La finca
Visitamos la finca de Fernando, ahí ocurrió el intercambio de esposas.
El relato es verídico. Se han cambiado los nombres para que no identificar a las parejas involucradas.
La semana transcurrió normalmente, el viernes me llamó Fernando la oficina y me preguntó si todo estaba listo ir a la finca. Le dije sí, que saliéramos temprano de modo que pudiéramos almorzar allá. El estuvo de acuerdo y me dijo que solo lleváramos un auto.
Muy puntuales llegamos a las 10 am, luego de dejar los hijos en casa de los abuelos. Organizamos el equipaje de Fernando y Lourdes en el baúl. Ana, mi esposa se pasó al asiento de atrás con Lourdes, la mujer de Fernando. Salimos de la ciudad y solo paramos a tomar un café. A mediodía llegamos a la finca de Fernando. La mujer del mayordomo nos estaba esperando con una jarra de jugo de naranja, Fernando nos sirvió mezclándolo con vodka.
La finca es una casa grande de un solo piso rodeada de árboles frutales donde predominaban los cítricos. Nos condujeron a una habitación muy cómoda y ellos se acomodaron en recamara principal, que es una habitación muy grande con una cama que parece un campo de fútbol. Yo le decía a Fernando que era un cuadrilátero de box. Ana y yo nos fuimos a la habitación contigua. Nos cambiamos con ropa más cómoda encima del vestido de baño. Cuando salimos Lourdes tenía puesto un bikini blanco que realzaba sus curvas y que curvas, estaba preciosa.
Le dijo a Ana que fueran a la piscina. Ana se quitó la camisa y las bermudas y quedó en un bikini que le sentaba también muy bien, aunque no tan bien como a Lourdes, pues Ana tiene ya tres partos. Al ver la cara de Fernando me di cuenta que aun levantaba miradas y era deseada por los hombres. Fernando nos sirvió más vodka y vi que las copas de las chicas contenían más cantidad de alcohol que las nuestras. El tiempo transcurrió, a eso de las tres de la tarde pasamos a la mesa. La señora del Mayordomo nos había preparado un suculento estofado que devoramos acompañado de vino. Luego del almuerzo tomamos café. Ana y yo nos retiramos a hacer una siesta, igual lo hicieron Lourdes y Fernando.
Nos acostamos y quedamos dormidos. Al rato nos despertó los sonidos y grititos de Lourdes cogiendo, nos imaginamos que estaban en todo su apogeo. Salimos de la habitación y fuimos a dar una caminata por la finca.
Detrás de esta había una ventana grande que daba a la habitación donde estaba Fernando y Lourdes. La cortina estaba corrida y pudo más la curiosidad, nos asomamos, precisamente allí estaba Lourdes cabalgando a Fernando. Ana me dijo que nos fuéramos e intentó hacerlo, yo la retuve y le dije que en nuestra finca ellos habían hecho lo mismo con nosotros (hace tiempo que los invitamos a nuestra casa de campo y teníamos sospecha que nos habían observado mientras hacíamos el amor) y ahora nos estábamos cobrando. Lourdes se veía fenomenal con el balanceo de sus tetas, pienso que Ana miraba el pene de Fernando entrando y saliendo. En eso Lourdes miró para la ventana y nos vio. Ana se puso colorada y se fue, yo me quedé a seguir viendo el espectáculo. Lourdes volvió a mirar y me cerró un ojo, yo simplemente sonreí. Los miré hasta que terminaron. Después yo me fui discretamente para la piscina, allí estaba Ana muy apenada. La tranquilicé diciéndole que Lourdes parecía muy fresca, pues volvió a mirarme y como si nada pasaba. Al momento llegaron Fernando y Lourdes y todos nos metimos a la piscina, allí estuvimos un buen rato.
Fernando salía frecuentemente para servirnos más licor. Después de un buen rato, salimos de la piscina. Llegó Rosa la esposa del mayordomo con una bandeja llena de frituras de diferentes carnes cortadas en pequeños trozos, papas y plátano, que también devoramos. Eso nos convino a todos pues a las chicas se les pasó el mareo por los tragos y nosotros quedamos como nuevos. Luego que las bandejas quedaron vacías, nos entramos a la sala. Allí Fernando puso música suave y fue a su habitación. Nos sentamos alrededor de una pequeña mesa, cuando llegó Fernando con una pequeña caja que colocó sobre la mesa y nos dijo que si queríamos hacíamos un juego de cartas y ruleta. Advirtió que es un poco erótico con los mandatos pero si alguien no quisiera jugar haríamos otra cosa.
Yo miré a Ana, quien estaba un poco tensa por la situación, algo excitada por lo que habíamos visto esa tarde. Lourdes le dijo que no conocía el juego pero que ella estaba dispuesta a jugarlo. Ana me miró, yo levanté los hombros como quien dice juguémoslo. Fernando abrió la caja sacó una ruleta y unas cartas, se colocó en la mesa al frente mío y las dos chicas quedaron también de frente, de modo que Ana quedó a mi izquierda y Lourdes a mi derecha, mientras tanto yo fui por mas bebidas. Cuando llegué, Fernando retiró las cartas que decían compañero/a del frente y organizó el resto de cartas diciendo que es mejor empezar por mandatos no muy fuertes. Como Fernando y yo teníamos una sola pieza de ropa, dijo que tiraría la ruleta y a la chica que señalara tendría que quedarse primero en topless y luego lo haría la otra. Tiró la ruleta y quedó la flecha apuntándome a mi, volvió a tirar y esta vez apunto a Lourdes.
Ella se paró y dándonos la espalda y siguiendo el ritmo de la música, en forma muy sensual, se quitó la parte superior del bikini y se volteó. ¡Que tetas tan divinas! paraditas con unos pezones no muy grandes, café claro y erectos. Me excité tanto que Fernando al verme dice riendo: vean a Raúl que juega yoyo con la baba. Luego el turno fue para Ana. Antes tomó un buen trago. Se pone de pie, también baila en forma muy sensual al ritmo de la música, de frente a nosotros, muy despacio se quitó los tirantes del top. Luego se fue desnudando muy despacio cada uno de sus senos. Cuando terminó todos aplaudimos, no son tan parados como los de Lourdes pero son más grandes, con las aureolas más grandes y más oscuras, pero también hermosos. Fernando no le quitaba los ojos de encima, tanto que Lourdes dijo a ver a jugar. Se tiró la ruleta y la flecha me señaló a mí y me tocó quitarme el bañador. Me paré les di la espalda dándoles el culo y me voltié mostrando una erección tremenda, todos rieron. El turno le tocó a Lourdes. Esta vez nos hizo un strip-tease espectacular mostrando ese cuerpo perfecto, unas curvas proporcionadas y hermosas. El coñito no estaba depilado pero si un rasurado muy bien trabajado, nadie le quitaba los ojos, hasta Ana admiraba ese cuerpazo.
El turno le tocó a Fernando se paró y sin ninguna gracia se quitó el bañador, saltando una polla erecta mirando el techo, mas o menos del mismo tamaño pero no tan gruesa como la mía. Se jugó la ruleta y la flecha nos caía a todos menos a Ana, me parecía esperar tanto que le dije que no siguiéramos perdiendo el tiempo y que nos haga un strip-tease. Se paró nos bailó frente a mi y a Fernando, este intentó tocarle las tetas, pero Ana con cara coqueta le dio un palmadita en la mano y dijo esperemos que nos dice el juego, luego en forma sensual se desnudó y tomo su asiento. Miré a las chicas, Lourdes estaba tranquila con las piernas un poco abiertas mostrando su chochito, mientras que Ana un poco colorada, muy recatada se tapaba cerrando las piernas. Fernando dice: bien el juego continúa y tomando el vaso de vodka tiró la ruleta, esta vez si le calló a Ana. Fernando tomó de la caja un pequeño timer, lo colocó en la mesa y dijo hay que ponerle tiempo a cada mandato. En forma jocosa dije media hora, todos reímos. Fernando colocó el timer en 30 segundos diciendo esto es suficiente al principio. Ana tomó la carta y leyó en voz alta "besar al compañero/a de la izquierda, muy tímida se levantó puso el timer y besó a Fernando en la mejilla. Todos dijimos no, era en la boca. Eso hizo, pero como el tiempo había pasado a los pocos segundos sonó el timbre, Fernando chistó y dijo eso es trampa. Se tiró la ruleta y le correspondió a Lourdes. Tomó una carta y leyó bese al compañero/a de la derecha.
Tomó a Fernando y se dieron un beso de lengua que si no suena el timbre se quedan asfixiados por falta de respiración. Le volvió a tocar a Lourdes, leyó: bese al compañero/a de su izquierda. Vino hacia mí, se colocó delante de mi asiento, dándome la espalda. Giró su cintura y me pasó un brazo por el cuello, me besó cachondamente. Con una mano colocó mi pene en la entrada de su vagina y dejó caer su cuerpo clavándoselo completamente y así se quedó quieta y besándome hasta que el maldito timbre sonó. Todos nos quedamos asombrados. Miré a Ana para ver su reacción. Ella estaba muy confundida (y caliente) para decir algo. No dijo nada. Fernando jugó la ruleta, el turno fue para Ana, leyó la carta: déle un beso en el sexo de su compañero/a de la izquierda. Se acercó a Fernando tomó su pene y tímidamente lo besó. En ese momento Lourdes también se acercó, le pasó el brazo por el hombro de modo que le impidió a Ana retirarse y entre las dos le besaban el pene a Fernando, rodeando con sus labios a lado a lado el pene subiendo y bajando, lo estaban masturbando con sus bocas.
Cuando llegaban al glande sus lenguas se tocaban y seguían con el mismo ritmo. Por lo excitante de la situación olvidamos accionar el timer. Yo el único inactivo, no quise interrumpir la escena. Fernando, con los ojos cerrados, tiró la cabeza hacia atrás hasta que no pudo aguantar y tiró un chorro de leche que le cayó a Ana en la cara y en las tetas. Lourdes se metió el pene a la boca y se tragó el resto de semen, dejándolo limpio. Luego besó a Ana pasándole parte del semen, con la lengua le limpió la cara y las tetas. Que situación tan excitante. Las chicas fueron al baño. Fernando me miro tratando de hablar. No le deje hacerlo. Se trata de un juego- le dije- no te preocupes. Todo está bien.
Yo serví más licor, igual que Fernando, puse más en el vaso de las chicas. En ese momento tocaron la puerta Fernando se puso el bañador y salio a abrir. Era Pedro el mayordomo con una jara de jugo de naranja y preguntando si necesitábamos alguna otra cosa pues ya se irían a acostar. Fernando le dio las gracias y se despidió, guardó la jarra en la nevera al cerrarla salen ellas sonriendo. Fernando me dice: quien sabe que estarán tramando este par de viejas.
Ellas nos tomaron de la mano y nos invitaron a la cama grande. Yo les dije que tenían las bebidas servidas y cada uno tomó la suya. Lourdes dijo que ellas seguirían con la dirección del juego y que continuaba sin cartas y sin ruleta, nosotros nos miramos con cara de asombro. Ana dijo vamos a aprovechar la cama para hacer el amor pero Fernando tienes que quitarte el bañador pues así no puedes hacer nada, nosotros nos miramos con una cara de gozo cuando Lourdes dijo si haremos el amor pero con una condición cada uno lo hará con su pareja. Entre las parejas podemos mirar pero no tocar a la otra, estuvimos de acuerdo, acabamos el trago, nos acostamos a besarnos y acariciarnos le noche estaba clara pues había luna, se veía perfectamente lo que hacia la otra pareja. Veía que mientras hacían un 69 Lourdes nos miraba y se excitaba con la mamada que Ana me estaba dando, yo subí a Ana y le di un beso nuestras lenguas se entrelazaban, lo volteé y se lo hundí hasta los huevos con gran facilidad por lo mojada que estaba, miramos la otra pareja y vimos a Fernando metiéndoselo a lo perrito. Lourdes tuvo dos orgasmos seguidos, Ana y yo terminamos al mismo tiempo con un fenomenal orgasmo que ellos voltearon a mirarnos, en eso Fernando dice me vengo y Lourdes tuvo el tercer orgasmo, nos tiramos en la cama. Fernando y yo en los extremos y las chicas en el medio, por el trago, el trajín y el cansancio nos quedamos dormidos en la cama grande.
Al día siguiente me despertaron unas caricias en mis genitales, abrí los ojos ya amanecía, pude ver a Lourdes arrodillada al lado de la cama jugando con mis huevos y mi pene quien como educado que es, se fue levantando ante la dama, se lo metió a la boca yo comencé a acariciarle el chochito. Le metía uno y dos dedos, le acariciaba su almendrita que era grande, más grande que la de Ana. Al momento de estar mamándomela y acariciándola sentí un ruido a mi lado y vi a Fernando comiéndose el chochito de mi mujer. Vi que Fernando se levantó, tomo del armario la "condonera" y lo colocó en el centro de la cama.
Supe que tanto ellos como nosotros queríamos esto. Subí a Lourdes a la cama y empezamos un maravilloso 69. Que sabor tan agradable tenían sus jugos, al rato del 69 hice que se volteara, la besé, tomé un condón sin escoger, resultó ser estriado, me lo coloqué y se lo introduje con facilidad y comencé a cabalgarle. Voltié a mirar y vi que ya Fernando estaba encima de mi mujer. Creo que en un intercambio entre amigos y en forma presente no hay oportunidad de sentir celos, al contrario esa situación tan erótica lo pone a uno a mil. Tal vez por el tipo de condón, pero al momento Lourdes tenia un orgasmo que le duró bastante rato, nos relajamos y continuamos con el mete-saque, yo ya estaba que explotaba cuando sentí a Lourdes estremecerse, tuvo otro pero esta vez yo no me relajé seguí bombeando mas rápido hasta que me vine con un orgasmo que no recuerdo haberlo tenido antes. Posiblemente por la situación, nos quedamos así abrazados sin sacárselo cuando sentimos a Ana venirse y casi al mismo tiempo a Fernando. Mi mujer me haló hacia ella y me dio un beso en la boca.
Esa es la forma que Ana me demuestra que la pasó muy bien. Nos quitamos los condones y descansamos acostados un buen rato. Las chicas fueron al baño y salieron con unas batas que creo son de Carmen y Jorge. Fueron a hacer café. Fernando prendió un cigarrillo y hablamos de lo maravilloso que son nuestras mujeres. Le pregunté si había sentido celos y me dijo que en absoluto, que al contraria se sentía muy bien viendo a Lourdes conmigo. Le dije que eso mismo sentí yo. Cuando llegaron los cafés, le hicimos la misma pregunta y contestaron que eso lo habían casualmente hablado en la cocina y que ninguna sintió celos de ver a su parejo con la otra. Lourdes dijo que fue el primer intercambio que había hecho y si lo repetiría lo haría únicamente con nosotros pues le habíamos caído muy bien. Fernando dijo que la experiencia había sido muy buena. Ahora ya nos conocíamos íntimamente, no tiraríamos esa amistad si lo hiciéremos a escondidas. Salimos para nuestra habitación. Yo tenía una calentura que le dije a Ana que quería metérselo así. Le metí la mano entre la bata y la note muy húmeda. Le quité la bata, la coloqué en cuatro y se lo metí. Estábamos en el mete-saque cuando aparecieron Fernando y Lourdes en la puerta, entraron pues no la habíamos cerrado. Se unieron a nosotros. Lourdes se acostó boca arriba y me daba lametazos en los cojones y en la verga cuando estaba afuera. Cuando entraba, le chupaba el clítoris a Ana. Le saqué una teta por encima del bikini y comencé a sobrásela. Fernando empezó a chuparle las tetas a Ana, ella estiró la mano y metiéndola bajo el bañador le acariciaba la verga. Se la sacó y comenzó a masturbarlo.
Yo tenía la mejor visión de todo. Bajé la cabeza para ver los movimientos de Lourdes, ella tenía su lengua en mis cojones, mi palo y la almendrita de Ana. En eso, Fernando se movió y le ofreció su pene a la boca de mi mujer que lo aceptó inmediatamente. Así seguimos hasta que Ana sintió un temblor en su cuerpo. Mientras duraba su orgasmo saqué mi pene y Lourdes lo recibió en su boca. Seguí fallándomela por la boca y Fernando hacía lo mismo con Ana hasta que no aguanté más y me vine en la boca de Lourdes. Ella se tragó hasta la última gota. Fernando también se vino dentro de Ana pero esta no se tragó su leche pues se le salía por la comisura de sus labios. Ahí nos quedamos un rato descansando. Nos organizamos para ir a la piscina. Llegaron Pedro y Rosa con el desayuno, nos sentamos en la mesa, cuando terminamos de desayunar. Nos dice Pedro que la sauna estaba lista. Entramos y hablamos sobre lo bien que la habíamos pasado.
Yo pensaba que el del día iba a transcurrir de forma normal, pues el sauna y tanto tirar nos tenían agotados. Luego del almuerzo, salimos a caminar por la finca y después entramos a la casa pues hacia un sol muy picante. Yo me dirigí a nuestra alcoba con el ánimo de hacer una siesta. Lourdes cerró la puerta dijo no eso no. Se quitó la poca ropa que llevaba y llamó a nuestros amigos. En cuanto llegaron, desvistió a Ana y cuando me desvistió a mi, ya Fernando estaba desnudo. Todos nos subimos a la cama, se puso en cuatro y le pidió a Fernando que se lo metiera por el culito. No se hizo de rogar, con saliva le lubricó el ano y se lo fue metiendo en forma suave, cuando metió el glande Lourdes dio un pequeño grito. Fernando le preguntó te duele, ella dijo no sigue y continuó hasta que le entró todo el tronco.
Le pidió a Ana que le hiciera lo que ella había hecho. Ana acercó la cabeza a su vagina, y comenzó a comerle el coñito. Que espectáculo! A mi me dijo que me pusiera en posición que me lo iba a mamar como nunca me lo habían hecho. Le obedecí y me coloque al lado de Ana con el pene al frente de la boca de Lourdes. Nuevamente tenía un buen panorama. Lourdes subía y bajaba metiéndose en la boca toda mi verga. Ella tenía razón era la mejor mamada que tenga recuerdo. Yo que estaba muy cansado, agradecí que fuera sujeto pasivo. Veía a Fernando con una cara de puro goce, le estaba desvirgándole el culito a su mujer. Ana con los ojos cerrados le estaba dando lengüetazos a la vagina de Lourdes de la forma que solo las mujeres o los hombres muy experimentados saben hacerlo. A la vez le acariciaba los huevos y el culo a Fernando y con la otra mano se masturbaba. Lourdes seguía en su faena con mi pene.
Ella ya había tenido hasta ahora dos orgasmos seguidos o podría ser uno muy intenso. Miré a Ana, ella ya había abierto los ojos. Me miró y me picó un ojo como queriéndome decir algo. Luego se mojó un dedo con los jugos de Lourdes y con el mismo dedo le acariciaba el ano a Fernando. Luego de varias mojadas y acariciadas le metió el dedo en el culo. Vi como Fernando hacia una mueca pero después sentía placer. Ana lo metía y lo sacaba hasta que Fernando apretó el ano y se vino amarrándole las tetas a Lourdes y apoyándose en su espalda. Sacó su pene y quiso que Ana se lo limpiara con su boca pero Ana se retiró de Lourdes y la acompañó en mi pene como le hicieron a Fernando en el juego. Esto me puso a mil, esta vez me vine en la boca de Ana que no se retiró, para luego compartir con Lourdes mi leche fundiéndose en un beso. Todos nos quedamos exhaustos tirados en la cama.
Cuando desperté todos estaban dormidos, me puse el bañador y salí a dar un paseo. Pedro estaba haciendo un asado por lo que decidí ayudarle con el carbón. Entre a la casa saqué dos cervezas le ofrecí una a Pedro y estuvimos charlando sobre la finca de sus patrones. Llegaron Ana, Fernando y Lourdes les ofrecí cerveza. Antes de comer, nos fuimos a las habitaciones a organizar las cosas para el regreso. Salimos y estaba la mesa servida. Almorzamos e hicieron una pequeña caminada. Yo me puse con Pedro a lavar el auto. Como a las tres de la tarde ya es hora de regresar. Organizamos el equipaje en el auto y partimos.
En el camino hablamos de lo bien que habíamos pasado y la ventaja es que ninguno tenia sentimiento de culpa. Dejamos a Fernando y Lourdes en el apartamento y pasamos a recoger a nuestros hijos. Nos acostamos viendo el noticiero, cuando se terminó apagué la luz nos abrazamos. Ella me dijo que había pasado muy bien en la finca y me dio las gracias por haberle permitido experimentar conmigo esa fantasía que siempre había tenido, me dio un beso.
Al día siguiente Ana y yo estábamos más cariñosos que de costumbre. Como dijo Lourdes, lo repetiría pero solo con ellos. No pensé que a nosotros como somos de conservadores, nos pudiera haber ocurrido algo así.