La filmación
Nos filmaron bailando, tuvimos nuestro momento de placer, pero camino a casa hicimos una parada en un motel, ahí desquitamos las tensiones. Aunque éramos nones, nos ingeniamos faltándonos un hombre.
LA FILMACIÓN
Nosotras, después de comida no teníamos algún plan.
“¿Por qué no le llamas a la chica de la tarjeta a ver qué es lo que le interesa? A lo mejor quiere que aparezcamos en algún video coqueto.” Recomendaba Gloria.
“¡O porno!” le agregué.
“No me interesa uno en el que tenga una que acostarse con algún desconocido, sin amor, cochino. Pero tengo curiosidad, me extraña su insistencia, hasta te fue a buscar al restorán, le pareciste muy buena para una buena escena con alguno de sus machos vergudos.” Opinó Gloria
Le llamé y quedamos de vernos en su oficina mañana, viernes. Nuestros hombres regresaban hasta el sábado y ya a ellos les podríamos platicar de los resultados de esa junta.
En las oficinas de esa chica, muy elegantes y modernas, Raquel, se llama, en pocas palabras nos explicó que estaba muy urgida de una filmación de algún Can-Can, para promover a un cliente francés y que le habíamos parecido lo ideal. Quería hacer una filmación lo antes posible.
“¿Por qué no van hoy en la noche y ven lo que quieren filmar?” Le preguntó Gloria.
Le pedimos que hablara con Leo y se arreglaran. Al final quedamos en vernos antes de la apertura del restorán, con Leo, antes todavía. Quería que bailáramos, llevaría a algunos bailarines profesionales para que completáramos el conjunto. Las 4 deberíamos de estar presentes, 2 horas antes para que nos dieran instrucciones.
Todo salió bien, ya Leo tuvo que hacer algunos arreglos que nos enseñó y que alteraban ligeramente el ritmo del baile. Era viernes, no muy concurrido. Llegó la hora del bailable, nosotras nos preparamos, ellos colgaron una manta de color verde detrás, frente al mostrador y le dieron instrucciones a Leo de que iniciara.
La filmación empezó, nosotras nos esmeramos como nunca antes, sonriendo y enseñando lo más posible. Quedaron contentos, pero Raquel pidió que enseñaremos más calzones y piernas. ¡Fácil! Ya sin música lo ensayamos. Caer al piso, las 4 con las pompas en el piso, abiertas de piernas solo Gloria y Emi pudieron, yo, ni Olga lo habíamos intentado antes. Los bailarines sí se pudieron acoplar a nosotras y los felicitó Raquel, también por la sincronización de la música. El servicio siguió y ya nosotras regresamos a casa.
Fuimos a recoger a nuestros señores que llegaron en un vuelo en la tarde. En el camino a casa les platicamos de que iban a filmar en la noche en el restorán de Emi y Leo. Yak ya estaba informado que los sábados tenemos compromiso, pero él insistió en asistir. Siempre estaba dispuesto a ayudar.
“Horacio me platicó que bailan Polcas y francés y que a veces se siguen ya en privado, bailando Lambada, un arreglo que les hizo su amigo Leo. ¿podría participar yo?” preguntó Yak.
“¡Claro!”, contestamos los tres, casi a la vez.
“¡Y no conocemos otro baile, sino también ese!” agregó Gloria.
Los sábados Leo agrega una carpa que la pega a la estructura del restorán, esto con el objeto de aumentar el espacio para más clientela. Tiene más carpas que utiliza para algún otro evento. También tiene tratos con más meseros, generalmente parientes de los que trabajan con ellos.
Llegamos como a las 5, una hora antes de que abrieran el restorán, y ya había mucha gente. Leo ordenó se abrieran otras dos carpas, como a las 7 todas estaban llenas.
“¿Qué es lo que está pasando?” se preguntaba Leo.
“Las redes sociales, mucha gente se enteró de que aquí iba a haber guateque y filmarían.” Dijo Olga, que estaba contentísima.
“¡Ah, ¿eres tú la causante de este desmadre?” Le preguntó Leo y le dio la mano.
Ya Leo dio indicaciones de que trajeran a más amigos meseros, para que ayudaran. Se llenó, hasta enfrente de la barra del bar, que es en donde bailamos normalmente, hubo que ampliar el espacio. Se sacaron tarros y un barrilito de cerveza. Yak y Horacio ayudaban, se encargaron de servir la cerveza y organizar a los meseros.
Dieron las 11 y la gente no se iba. Se empezaron a organizar las cámaras, 4 en total, iban a colgar el lienzo verde, pero Raquel vio los tarros organizados sobre el mostrador y opinó que se quedaran y que Yak, que estuvo de acuerdo, aparecía que servía, le colocaron solo un delantal de cuero, como cantinero.
El Can-Can salió perfecto, ni una falta, las cuatro bailamos como nunca antes, sonrientes y al final hasta yo me dí el sentón abriéndome de patas completamente. No sé cómo me va a ir al rato, o mañana, me abrí de piernas sin un conocimiento, o entrenamiento anterior, pero no podría haber quedado fuera.
Leo no paró de tocar, siguió con Polcas y la gente se volvió loca, todos querían bailar. Olga, la causante de ese tumulto, y muy caliente, se conchavó a uno de los bailarines, salió por la puerta trasera, al rato regresó, dio el ejemplo para que al rato otros la siguieran.
“¡Vieja caliente, pero yo también quiero!” me dijo Gloria al oído y ya le dí instrucciones de cómo escaparse sin ser vista, hacer lo que intentaba y regresar sin que nadie se diera cuenta.
Después de las Polcas, ya Leo, cansado, dejó la música del aparato de sonido. Pasaban de las 2 y ya los clientes apenas se iban yendo. Nosotros estábamos sentados, descansando y bebiendo agua o cerveza y en eso Emi dio la orden “¡Lambada!”
Arrastrando los cansados pies, fuimos y nos pusimos las falditas y las blusitas para ese baile.
Leo inició tocando su arreglo de Lambada, le gritó a Horacio, “¡Órale, no te me quedes atrás!”
Yak lo oyó, se quitó la camisa y se nos acercó. ¡QUE MARAVILLA! Estaba enseñándonos la buena Lambada. Primero hizo pareja con Olga, la sobó, acarició, la ha de haber puesto super excitada, la dejó bien caliente y se puso a bailar con Emi, a ésta la manoseó mucho más, ella se le restregaba y le metía sus piernas entre las de él, su falda no se podía ampliar más, se la subía a la cintura y terminó arrancándosela, quedando en sus pantis. Yak aprovechaba, una de sus manos que ya se la había metido debajo de las pantaletas, le jalaba su nalga, tenía su mano sobre su piel blanquita. La mantenía en equilibrio metiéndole una pierna entre las de ella que las tenía prácticamente enrolladas en la de él. Sus pieles podrían estar totalmente en contacto una con la otra, si Yak no llevara pantalones. Sudaban. En eso fui, le desabroché el brasier y los pechos de ambos se pegaron.
Leo tocaba, y seguía tocando, solo observaba lo que a su mujercita le recetaban. Él estaba, como ella, muy caliente. La arqueaba, claro, quedando su pene encima de su Pubis, se rozaban, a él se le notaba su tremenda erección. No nos atrevimos a quitarle las pantaletas, pero si eso hubiéramos hecho, seguro que hubiéramos presenciado una preciosidad de copulación. Ella estaba totalmente ida, como drogada, y él, inspiradísimo.
Los que nos tuvimos que conformar solo viendo, nos pusimos a bailar. Descansamos, Leo nos obsequió un brindis. Del restorán fuimos al barcito de siempre. Solo las tres, con Yak y Horacio. Leo y Emi se han de haber quedado, creo que a probar nuevamente si ya prendía la semilla, ya los dos habían calentado el hogarcito.
“Pasen ustedes, que este bar ya va siendo propiedad de ustedes. ¡veo que ahora vienen bien armados, con un refuerzo! ¿Lo de siempre?” sin esperar respuesta, nos sirvieron.
Del bar seguía, como en otras veces, el motel, tres hembras contra dos machos.
Yak tomó la palabra y dijo, “Primero una pasa por Horacio, le sigue la otra y así, conmigo pasa la primera. La segunda, que fue la que ya checó con Horacio, bien lubricada, pero sin que mi colega se venga. Y así, cuando todas estén satisfechas ya podrán venir por su parte que les guste.” Todos nos sentimos satisfechos, a mí, primero me había tocado con Horacio, luego con Yak, con él no me pude controlar y tuve un orgasmo. Olga empezó con Yak y siguió Gloria con él y después de mí le tocó con Horacio y después Olga con Horacio. Ya Gloria tampoco pudo retenerse y se vino con Horacio y Olga lo terminó, los dos llegaron a su clímax.
Llevamos a Olga a su casa y regresamos a nuestra casita. Dormimos hasta tarde. Leo y Emi nos invitaron a comer, fuimos a su casa a gozar una delicia de comida, medio mexicana, en honor a Yak, Olga la había cocinado junto con Leo.
La comida estuvo muy rica y mucha plática. Todo mundo estaba orgulloso de que la función de anoche había salido tan bien, todos colaboramos.
“¿Emi, tú también te divertiste?” le preguntó Gloria descaradamente.
“¿Cómo puedes preguntar eso? tuve a mi marido, sacándole filo para que se ponga vivo y me embarace ya, además tuve la suerte de tener a Yak, que no se si ya lo nombro mi segundo amante, o como mi calentador virtual. ¡Me noqueó!”
“¿Tú, Olga? ¡Provocadora y alborotadora! ¿estás satisfecha de tus fechorías? ¿Qué vamos a hacer en el futuro si la clientela aumenta y espere presenciar el espectáculo?” le preguntó Leo.
“¡A ella más le va a importar tener más oportunidades que no la vean y se pueda escabullir a tener sus rapiditos!” dije, todo mundo rio.
Yak trató de que no hubiera tristeza, pero se despidió de cada uno de ellos. Se iba con el mejor recuerdo de todos.
Pernoctaríamos en nuestra casa en la ciudad. Se hacía tarde, Yak quería pasar por algún negocio de cámaras a comprar una memoria chip SD. La encontró en el primer negocio y ya nos fuimos, Yak saldría mañana en un vuelo en la noche rumbo a Europa.