La Fisioterapeuta
Aventura con mi fisioterapeuta
La Fisioterapeuta
Ha pasado mucho tiempo desde mi ultima publicación, y no puedo culpar a la pandemia, tengo varios relatos en borrador que más por flojera no he publicado, en fin, a su vez agradezco a todos los que me han leído.
Tengo una vieja lesión en la espalda baja, una contractura que muchas veces me ha complicado la existencia, encontrar al fisioterapeuta que me ayude a aliviar esta dolencia fue muy difícil, hasta que, en una tertulia entre vecinos de mi antiguo barrio, saque el tema a colusión y Giuliana (una de las vecinas) me indico que ella era fisioterapeuta y que debería ir a su “consultorio” para que me de una chequeada, al mismo que otros vecinos me indicaban que era buena en su trabajo.
A la mañana siguiente, fui a su consultorio ubicado en un stand en uno de los mercados de la zona, dos camillas, una cortina que separaba el ambiente del pasillo, un escaparte con todos sus “artilugios” y una radio que emitía sonidos relajantes, Giuliana me indico que me quitara el polo y zapatillas para luego echarme en la camilla, hecho esto empezó a auscultarme, luego de uno minutos me indica cual era la zona comprometida y cuantas sesiones necesitaría, así como la frecuencia de estas, obviamente con su tarifa; sin mas vueltas que darle al asunto acepte y empezó mi terapia.
Tengo que reconocer lo bien que hace su trabajo, su conocimiento y técnica, me ha aplicado masajes, ventosas, acupuntura y demás técnicas, esto se ha dado en los últimos 3 años; aliviando de una manera onerosa mis malestares musculares, durante las sesiones conversamos de muchas cosas y tenemos cierta confianza.
Giuliana es una mujer simpática de tez blanca, madre soltera de treinta y tantos años, de cuerpo estilizado, 1.68 m, de busto mediano, con cabello lacio azabache y trasero formado y redondo. Cabe aclarar que siempre la vía como mi terapeuta y no como mujer. A comienzos de la pandemia me comento que ya tenia pareja y estaban pensando en vivir juntos, la felicite por la noticia, aunque note cierta desazón en su mirada, le pregunto el por qué de su expresión, me comento que su galán no daba la talla, y que esperaba algo más de él; guardamos silencio, dejando en evidencia el patín no le rendía en la cama.
En esta oportunidad la fortuna toco a mi puerta y no perdí mi trabajo, uno de los proyectos pidió mi presencia en obra, cosa que acepte inmediatamente; más aun con Eli varada en Buenos Aires, ya que se confío y no pudo salir a tiempo y el cierre de fronteras le hizo imposible su retorno a Lima. Mi permanencia en obra se prolongo por 75 días y esto me paso factura, con la espalda hecha una roca y con mis lentes de lectura rotos, con la llegada del resto del equipo en obra solicite mi bajada por descanso. Ante mi inminente bajada coordine con Giuliana, para una sesión urgente que alivie el malestar a la brevedad posible.
Ni bien llegué a Lima, desayuné y me dirigí al departamento de Giuliana, ya que el stand lo había devuelto. Ella me recibió amable como siempre, por las circunstancias un choque de puños, luego de las preguntas de ley hizo que me acostará en la camilla, para proceder a “revisar” mi espalda. Había acondicionado parte de la sala como su “consultorio”, Lunatacas tienes “desarmada” la espalda, vas a necesitar unas 03 sesiones seguidas para aliviarte.
El inicio de todo
Conversamos de varios temas y no dejamos de lado el virus, por cierto, ambos con la mascarilla puesta, Giuliana seguía en lo suyo y yo sufriendo sus embates por un alivio; siempre tumbado boca abajo, el dolor va siempre de la mano en lo que a descontracturar músculos se refiere, además de ser fisioterapeuta también es quiropráctica por lo que a medida que me iba “enderezando la espalda” iba viendo el tema muscular, trabajando mi espalda baja.
Poco a poco fue trabajando la zona y aliviando el dolor, mientras seguíamos conversando amenamente de cómo le iba durante estos días, me comento que no muy bien por la falta de pacientes, ya que no se pueden movilizar libremente por la ciudad.
Giuliana ¿qué es de tu galán? – pregunte. Tras un fuerte suspiro, no lo veo desde el inicio de la cuarentena, se ha quedado en su tierra cuidando de sus padres – contesto Giuliana. Luego de un breve descanso retomo su labor, ubicándose delante de mi cabeza para trabajar la zona del cuello, hallando el “nudo” en la zona más pegada a los omoplatos, causándome un dolor muy fuerte, mi reacción fue asirme de sus nalgas con ambas manos, de una manera muy fuerte, apretujándolas con firmeza, ella no dejo de ejercer presión en la zona, hasta que sentí poco a poco fue desapareciendo el dolor y por ende la tensión en la zona.
¡Lunatacas ya puedes soltarme! – reclamo Giuliana, Ups, lo siento – respondí a la vez que liberaba sus nalgas. Giuliana se aparto de la camilla yéndose hacia la sala, para pararse frente a un gran espejo, bajando la lycra y tratando de revisarse las nalgas; esta acción la podía ver por el reflejo del espejo, me incorporé para acercarme a ella, Giuliana disculpa no ha sido mi intención causarte algún daño, pero fue una reacción inesperada – exclamé.
Lunatacas, lo entiendo, sólo que no es la primera que me pasa esto – respondió Giuliana. Permíteme revisarte, no vaya a ser que te haya causado algún tema mayor – le comenté, sin dudarlo ella se baja la lycra hasta las rodillas y pone su trasero en pompas; procedí a auscultar sus nalgas, en búsqueda de algún moretón o algo similar, para ese momento me llamo la atención la blancura de estas, lo contorneadas que eran y aun más el calzón negro de encaje que se perdía entre ellas.
Lunatacas ves algo, aun las siento adoloridas – exclamo Giuliana; nada al parecer no te hecho nada – respondí. Estas seguro, aun las siento adoloridas – comentó, mira lo único que tienes negro es el encaje que se pierde entre las nalgotas que te manejas – le dije sin tapujos.
Luego de lo dicho me incorporé, dándole un suave palmazo, procediendo a tratar de subirle la lycra. Lunatacas, ¿qué haces? ¿ahora por qué me has palmoteado? – reclamo airada. Ups, creo que ahora si se me fue la mano, pensé para mi, y antes de que diga algo, Giuliana me dio un sonoro cachetazo en la nalga derecha, Lunatacas ahora ya estamos a mano – exclamó riéndose. (Esta situación origino que escanee su cuerpo, percatándome de sus curvas y de lo bien cuidado que estaba, un manjar para disfrute de cualquiera)
Ambos reímos un rato y nos mirábamos de lo más normal, hasta que ella cambio su mirada por una expresión de asombro, ¿qué te pasa ahora? – comento Giuliana, a mi nada – conteste. Yo creo que eso no es nada, señalando mi entrepierna – insistió Giuliana. Carajo, tenia una erección descomunal, que era imposible ocultarla y más aún con buzo deportivo, ¡esto lo has causado tú! – le reclame; no hay forma de que yo haya causado eso – replicó Giuliana, acomodándose la lycra.
Me acerque a ella y le volví a bajar la lycra, la ubique frente al espejo, agarre sus nalgas y suavemente las amase, Giuliana no dijo nada, mírate, mira esas hermosas y blancas nalgas, mira cómo se comen el encaje negro que te has puesto – le reclame sutilmente. Ella se sonrojo, y simplemente sentí o percibí que estaba lista para algo más que un juego de tira y jala, su agitada respiración la dejo perpleja. La cargue, ella me rodeo el cuello con sus brazos; la lleve hacia la camilla.
Sesión sobre la camilla
La recosté sobre la camilla, quería besarla; pero algo me lo impido, sólo atine a sacarle las zapatillas y la lycra para dejarla en esa miniatura de calzón de encaje negro, en todo momento Giuliana colaboro con la acción, pude apreciar sus contorneadas y blancas piernas; ella no me detuvo, sólo se retiro la mascarilla y atrajo mi rostro al suyo, para hacer lo mismo conmigo y estamparme un largo y prolongado beso con lengua y todo. Nos besamos como dos amantes que no se veían en mucho tiempo, como dos almas que se habían encontrado, es más no se desentonamos nunca, ufffff fue reconfortante, besaba muy bien y su lengua recorría mi boca dando dura batalla con la mía. Sin perder tiempo ya acariciaba sus nalgas y su entrepierna, que aumentaba su temperatura en cada pasada.
Lunatacas, ¿Lunatacas no se por qué hago esto?, lo único que sé, es que no quiero que te detengas – suspiraba Giuliana, para luego seguir besándonos por largo rato. En un momento dado ella me baja el buzo en búsqueda de mi verga, ufffff, la acariciaba suavemente, ufffff sus dedos recorrían toda su extensión, ufffff, me dio una suave paja.
Dejó de besarme para apreciar mi verga, mmmmm Lunatacas que rica pingota que tienes y sin más reparo se lo metió en la boca, otorgándome una grata e inolvidable mamada, ufffff, estaba ido, sentía como engullía mi verga con su boca, con movimientos suaves, yo estaba nublado, ufffff, esa boca quemaba, en un par de minutos demostró de que estaba hecha; engullía, lamía, ufffff, mordisqueaba, besaba, ufffff, succionaba cada una de mis bolas, ufffff, te miraba fijamente a los ojos, ufffff, no se cuanto tiempo lo hizo, sólo sentí los flashes en mi espalda avisándome que la venida era inevitable, ufffff, de seguir así nada evitaría la descarga.
Giuliana espera, ufffff, la cogí por el cabello para que suelte mi verga, ¡me vas a hacer venir! – exclame, ni se inmuto, una mirada lujuriosa, se tragaba mi verga sin dejar de mirarme, ufffff, se lo volvió a tragar, ufffff, un par de repases más y sentí la descarga de corriente eléctrica recorriendo mi espina dorsal para terminar en una serie de descargas de mi esencia, ufffff, ufffff, ufffff…
Cof, cof, cof Giuliana termino con la boca desbordada y dando arcadas producto de la cantidad de esperma que había liberado de mi interior, no perdió tiempo y con sus manos recogía el semen que se había chorreado por su rostro y tetas llevándoselo a la boca y tragando sin reparo, su mirada era de éxtasis y lujuria. Lunatacas, ¡estabas cargadazo! ¡Asu cuanta lefa! Hummmmm ¡qué rica lefa! – exclamo Giuliana; mientras probaba los últimos residuos de mi semen.
Yo quede recostado en la camilla, recuperando el aire y la conciencia, ya que parecía que me habían exprimido el cerebro. Lunatacas desde hace mucho tiempo que no tengo sexo de verdad, Aldo no me llena y menos me hace llegar; espero que rindas y la verdad que tenía curiosidad contigo – comento Giuliana, esbozando una sonrisa mientras se acercaba a mi verga para engullirla una vez más.
Esa lengua demostró su destreza, ya que en menos de 2 minutos estaba listo para el segundo round, con la verga erecta en su máxima expresión, ella se incorporo y la rodeé por la cintura, girándola, solté su sostén y comencé a amasar sus tetas blancas como todo ella, con pezones pequeños pero muy duros de color marrón, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, Lunatacas, ahhhhhh, no pares, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, sí – exclamaba Giuliana gustosa. Volteo ligeramente su rostro para buscar mis labios, besándonos y uniendo nuestras lenguas, ufffff.
En un interminable beso nuestras lenguas se fundían en una sola, mi verga había encajado perfecta entre sus nalgas ella meneaba suavemente sus caderas, baje una mano con la intención de bajarle el interior de encaje, lo cual fue leído a la perfección, Giuliana contribuyo con la liberación de su calzón; inclinando el cuerpo y dejando que aprecie su formada pera, no le di opción a reclamo y se la empuje de un solo golpe hasta el fondo.
Ahhhhhh, no seas tosco Lunatacas, ahhhhhh, ahhhhhh – reclamo Giuliana, apoyándose en la camilla, mientras comenzaba con el bombeo, con ese mete y saca acompasado, en cada embestida ella empinaba cada vez mas las caderas, dejando apreciar ese espectáculo, veía como su pera se comía mi verga, ufffff.
Lunacatas, ahhhhhh, dale, ahhhhhh, vamos no pares, ¡ay que rico!, ¡ay que rico! – exclamaba Giuliana, mi bombeo se incrementaba, ella se agarraba con fuerza de la camilla, ¡ay que rico!, ¡ay que rico!, ahhhhhh, vamos no pares, ¡ay que rico!, ¡ay que rico! Eventualmente se erguía para besarme, sentía como su interior quemaba, ufffff, ardía, esa vulva tenia gran ajuste y sobretodo un calor inmedible.
Luego de unos minutos en esa posición, la tome por la cintura, la gire para poder besarla mejor, mi verga golpeaba su vientre, hábilmente se trepo a horcadas sobre la camilla, su mano dirigió mi verga a la entrada de su vulva, para clavársela, ahhhhhh, estaba recibiendo a mi ariete en su interior, me abrazo con sus piernas y sus manos se aferraron a mis nalgas. Ahhhhhh, Lunacatas, ahhhhhh, dale, ahhhhhh, dale, ¡ay que rico!, ¡ay que rico!
Tenia a disposición sus tetas, las mismas que amasé a mi antojo, apretaba sus pezones cual maníes, duros y bien parados, producto de la excitación del momento. Ohhhhhh, Lunatacas, ohhhhhh, chúpame las tetas, por favorrrrrrrrr! No espere segundo llamado y me arroje a chupar, morder y lamer, que ricas, sabor agradable, duras y podía sentir como se recogían cuando las mordisqueaba, ahhhhhh, Lunatacas, ahhhhhh, te gustan mis tetitas, ¿dime te gustan? Ahhhhhh – exclamaba Giuliana. Pues claro que me gustaban por lo que les dedique un tiempo prudente.
Me incorpore para poder apreciar su cuerpo, no lo había podido contemplar en plenitud de su desnudez, observe cada detalle de su cuerpo, cada curva, cada protuberancia, realmente Giuliana tiene buen cuerpo, pero me quedo con la expresión de libido en sus ojos. Lunatacas ¿por qué me miras así? – me reclamo Giuliana, sonrojándose. Contemplo tu figura, linda – respondí, mientras ella me extendía la mano para llevarme a su cuarto.
Una cama confortable
Giuliana me llevo a su cuarto, tenía una cama queen con cabecera e incontables almohadas, antes de que ella reaccione la gire y tumbe sobre la cama, gateando me encamine entre sus piernas para besarla desenfrenadamente, bese y lamí sus orejas, ahhhhhh, ahhhhhh, baje chupeteándole el cuello, ahhhhhh, ahhhhhh, enrumbe hacia su pecho ignorando sus senos, me detuve en el ombligo para lengüetearlo un rato, recorrí su pubis, me encontré con una gran mata de bellos, evidencia de que nadie había pasado por mucho tiempo, levante sus piernas y “me clave” entre ellas, encontrándome con una vulva marrón de pequeños labios abiertos, los bese y jale con los míos, mi lengua fue en búsqueda del clítoris, pequeño, erecto y a la vista, lo succione a placer, ella se deshizo en un charco de jugos vaginales, que rico sabor de mujer, la mezcla de sus jugos con el sudor hacían que me ponga bruto y no dejaba de meterle la lengua, lamía, mordía sus labios, succionaba, ensalivaba, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, sigue lamiendo, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, sigue lamiendo – exclamaba Giuliana, mientras clavabas las uñas en las sabanas
Unos minutos más de una buena sopeada, ella se desasía en sus jugos, la voltee en búsqueda de su arrugado y marrón ano, sin perder tiempo olí, lamí, absorbí y bese el aun no profanado ano, un beso negro completo… Lunatacas noooooo que hacesssssss, ¡¡¡¡¡ahhhhhh!!!!!! – suspiro Giuliana.
En esa posición acomode mi verga en la entrada de su vulva y de un solo envión hacia adentro, ufffff, que agradable sensación, esa cavidad era a pedir de boca calzaba como anillo al dedo. Ahhhhhh, sí, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, Lunatacas, ahhhhhh, no pares, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, sí – exclamaba Giuliana.
Ella colaboraba mucho, me besaba y lanzaba miradas de éxtasis, hábilmente se acomodo en 20 uñas (de perrito), se acomodo para mejorar el mete y saca mío mientras movía sus caderas, ufffff, que mujer, ufffff, sabia como manejar la situación.
Unos minutos dándole de perrito, luego ella se gira tumbándose boca arriba, abrió las piernas e invitándome, acomodé mi verga en la entrada de su vulva, me rodeo con sus piernas, la penetre hasta que nuestras caderas chocaron, Lunacatas, ahhhhhh, dale, ahhhhhh, vamos no pares, ¡ay que rico!, ¡ay que rico! Me apodere de sus tetas para acariciar y pellizcar sus henchidos pezones. Con un bombeo acompasado, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, Lunatacas, ahhhhhh, no pares, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, sí – exclamaba Giuliana extasiada totalmente. Entraba y salía sin oposición alguna de su vulva, estaba tan lubricada que parecía que no había fricción entre nosotros, ella se acomodó y comenzó a menearse agradablemente, ufffff, el goce era mutuo.
Tenia sus piernas recogidas entre mis codos, sí de por si la vulva de Giuliana ajustaba, al tenerla en esa posición ajustaba más, con sus variantes respectivas, goce de la penetración que le estaba dando, por su parte Giuliana no dejaba de besarme.
En un arrebato la voltee y acomode con los brazos apoyados en la cabecera de la cama, puso el culo en pompa, ver su trasero de nalgas redondas y carnosas, me llamo la atención su dureza, un par de cachetazos para dejar mi marca, baje para besar y lamer su arrugado ano, hundiendo mi rostro para saborear sus jugos vaginales, seguí lamiendo en esa zona, un profundo beso negro y Giuliana se deshizo, ahhhhhh, Lunatacas, ahhhhhh, ¿qué haces?, ahhhhhh, qué rico, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh – exclamaba muy excitada Giuliana.
Giuliana eres toda una caja de Pandora – le exclamé a la oreja, mientras mi verga profanaba la entrada de su vulva, ella sola reculo hasta pegar sus caderas contra las mías y de una manera armoniosa empezó el embate, con una mano me hice de uno de sus senos y me acercaba para besarla sin dejar de bombear, ufffff, era una sensación incomparable. Ahhhhhh, Lunatacas, ahhhhhh, ¿qué me haces?, ahhhhhh, qué rico, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, ¡cómo me tienes! Ahhhhhh – exclamaba Giuliana.
Bastaron unos instantes en esta posición, cuando, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, qué rico, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, que rico, ahhhhhh –Giuliana tenía su primer orgasmo; acompañado de leves quejidos retumbaron por todo el cuarto.
Sin perder mucho tiempo hizo que me siente al borde de la cama, acomodo las almohadas en mi espalda sentándose a horcadas sobre mi, dirigió con su mano mi verga clavándosela de golpe y con acompasados movimientos de caderas que fueron incrementado paulatinamente, ufffff, Giuliana resulto ser toda una maestra, no pude contener la excitación del momento, sentí como la corriente eléctrica bajaba por mi espina dorsal hasta sentir una serie de descargas en el final de mi verga, ufffff, había llegado otra vez, mi cuerpo aun se sacudía y Giuliana se movía frenéticamente, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, qué rico, ahhhhhh, que rico, ahhhhhh –Giuliana alcanzando el segundo orgasmo.
Alcanzamos el orgasmo al mismo tiempo, ambos quedamos desencajados; sin embargo Giuliana se acomodo y comenzó a moverse suavemente, con ritmo para luego hacerlo con más intensidad, me ofreció sus tetas, las atrape para succionar, mordisquear y lamer sus pezones uno por uno, ahhhhhh, Lunatacas, ahhhhhh, así, ahhhhhh, sube las caderas, ahhhhhh, así, ahhhhhh – gemía Giuliana sin dejar de mirarme agarrada de mis hombros, sutilmente clavaba sus uñas en mi espalda, acompasada y a su ritmo, momentos en que, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, qué rico, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, que rico, ahhhhhh –Giuliana tenía una serie de pequeños orgasmos; sus leves quejidos lo demostraban.
Nos quedamos inmóviles un largo rato, aun sudorosos, ella se recupero para empezar a besarme tiernamente. Lunatacas, hacia mucho tiempo que no llegaba de esta manera, es más hace mucho tiempo que no me venia – susurro Giuliana. Dicho esto, se tumbo a un lado de la cama y dormitamos un rato; no se cuanto tiempo paso, me despertó un beso suyo, Lunatacas ¿vamos a bañarnos? ¿qué dices? – Por su puesto – conteste, siguiéndola al baño. Ya en la ducha nos enjabonamos mutuamente, acariciamos nuestros cuerpos y nos manoseamos a nuestro antojo. Nos deshicimos de las toallas, tumbándonos sobre la cama, Giuliana me ofreció su vulva, empezábamos el 3er round con un 69, ufffff, que rica almeja que tiene, la misma que otra vez comencé a besar, lamer, mordisquear, chupar, ufffff, también visitaba su arrugado ano, el que a simple vista parecía que no lo había usado, tantee la zona metiendo un dedo, pero ella reculo.
Proseguí con mi labor lingüística en su vulva y ano, mientras ella me propinaba una mamada de campeonato, ufffff, si que sabe como pajearte y chuparte la verga a clivitud, ufffff, ambos estábamos disfrutando del goce que nuestras lenguas nos propiciaban. Unos placenteros minutos y nos acomodamos para empezar con la fornicación. Con un misionero empezamos, podía apreciar en su rostro la satisfacción y placer que estaba recibiendo, su mirada lujuriosa describía el momento; Giuliana se coloco de a perrito, con almohadas bajo su barriga, se agarro de la cabecera, pego sus nalgas a mi cuerpo, movía sus caderas suavemente, acomodo mi verga entre sus nalgas, encontrando su vulva, en cada penetraba ella abría sus ojos y boca al sentir cada cm de mi verga, ufffff, ¡Lunatacas, como me tienes! ahhhhhh, sí, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, así, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, Lunatacas, ahhhhhh, así, ahhhhhh, no pares, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, sí – gemía Giuliana.
Bombeando duro y parejo, por un buen rato, apreciaba su pera y su lisa espalda, por momento agarraba sus tetas, plafffff, un palmazo en una de sus nalgas, plafffff, ¡Ayyyy! Lunatacas, plafffff, ahhhhhh, plafffff, sí, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, sigue, plafffff, ahhhhhh, sí, plafffff, ahhhhhh, no pares, ahhhhhh, plafffff, sigue, plafffff, ahhhhhh, sí – clamaba Giuliana, clavando las uñas en la cabecera, metía la cabeza entre sus hombros o arqueaba la espalda, ufffff, meneaba las caderas y sentía ese calor intenso proveniente de su interior, observé su arrugado ano, que pedía a gritos ser atendido, metí mi pulgar, ahhhhhh, ahhhhhh, ahhhhhh, sin dejar de moverse y con cierto agrado acepto al invitado imprevisto.
En un momento dado, ella se soltó para atrapar mi verga con sus manos, llevársela a su boca, ufffff, succionaba mi glande y se tragaba toda mi verga con ahínco, ufffff, luego lamió mis testículos y terminó pajeándome suavemente, ufffff, se recostó y abrió sus piernas, pude apreciar como su vulva estaba completamente abierta y húmeda.
Volvimos al tradicional misionero, con algunas variantes, recogí sus piernas colocando sus pies en mis caderas, ufffff, ahora si ajustaba mucho, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, Lunatacas, ahhhhhh, así, ahhhhhh, así, ahhhhhh – exclamaba Giuliana, incremente el bombeo, veía como su vulva se tragaba mi verga, ella jugaba con sus senos mirándome fijamente. Piernas al pecho, piernas recogidas, ufffff, que manera de ajuste, ufffff. En piernas al hombro, Giuliana resulto toda una maestra, movía sus músculos como si fueran una suave y caliente mano que te masturbaba, ufffff, me encanta tener a una mujer al hombro, y tener a Giuliana en esta pose no fue la excepción, bombeaba con fuerza, ella no ofrecía resistencia ni se quejaba, sólo colaboraba recibiendo los embates de mi verga, ufffff, la habitación se inundaba de un único sonido, el de mis caderas chocando contra su pelvis, eres irreproducible sonido del golpeteo carnal de dos cuerpos fundidos, ufffff. De solo recordarlo ya estoy empalmado.
Este continuo movimiento, lleno de fuerza y velocidad, desencadeno el clímax, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, qué rico, ahhhhhh, que rico, ahhhhhh – Giuliana alcanzaba otro orgasmo, ¡Lunatacas! ¡Que rico lo haces! – exclamo apenas. Libere sus piernas para poder fundirnos en un largo beso, ufffff, estaba recontra empalmado y quería mas, no dejaba de moverme y ella tampoco descompasaba el ritmo, Lunatacas, ¡qué rico polvo! – exclamó Giuliana, aun con su respiración agitada. Situación que aproveche para hacerle la propuesta, Giuliana, ¡quiero metértela por atrás! Y llegar entre tus nalgas – estas loco Lunatacas ¿Ni lo sueñes? ¡Ni lo pienses! Por hay no lo hago – me reclamo airada,
Con un raudo movimiento hundí mi rostro entre sus piernas, saboreando sus jugos vaginales, succionando y mordiéndole el clítoris, lamiendo y chupándole la vulva, besando y mordisqueándole los labios mayores y menores, recogiendo sus jugos con mis dedos y untándoselos en el ano, ahhhhhh, no, ahhhhhh, Lunatacas, no, ahhhhhh – sus manos cogían mis cabellos y por instinto recogió ambas piernas para recibirme mejor, sin desatender su perineo ni mucho menos su arrugado y marrón ano, mi ansiedad por hurgarlo y profanarlo con mi lengua iba in crescendo, así lo hice, ahhhhhh, sí, ¡Que rico lo haces! ahhhhhh, sí, ahhhhhh, qué rico, ahhhhhh, que rico, ahhhhhh – Giuliana emitió un gemido largo y prolongado dejándome embarrado de sus jugos vaginales, ella se había venido en mi boca, recogí y bebí todos los jugos vaginales que salieron de su interior; me incorporé la tome por los muslos y le clave mi verga de golpe, ahhhhhh – exclamo Giuliana, bombee con fuerza, duro y parejo, Lunatacas, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, no pares, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, sí – exclamaba Giuliana, clavando las uñas en las sabanas, puse sus piernas en mis hombros y continúe con el bombeo, nuevamente sentí como sus músculos rodeaban mi verga que embestía con más fuerza cada vez, ufffff, su reacción fue con sus manos tratar de evitar que mis caderas choquen contra sus nalgas, ufffff, algo que evidente no sucedió. Sus largas piernas ayudan mucho, y te permiten hacer variantes en mutuo beneficio.
ANALizando a Giuliana
Giuliana se dirigió a la cocina para traer una botella de agua y de paso poder recuperarse de tanto estimulo recibido, la cogí por los brazos y la eche boca abajo en la cama, mi mano de inmediato se dirigió a su entre pierna, mi dedo comenzó a estimular su vagina, ella recibía con gusto a su invasor, gimiendo tenuemente, sus jugos los esparcía por la entrada de su ano; Lunatacas ¿qué me estas haciendo? – exclamó Giuliana; quiero profanar tu ano – conteste, ¿eso me va a doler? Ya lo he hecho antes, pero fue hace tiempo – respuesta que me dejo con la boca abierta literalmente, gateando se dirigió a la mesa de noche sacando un frasco de aceite de bebe.
Lunatacas, no tenia planeado esto, ni en el mejor de mis sueños lo esperaba, sin embargo espero que lo estés disfrutando tanto como yo – no me dejo hablar, tenia planeado entregarle a Aldo mi culito, pero no me responde apenas se sube y ya esta llega… corte su discurso besándola, a la vez que mi dedo bordeaba su ano – ella se soltó para abrir el aceite y embadurnarse la entrada del ano, llego a meter hasta dos dedos, ufffff, estaba en las nubes con el espectáculo que me estaban dando y en primera fila, hecho esto, Giuliana me propino otra mamada de campeonato, ufffff, `para proceder a untar mi verga con aceite y dejarla lista para el ataque. Acomodo unas almohadas y se puso en 4 patas, levantando la cola, mirando lascivamente, Lunatacas ¡ven y rómpeme el culo!
Obviamente no hubo segundo llamado, el panorama era alucinante, veía el reluciente, arrugado y marrón ano frente a mi, ella con sus manos separaba las nalgas, se preparaba para la embestida, ufffff, apunte mi verga a la entrada, lentamente fue abriéndose paso en su esfínter, ufffff como apretaba, ufffff, un sonoro ¡Ayyyyyyy!, hizo que me detenga, ¿por qué te detienes? – reclamo Giuliana, continúe con la penetración, auchhhh, despacio, auchhhh, que duele, auchhhh, no puedo creer lo que estoy haciendo, auchhhh; seguí hasta la mitad, la expresión de dolor en la cara de Giuliana era notoria, comencé el suave movimiento de mete y saca, para que su ano se acostumbre al invasor, sin embargo ella reculo con fuerza, haciendo que la ensarte por completo, ¡Ayyyyyy mierda! Auchhhh, ¿estas listo Lunatacas? – para qué respondí, acto seguido empezó con un desenfrenado movimiento, tragándose toda mi verga hasta chocar cadera con cadera, me recuperé del sobresalto y embestí, ufffff, sincronizamos el ritmo y la penetración continuo, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, Lunatacas, ahhhhhh, párteme el culo, ahhhhhh, párteme el culo, ahhhhhh – exclamaba Giuliana, ahora una de sus manos se manoseaba el clítoris violentamente.
Sentir como su anillo ajustaba mi verga, la calentura de su ardiente esfínter, la contracción de sus músculos, ufffff, que tal sensación, ufffff, que agradable momento, ufffff, sentir como su anillo se esforzaba por contener al invasor, sin dar tregua seguí dándole duro y parejo, ella respondía contrayendo su interior, ufffff,
auchhhh, sigue, ahhhhhh, no se porque lo hago, auchhhh, ahhhhhh, que bien se siente, ahhhhhh, no pares, ahhhhhh, que bien se siente, ahhhhhh, no pares, Lunatacas me estas partiendo en dos, auchhhh, auchhhh –exclamaba Giuliana sin dejar de estimularse, una de mis manos soltó su cadera y le amase las tetas como pude esto lo recibió con buen agrado, ya que pego sus nalgas lo más que pudo a mi cuerpo, ambos estábamos disfrutando de este momento
Sentir mi verga aprisionada en su ano, su esfínter oponía una vana resistencia, su interior hervía; sentí una nueva descarga de corriente bajando por mi espina dorsal, incremente mi ritmo y taladre su ano lo más que pude, ufffff, ufffff, que rico se siente; pero Giuliana tenía un as bajo la manga, se movió tan rápido que no pude reaccionar, para engullirse mi verga darme una corta mamada, quiero que llenes mi culito con tu leche – me dijo, atine a sonreír, ella ya estaba sentada sobra mi y llevándose mi verga a la entrada de su ano, la introdujo a duras penas, auchhhh, auchhhh, despacio Lunatacas, no seas tosco – atino a decir, una vez dentro comenzó con una cabalgata incontrolable, su cambio de ritmo era impresionante, ufffff, que rico, ufffff, mi descarga era inminente, sentí la explosión y bombee cuanto pude sólo para caer rendido, Giuliana arqueo su espalda, estaba agitada y yo hecho trapo, pareciera que había descargado un litro de semen; pero ella seguía con suaves movimientos. Estuvimos así hasta que mi verga perdió rigidez y se salió de su ano.
Descansamos buen rato, Lunatacas gracias por los momentos de placer que me has dado, hacia mucho tiempo que no me venía, cuatr… no, creo que fueron cinco veces – exclamó Giuliana, no tienes porque agradecer, te parece si tu alivias mi malestar y yo te hago llegar unas cinco vece más – conteste, ambos soltamos la carcajada unísona.
Obviamente que la terapia duro más de lo debido, dos semanas de terapia y sexo, ambos calmamos nuestros problemas corporales de una manera adecuada.
En un momento de la pandemia, ella decidió vivir con su novio, para intentar entrenarlo, obviamente esta enamorada de él, continúo viéndola para mis terapias, pero estas son más esporádicas y siempre con final feliz.
Es más cierro este relato, porque me toca ir a ver a mi “novia terapeuta” como le ha puesto Eli, quien esta al tanto de lo que ocurrió durante la pandemia.