuarto y vio allí su flaquita hermosa dormida después de tanto llorar, ella solo se recostó en la cama y le empezó a acariciar la frente, su carita, sus hombros; siempre le encantaron sus hombros, sus labios y sin querer despertó a Natalia que al abrir los ojos lo que vieron fue a los de Carolina.

-¡Por favor déjame sola!- fue lo único que pudo decir Natalia.

-¿Por qué? – pregunta Carolina.

-Ya escuchaste por favor no quiero pelear en casa de tus padres, déjame sola –  dijo seriamente.

-Está bien- dijo tristemente.

Se fue al otro cuarto a dormir, a imaginarse que ya el día de mañana todo estará bien, que ya todo mañana cambiara que Natalia ni siquiera recuerda nada, pero que aunque se esté imaginando todo lo que no es, ya a partir de mañana de serán felices o eso es lo que espera Carolina.

Se despierta y voltea viendo el despertador y se fija que son las 10:40am.

¡Mierda me quede dormida!- Exclama Carolina, se despierta rápidamente, se viste y baja y ve a Natalia allí en el sofá sentada mirándola detenidamente, alrededor están parados sus padres y no sabe que está pasando hasta que escucha esa voz.

-¡Me voy Carolina- dijo con la voz quebrada Natalia.

-¿Qué?- pregunta sin aun entender o aun no queriendo entender.

-¡Que me voy y no quiero que me busques!-

-No, no ya va flaca espera, hoy no por favor- dice acercándose a Natalia y arrodillándose mientras le agarra las manos.

-Lo siento Carolina- dice mientras suelta sus manos.

Carolina voltea y ve a sus padres preocupados por no entender nada y es que ella menos entiende y lo único que se le ocurre es decirle.

-Ok, te puedes ir pero solo después que me acompañes a un sitio- dijo parándose y pidiéndole la mano.

-No Carolina, ya no… Déjame en paz-

Esto último le dolió a Carolina pero aun así seguía decidida a llevarla a ese lugar.

-Es lo último que te pediré, después te dejare en paz para siempre si quieres- dijo aun manteniendo la mano en el aire esperando la respuesta.

-Está bien-

Paso el día y se hicieron las 4:50pm y se mira en el espejo Carolina pensando “Ahora si” y baja mientras ya Natalia esta lista y le dice “Vamos” y así comenzó su camino, temblaba muchísimo cuando caminaba agarrada de la mano de Natalia porque no quería que se escapara y con la otra tocaba muchísimas veces su bolsillo cerciorándose que estuviera allí,  ya en su mente había practicado tantas veces lo que iba a decir que en ese momento que lo olvido todo por completo.

Natalia en un completo silencio solo dejándose llevar por Carolina como cuando chiquitas, que siempre era ella la que le enseñaba el camino, iba en silencio pero por dentro aun se sentía muy triste y engañada pero aun así no quería reclamarle nada hasta que comienza a distinguir el lugar por donde iba y dice.

-Carolina, yo creo que conozco este lugar- dijo sorprendiéndose.

-¿Si?- preguntó Carolina sonriendo- ¡Me alegro entonces!-

Hasta que llegaron allí, a ese lugar especial, a ese lugar secreto, ese lugar único… Muy diferente a como lo conocían pero igual de bello, la misma vista, el mismo paisaje, el mismo atardecer pero ahora con dos mujeres luego de diez años de haber estado allí.

El lugar estaba hermoso como siempre y Natalia recordando y recorriendo su vista por todo el lugar comienza a llorar como la primera vez, hasta que ve en una esquina algo muy escondido que le llamo la atención y se fue acercando allí, Carolina iba detrás de ella y cuando llegaron Natalia se dio cuenta que era una pancarta y muchos globos rojos, muchas flores entre ellas la que le gustaba a Natalia, con muchas cintas. Natalia seguía llorando no entendía que pasaba hasta que leyó en voz baja la pancarta.

-“Natalia Gómez”-

Y aparece por detrás nuevamente Carolina tapándole los ojos y diciéndole al oído.

-Sí, Natalia Gómez… ¿Esto te parece familiar?

Y Natalia solo asintió, claro ya comenzaba a recordar.

-Entonces sabes lo que tienes que hacer cuando quite mis manos de tus ojos- pregunta Carolina.

-Sí, no voltear.- dijo Natalia emocionada.

-Exacto flaquita-

Y le quita las manos de los ojos, y Natalia comienza a ver como una flor rojo baja delante de ella, si esa flor roja tan típica solo de ese lugar, esa flor roja con la que todo comenzó, nuevamente allí… Natalia de espalda a Carolina sonríe al ver la flor y la voz de Carolina se quiebra de los nervios pero comienza a decir.

-La primera vez que te traje aquí teníamos trece,  si un 9 de mayo, un día como hoy – Hizo una pausa y continuo- Ese día me sentí la mujer, bueno la niña más feliz de este mundo porque comenzaba a vivir una historia contigo, y recuerdo que te dije que necesitaba buscar un lugar que tratara de compararse con tu belleza y lo más cercano que encontré fue este lugar,  aun no consigo un lugar que sea mucho más bello que tu, porque solo tú eres el lugar más bello donde puedo estar – traga saliva y sigue- la primera vez baje una sola mano y esta tenía una flor, si esta misma flor, hoy diez años después, hoy día que cumplimos diez año de relación decidí que era hora de bajar la otra mano-

Y baja la otra mano al frente de Natalia con un estuche, si un estuche muy mínimo… Natalia lo agarra y lo abre y ve un dije de corazón y al abrirlo sale dos fotos una de ella y la otra de su novia, de su Carolina, y las lagrimas no se hacen esperar ahora con más ganas Carolina besa su hombro como la primera vez, luego su cuello… pero Natalia ve un papelito y lo toma para leerlo que dice “Ahora te toca voltearte”.

Y así Natalia se voltea y quedan frente a frente,  Carolina mira esa carita hermosa con lagrimas saliendo de sus ojitos y los seca con sus dedos mientras sonríe y lentamente va descendiendo hasta ponerse de rodillas, toma su manito fuerte pero temblando y saca de su bolsillo lo que tanto ha cuidado por tres meses, si esos tres meses.

Y abre el estuche y le enseña el anillo diciéndolo lo último que tenia por decir- ahora que ya baje las dos manos me toca subir una para pedirte ¿Natalia Gómez quisieras ser mi esposa para el resto  de nuestras vidas?-  Y Natalia llorando se agacha y allí mismo la besa, la besa con esas ganas que tenía desde hace tiempo, la besa recordando que es suya, que siempre lo ha sido y lo seguirá siendo hasta que lentamente se separa y Carolina pregunta feliz -¿Eso es un sí?- y Natalia responde en voz bajita dándole un beso – Eternamente si -

Y así estuvieron un rato besándose, recuperando ese tiempo perdido… Hasta que Carolina la detiene y le dice que tiene algo que hacer. Se levanta y se pone en la orilla de la colina y grita.

-¡ME DIJO QUE SIIIIIIIIIIIIIIII!-

Y Natalia solo veía como su próximamente esposa gritaba felizmente, en eso se escuchan unos mariachis acercarse al lugar y con ellos se acerca la mujer con quien vio a Carolina el otro día y puso cara de pocos amigos.

Y los mariachis empezaron a entornar una canción y comienza a cantar Carolina.

“Qué bonito amor

Qué bonito cielo

Qué bonita luna

Qué bonito sol

Qué bonito amor

Yo lo quiero mucho

Porque siente todo

Lo que siento yo

Ven juntito a mí

Quiero que tus manos

Me hagan mil cariños

Quiero estar en ti.”

Y así se acerca a besarla nuevamente para  decirle al oído “Ella no es nadie, es quien me consiguió los mariachis” y estos siguieron cantando y Natalia solo sonrió…

-Amor deja que los mariachis canten, que tu no es que cantas muy bien- dijo riendo Natalia.

-Jajaja está bien flaquita, lo que tú me pidas- dijo abrazándola Carolina.

Luego de que los mariachis terminaron de cantar, ellas dos se regresaron a casa de los padres de Carolina pero no entraron.

-Y si mejor nos escapamos un rato, ven te quiero llevar a un lado- dijo Carolina.

-Tú y esos lugares a donde me llevas son hermosos así que siempre te acompañare-dijo feliz Natalia.

-Claro flaca, tengo que llevarte a lugares a tu altura-

Y Carolina comienza a conducir, y Natalia no se separaba de su amor, no dejaba de abrazarla y darle besitos cuando podía, tratando no impedir que condujera, hasta que se acercaron a una playa.

Natalia no dejaba de sorprenderse, tenían demasiado tiempo sin venir a una playa y se bajaron y comenzaron a caminar por la arena, iban despacio consintiéndose y haciéndose cariños hasta que a lo lejos se ve una cabaña y Natalia pregunta.

-¿Y eso?-

-No se flaca, ven vamos a ver a mi me gustan ese tipo de cosas-

-No, ven Amor y ¿Si hay alguien allí adentro?-

-Jajaja ¿Haciendo cosas malas?-

-JA JA JA-

-Jajaja ven flaca deja el miedo estás conmigo o ¿No?-

-Está bien-

Entraron despacio y Natalia llamaba –“Hola ¿hay alguien?”- despacio aun a oscuras no se  escuchaba nadie hasta que encendieron la luz y todos gritaron “SOORPRESAAA”.

Eran toda su familia, Los padres de Natalia y los de Carolina, sus tíos, sus amigos más cercanos todos allí reunidos esperándolas a ellas.

Natalia aun asombrada golpea el brazo de Carolina –“Con que todos sabían y yo no”- y Carolina solo se echo a reír. Allí comenzaron a saludar a todos cada quien por su lado, todos felices bailaban y felicitaban a la pareja por haberse comprometido, después de un rato Carolina miraba a Natalia feliz, sonriendo como siempre y estando con su familia decide alejarse un poco y se va a la playa y se sienta en la arena viendo como las olas del mar rompen en la orilla hasta que alguien por detrás llega y le besa la oreja.

-¿Ahora debería ser yo quien llegue por detrás verdad?- dijo Natalia.

-Jajaja pero no me pondría a llorar.

-Deja amor, soy muy sentimental de nada lloro-

-Jajaja yo sé flaca.

-Entonces que haces aquí solita si allá adentro están todos felices por nosotras-

-Quería pensar un ratico, aprovechar esta calma que da el mar para pensar-

-¿Qué pensabas amor?- Dijo Natalia sentándose a su lado, recostando su cabeza en el hombro de Carolina.

-Pues que nuestra historia, es linda, es única, es amor de verdad y que siempre agradeceré de haberte conocido-

-Yo también amor, sin ti nose donde estuviera ahorita- dice besándola

-Yo tampoco  flaca, todo lo que he hecho es porque estas tu allí apoyándome, calmándome, aguantando mis humores locos, mis rabias pero sabes cómo controlarme-

-Son diez años, no cualquier te conoce como yo-

-Y no quiero que nadie más me conozca, solo tu-

-Y así será amor-

-Y también me preguntaba ya que yo baje dos manos hoy, dime cual te gusto más… El dije o la flor-

-Por siempre y para siempre, porque sin ella no hubiera comenzado nada… La flor-

-Entonces Flor se llamara nuestra hija flaca-

Dijo así dándole un beso en la frente y mirando las dos haciendo el mar contemplando la luna llena de esa hermosa y única noche.

Muchas gracias por tomarse el tiempo en leer, espero les haya gustado y por supuesto espero sus comentarios sobre lo que sea, para asi ir mejorando poco a poco, disculpen la ortografia... Saludos.

SuperGirl18.